Extraído del artículo "Lengua", en el Tomo IX de la Enciclopedia Barsa de Consulta Fácil, Encyclopædia Britannica, Inc. 1962.
Tras la estática Edad Media, en la cual el empleo del latín fue universal como lengua culta y erudita, sobrevino la inquietud renacentista, que partió de Italia, y que contribuyó a la difusión de las lenguas romances. Ensanchada la navegación más allá del Mediterráneo, los nuevos descubrimientos y conquistas llevaron las lenguas europeas a otros continentes.
El castellano, que ya se había impuesto sobre los demás dialectos de la península ibérica y que se había afirmado con la Reconquista, pasó después a varias zonas de Oceanía y América, donde se enfrentó con el portugués, en el sur del continente.
En el Norte, el francés en parte del Canadá y el inglés en el resto de este país y en los E. U. A. han predominado como resultado de la conquista de estas regiones por Francia e Inglaterra respectivamente.
Posteriormente, en distintos países se han intentado crear lenguas artificiales que pudiesen ser empleadas por todas las naciones. Con tal propósito han surgido iniciativas como las del volapük y el esperanto.
Este último ganó terreno en los primeros años del presente siglo y ha renacido últimamente, pero no constituye una lengua internacional que todos los pueblos acepten.
Otro intento ha sido el de simplificar la lengua inglesa y reducir su vocabulario a un mínimo, para que cualquier individuo pueda retener aquellas palabras que forman el inglés básico.