Cultura Maya
Maya, grupo de pueblos indígenas mesoamericanos perteneciente a
la familia lingüística maya (yucateca y quiché), que
tradicionalmente han habitado en México, en los estados de Veracruz,
Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en la mayor parte de Guatemala
y en regiones de Belice, El Salvador y Honduras. El pueblo más conocido,
el maya propiamente dicho, que da nombre a todo el grupo, ocupa la península
de Yucatán. Entre los demás pueblos significativos se hallan
los huastecos del norte de Veracruz; los tzeltales de Tabasco y Chiapas;
los choles de Chiapas; los quichés, cakchiqueles, pokonchis y pokomanes
de las montañas de Guatemala y los chortís del este de Guatemala
y el oeste de Honduras. Con la excepción de los huastecos, todos
estos pueblos ocupan territorios colindantes. Formaban parte de una civilización
común que, en muchos aspectos, alcanzó las más elevadas
cotas de desarrollo entre los indígenas de todo el hemisferio occidental.
La agricultura ha constituido la base de la economía maya desde
la época precolombina y el maíz su principal cultivo, además
del algodón, los frijoles (judías), el camote (batata), la
yuca (o mandioca) y el cacao. Las técnicas del hilado, el tinte
y el tejido consiguieron un elevado grado de perfección. Los mayas
domesticaron el pavo, pero carecían de animales de tiro o vehículos
con ruedas. Fabricaban finos objetos de cerámica, que difícilmente
se han superado en el Nuevo Mundo fuera de Perú. Como unidad de
cambio se utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de cobre,
material que se empleaba también para trabajos ornamentales, al
igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de
colores. Sin embargo, desconocían las herramientas metálicas.
Los pueblos maya formaban una sociedad muy jerarquizada. Estaban gobernados
por una autoridad política, el halach vinic, cuya dignidad era hereditaria
por línea masculina. Éste delegaba la autoridad sobre las
comunidades de poblados a jefes locales o bataboob, que cumplían
funciones civiles, militares y religiosas.
Arquitectura
La cultura maya produjo una arquitectura monumental, de la que se conservan
grandes ruinas en Palenque, Uxmal, Mayapán, Copán, Tikal,
Uaxactún, Quiriguá, Bonampak y Chichén Itzá,
entre muchas otras. Estos lugares eran enormes centros de ceremonias religiosas.
Se consideran tres estilos arquitectónicos: el río Bec, el
Chenes y el Puuc, cada uno con características de ingeniería
y ornamentación propias; la distribución de las ciudades
consistía en una serie de estructuras piramidales, la mayoría
de las veces coronadas por templos o cresterías labradas, y agrupadas
alrededor de plazas abiertas. Las pirámides escalonadas estaban
recubiertas con bloques de piedra pulida y por lo general llevaban tallada
una escalinata en una o varias de sus caras. La infraestructura de las
pirámides estaba formada habitualmente por tierra y piedras, pero
a veces se utilizaban bloques de piedra unidos con mortero. Aunque en la
actualidad representa una excepción, se cree que el Templo de las
Inscripciones, que aloja la tumba del rey Pacal, puede no ser el único
monumento de uso funerario que se construyó en la cultura maya.
El tipo más común de construcción consiste en un núcleo
de escombros o piedra caliza partida, mezclada con hormigón o cemento,
y recubierta con piedra pulida o estuco. Las paredes de piedra se edificaban,
por lo general, sin mortero. La madera se utilizaba para los dinteles de
las puertas y para las esculturas. Su gran hallazgo técnico fue
el sistema de la falsa bóveda por aproximación de filas de
bloques de piedra, para cubrir espacios alargados o estrechos, que concluyen
en el característico arco maya, del cual existen 10 tipos diferentes.
Las ventanas eran poco frecuentes, muy pequeñas y estrechas. Los
interiores y exteriores se pintaban con colores vivos. Se dedicaba especial
atención a los exteriores y se decoraban profusamente con esculturas
pintadas, dinteles tallados, molduras de estuco y mosaicos de piedra. Las
decoraciones se disponían generalmente en amplios frisos que contrastaban
con franjas de ladrillos lisos. Las viviendas de los comunes se parecían
seguramente a las chozas de adobe y techumbre de ramas que todavía
se pueden apreciar entre los mayas contemporáneos.
Escritura
Los pueblos mayas desarrollaron un método de notación
jeroglífica y registraron su mitología, historia y rituales
en inscripciones grabadas y pintadas en estelas (bloques o pilares de piedra),
en los dinteles y escalinatas y en otros restos monumentales. Los registros
también se realizaban en códices de papel amate (corteza
de árbol) y pergaminos de piel de animales. Sólo existen
tres muestras de estos códices: el Dresdensis (Dresde), actualmente
en Dresden; el Perezianus (Peresiano o de París), en París;
y el Tro-cortesianus (Tro-Cortesiano o Matritense maya). Estos códices
se utilizaban como almanaques de predicción en temas como la agricultura,
la meteorología, las enfermedades, la caza y la astronomía.
En el siglo XVI se escribieron textos en lengua maya pero con alfabeto
latino, y entre los más importantes se encuentran el Popol Vuh,
relato mítico sobre el origen del mundo y la historia del pueblo
maya; y los llamados libros de Chilam Balam, crónicas de chamanes
o sacerdotes en las que se recogen acontecimientos históricos.
Calendario y religión
Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo
sistema de calendario. El año comenzaba cuando el sol cruzaba el
cenit el 16 de julio y tenía 365 días; 364 de ellos estaban
agrupados en 28 semanas de 13 días cada una, y el año nuevo
comenzaba el día 365. Además, 360 días del año
se repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas
y los meses transcurrían de forma secuencial e independiente entre
sí. Sin embargo, comenzaban siempre el mismo día, esto es,
una vez cada 260 días, cifra múltiplo tanto de 13 (para la
semana) como de 20 (para el mes). El calendario maya, aunque muy complejo,
era el más exacto de los conocidos hasta la aparición del
calendario gregoriano en el siglo XVI.
La religión maya se centraba en el culto a un gran número
de dioses de la naturaleza. Chac, dios de la lluvia, tenía especial
importancia en los rituales populares. Entre las deidades supremas se hallaban
Kukulkán, un dios creador íntimamente emparentado con el
dios de los toltecas y aztecas, Quetzalcóatl, e Itzamna, dios de
los cielos. Una característica maya era su total confianza en el
control de los dioses respecto de determinadas unidades de tiempo y de
todas las actividades del pueblo durante dichos periodos.
Familia lingüística
La lengua maya (también llamada yucateca), la propia del pueblo
maya, la hablan unas 350.000 personas en Yucatán, Guatemala y Belice.
Otras lenguas de la familia maya son la de los huastecos y demás
grupos de lenguas emparentadas.
Historia
Los orígenes de la civilización maya son objeto de discrepancias
académicas en virtud de las contradictorias interpretaciones de
los hallazgos arqueológicos. El periodo formativo comenzó,
cuando menos, hacia el 1500 a.C. Durante el periodo clásico, aproximadamente
entre el 300 y el 900 d.C., se propagó por todo el territorio maya
una civilización más o menos uniforme. Se construyeron entonces
los grandes centros ceremoniales como Palenque, Tikal y Copán. Los
centros maya fueron abandonados de forma misteriosa hacia el año
900 y algunos individuos emigraron al Yucatán.
En el periodo postclásico, desde el 900 hasta la llegada de
los españoles en el siglo XVI, la civilización maya tenía
su centro en Yucatán. Una migración o invasión tolteca
procedente del valle de México impactó fuertemente en sus
estilos artísticos. Chichén Itzá y Mayapán
fueron ciudades esplendorosas. La liga de Mayapán preservó
la paz durante algún tiempo, pero tras un periodo de guerra civil
y de revolución, las ciudades quedaron abandonadas. Los españoles
vencieron con facilidad a los grupos mayas más importantes, pero
el gobierno mexicano no logró subyugar las últimas comunidades
independientes hasta 1901. A finales del siglo XX, los mayas forman la
mayoría de la población campesina en sus países de
origen.
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