L U Z    H E R M E T I C A
Resp:.LOGIA ATLANTICO número 8
A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

AÑO 1 . NUMERO 1 . Mayo - Junio 1999 . OR:.DE BARRANQUILLA - COLOMBIA

TRASCENDENCIA DE LA MASONERIA

En una reunión de Grandes Maestros de la Francmasonería, celebrada en  Estrasburgo en 1952, se le definió expresándose que “es una institución para la iniciación espiritual por medio de símbolos”.

A nuestra orden se le relaciona con las guildas o cofradías de albañiles, desde los collegia  grecorromanos hasta el gremio de constructores de las catedrales medievales y de las obras dependientes del simple urbanismo, tales como acueductos, puentes y fortalezas.

Antiguamente cuando se iba a iniciar una obra de la construcción, para trabajar en ella, los albañiles encontraban alumnos, los aprendices formados en la logia del lugar, que no se limitaba a ser un taller, sino que servía también de sitio para el descanso, la enseñanza y el coloquio.  Con el tiempo las corporaciones de albañiles perdieron su principal razón de ser a causa de las transformaciones económicas y sociales que produjo la reforma protestante.  Esto incidió negativamente en la actividad de la construcción, y para subsistir las logias tuvieron que admitir a miembros honorarios que fueron llamados masones aceptados, para diferenciarlos de los albañiles o masones profesionales a quienes se denominó masones operativos.  Fue en la Gran Bretaña en el siglo XVII, donde las agremiaciones citadas que habían cobrado desde la Edad Media una importancia particular, empezaron a recibir a miembros ajenos al arte de la construcción.

La Masonería nació como una organización propiamente dicha el 24 de junio de 1717.  Cuatro logias existentes en Londres, cuyas reuniones se efectuaban en las hospederías “La Oca y La Parrilla”, “La Corona”,  “La Copa y el Racimo” y “El Manzano”, se congregaron en esta última, como centro de concordia y armonía. Así se formó la Gran Logia de Londres.

En 1721 los masones ingleses estable-cieron la Masonería en Francia.  Fun-daron dos logias, una en Dunkerque y otra en París.  En los años siguientes la orden alcanzó gran auge, pues  muchos miembros de la familia real y de la nobleza en general ingresaron a ella, extendiéndose por el resto de Europa. 

En 1733 se fundó en Boston la primera logia del nuevo continente, la cual concedió a Benjamín Franklin poderes especiales para que en Fila-delfia estableciera otra logia, lo que llevó a cabo el sabio inventor del pararrayos.

En las islas caribeñas que eran colonias de Inglaterra, de Francia y de Holanda, no tardaron en formarse  y prosperar las logias masónicas.

Muchos de los criollos de la Nueva Granada, Venezuela, Ecuador, Chile y México, por los acontecimientos políticos de Europa y  por la influencia y efectos de la Revolución Francesa, deseaban la independencia de las colonias españolas de América.  Durante sus viajes de negocios a Europa, a su paso por las islas antillanas y en el propio viejo continente hicieron contacto con las logias existentes en dichos lugares, iniciándose masónicamente en ellas, por coincidir con los principios de libertad y democracia que preconizaban.

El historiador Julio Hoenigsberg –cuyo libro “Influencia Revolucionaria de la Masonería en Europa y América” se acaba de reeditar- sostiene que la primera logia de nuestro país la fundaron en 1792, Antonio Nariño y el médico francés Luis De Rieux, y sesionaba discretamente en un amplio salón de la casa del Precursor de nuestra Independencia y se conocía entre sus afiliados por  “Santuario”.  El mismo historiador afirma que la primera logia masónica de Venezuela fue fundada por Simón Bolívar.

Los artífices de la independencia americana fueron masones. Entre ellos pueden citarse: Miranda, Nariño, Bolívar, Santander, San Martín, O’Higgins, Washington, Lafayette, Hidalgo y Martí.

Veinticuatro masones han ocupado la presidencia de la República de Colombia y muchos también lo han sido en los otros países de nuestro Continente.

Nombrar a todos los masones ilustres de diversas épocas, lugares y actividades resultaría muy dispendioso, por lo cual sólo aludimos a un número reducido de ellos.  Entre los estadistas figuran:  Benito Juárez,  Federico El Grande, el Conde de Floridablanca, el Conde de Aranda, Talleyrand, Clemenceau, Franklin Delano Roosevelt, Harry S. Truman, Winston Churchill, Lázaro Cárdenas, Eduardo Santos  y Alberto Lleras.  Fueron también masones los siguientes hombres de ciencia e inventores: Newton, La Place, Lavoiser, Litré y Fleming el descubridor de la Penicilina.  Entre los escritores y poetas se cuentan como masones a Goethe; Swift; Lord Byron; Walter Scott; Lord Chesterfield; Conan Doyle; Kipling; Pushkin; el abate Prévost; Espronceda; Mariano José de Larra; Núñez de Arce; el duque de Rivas; Antonio Machado; Blasco Ibáñez;  Carducci; Eca de Queiroz; Víctor Hugo; Beaumarchais; Gautier; Tolstoy; Jorge Isaac; Rubén Darío; Thomas Man; José   Echegaray (Premio Nobel);  Ramón Gómez de la Serna, Mariano José De Larre; el escritor y científico Ramón y Cajal (Premio Nobel de Medicina); el industrial norteamericano Henry Ford.   Igualmente lo fueron: el economista Adam Smith.  El creador  de la Pedagogía Moderna, Pestalozzi.  Henry   Funant  fundador de la Cruz   Roja,   Enrique  Von  Stephan  promotor de la  fundación de la Unión  Postal Internacional y Juan de la Cierva inventor del autogiro.  También pertenecieron a nuestra orden: el célebre Buffalo Bill, el autor de tiras cómicas  Mc Manus y el creador y productor Walt Disney.  Igualmente se iniciaron en ella los actores Mario Moreno “Cantinflas” y Peter Sellers, lo mismo que el penalista Jiménez de Asúa, el aviador Charles Lindberg,  y el astronauta Edwin Aldrin (primer hombre en llegar a la luna).  Fueron también masones los músicos Bethoven; Mozart; Hayden; Berlioz; Sibelius; Liszt; Luis Amstrong y Duque Ellington, entre otros.  Pertenecieron también a nuestra institución los filósofos: Hobbes; Voltaire;  Rousseau;  Krause; Proudhon;  Kant;  Herder; Fitche y Bertrand Rusell.  Fue también francmasón el pintor cubista Juan Gris al igual que Freud.

Los principios de la francmasonería se plasmaron en dos obras excelsas de ella: la proclamación de los Derechos del Hombre en 1789 y la creación de la sociedad de las Naciones, de la cual se originó la ONU.  En  efecto, la idea de la creación de una liga de naciones fue discutida en 1917 en París por una asamblea de masones en la que los representantes de las grandes logias de Inglaterra, de Francia y de las grandes logias  neutrales discutieron la posibilidad de la formación de la mencionada liga.  El resultado de esos debates fue la resolución de que debería imposibilitarse la matanza humana en masa por la reunión de un parlamento de naciones.  Así se concibió la liga de naciones que actualmente constituye la Organización de las Naciones Unidas. 

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