Manual para una sociología del lenguaje

Relaciones Internacionales y Lenguas

por Marcel Cohen

Observación previa

Las lenguas forman parte como elementos de las competencias y luchas, así como de las alianzas, esbozadas o relativamente bien realizadas, entre los pueblos y entre las naciones estrictamente organizadas. Sus destinos llevan la huella de los acontecimientos; sus fuerzas propias contribuyen a realizar algunos de esos acontecimientos. Del mismo modo que hay que tener en cuenta la siuación de las potencias grandes y pequeñas, de los países imperialistas y de los países neutrales, hay que saber distinguir las grandes lenguas (vivas o conservadas), las menos grandes y las pequeñas.

Los datos numéricos son importantes: sobre aproximadamente 3.000 lenguas conocidas en en conjunto humano (se trata de lenguas y no de sus variedades), parece que 25 sea la cifra de las habladas por más de 10 millones de hombres. En cuanto al número de las que tienen una literatura escrita, está entre 20 y 40, según se adopte un criterio más o menos severo para la definición de una literatura autónoma; el número de las literaturas, incluidas las obras científicas, que son importantes en la historia de la civilización, es aún sensiblemente más restringido (1).

Las relaciones a considerar son variadas en carácter, amplitud e importancia.

A. Lenguas diplomáticas

Respecto al pasado, no tenemos suficiente información acerca de cómo se redacaban los mensajes internacionales y los tratados, en razón de la misma falta de lenguas propiamente nacionales y de reglamentación de las lenguas.

El azar de las conservaciones ha reservado a la arqueología el descubrimiento de correspondencias y de tratados antiguos.

Así es como se ha sabido que a mediado del segundo milenio a. C. el acadio sirvió para correspondencias oficiales, de las que ni el expedidor ni el destinatario lo poseían como lengua propia, y para establecer uno al menos de los textos de tratado entre soberanos igualmente no mesopotámicos (2).

Tales empleos de lenguas, más o menos por mano de escribas extranjeros, pueden manifestar usos aberrantes, respecto a la sintaxis y el vocabulario, y por otra parte respecto a los procedimientos de grafía.

En época moderna, tras el cese progresivo del empleo internacional del latín, el francés, apoyado por el poder de Francia y por su esplendor literario, fue reconocido durante cierto tiempo como lengua diplomática, por convención internacional expresa (3).

A partir de 1918, habiendo cambiado las relaciones entre los imperialismos y también entre las culturas literarias, ha cesado el privilegio del francés, yendo teóricamente a la par con él el inglés, que tiende a resultar preponderante.

Un detalle lingüístico ilustra la nueva situación: en el pequeño medio de los funcionarios de la Sociedad de Naciones, luego ONU, ha nacido una especie de jerga compuesta (4).

En las deliberaciones, convertidas en constantes, de representantes de numerosas naciones, se admite un número mayor de lenguas para su empleo oral, con la práctica de la traducción instantánea transmitida a los receptores de que están provistos los asistentes. Aquellos cuya lengua propia no es una de las que disponen de traductores, deben poder servirse de una de las lenguas admitidas. En la ONU, en 1953: inglés, francés, ruso, chino, español. En la asamblea de los Soviets (Consejos) de la URSS se hacen traducciones en seis lenguas.

B. SABIRS Y PIDGINS (5)

En las relaciones que se establecen espontáneamente, para una utilidad inmediata, entre elementos móviles (especialmente marinos) y elementos extranjeros conectados momentáneamente, se establecen todos tipos de lenguajes, que pueden ir desde el empleo de algunos gestos generales comprensibles en cualquier lugar hasta a la adopción en una región más o menos amplia de una lengua de relación, empleada íntegramente, que se extiende de ese modo fuera de su dominio propio.

Se trata de relaciones orales, con frecuencia entre iletrados, o, al menos con uno de los interlocutores que lo es. Una actitud natural de la persona que quiere hacerse comprender por un extranjero en un encuentro episódico es la de emplear algunas palabras aisladas yuxtapuestas en lugar de una frase normalmente construida (lo que, entre paréntesis, muestra de rechazo la existencia normal del sentido gramatical, generalmente en estado inconsciente, y del sentido de la palabra, también la mayoría de las veces no explícito). Ese es el fenómeno que los blancos llaman en frances el petit nègre, pero que se puede observar también entre negros que se dirigen a blancos.

Un verdadero sabir es un muñón de lenguaje, compuesto de un pequeño número de palabras (tomadas en su mayoría de la lengua con prestigio en una región determinada) con una gramática rudimentaria. Ese era el caso del sabir (savoir, saber) mediterráneo, o lingua franca, con base italiana, con verbos en definitivo, y que se utilizó durante varios siglos en las costas del Mediterráneo y desapareció cuando se acabaron los corsarios, en razón de relaciones más seguidas y generales.

A contactos más extendidos corresponde el nacimiento de un lenguaje auxiliar más completo y más organizado. Eso es lo que ocurrió con la muy instructiva constitución del pidgin english (o pidgin simplemente) que se formó en el Extremo Oriente, en el contacto entre los marinos ingleses o que podían hablar inglés, los oficinistas de la «colonias» comerciales, y por otra parte los chinos sedentarios y navegantes, más otras poblaciones con las que los navegantes europeos, chinos y de otros pueblos tenían necesidad de entenderse.

El pidgin tiene un vocabulario inglés pronunciado con muchas alteraciones (pidgin = business, p. ej.) y una gramática inglesa simplificada. Posee cierta literatura oral, sobre todo canciones, recogida en parte por europeos. Recientemente, han aparecido unos escritos (6). Otros lenguajes del mismo tipo tienen o han tenido cierto empleo, por lo que se puede hablar de pidgins, en plural.

[...]

D. Vocabularios y formularios internacionales

Muchas palabras científicas y filosóficas fueron tomadas por el latín del griego, y han pasado del latín a las lenguas modernas de Europa. Otras muchas han sido tomadas directamente por éstas del griego, o compuestas de elementos griegos, como hemos dicho anteriormente. Algunas han sido tomadas por esas lenguas del árabe, que también había recogido cierto número de elementos griegos.

El árabe y otras lenguas asiáticas han recogido a su vez palabras científicas y técnicas de las lenguas europeas, al mismo tiempo que la industrialización moderna.

La consecuencia de todo ello es la constitución de hecho de un fondo de vocabulario científico y técnico común a las lenguas escritas del mundo. Además, términos inventados por los estudiosos, en especial por lo que respecta a la electricidad, han entrado en el uso internacional reglamentado en parte por organismos creados al efecto; lo mismo ha ocurrido con diversos signos convencionales.

Cada vez más, las alianzas internacionales interviene para regular de ese modo disposiciones que conciernen a empleos del lenguaje (8). Estos no se refieren sólo a la utilización culta, sino que en su mayoría intervienen en la vida corriente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta las resistencias. Por una parte, un espíritu de conservadurismo y de aislamiento ha hecho mantener las medidas no métricas, con nombres germánicos, en países anglosajones. Por otra parte, el espíritu particularista ha tendido a preservar lo más posible la homogeneidad del vocabulario, utilizando distintos procedimientos. El alemán tiene ciertos compuestos que calcan más o menos compuestos griegos, como sauer stoff para «oxígeno»; él árabe extrae de su fondo ciertas denominaciones como t’ayyara «(máquina) volante», el hebreo israelita busca en el vocabulario bíblico términos que puedan servir para las nociones modernas, como, p. ej., h’asmal, que designa en un pasaje bíblico al ámbar (griego elektron) para la electricidad. Pero ninguna de esas lenguas consigue permanecer indemne del vocabulario greco-latino.

En líneas generales, hay que pensar en la unificación casi universal del trazado de las cifras, de los signos matemáticos, de las letras que sirven para las fórmulas algebraicas por una parte, y químicas por otra parte, singos que se leen como ideogramas en todas las lenguas o que son utilizados por los especialistas sin que propiamente los lean en palabras.

E. Lenguas auxiliares internacionales combinadas artificialmente y perspectivas de nuevas lenguas naturales con amplia extensión (9)

Fue en la época del arranque del racionalismo y del brusco retroceso del latín como lengua de la filosofía cuando surgió entre los filósofos la idea de fabricar un idioma como lengua de relación intelectual y al mismo tiempo como instrumento de relaciones pacíficas: Descartes pensó en ello desde 1629; Leibiz se ocupó del asunto. Distintas combinaciones fueron ideadas por numerosos inventores hasta finales del siglo xix, sin apuntar, o al menos sin hacerlo de un modo eficaz, a un resultado más allá de círculos cultos restringidos.

La primera lengua que llegó al gran público y agrupó a un número bastante elevado de adeptos fue el volapük (transposición de world, «mundo» en inglés y de speak, «hablar», igualmente en inglés) en 1879, época de rápido desarrollo industrial. Su inventor, Johann Martin Schleyer, un eclesiástico, quiso hacer, y ésa fue también la preocupación de sus sucesores, una lengua muy sencilla de aprender, con una regularidad gramatical que contrastase con las complicaciones ilógicas de las lenguas naturales, y con una ortografía fonética.

La lengua artificial que ha tenido y tiene aún más partidarios y usuarios es el esperanto, combinado por el médico Luis Lázaro Zamenhof, lanzado en 1887.

En diversos países el esperanto ha sido admitido en la enseñanza oficial y en las emisiones radiofónicas. Se ha utilizado y se utiliza aún más o menos en congresos internacionales. Pero no ha sido empleado (ni tampoco otros idiomas del mismo tipo) para deliberaciones o tratados oficiales (10).

Aun dejando aparte el latino sine flexione, especie de latín simplificado, sucede que todas las lenguas combinadas hasta ahora tienen en su aspecto general una fisionomía románica; los vocabularios son en su mayor parte los de las lenguas románicas, incluidos los elementos griegos absorbidos, con la adición moderada de elementos ingleses y de algunas otras lenguas. Pero los propagandistas no se ponen de acuerdo entre ellos. Parte de los esperantistas, apuntando a una simplificación gramatical, se escindió en 1907, formando el ido (11).

Tras el esperanto, el éxito mayor fue el obtenido por el occidental, en 1928, que representaba por oposición a la doctrina esquemática una doctrina naturalista, manteniéndose lo más cerca posible de las lenguas «occidentales» y aceptando incluso reformas de la ortografía fonética. (Desde 1949, el occidental se denomina interlingue.)

La organización de la IALA (International Auxiliary Language Association), que funciona en los Estados Unidos de América, ha emprendido trabajos de investigación serios, en especial mediante estadísticas de frecuencias de palabras, y ha encontrado cierto eco en los Congresos internacionales de lingüístas (12). Ha organizado una consulta sobre fragmentos de prueba antes de decidir si debe inclinar su nueva lengua más al lado esquemático o del lado naturalista (que, al parecer, ha prevalecido en la interlingua) (13).

A pesar de la convicción y los esfuerzos de los propagandistas, las lenguas auxiliares forjadas artificialmente parecen no hallarse en camino de difundirse seriamente. Las partes de las poblaciones de todos los países que constituyen los medios sociales interesados en mantener relaciones internacionales las utilizan en muy escasa medida.

Pero algunos estudiosos comienzan a considerar las perspectivas de la evolución natural que podrá hacer aparacer lenguas que correspondan a medios sociales más amplios que las actuales nacionales (14).

F. Enseñanza de lenguas nacionales fuera de su marco nacional

a) Comunidad de lenguas (total o parcial) entre naciones independientes o colonias.

[...]


Notas

  1. Para las estadísticas de las lenguas, ver: Langues du monde, p. xxix, con referencias.
    Un intento provisional de ‘demografía histórica’ ha sido realizado por Andrés Gailleux, “L’évolution quantitative du language”, en Bulletin de la Société préhistorique française, septiembre-octubre 1953. (Hay que considerarlo con reservas, sobre todo en lo que respecta a su documentación.) [Volver]
  2. Para el acadio empleado en el extranjero en el Oriente antiguo, ver especialmente: Alexander Moret, Histoire de l’Orient, París, 1929-1936 (referencias en el índice: El-Amarna y Traités); René Labat, L’akkadien de Boghazköi, Burdeos, 1932. [Volver]
  3. Para el francés como lengua diplomática en los siglos XVIII y XIX, ver: A. Dauzat, Histoire de la langue française, París, 1930, p. 697, y bibliografía al final del capítulo. [Volver]
  4. Ver el diario Ce soir, 18 de junio 1948, p. 2. La denominación frenglish, señalada en ese artículo, fue aparentemente efímera. No hay ningún testimonio más reciente de ello, así como tampoco un estudio sobre los hábitos lingüísticos de los funcionarios de la ONU y de la UNESCO. [Volver]
  5. La oficina internacional de pesas y medidas desde 1875; la oficina de longitudes desde 1795; la unión internacional de química desde 1913. [Volver]
  6. Ver: L. Couturat y L. Leau, Histoire de la langue universelle, París, 1903, y Les nouvelles langues internationales, París, 1907, completada por H. Jacob, A Planned Auxiliary Language, Londres, 1947; Otto Jespersen, Eine internationale Sprache, Heildeberg, 1928, con un corto capítulo histórico y la presentación del Novial, ideado por el autor.
    El libro The Loom of Language (El telar del lenguaje), A Guide to Foreign Languages for the Home Student, por Frederick Bodmer, dispuesto y publicado por Lancelot Hogben (autor de un proyecto de interglossa), Londres, 1944, contiene cap. XI, “Pioneers of Language Planning”, con una útil historia y referencias, y el cap. XII, “Language planning for a new order”.
    Un buen resumen en: Mario Pei, Histoire du langage, París, 1954, parte V, cap. III: Solution artificielle, solution universelle, pp. 272-279.
    Breve estudio, llevado hasta 1953, firmado Panglos, en Vie et Langage, núms. de agosto y octubre de 1953; artículos posteriores de Pangloss en agosto y septiembre 1954; de A. Sauvageot en octubre 1954. [Volver]
  7. El XXXVIII Congreso Esperantista tuvo lugar en Zagreb en julio de 1953. Habían anunciado su participación 2.000 delegados de 70 naciones.
    Existe en Francia una asociación de sabios esperantistas que, ocasionalmente, utilizan el esperanto para comisiones de congresos, de física sobre todo.
    Respecto a los medios esperantistas que apelan a movimientos políticos obreros, ver en La nouvelle critique, núm. 29, septiembre-octubre 1951, pp. 56-58 (artículo de Maxime Rodinson).
    China popular ha utilizado algo el esperanto en sus relaciones exteriores: publicación de una revista redactada exteramente en esa lengua (El popola Cxinio), traducción dactilografiada de rótulos de revistas impresas sólo en chino. Pero más recientemente las revistas destinadas al extanjero se publican en las lenguas nacionales respectivas.
    Japoneses progresistas prefieren el esperanto al inglés para su correspondencia con Europa. [Volver]
  8. En esperanto, el sufijo ‘ido’ indica la filiación (esperantido = ‘hijo del esperanto’), pero se puede utilizar como sustantivo, ‘hijo’, ‘progenie’. [Volver]
  9. Fue en el Segundo Congreso de Lingüistas (Ginebra, 1931) cuando se planteó por primera vez la cuestión. Ver en las Actas del VI Congreso (París, julio 1948), 1949, pp. 93-112, el informe previo de A. Martinet sobre la posibilidad y oportunidad de una lengua auxiliar internacional; pp. 585-600, el informe complementario del mismo autor sobre el estado de los trabajos de la IALA y una interesante discusión, en el transcurso de la cual varios linguistas autorizados expresarion opiniones escépticas sobre tales lenguas.
    El primer empleo (o uno de los primeros) de la lengua confeccionada por la IALA ha sido la redacción de un folleto violentamente antisoviético. Luego, la asociación ha difundido, al menos durante algún tiempo, un boletín de ‘noticias científicas.’ [Volver]
  10. Ver: G. Gougenhelm, “Le français élémentaire”, en Orbis, I, 1952, pp. 113-15; el folleto oficial (sin firma) Le français élémentaire, París, 1954. Condena del intento en M. C. y un grupo de lingüistas, Français élémentaire? Non, París, 1955. [Volver]
  11. Sobre la impresión de comunicación que puede dar el cine, ver este párrafo de Georges Sadoul en Les lettres françaises del 2 septiembre 1954, p. 5, a propósito de un film de Joris Ivens: “El siglo xx ha roto la maldición de Babel. Más allá de la diversidad de las lenguas y de las culturas, la unidad humana se afirma, gracias a los trabajadores y a sus organizaciones. La fuerza que nace de una fe común, de una conciencia universal, de una hoja impresa a multicopista deslizada en un vestuario, de una palabra que convence a un compañero de taller, de una reunión de diez o de cien mil, esa fuerza omnipresente, innombrable, repetida sin tregua, héla materializada en un monumento a la medida del hombre, vasto y poderoso como la propia tierra. [...] Al hombre, cuya estructura es más compleja que la de un millón de millones de soles, rara vez le hemos oído cantar mejor, y con más fuerza que en este inolvidable Canto de los ríos.’ [Volver]


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