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En la campaña presidencial de 1964 el candidato del PRI, Gustavo Díaz Ordaz hizo hincapié en la necesidad de aliviar la situación de los campesinos sin recursos. Apoyado por la mayoría de los partidos políticos y en oposición al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Díaz Ordaz fue elegido el 5 de julio. México se negó a apoyar una decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), acordada en julio de 1964, de romper relaciones diplomáticas con Cuba; en la explicación se citó una política de no intervención en los asuntos de otras naciones. Durante ese año Estados Unidos dio fin a su programa de ingreso de trabajadores temporales mexicanos, eliminando de esta forma una importante fuente de ingresos de dólares para México. Una acción estadounidense más popular fue la devolución a México del territorio de El Chamizal, cerca de El Paso (Texas), con una extensión de casi 160 ha que quedaron bajo su jurisdicción por las alteraciones en el curso del río Bravo o Grande del Norte.

En 1966 el presidente Díaz Ordaz anunció un plan de 5 años que ponía en marcha un programa de desarrollo y planificación económica. Durante ese mismo año PEMEX comenzó a incrementar el número de plantas petroquímicas en operación. Como un esfuerzo por mejorar los lazos económicos regionales, en 1967 el presidente mexicano visitó varios países de América Central. Durante 1968 el gobierno fue confrontado por grandes manifestaciones estudiantiles que demandaban la no intervención en las universidades por parte de los cuerpos policiales y el apoyo a la educación superior popular. El 2 de octubre en una manifestación en la plaza de Tlatelolco, en el centro histórico de la capital, el gobierno intentó acallar el descontento social con una represión en la que murieron numerosos estudiantes, así como ciudadanos de otros sectores sociales que apoyaban al movimiento y muchos más fueron encarcelados y desaparecidos. Días después el gobierno mostró otra cara al mundo durante los Juegos Olímpicos de 1968 celebrados también en la ciudad de México bajo la indignación de un importante sector del país. La intranquilidad disminuyó en 1969 pero continuó un año más.

En 1970 Luis Echeverría Álvarez, anterior secretario de Gobernación, ascendió a la presidencia. Durante su sexenio siguió una estrategia más balanceada de crecimiento económico de manera que todos los niveles de la sociedad mexicana se beneficiaran; también adoptó medidas para reducir la influencia extranjera en la economía y para incrementar las exportaciones. Redujo los lazos con Estados Unidos y en su lugar negoció acuerdos económicos con varias naciones de América Latina, Canadá y la Comunidad Europea (actualmente llamada Unión Europea); también negoció un acuerdo con el Consejo para la Ayuda Mutua Económica, el cual era patrocinado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La economía mexicana creció a un saludable paso anual del 6,3% durante el periodo de 1970 a 1974, pero ya en 1975 el crecimiento disminuyó marcadamente y la inflación aumentó de manera sustancial. En un intento por reducir el déficit comercial extranjero de la nación, el gobierno devaluó el peso en 1976 en más del 50%, estableciendo en vez de una tasa cambiaria fija una tasa flotante. Un desarrollo económico potencialmente beneficioso fue el descubrimiento en 1974 y 1975 de extensos yacimientos de petróleo crudo en los estados de Campeche, Chiapas, Tabasco y Veracruz. A finales de 1976 Echeverría decretó que cerca de 100.000 hectáreas de las mejores tierras agrícolas de los estados de Sonora y Sinaloa serían expropiadas mediante el pago de indemnizaciones.

José López Portillo, candidato por el PRI, fue elegido presidente en 1976. Había sido, entre otros cargos, secretario de Hacienda y Crédito Público y siguió un programa de austeridad económica después de la toma de poder en diciembre; llamó a los trabajadores a reducir las demandas de salarios y a los empresarios a mantener los precios bajos y a incrementar los gastos de inversión. Los siguientes años se registró un mejoramiento considerable, a pesar de que la inflación se mantenía alta. En política exterior López Portillo incrementó los lazos con Estados Unidos en 1977 y restableció relaciones diplomáticas con España, interrumpidas durante 38 años.

La producción de petróleo aumentó al doble durante la segunda mitad de la década de 1970 y esto, combinado con un considerable aumento de su precio, proporcionó a México bajo la dirección de López Portillo una independencia más significativa, especialmente en las relaciones con Estados Unidos. Pero la baja de los precios del petróleo terminó con los planes de crecimiento y se limitó la producción y la exportación. Al término de su mandato impuso la nacionalización (estatización) de la banca y el control monetario.

Durante la década de 1980 el país siguió una política de reafirmación dentro del continente. En 1982 Miguel de la Madrid Hurtado fue elegido presidente para suceder a López Portillo. A la mitad de la década un acelerado incremento de la deuda extranjera, unido con la caída de los precios del petróleo, había sumido al país en fuertes dificultades financieras. En medio de informes sobre grandes irregularidades, el PRI reclamó la victoria en las elecciones al Congreso en 1985. En septiembre de ese mismo año un terremoto devastó la capital, en la que murieron posiblemente más de 20.000 personas y miles quedaron sin hogar, lo que agravó la situación financiera del país. Carlos Salinas de Gortari, candidato del PRI, fue elegido presidente en 1988, nuevamente en medio de grandes protestas por la sospecha de posibles irregularidades en el proceso electoral. También en 1988 el huracán Gilberto devastó la península de Yucatán; las pérdidas se estimaron en 880 millones de pesos.

En 1989 el gobierno de Salinas aceleró la privatización de las empresas del Estado y modificó las regulaciones restrictivas de comercio e inversión para incentivar la inversión extranjera permitiendo incluso el control mayoritario de las empresas a los inversionistas foráneos. En octubre, Salinas y el presidente estadounidense George Bush, reunidos en la ciudad de Washington, Estados Unidos, firmaron lo que fue descrito como el acuerdo más amplio de comercio e inversión concertado entre las dos naciones. En julio de 1992 cambios constitucionales reconocieron la personalidad jurídica de la Iglesia católica. En diciembre los presidentes Salinas y Bush y el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). La legislatura mexicana ratificó el TLC en 1993 y el acuerdo entró en vigor el 1 de enero de 1994, creando la zona de libre comercio más grande del mundo.

La creación de una zona de libre comercio en América de Norte y la privatización de la industria estatal fueron parte del plan del gobierno de Salinas para revivir a la economía mexicana. En 1993 el gobierno mexicano había vendido el 80% de sus industrias a inversionistas privados en cerca de 21 billones de pesos y había reducido la inflación del 150 al 10%. Sin embargo, ello no significó que se tomaran medidas efectivas para reducir su enorme deuda extranjera.

El 1º de enero de 1994 un grupo de indígenas llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional ocupó cuatro poblaciones del sur de México en el estado de Chiapas. Entre sus demandas sobresalen las de autonomía, restitución de tierras, establecimiento de un régimen democrático, así como el establecimiento de servicios de salud y educación para toda la población indígena. El grupo se denominó zapatista en memoria del líder campesino Emiliano Zapata. A pesar de que las tropas mexicanas recuperaron rápidamente el territorio ocupado por los rebeldes y se acordó poco después el alto el fuego, el grupo rebelde provocó una situación que llevó a prolongados debates sobre las demandas formuladas.

En agosto de 1994 Ernesto Zedillo Ponce de León del PRI ganó las elecciones presidenciales. Zedillo fue coordinador de la campaña presidencial del candidato del PRI Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fue asesinado en marzo de 1994 durante un mitin de campaña en la ciudad de Tijuana.

El presidente Zedillo se enfrentó casi de inmediato con la peor crisis financiera de México, provocada por un déficit de aproximadamente 30.000 millones de dólares en su cuenta corriente. Se planeó un paquete de rescate internacional bajo la coordinación del presidente estadounidense Clinton, y Zedillo anunció medidas de austeridad y la privatización de los bienes del Estado. Entretanto, el levantamiento del campesinado indígena del sur de Chiapas continuaba bajo el liderazgo del subcomandante Marcos. El levantamiento ha puesto de manifiesto la precaria situación de los indígenas y ha forzado al gobierno a prestar oídos a sus demandas. La economía mexicana, sin haber sorteado por completo la crisis iniciada en 1994, ofrece síntomas de mejoramiento.


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