SADAM OCULTA LOS RESTOS
DE UNA NAVE EXTRATERRESTRE EN BAGDAD
En un
nuevo alarde de investigación rigurosa y científica, hasta
nuestro poder han llegado documentos irrefutables que demuestran,
una vez más, que el gobierno de EE.UU. nos miente y se guarda la
información que más le conviene.Todos recordamos el
impresionante despliegue militar que se llevó a cabo en la
oficialmente llamada "Tormenta del Desierto", en un
intento de dar un escarmiento a Sadam Husein por invadir las
tierras de Kuwait, pero como siempre esto es lo que la opinión
pública nos ha intentado hacer creer, pero menos mal que existe
aún gente que lucha por esclarecer la verdad, aunque ello les
conlleve el adjetivo de locos y ponga en peligro su propia vida.
Y uno de estos luchadores infatigables es el Sgto. John K. B.
Zha, ex piloto de las fuerzas aéreas estadounidenses, ex miembro
de la CIA y actualmente miembro de la E.P.E.E.V.O. (Ex-pilotos y
ex-espias por la verdad oculta), organización creada en 1956 por
el propio padre de John K.B. Zha, el teniente Jerry Spidy, y que
busca el esclarecimiento de todas aquellas verdades que los
gobiernos intentan ocultarnos, con sede en Arkan Asylum St., 123,
New Jersey.
Pues bien, el Sgto John
K. B. Zha, en su libro, de próxima aparición en nuestro país
gracias a la editorial Historias Truculentas S.A., titulado
"The New Rules of U.S.A.", nos desvela el auténtico
propósito del ataque estadounidense sobre Bagdad y los
posteriores y recientes bombardeos y el empeño sistemático del
gobierno de EE.UU por investigar los palacios privados y
públicos de Sadam.
Según John K. B. Zha, en
Diciembre de 1990 un objeto volante fue detectado cruzando a gran
velocidad el espacio aéreo Iraquí y fue perdido su rastro al
entrar el Kuwait. Sobre tal suceso existen toda una serie de
fotografías tomadas por un pastor iraquí, videoaficcionado como
hobby y publicadas todas ellas en el libro de John K. B. Zha, el
cual, amablemente, nos ha permitido en exclusiva reproducir una
de ellas en nuestra página.
Algunos meses más tarde, Sadam ordenaba la invasión del país
vecino, pero tras este repentino ataque de locura del dictador
iraquí se escondía un asunto mucho más trascendente. En
realidad lo que los detectores habían detectado era un O.V.N.I.
extraterrestre que terminó por estrellarse en territorio
kuwaití.
El ejército de Sadam pronto se hizo con los restos de la
aeronave extraterrestre, pero los EE.UU también andaban tras
dichos restos, por lo que, en cuanto sus espías en Bagdad
informaron de los planes y consecuencias de las acciones de
Sadam, se puso en marcha todo el potencial armamentístico
estadounidense para impedir que tales restos fuesen llevados
hasta tierras iraquies.
Esta operación, que oficialmente se llamó Tormenta del
Desierto, recibió el nombre secreto de Cocoliso en el Desierto,
debido a la escasez de pelo del responsable del equipo
responsable de infiltrarse en las líneas enemigas y recuperar
los restos, el Coronel S. Tupid Billarball. John K. B. Zha
formaba parte de aquel equipo de élite, a los que se hizo jurar
que jamás y bajo ninguna presión revelarían la misión que
iban a llevar a cabo.
Sin embargo, según cuenta el propio John K. B. Zha, tal misión
fue en parte un gran fracaso, pues no lograron su propósito,
además de perder la vida humana de casi la mitad de los miembros
del grupo, aunque si lograron descubrir que los restos ya estaban
en Bagdad y que científicos mercenarios de varios paises estaban
llevando a cabo investigaciones sobre los restos extraterrestres
con el propósito de fabricar un nuevo y revolucionario armamento
que, de lograrlo, daría a Sadam el poder necesario para luchar e
incluso derrotar a los EE.UU.
Es más, según cuenta John K. B. Zha en el libro, parte de esa
tecnología ya fue utilizada en la propia guerra del golfo, en
forma de hologramas tridimensionales que reproducían tanques y baterías antiaéreas iraquís y
que sirvieron para despistar a los aviones estadounidenses pues
emitían señales que engañaban a los radares, aunque más
tarde, según los medios informativos, fueron reproducciones en
cartón piedra lo que despistó a los pilotos americanos, algo
completamente ilógico por otra parte.
Tras este primer fracaso americano, lo miembros vivos del equipo
de élite fueron todos relevados de sus cargos y enviados cada
uno de ellos a una punta del planeta, muriendo más tarde todos
ellos, excepto el propio John K. B. Zha, en extrañas
circunstancias. ¿Casualidad? ¿O una muestra más del ímpetu
del gobierno americano por no dejar testigos?. Por suerte, el
Sgto Zha, logró esconderse de quienes querían su muerte e
incluso hoy en día permanece oculto en algún lugar de
centroeuropa, desde donde ha escrito el libro al que hacemos
referencia.
Pero la historia no termina en 1991 con la retirada de las
fuerzas aliadas, aparentemente victoriosas, sino que
investigaciones y confesiones posteriores pusieron a John sobre
la pista de que el asunto no se había quedado ahí, sino que los
espías norteamericanos, infiltrados entre los representantes de
la O.N.U. (tal y como hemos podido descubrir recientemente en los
periódicos) estaban llevando a cabo registros minuciosos de los
palacios y residencias privadas de Sadam, a la espera de
encontrar indicios de los restos extraterrestres, pero al no
lograrlo mediante estos métodos se tomó la decisión de volver
a perpetrar un ataque directo sobre Bagdad, y más concretamente
sobre determinados puntos estratégicos en los que se sospechaba
se podrían encontrar los restos de la aeronave estrellada.
Por supuesto, el gobierno estadounidense niega todos los hecho, e
incluso el secretario de estado, en declaraciones al New York
Press, afirmaba:
-"¿John K. B. Zha? Fue un gran soldado e hizo grandes
cosas por su país, pero la guerra es algo duro para todos y
algunas personas, por muy preparadas que estén, bajo grandes
presiones pueden llegar a perder su equilibrio emocional. Yo, en
nombre del presidente y de la nación, puedo asegurar que sus
declaraciones son sólo el producto de una mente atormentada,
completamente desligada de la realidad y que todos nosotros, como
compensación a su heroica dedicación en al defensa de la
libertad de este gran país, estamos dispuestos a acogerle en
nuestro seno y hacer todo lo posible pro su pronta recuperación."
Pero podemos asegurar desde esta página que los hecho relatados
en el libro no son el producto de una mente enferma, sino el
resultado de una investigación y unas vivencias llevadas a cabo
con el más absoluto de los rigores, aportándose testimonios de
otros agentes involucrados, tanto estadounidenses como iraquís,
así como de personas cercanas a los dos gobiernos, ciudadanos
que fueron testigos de excepción del avistamiento O.V.N.I y
abundante material fotográfico, incluso se aportan documentos
del alto mando americano que desvelan la existencia de una
misión secreta, paralela a la Tormenta del Desierto y denominada
SmoothCoconut in the Desert (Cocoliso en el Desierto), cuyo fin,
evidentemente, no ha sido desvelado por el gobierno de EE.UU.
Esperemos que pronto sean reconocidos como verdaderos todos los
hechos que John K. B. Zha nos narra en su libro, como un paso
hacia adelante en el esclarecimiento de todos esos fenómenos que
los gobiernos de todo el mundo se empeñan en ocultarnos y que
personas valientes y luchadoras como John K. B. Zha y su padre,
arriesgando su propia integridad física, nos desvelan en pos de
la verdad.
Porque como se dice en Expediente X: "La verdad está ahí
fuera".