GENESIS: The Lamb Lies Down On Broadway
The Lamb Lies Down On Broadway
Fly On A Windshield
Broadway Melody Of 1974
Cuckoo Cucoon
In The Cage
The Grand Parade Of Lifeless
Packaging
Back In NYC
Hairless Heart
Counting Out Time
Carpet Crawlers
The Chamber Of 32 Doors
Lilywhite Lilith
The Waiting Room
Anyway
Here Comes The Supernatural
Anaesthesist
The Lamia
Silent Sorrw In Empty Boats
The Colony Of Slippermen
Ravine
The Light Dies Down On Broadway
Riding The Scree
In The Rapids
It
Peter Gabriel (Voz, Flauta),
Tony Banks (Teclados),
Steve Hackett (Guitarras),
Michael Rutherford (Bajo, Guitarra
de 12 cuerdas),
Phil Collins (Batería, Percusión)
Invitado:
Brian Eno (Efectos)
Grabado en el Island Mobile
Studio, Pais de Gales, año 1974
VIRGIN RECORDS
Pero en fín: vamos a acometer tan hercúlea tarea glosando el que es a nuestro entender el mejor disco forjado en este movimiento musical. Un movimiento de amplio espectro, polifacético y poblado por grupos con personalidad propia y entusiasmo creativo, cualidades difíciles de encontrar en una época como la actual dominada por las grandes inversiones comerciales de las compañias discográficas creando grupos y solistas "ex-nihilo" para luego hacerlos desaparecer cuando las circunstancias del mercado así lo aconsejan. The Lamb fué la última obra de la formación más productiva de Genesis. Al término de la grabación y de la agotadora gira subsiguiente, Peter Gabriel, el imaginativo y teatral cantante solista, abandonaba la nave para emprender la aventura en solitario. Una aventura que pese a sus buenos comienzos terminó depositándole por los derroteros de la comercialidad mas ramplona, convirtiéndole en una de tantas rock-stars venidas a menos artísticamente pese al aumento considerable que suponemos experimentó su cuenta de resultados. La defección de Gabriel supuso la práctica defunción artística de tan notable banda, que pese a ello se las arregló para entonar un más que aceptable canto del cisne con tres interesantes LPs posteriores (A Trick Of the Tail, Wind And Wuthering y Seconds Out) con Phil Collins de pluriempleado vocalista-batería. Después de estos sobrevinó la marcha de Steve Hackett, y con ella la ascensión definitiva del trio restante al estrellato del rock comercial y a la banalidad creativa. La carrera en solitario de este interesante e infravalorado guitarrista, pese a presentar algunas lagunas, es de un interés superlativo para los amantes de los sonidos aterciopelados y sugerentes con referencias clásicas.
En The Lamb Lies Down On Broadway, una misteriosa y onírica línea argumental que describe las andanzas de Rael, portorriqueño merodeador de Nueva York, sirve de base a un complejo y rico desarrollo instrumental donde abundan las sorpresas y los hallazgos. El típico humor inglés de Counting Out Time, una broma hecha single para consumo masivo (habitual exigencia de las compañias discográficas de la época) es la excepción en un disco repleto de arriesgados experimentos musicales e inquietantes atmósferas. Como si nos halláramos ante la evocación sonora de un cuadro de Dalí o una novela de Lewis Carroll, las influencias del movimiento surrealista y la literatura del absurdo son más que evidentes a lo largo del album. El tema de apertura nos introduce en el ambiente de una Nueva York que despierta alrededor del protagonista, un desarraigado y proletario antihéroe. Pronto intuimos lo que está a punto de suceder, gracias a las extrañas armonías de Fly On a Windshield dibujadas por la doce cuerdas de Mike Rutherford y los coros del sintetizador de Tony Banks. A partir de aquí el oyente se sumerge en un caleidoscopio de imágenes musicales y literarias fascinantes, como el lirismo sobrecogedor de la balada iniciática Cuckoo Cucoon, la sombría crítica de la sociedad americana en Broadway Melody Of 1974, o la arrogante declaración de principios de Rael en la espléndida Back In N.Y.C., versioneada por Jeff Buckley en su más que recomendable álbum póstumo Sketches For My Sweetheart The Drunk. Poco importa lo inextricable del argumento ya que la clave de ciertas obras está en lo que sugieren más que en lo que explican, en lo que evocan mas que en lo que clarifican, y en esto el amante de la buena poesía estará de acuerdo conmigo. Por cierto que no abundan las cabalgadas teclísticas de Tony Banks, tan representativas de otras épocas del quinteto; tan sólo asoman tímidamente en In The Cage o en The Raven, pero sí encontramos felizmente la delicadeza de su piano acústico en la hermosa The Lamia o en Anyway. También aparece la proverbial vena experimental característica de la época, en el hechizante crescendo de The Carpet Crawlers, en la jam atonal The Waiting Room o en la melancólica tristeza de una escueta y comedida viñeta "New Age" como Silent Sorrow In Empty Boats. A destacar, como siempre, las alusiones introducidas estratégicamente en los textos de las canciones por un Gabriel que no quiere perder contacto con la realidad: On Broadway, de Los Drifters, Runaway, de Del Shannon o It´s Only Rock And Roll de los Stones.
The Lamb es en definitiva una clara demostración
de que existen músicos de rock capaces de fabricar una propuesta
musical compleja, estimulante y arriesgada sin necesidad de aproximarse
al Jazz, aunque en su senectud artística acaben sucumbiendo a los
encantos de una comercialidad domesticada y lucrativa. Acercarse sin prejuicios
a los momentos verdaderamente estelares de estos y otros músicos
es una labor que recomendamos sinceramente al melómano impenitente
que a buen seguro navega por estas páginas.