El gobierno de Tony Blair rehusó pronunciarse ayer sobre versiones según las cuales el general Michael Jackson, comandante de la fuerza internacional destinada a Kosovo (KFOR), era jefe del pelotón de paracaidistas que en 1972 concretó la matanza del Domingo sangriento en el Ulster.
No podemos responder sobre ese punto porque se está realizando una investigación, explicó un portavoz del Ministerio de Defensa británico.
El nombre de Jackson está involucrado en el debate sobre una de las páginas más negras de la historia reciente de Irlanda del Norte: el asesinato de 13 católicos en la ciudad de Londonderry o Derry para los nacionalistas, que obvian mencionar a la capital británica, en manos de paracaidistas de la corona.
Esa matanza fue ordenada el domingo 30 de enero de 1972 para detener una marcha prohibida por el gobierno de Londres.
Para investigar el hecho se formó una comisión encabezada por lord Neville, ante la cual han respondido los 17 paracaidistas implicados, cuyos nombres se mantienen bajo secreto.
La prensa británica informó que los miembros de la comisión Saville comunicaron a familiares de las víctimas del Domingo sangriento los nombres de cinco de los militares en cuestión.
Jackson entró al grupo de paracaidistas a los 19 años y, como casi todos los oficiales británicos, prestó servicio en Irlanda.
Por otra parte, el Partido Unionista del Ulster (UUP) prefiere ver fracasar el acuerdo de paz para Irlanda del Norte que aceptar que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) no vaya a entregar sus armas, afirmó ayer el número dos de la formación, John Taylor.
Según Taylor, el UUP no aceptará formar parte de un gobierno autónomo de poder compartido en el que se integre el Sinn Fein, brazo político del IRA. (AFP y ANSA)