Octavio Obando Morán (*) |
SUBJETIVIDAD, AUTOCONCIENCIA Y EXTERIORIDAD (**)
El problema que aquí me propongo plantear y responder radica
en la siguiente pregunta: ¿Cuál es la filosofía de
nuestra filosofía?, es decir, con qué entendimiento nos planteamos
la comprensión de los modelos de autoentendimento, en nuestro despliegue
filosófico extraacadémico.
Se ha dicho de diversas maneras que nuestra filosofía es
anatópica (Cf. V.A. Belaunde, A. Salazar Bondy, D. Sobrevilla) pero
no se ha desplegado un análisis respecto al concepto de Ser que
subyace tras esta afirmación. Mejor dicho, no se analiza la subjetividad
que la justifica. El presente comentario, se propone sugerir los términos
de una reflexión inicial sobre dicho aspecto categorial.
DE LA AUTOCONCIENCIA.
Comenzaré definiendo provisionalmente la autoconciencia como
la autoimagen unitaria del sujeto (no únicamente del individuo)
de un conjunto de relaciones, contradicciones, aspectos y contenidos en
una totalidad parcial, expresada en un sistema de juicios y proposiciones.
El individuo expresa esa totalidad y a la vez es parte de ella.
Asumiendo que en ese proceso hay varios momentos y en cada momento diversos
aspectos. La autoconciencia es conciencia desplegada de sí mismo
y sobre si mismo, es por tanto, también autoentendimento.
Pero la autoconciencia se mueve en un ámbito explícito
y en uno implícito (de lo que daremos cuenta mas adelante). Además
de la esencia, estructura, función y sentido con capacidad de sedimentar
lo explícito, no se puede ignorar lo implícito. El lugar
de lo implícito puede mantenerse en lo esencial intocado, teniendo
que revelarse de igual manera las capas de este ser en lo implícito.
La autoconciencia o autoentendimento es entonces un aspecto de la
subjetividad y esta subjetividad implica varios planos: 1) lugar del sujeto
(distinguiendo lo individual en el sujeto), 2) lugar de la conciencia,
3) de la voluntad, 4) del objeto, 5) del conocimiento, 6) de la razón,
7) de la autoconciencia.
De esta manera hablamos del sistema de la subjetividad, definida por el horizonte de los subsistemas que la componen. Así, hay los límites de la subjetividad definida por el horizonte dado por los subsistemas y los límites propios de cada subsistema. De esta manera el desarrollo desigual es amplio como a su vez muy grande la esfera de contradicciones, aspectos, ámbitos, etc. ¿Es posible hallar por tanto, una gran variedad de matices y mediaciones en la autoconciencia? Si, es posible.
En esta reflexión cabe considerar como parte constitutiva
del problema la cuestión del afuera, es decir, cómo el autoentendimento
concibe lo implícito como algo explícito.
Suele ocurrir que confundimos el develamiento del objeto, del sujeto
y la relación entre ambos, con este estar dentro o fuera de cada
uno de ellos (pero puede ocurrir que este dentro o afuera afecte a todos
los planos de la subjetividad y se entenderá la gran movilidad y
capacidad de encubrimiento que poseemos) y de la relación entre
ambos. El develamiento lo podemos hacer unilateralmente desde dentro pero
es mejor entender y situar su doble aspecto: dentro y fuera. No es el mero
estar dentro o fuera. Suspender el juicio no es el mero estar fuera, es
ir y venir dentro de este corredor dentro-fuera, hecha la suspensión
y dominada la posibilidad de suspensión. Incluyendo el horizonte
generado. Y aquí cabe hablar del individuo concreto que lo contiene.
La autoconciencia del individuo -o individual- es básicamente el autoentendimento del individuo que puede ser representacional o abstracto, en las cuales funcionan las categorías como dadas y actuando implícitamente. El problema es de grado, calidad y amplitud.
De grado, porque lo representacional si bien es abstracto no es igual a lo abstracto-intelectual; de calidad (o naturaleza) porque el abstracto-intelectual puede encontrar leyes o por lo menos ser más objetivo; y de amplitud, porque puede ser mayor o menor en lo representacional y abstracto, lo cual significa que la apertura al mundo difiere, como también la apertura intelectual. No necesariamente -en este plano- lo representacional es mejor o peor.
Las categorías dadas -o actuando implícitamente- significan que el individuo las asume acríticamente o acrítico-parcialmente. En realidad, le son suficientes -en el primer caso- para guiarse en el mundo. En el segundo caso, usualmente el individuo se mueve en cierto plano crítico-objetivo. Este último también es problemático, porque se pueden llevar las categorías concebidas acríticamente, incluso al plano de la investigación de lo objetivo. La disposición crítica de los individuos, no tiene entonces igual amplitud.
Se puede decir que en la relación autoconciencia-individuo,
lo individual "jala" lo universal. Gnoseológicamente, esto significa
que lo cotidiano jala a lo critico-objetivo, de lo universal a lo individual
y lo explícito a lo implícito. Son planos muy sensibles a
la ideologización.
De igual manera, cuando se habla de la ideologización, hay
que hablar de planos de la ideologizacion, cuya versatilidad es muy amplia.
Cuando lo individual subsume lo universal, lo "jala" y "oculta", y genera
falsas universalidades, proyectamos un universal distorsionado. El plano
de lo explícito e implícito se asume desde una esquemática
que lleva a la misma arbitrariedad (son las microteorías utilitarias
y justificadoras de todo).
Imaginemos ahora las categorías funcionando como categorías universales -pero únicas en el sentido de individual- de una sola dominante. El efecto es terrible. Muchas veces el paso a categorías universales, que actúan implícitamente como únicas, puede escapar al control mas elaborado funcionando con aparente éxito. Pero ¿cuál es la génesis?. La respuesta parece simple, el sentido común.
Usualmente montamos sobre ciertos eventos el caudal psicológico
de la biografía personal que lleva a una coagulación lógica
elemental actuando como fijadores muy intensos que solemos enmascarar.
Si esto puede darse en inteligencias entrenadas, cómo será
en las que no lo son. Pero esto no debe hundirnos en el escepticismo, ni
siquiera el terapéutico.
Se ha creído que la subjetividad del filósofo es una
relación "critica con .....". Pero en dicha creencia hay un sentido
implícito
de la subjetividad y autoconciencia, que funciona no pocas veces de manera
bastante acrítica, puesto que la subjetividad del filósofo-sujeto
lo es siempre con "respecto a ......".
De esta manera no es mi yo omniciente el que expresa el mundo. Mi yo es un aspecto de la totalidad, que trata de abarcar a la totalidad y no es necesariamente la totalidad de la subjetividad. Para esto es necesario ser sujeto, no basta ser individuo, soy un yo que parte de un dado incorporado. Este es un límite del pensar del filósofo, es el sujeto -no el individuo- quien se percibe frente al ser y en el ser.
AUTOCONCIENCIA, EXTERIORIDAD Y ÁMBITOS.
En este entendimiento de los modelos de autoentendimiento, no se trata sólo del enhebramiento de los contenidos positivos del entendimiento. El autoentendimiento al desplegarse se entiende implícita o explícitamente y por lo general referimos lo explícito a los contenidos, lo que no es erróneo pero hace perder el referente implícito.
El afuera del auto-entendimiento sería también comprender lo implícito como explícito. La exterioridad se reduciría a la capacidad de reconocer y entender este implícito como dado ya en explícitos desplegados, o explícitos emanados del enhebramiento del conocimiento positivo, sin necesidad de reconocer lo implícito. Y cuando se intenta, se confunde con lo explícito, por ello siempre queda como ensamblamiento, como exterioridad lógica positiva, sin sacar al fresco la capa del implícito sedimentado en determinado concreto y proceso de concretos.
Y hay aquí algunos aspectos que tocar cuando se trata de situar la facticidad en su dinámica lógico-conceptual, más que en lo descriptivo o en mero ensamblamiento del conocimiento positivo (al fin y al cabo microteorías "para ....."). El ser de nuestra edad media peruana no es un ser tomado como que deviene, este ser que engloba la facticidad pero lo cristaliza y reduce a lo estático al absorberla, es un ser concebido como estático.
De forma acrítica hemos montado sobre ella una dinámica
(mera función) que no poseía y no dice nada de lo implícito
actuante. No hay una critica del ser de la época y de su despliegue.
Lo que hay es un montaje, una esquemática, de los bloques de ideas
filosóficas con lo cual montamos y desmontamos descripciones de
facticidades dadas y nada más. Como jugar con un rompecabezas cuya
imagen me configuro individual y acríticamente respecto al trasfondo
que funciona, en este caso lo implícito -el Ser concebido como estáticamente-
y otras características más.
Este Ser concebido como estático, pasa por ser una especie
de implícito incuestionable del cual hay que partir acríticamente.
Es una mera obviedad, un evidente de suyo, una selbtsvertändlichkeit
pero filosófica. Pero es un obvio, un suelo acrítico, un
entendimiento acrítico. Por consiguiente, subjetivo-individual del
cual no se puede trascender. Y con respecto al objeto tiene la visión
objetivista, es decir, reducida a lo utilitario-tecnológico de las
cosas. Presentando a esta óptica como desprovista de toda subjetividad.
Esta cuestión intocada del Ser, de un implícito acrítico, es lo que tiene que ser cuestionado radicalmente para montar un despliegue del concepto que va más allá del ensamblamiento de historias de la filosofía (sin desdeñar el talento y esfuerzo que supone estos ensamblamientos, además de su condición de momentos referenciales del pensar).
AUTOCONCIENCIA E HISTORIA CONCRETA.-
La relación sujeto-objeto desde la Conquista, es una relación de violencia en que se impone el sujeto-objeto como relación dual y antagónica. El indio a través del cristianismo asimila esta relación dual antagónica como dado ético que él decodifica como una moral. Mientras que para el español esta relación es una conciencia que funciona como ética explícita y ser implícito, en el indio funciona como autoconciencia vivenciada a través de lo moral.
Hay, pues, una metafísica de las costumbres fuertemente imbricadas que coexisten y se desarrollan en dos aspectos, siendo dominante la segunda, la del indio. Esta reducción a lo ético por lo español y lo moral por el indio, redujo la posibilidad teórica del pensar el sujeto-objeto en el despliegue.
NOTAS
(*) Profesor Auxiliar del Departamento Académico de Filosofía de la Facultad de Letras de la UNMSM. Investigador del IIPPLA. Ha publicado un ensayo y diversos artículos en publicaciones universitarias de filosofía. (regresar)
(**) Dedicado a David Sobrevilla, Juan Abuggatás
y José Carlos Ballón. Quisiera también expresar mi
agradecimiento a Carmen Zavala, Aníbal Campos, José Maúrtua,
Eduardo Muratta, Carlos Castro, y Luis Solís, por los intercambios
teóricos tenidos.
(regresar)
BIBLIOGRAFÍA
Adorno, T.: Actualidad de la filosofía. Paidós, España,
1991.
Ballón, J.C.: La racionalidad de la vida peruana, Separata,
IIPPLA, UNMSM, 1993.
-------------: "El reto de hacer filosofía en el Perú",
en Logos Latinoamericano I, Año I, Lima, 1994.
-------------: "Etica, modernidad y autoritarismo en el Perú
actual" Logos Latinoamericano 2, Año II, Lima, 1996.
------------- El tópico naturalista en la cultura peruana,
Separata, IIPPLA, 1996.
Belaúnde, V.A.: Peruanidad, Banco Industrial, Lima, 1983.
------------------: Meditaciones peruanas, Villanueva, Lima, 1963.
Castillo, C: Libres para creer, PUC, Lima, 1993.
Castro, A: El Perú un proyecto moderno, PUC-IRA, Lima, 1994.
-----------: "Una mélange criolla. Moralidad y eticidad en
el Perú", en Areté, 1, PUC, Lima, 1994.
Flores, G: "La sociedad psicopática", en Filosofía
social, A. Paz (Editor), Lima, 1996.
Foucault, M: El pensamiento del afuera, Pre-textos, España,
1988.
Habermas, J: Pensamiento postmetafísico, Taurus, Madrid,
1990.
Hegel, G: Enciclopedia de las ciencias filosóficas, Porrúa,
México, 1980.
Husserl, E: Meditaciones cartesianas, FCE, México, 1986.
------------: Ideas relativas a la fenomenología pura y una
filosofía fenomenológica, FCE, México, 1995.
------------: La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología
trascendental, Critica, Barcelona, 1991.
Ilienkov: Lógica dialéctica, Progreso, Moscú,
1977.
Mazzoti, J.A., Zevallos, J: Asedios a la heterogeneidad cultural,
Asociación Internacional de Peruanistas, EUA, 1996.
Obando, O: La semifeudalidad como factor distorsionante de la filosofía
y la gestión filosófica, Conferencia, 1996.
Quiroz, A: La periodificación en D. Sobrevilla y A. Salazar
B., Monografía, 1996.
Salazar, A: La filosofía en el Perú, Universo, Lima,
1967.
Sobrevilla, D: "1880-1980: 100 años de filosofía en
el Perú", en B. Podestá (Ed): Ciencia Social en el Perú.
Un balance crítico, U. del Pacifico, Lima, 1978.
-------- (Ed): La filosofía alemana (de Cusa a nuestros días),
U.C. Heredia, Lima, 1978.
--------: "Las ideas en el Perú contemporáneo", en
Historia del Perú, Mejía Baca, Lima, 1980, T.I.
--------: "Sobre el carácter irreal de la época contemporánea",
en Revista Peruana de Cultura, Nº 1, Lima, 1982.
--------: La filosofía contemporánea en el Perú,
C. Matta Editor, Lima, 1996.
Stroker, E: "El concepto husserliano de cultura europea y el camino
para la superación de su crisis", en Areté Nº1-2, PUC,
Lima, 1993.