espués de una ardua semana de trabajo lo único que quería Rob era descansar a su manera, pasear por el centro de Colima, hurgar por las librerías en
busca de algo nuevo y sentarse en el Jardín a saborear ese delicioso esquimo que apagaba el calor intenso de ese hermoso estado.

- "¡Rob!, ¡hey!, ¡aquí!".

Fue abordado por el telefonista de la empresa y le dio el recado de aquella misteriosa llamada para él.

- "Fue esta mañana, pidió que te comunicarás con ella lo más pronto posible".

- "Gracias Hans, inmediatamente lo haré". Y se olvidó del descanso.

Del otro lado de la línea se oyó una dulce voz, y la cita quedó concertada entre el desconcierto de Rob y la alegría de Topacio.

Puntualmente a las seis de la tarde de ese viernes, Rob tocó con miedo y bastante precaución a la puerta que no tardó en ser abierta no más de seis segundos.

- "Pasa, dijo Judith, gracias por venir y te confieso que me agrada y complace tu puntualidad".

Ya sentados en la sala Judith y Rob esta le dice a él que no le pregunte nada acerca de como supo de él, que todo comenzara como un encuentro ocasional y la mirada tierna de Judith penetró en su interior y lo conquistó.

Este raro encuentro entre una persona solitaria y un alma abandonada fue el comienzo de una bonita y misteriosa amistad.

- "Soy divorciada, mis hijos estudian en Tenancingo, él prefirió buscar "otras" oportunidades y yo ahora sigo con mi vida en una forma más tranquila y recuperar el tiempo perdido. Era común el intercambio de libros, sorpresas y el festejo de cualquier festividad como pretexto para olvidar lo lejos que se encontraban de sus
seres queridos, y los dos se encontraban dentro de una amistad que duraría
mucho tiempo".

- "Rob, me envío el Jefe de la Compañía, me pide que te comunique que tienes
escasas cinco horas para salir a la Capital a donde serás transferido por falta de personal".

En la oficina del Jefe:

- "Señor, tengo tantos pendientes que no estoy preparado para salir en tan poco
tiempo".

- "Lo siento, sabes como es este trabajo, la milicia es impredecible y tienes
que cumplir con la orden", le dijo el Jefe.

- "Si señor".

En la ventanilla del autobús se veía una cara recargada, con la vista fija en nada y la mente en blanco.

Rob siguió teniendo comunicación esporádica por teléfono con Judith, tan esporádica que un día le contestaron que ya no vivía ahí pues había vendido su casa.

Nunca más la volvió a ver Rob, pero en sus propósitos está la de buscarla y
continuar con lo mejor que puede haber en esta vida, la amistad.

Estuvo tanto tiempo con ella, y nunca pensó en el futuro, en el destino caprichoso que a veces si existe y lo mas triste es que nunca le dijo todo lo que realmente representaba ella para él, agradecerle el haberle hecho madurar, adquirir conciencia después de tantas noches de conversación.

Acuario.