La posición oficial del Estado Portugués

         Aunque sean escasas las afirmaciones de los responsables de la diplomacia portuguesa, es inequívoco el principio de que Portugal no reconoce la soberanía española sobre el territorio de Olivenza. En los últimos siete años se conocen solamente tres testimonios públicos de la diplomacia portuguesa relativos a la titularidad de los derechos de soberanía sobre la región de Olivenza. Pero son lo suficientemente claros para comprender la posición oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Portugal.



        En 1988, el Embajador portugués Carlos Empis Wemans, representante luso en la Comisión Internacional de Limites Luso-Española afirmó en declaraciones al periódico Diário de Lisboa: 

         «Portugal nunca ha reconocido oficialmente la situación. Olivenza, desde el punto de vista legal, sigue siendo portuguesa. Es esa la razón por la cual, respondiendo a contactos puntuales de España sobre problemas de la región, Portugal siempre contesta que es portuguesa de derecho».

           Más recientemente, esta posición ha sido reafirmada a propósito del Puente de Ayuda, una obra de estilo manuelino del siglo XVI, destruída en 1709 durante la Guerra de Sucesión de España y que ha permanecido intransitable hasta nuestros días, dificultando la comunicación entre Elvas y Olivenza sobre el Rio Guadiana, hoy frontera "de hecho", pero no la frontera jurídicamente aceptada por Portugal.
          En 1990, el Primer Ministro Cavaco Silva acordó, en la Cumbre Ibérica, la reconstrución del Puente de Ayuda, como obra transfronteriza, conforme fué negociado por la Secretaria de Estado de Planeamiento Regional, Drª. Isabel Mota, y por su homólogo español José Borrell. Cuatro años después, a primeros del mes de Marzo, el Ministerio Portugués de Asuntos Exteriores, dirigido por Durão Barroso, imposibilitó el acuerdo, paralizando la ejecución del proyecto. El Embajador Pinto Soares, representante portugués en la Comisión Internacional de Limites se negó a discutir el "dossier" del puente, afirmando que

          «El Estado portugués no puede comprometerse en ningún proyecto que implique el reconocimiento del trazado de la frontera sobre un lugar en que no existe consenso sobre ella». «Participar en esta empresa, explicó al periódico PÚBLICO un miembro del Ministerio de Asuntos Exteriores de Portugal, significaría reconocer la soberanía española sobre Olivenza. »

          La forma astuta con la que España intentaba conseguir el reconocimiento de la ocupación ilegal de Olivenza se transformó paradójicamente en una reivindicación inequívoca de los derechos portugueses sobre el territorio. Planteando el Estado Portugués que el territorio de Olivenza se incluye en su espacio de soberanía, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Portugal consiguió que España aceptara que la obra fuera ejecutada exclusivamente por Portugal, y no como una empresa conjunta de carácter transfronterizo. La forma silenciosa con la que los estados peninsulares suelen tratar la cuestión oliventina tuvo como consecuencia que el acuerdo final fuera decidido en la Cumbre Ibérica de Oporto en Noviembre de 1994, sin que trascendieran a la opinión pública las fricciones que el problema provocó.

           La más reciente afirmación oficial de que Olivenza y su territorio son parte integrante del Estado Portugués ocurrió en 1995. La razón de ésto tiene su origen en el proyecto del Embalse del Alqueva, cuya albufera inundará alrededor de 2.400 hectáreas de superfície en los municipios españoles de Badajoz, Cheles, Alconchel, y Villanueva del Fresno, y aproximadamente 1.000 hectáreas en Olivenza.
          En el ámbito de las negociaciones sobre este proyecto realizadas entre los dos estados peninsulares, las autoridades portuguesas, entre las que se incluyen el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Asuntos Exteriores, enviaron a Madrid, en Marzo de 1995, un estudio detallado de los efectos que el proyecto causará en territorio español. Como Portugal no reconoce la soberanía española sobre Olivenza, en los 13 volumenes del estudio enviado a las autoridades españolas no existía la información sobre esa superfície jurídicamente portuguesa. Sólo una semana después, por deferencia con los españoles y para simplificar aspectos técnicos, la administración portuguesa remitió a España información que incluía datos sobre Olivenza. Sin embargo, para dejar clara la posición lusa, el estudio se llamaba «Territorio de España y de Olivenza», demostrando claramente que el Gobierno Portugués no considera Olivenza como parte integrante de España. 

 
 

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