El tiempo no pasa en Vano

por Doménico Thelema


Vano es una pequeña ciudad situada en las montañosas llanuras de Módena en la Italia parmesana. No es una ciudad excesivamente conocida, aunque esto va a cambiar porque en Vano ocurren echos insólitos desde hace años y poco a poco se ha convertido en lugar de peregrinaje para los astutos reporteros de lo paranormal. En efecto, ilustres investigadores como Iker Casillas, Bruno Torregrosa y Manuel Carballeira se han personado en este enigmático enclave para inbestigar las anormalías espaciotemporales que en él tienen lugar desde hace tiempo.

El primer investigador en dar la alarma sobre lo que aquí sucedía fue Giorgio Nucco, corresponsal de la prestijiosa Annals of Anal Research, que ya hace diez años publicó sendos artículos en las revistas Muy Acojonante y The Thursday explicando que en Vano el tiempo no corre como en el resto del mundo, sino que se frena y se acelera de forma aleatoria y puntual.

En efecto, los investigadores han podido constatar que en Vano el timepo se detiene sin aviso previo en algunos puntos de su casco urbano, es por ello que el lugar ofreze un aspecto peculiarmente arcaico y sus habitantes lucen como los tipos que salen en las películas de Don Camilo. En Vano se da la posibilidad de que uno crea pasar varios días en el lugar y comprobar, al abandonar el mismo que apenas han transcurrido unos minutos, o peor aún y a la inversa, que uno se vaya tranquilamante a la Pizzería de Rigoletto y media hora después descubra que han transcurrido varios años, con el consiguiente desbarajuste familiar del afectado. Así le ocurrió al signore Vincenzo en el caso más espectacular documentado hasta ahora y que fue investigado por el recientemente deseaparecido parapsicólogo italiano Renato Carosone. Al parecer el señor Vincenzo se despidió de su mujer el 24 de agosto de 1958 con la frase "vo y a la pizzería a comerme una cuatro estaciones, hasta luego", no volviendo a tenerse noticia del mismo hasta el 12 de abril de 1966, fecha en la que el interfecto se personó en su domicilio, donde recibió una considerable paliza por parte de su mujer y los hermanos de la misma que fueron rápidamente puestos a disposición de las autoridades judiciales locales. El señor Carosone pudo comprobar que el señor Vincenzo no recordaba absolutametne nada de lo ocurrido en ese importante lapso de tiempo, aunque la bíctima presentaba un extraño bronceado y un más extraño acento brasileiro que hizo sospechar algún tipo de teletransporte a otra dimensión más tropical que la nuestra. Casos como el del señor Vincenzo se cuentan a puñados, teniendo como carazterística común que todos los afectados se dirigían a la pizzería local antes de su desaparición. Por su parte el propietario del negocio afirma que el no tiene nada que ver con los estraños fenómenos que sufren sus clientes. Pero la gente no sólo desaparece y reaparece mucho tiempo después: En Vano también se dan las teleportaciones misteriosas, y las apariciones de personajes del pasado, como los cuatro partisanos antifascisti que aparecieron un día de la nada y fueron sorprendidos intentando capar al cura de la aldea, dom Tommasso. Estos cuatro provectos ancianos afirmaban estar en guerra contra los fascistas de la república de Saló, o algo parecido. ¿Cómo pudieron aparecer en 1984??? Sin duda un desgarro espaciotemporal o algún tipo de fenómeno que implique el uso de la palabra "cuántico" en su posible explicación.

En este sentido se ha pronunciado el prestijioso parapsicólogo R. Siffredi, de la Universidad de Módena: "no tenemos ni idea de lo que pasa en Vano, aunque probablemente enfrente de la pizzería se forme un desgarro taquiónicocuántico discontinuo que proboca un agujero de gusano de densidad variable y longitud infinita, aunque sólo por un lado, lo que a su vez genera un vórtice de plasma, anitplasma y ectoplasma semi-helicoidal geométricamente fractal mandelbrotiano, o así; lo que ocurre es que se trata de un fenómeno caótico no líneal por eso no podemos saber donde ni cuando pasará, así que cuando ocurre la víctima confluye en un proceso semiadimensional y es catapultada a un continuum heteroconvergente heptafacial y paralelo, aunque muy estrechito. Vamos, está claro, creo yo. La clave es saber porqué estas cosas ocurren sólo en Vano y no en Cazzo, que está al lado, por ejemplo."

Esa misma pregunta se planteó el insigne profesor Guitarra, que participó en las jornadas "Strange and Bizarre Fortean Phenomena at Vano, Italy", presididas por Giorgio Aresu y celebradas en el afamado MIT (Malibú Institute of Theosophy). Según el doctor Guitarra "lo realmente interesante de Vano es que sus habitantes parecen haberse habituado a que el tiempo no pase por su aldea, o a que se acelere sorprendentemente, o a que la gente desaparezca sin dejar rastro y aparezca años después a los mandos de un desconcertante Mercedes o en brazos de una desconocida mulata; sin duda es una asimilación cultural de lo parafísico muy interesante y que la antroposofía no debería desdeñar como campo de estudio", en ese sentido el profesor Guitarra se ofreció desinteresadamente a encabezar un equipo multidisciplinar subvencionado que permanezca al acecho del misterio en Vano. El equipo estará compuesto por los Doctores Guitarra, Maussen-Riffo y Siffredi, con la colaboración de prestijiosos investigadores de talla internacional como Luca Turilli, Akira Takasaki y Joe Tafolla.

"¿Vélmez? ¡Puagh!, ese es un fenómeno absolutamente pasado, decadente y demodé -afirma con rotundidad el prestigioso Prof. Navarri, de la Universidad de Rosario (República Argentina)- ahora el ojo del huracán en cuestiones paramisteriosas es Vano; allí pasa de todo, yo ya estoy haciendo las maletas para irme a investigar varios meses, y de paso beberme unas botellitas de buen Lambrusco."

Si el doctor Navarri lo tiene claro, es evidente que algo está pasando en Vano. Permaneceremos a la escucha.