Al abrir los ojos era de noche y unos rayos de luna rozaban mi piel. Cuando me levanté comencé a caminar sin rumbo alguno, llegando hasta un lago. Qué lago. La luz de la solitaria noche flotaban en sus cálidas aguas. Me senté junto a la orilla para observar la belleza del cielo. Un cielo que parecía que sonreía, que me rodeaba. Me daba la sensación de estar en medio del lago y completamente rodeado por las estrellas. Era como si bailaran a mí alrededor. De pronto, un insignificante sonido me hizo reaccionar. Mire a mí alrededor pero no había nadie. ¿Me estaré volviendo loca?, me dije. Pero me di cuenta que algo o alguien estaba arrojando algo al lago. Me levante para mirar, pero no vi nada. De repente note como si alguien me tocara el hombro, rápidamente me gire, pero no había nadie. Decidí refrescarme un poco, al poder ser mi problema a causa del calor. Una vez me moje la cara y abrí los ojos y vi reflejada en el lago a una persona que estaba detrás de mí. Pero no había nadie. El lago de repente se abrió y de el salió un caballero. Me asuste tanto que intente correr, pero él me agarro de la mano y no me dejo marchar. Al notar su tacto me di cuenta de la humedad que este desprendía. Le mire fijamente y en sus ojos note la misma sensación que sentí al ver el lago. Él sonrió para tranquilizarme y me dijo: "¿Porqué estas asustada?, hace unos momentos me has dejado abrazarte en tu maravilloso sueño, también te has refrescado con mis lágrimas, así es que ¿por qué me temes?" Al oír sus palabras me quede petrificada. ¿Quién podía ser? Me agarro fuertemente de la mano y me condujo hasta el centro del lago haciéndome sentir lo sentido anteriormente en mi sueño. -¿No ves las estrellas mejor así? Yo estaba muy asustada puesto que debajo de mí lo único que había era agua, yo estaba flotando. -¿Quién eres? -Un alma perdida. -¿Y eso por qué? -Por que llevo muchos años solo. Yo entendí lo difícil que tenia que ser vivir en el olvido. Estuvimos hablando durante largas horas hasta que se empezaron a ver los primeros rayos del sol. Él lo miro triste y se fue retirando hasta el centro del lago. -¿Por qué te vas? -No puedo estar durante el día. Seguramente no te volveré a ver. Adiós. De repente diluyéndose en las cálidas aguas de lago desapareció. Me quede anonadada, exhausta. Tenia necesidad de marcharme pero algo dentro de mí me lo impedía. Al paso de las horas yo estaba más deseosa de volver a ver a ese espectro, a ese fantasma que tanta tranquilidad y confianza me había producido. Los primeros destellos de luna empezaban a bailar sobre el agua. Cuando de pronto volvió a aparecer el chico del lago. -¿Aún estas ahí? -Si. -¿Cómo que no te has ido? -Necesitaba volver a verte. -Esta bien. ¿Qué quieres saber de mí? -¿Quién eres?, ¿Por qué eres parte del lago?, ¿Por qué lloras por las noches? -"Como bien te dije soy un alma perdida, que hace 200 años me enamore de una preciosa mujer. Ella me evitaba por lo cual vendí mi alma al diablo para que ella se fijara en mi. El diablo me puso una condena. Al yo morir debería cuidar este lago hasta volver a encontrar a mi amada. Nuestra historia de amor fue muy intensa pero caí enfermo y me morí viniendo mi alma a cuidar de este lago" Yo escuchaba intensamente hasta que de pronto me empezó a doler fuertemente la cabeza y me desmaye. Al despertarme estaba en mitad de un bosque y entonces recordé mi caída. -"¿Había sido todo un sueño?" Me levante y me dispuse a averiguarlo, cuando de repente llegué a un lago. Alguien me toco el hombro y me giré. "Era él, el chico del lago" -¿Qué haces? ¿Cómo que estas fuera del lago? ¿Cómo que eres de carne y hueso? -Por que yo te llame mediante el inconsciente y respecto a lo de que por que soy de carne y hueso es porque la maldición se ha roto. -¿Y eso por que? -"Porque mi amada eres tú"
Cristina Lovell |