Muchas son las personas que opinan "si no me va bien, me divorcio." "Ahora que estoy divorciado yo se que "Dios" tiene algo mejor para mí," sin saber que lo que realmente Dios tiene para nuestras vidas es una ayuda idónea y debemos esperar en él encontrarla y cuando la encontremos pensar que nuestro matrimonio es realmente para toda la vida y que la única puerta de salida a nuestras dificultades es la solución de las mismas con la colaboración de los dos ("por tanto lo que Dios juntó no lo separe el hombre.")
¿A quién afecta el divorcio? A todos los integrantes de la familia, pero muy especialmente a los hijos. Frente al primer conflicto matrimonial, la primera opción es el divorcio, como una nueva oportunidad de alcanzar la "felicidad." Nuestro deber como padres; formar a nuestros hijos en un ambiente de armonía y cariño que constituye la base para una personalidad sana.
¿Qué ocurre entonces cuando nuestra decisión es recurrir al
divorcio?
El niño no aceptará las razones que usted le de. A él le preocupan los
hechos que se están dando en su familia, los cuales lo están lastimando,
se siente confundido y no puede visualizar su futuro en estas condiciones,
él no quiere tener que decidir entre uno de sus padres como suele ocurrir.
¿Quiénes se divorcian?
Usted dirá... por supuesto que los padres, pero en realidad el divorcio
también se da entre padres e hijos. Uno de los padres tendrá que
ausentarse de la vida del niño total o parcialmente, ésto representa para
el niño pérdidas. (tiempo, cariño, satisfacción de sus necesidades,
etc).
¿Qué siente y piensa el niño?
Piensa que el es culpable de lo que está ocurriendo, que sus padres ya no
lo quieren, que es poco importante para ellos (pues no es tomado en cuenta
como una persona que está en medio de la crisis sino por el contrario un
objeto que es manipulado por los deseos e intereses egoístas de los
padres.)
¿Qué sucede con los hijos de padres divorciados?
En la mayoría de los casos, cuando este niño es adulto y tiene la
oportunidad de formar un hogar, inevitablemente repetirá los mismos
patrones que vivió. Los padres delegamos a nuestros hijos una herencia de
bendición o maldición para nuestros hijos.
Los hijos enfrentan sus propios conflictos además de la crisis de sus padres. En el divorcio los padres hacemos uso de nuestros hijos como elementos de venganza , son manipulados, ignorados como personas y reducidos a la calidad de objetos. El niño que está atravesando el divorcio de sus padres, necesita de alquien de fuera "confiable" en quien depositar sus ansiedades y temores.
¿Qué podemos hacer entonces si ya se planteó el divorcio? Déjelo como la última alternativa, permita que el niño reciba ayuda terapeútica, no prive al niño del cariño, tiempo y comprensión de sus dos padres, y en lo posible evite que el ritmo de vida del niño cambie significativamente.
Padre, antes del divorcio piense, piense, piense... no sabe el daño presente y futuro que está causando en la vida de su hijo.
Si necesita mayor información o un consejo personal en cuanto al tema
del divorcio, puede escribir directamente a Mónica a la dirección de
correo electrónico:
consejo@gu.pro.ec Dentro de pocos dias tendrá una respuesta personal y confidencial.
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