Septiembre 2001: El Vaticano impide el trabajo de la comisión que
investiga la relación de Pío XII con el nazismo
Los historiadores abandonan sus pesquisas al negarles la Santa Sede el
acceso a sus archivos
M. BAYÓN / F. SALES | Madrid / Jerusalén
La comisión oficial, creada en 1999 por el Vaticano e Israel para aclarar la
relación del polémico papado de Pío XII (1939-1958) con el Holocausto y el
nazismo, ha suspendido su trabajo por el obstruccionismo de la Santa Sede.
El detonante de la protesta, secundada oficialmente por el Gobierno de
Israel, ha sido la negativa del Vaticano a abrir sus archivos a los
investigadores -tres historiadores católicos y tres judíos-. Ante este
postura, que el Vaticano justifica en 'razones técnicas', los historiadores
han preferido 'mantener la credibilidad' y abandonar la tarea.
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Cristianos y Judíos
(...)Dejar caer de modo exclusivo la culpa de la usura sobre los judios era y sigue siendo,
por parte de muchos historiadores de prestigio una especie de esquema mental preconcebido que,
en buena parte, coincide con el que sirvió y todavía sirve para la manipulación de diversos
fenómenos históricos: el mismo esquema que, en su momento, constituyó el caldo de cultivo más
inmediato e idóneo para fomentar el deporte de la caza del hebreo, ejercido a la par por el
pueblo y por las autoridades eclesiásticas.
Bastaría recordar aparte las grandes matanzas de sobra conocidas, que, en muchas ciudades
españolas y en la misma Toledo el Viernes Santo era un día en el que, tradicionalmente, el
pueblo se en tregaba a la diversión de apedrear las calles y las ventanas del barrio judío;
que, en 1268, el rey Jaime I de Aragón tuvo que prohibir que esta misma costumbre siguiera
ejerciéndose en la ciudad valenciana de Xátiva; que en Gerona, y siempre por esas fechas
señaladas de la Semana Santa, los clérigos catedralicios practicaban la costumbre de subirse a
las torres del templo, que dominaban el recinto del call y, desde ellas, apedreaban sus casas
y a sus gentes, propiciando unas prácticas que, poco después, se convertirian en ejercicio
corriente del pueblo y en matanzas que, como las iniciadas en Sevilla en 1391, diezmarían la
población israelita de la Peninsula y condicionarian las amenazadoras campañas de conversión
masiva llevadas a cabo por todo el ámbito peninsular por el dominico Vicente Ferrer, luego
santo, a principios del siglo XV.
Caminos de Sefarad. Guía judía de España. Juan G. Atienza. Ediciones Robinbook. Barcelona 1994.