Panfleto repartido por Izquierda
Revolucionaria con ocasión de las movilizaciones del
Día de la Mujer Trabajadora (Marzo 2000)
El
8 de Marzo de 1908, 129 trabajadoras de la fábrica textil Cotton
de Nueva York fueron brutalmente asesinadas. Llevaban varios días
de huelga para exigir la jornada laboral de diez horas, un salario decente
y unas condiciones de trabajo dignas: se habían encerrado en el
interior de la fábrica. La respuesta del empresario a su pacífica
protesta fue quemar el edificio con las trabajadoras dentro.
Dos años después,
la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, instituyó
el 8 de marzo como el DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA, a propuesta de
la revolucionaria marxista alemana Clara Zetkin. Desde entonces el 8 de
marzo es celebrado en todo el mundo como un día de lucha contra
la explotación y la opresión de la mujer obrera.
En los medios de comunicación
casi nunca se oye hablar del origen del 8 de Marzo. A la sociedad le
interesa vendernos este día como el día de «la mujer»
a secas, un día en el que nos regalan flores, nos invitan al cine
y nos dedican un programa en la televisión, relegándonos
al papel pasivo que este sistema espera de nosotras.
Sin embargo, a lo largo de
la historia este día ha sido símbolo de la lucha de las mujeres
por los derechos que les negaban sus gobiernos. El 8 de Marzo de 1914,
meses antes de que estallara la 1ª Guerra Mundial, las mujeres organizaron
manifestaciones masivas en las más importantes ciudades europeas
pidiendo la paz. El 8 de Marzo de 1917 (17 de Febrero en su calendario)
las trabajadoras de Petrogrado se declararon en huelga y salieron a la
calle reclamando pan para sus hijos y el fin de la guerra. Esta huelga
fue el comienzo de la Revolución de Febrero que derrocó al
odiado sistema zarista y que allanó el camino a la Revolución
de Octubre. Estas y otras acciones reivindicativas son representativas
del espíritu del 8 de Marzo, día de la Mujer Trabajadora.
Algo por lo que luchar
A pesar de los logros conseguidos
en las últimas décadas, sería utópico pensar
que a la mujer no le queda nada por lo que luchar.
Según las últimas
encuestas de población activa, cada vez el desempleo aumenta más
para las mujeres que para los hombres. Dos tercios de todo el trabajo en
el Estado español no están remunerados, y un 80% del mismo
lo desarrollan las mujeres: todavía no se ha logrado que el trabajo
del hogar -jornadas de más de ocho horas para la mayoría
de las mujeres- sea considerado un trabajo y, por tanto, remunerado. Para
este trabajo no hay vacaciones, ni puentes, ni fines de semana y muchas
mujeres lo compatibilizan con el trabajo “fuera de casa”. El resultado
es que la jornada real de trabajo de la mujer (56’7 horas/semana)
es casi el doble que la del hombre (36’43 horas).
Datos recientes sitúan
el desempleo femenino en el 24% frente al 12% del desempleo en los hombres.
Siempre ha sido más difícil para la mujer encontrar empleo:
su posible baja maternal, el tener que llevar adelante, en muchos casos,
un hogar familiar, ... la convierten a los ojos de los empresarios en un
trabajador “conflictivo”; no importa que según datos de la Seguridad
Social las mujeres registran muchas menos bajas laborales que los hombres.
El tópico está ahí y se refleja en que el número
de contratos realizados a mujeres es siempre muy inferior al de los hombres.
Una vez conseguido el trabajo,
no acaba la discriminación. Según denuncian UGT y CC.OO.,
en el conjunto del Estado «las mujeres perciben un salario medio
inferior a un 25% al que reciben los hombres. Esta discriminación,
que permanece inalterable hace años, se produce en todos los sectores
de actividad y en todas las actegorías profesionales, y tiene su
origen principalmente en la desigual valoración del trabajo en la
aplicación de los sistemas de clasificación profesional».
Además de los problemas
laborales, todavía quedan batallas sociales por ganar:
-
El derecho al aborto libre y
gratuito: todavía no hay completa libertad.
-
La lucha por la humanización
de la mujer en los medios de comunicación: no sólo somos
cuerpos, somos seres humanos, igual que los hombres.
-
La desigualdad en el lenguaje:
la mujer desaparece de la historia en frases como “los franceses consiguieron
derrocar al sangriento dictador”. ¿Y las francesas?
-
Tenemos que conseguir verdaderas
condenas ejemplares en casos de violencia doméstica, abusos y acoso
sexual y reivindicar medidas contra los jueces que no las apliquen.
Esto sólo en referencia
al Estado español, en el mundo los datos son aún más
escalofriantes:
-
El 70% de los pobres del mundo
y 2/3 de los analfabetos son mujeres.
-
Según la ONU, más
de un millón y medio de menores –en su mayoría niñas-son
obligadas a ejercer la prostitución.
-
En África, las mujeres
realizan el 80% de los trabajos y sólo perciben el 1% de los beneficios.
600.000 mujeres mueren al año por complicaciones en el parto y 75.000
intentando abortar.
Buscando culpables
Las mujeres no debemos caer
en la trampa de echar la culpa de nuestros males al “hombre”. Existe un
sector del feminismo que trata de convencernos de que la causa de todos
los males de las mujeres es el dominio y la opresión del hombre
y que, por lo tanto no debemos luchar con ellos sino contra ellos.
Siguiendo ese mismo razonamiento,
los inmigrantes deberían luchar contra los trabajadores autóctonos,
los jóvenes deberían enfocar toda sus reivindicaciones en
la lucha contra los mayores, los homosexuales contra los heterosexuales,
los parados contra los empleados, etc…
Las mujeres trabajadoras
tenemos que luchar por un feminismo de clase, de izquierdas. En esta época
de pensamiento único, el feminismo impulsado desde los púlpitos
del poder mantiene que las mujeres tienen que ayudarse a sí mismas
porque nadie más va a ayudarlas y habla de que todos los problemas
se resolverían con una mujer en el gobierno. La experiencia nos
demuestra, sin embargo, que esto no es así. Mujeres poderosas como
Margaret Tatcher o Madeline Albright no han “arreglado el mundo”, ni siquiera
el de las mujeres. De hecho, nunca la clase trabajadora de Gran Bretaña
sufrió tanta pérdida de conquistas sociales como cuando Margaret
Tatcher encabezó el Gobierno de su majestad. Y Madeline Albright
organizó la Guerra del Golfo, guerra que, por cierto, fue apoyada
por las diputadas del PSOE y PP. Lo que quiere decir que cuando han tenido
que elegir entre sus intereses o ideas como mujeres y sus intereses de
clase -sus privilegios- han optado siempre por éstos últimos.
El feminismo del pensamiento
único, neoliberal, de tercera vía, es una ideología
defendida por mujeres de clase media-alta que han triunfado en los negocios
o en la política y que ven progresos sociales allí donde
únicamente se producen ascensos individuales.
Es posible que estas mujeres
tengan algunos problemas en común con las trabajadoras y amas de
casa, pero en realidad la clave está en que a ellas la opresión
les afecta incomparablemente menos que a las mujeres de clase trabajadora
y no tienen porqué vincularse a nuestras luchas. Las mujeres ricas
no mueren intentando dar a luz, no necesitan guarderías gratuitas
porque les sobra el dinero, y tampoco tienen porqué preocuparse
de compatibilizar la casa y el trabajo, ya que muchas de ellas ni siquiera
tienen que trabajar para vivir y poseen recursos suficientes para contratar
un servicio doméstico.
Tenemos que tener claro que
la división de la sociedad en clases y naciones y el dominio de
la economía mundial por los grandes consorcios multinacioonales
privados es la causa del sufrimiento de la mayoría de la población.
Un informe de la ONU estima que sólo un 1% de las ingresos mundiales
serviría para erradicar la pobreza del mundo. La diferencia entre
ricos y pobres aumenta cada año.
Los problemas de la mayoría
de las mujeres, la opresión que sufrimos, toda esta discriminación
es parte de la opresión de la clase privilegiada sobre la clase
trabajadora, opresión que se manifiesta más agudamente en
ciertos grupos dependiendo de su sexo, color de la piel, nacionalidad,
etc…
El marxismo considera que
cada lucha tiene que generalizarse a TODA LA CLASE TRABAJADORA en una lucha
común contra el sistema capitalista por dos razones fundamentales:
1.- El capitalismo y el
sistema de clases son la causa común de toda la injusticia, opresión
y desigualdad dentro de la sociedad.
2.- Uno de los pilares fundamentales
de este sistema es precisamente la división entre los distintos
grupos oprimidos dentro de la clase trabajadora (mujeres-hombres, parados-empleados,
inmigrantes-nativos, jóvenes-mayores…).
Usando la táctica
del “divide y vencerás” consiguen que nos enfrentemos unos a otros
para que no nos demos cuenta de que este sistema es el verdadero culpable.
Durante mucho tiempo
las mujeres trabajadoras del mundo entero hemos luchado para obtener el
derecho al voto, al trabajo, al aborto, al divorcio... en protesta por
unas pésimas condiciones de trabajo, por unos sueldos ínfimos,
por la discriminación ante la ley, y contra las dictaduras militares,
el fascismo y la guerra.
La lucha de las mujeres es
parte de la lucha por desterrar de una vez por todas las injusticias de
este sistema, que condena al hambre y la pobreza a una de cada cuatro personas
en el mundo, que extiende la desigualdad social, el racismo y las
guerras, sólo en beneficio de unos pocos.
Es importante dejar claro
de una vez por todas que el 8 de Marzo es una jornada reivindicativa de
las mujeres que tienen que ganarse el sustento cada día, de las
amas de casa que llevan el peso de toda una familia, de las mujeres del
tercer mundo que son vícitmas de guerras, hambre, violaciones y
torturas. Es el día en el que levantamos el puño junto con
nuestros compañeros de trabajo y gritamos: ¡Basta ya!
Reclamamos:
-
A igual trabajo, igual
salario. No a la discriminación en el trabajo. Reparto del trabajo
entre todo el mundo. Jornadas de 35 horas semanales sin reducción
salarial. Por el reconocimiento del trabajo del hogar como trabajo remunerado.
-
Posibilidad de excedencia
retribuida al 100% del salario durante un año, por parte de cualquier
cónyuge, decidido por la pareja, esté casada o no, después
de tener un hijo
-
No más recortes
en los gastos sociales. Guarderías, lavanderías y comedores
gratuitos.
-
Un programa masivo de
construcción de escuelas, hospitales y viviendas para todos.
-
Anticonceptivos seguros
y gratuitos, al alcance de todos. Información sexual obligatoria
en los colegios e institutos. Aborto libre y gratuito. Un centro de planificación
familiar en cada barrio o pueblo.
-
El fin del racismo, el
fascismo y cualquier forma de discriminación u opresión,
ya sea contra la mujer, el inmigrante, el homosexual, etc...
-
Educación pública
gratuita, científica, democrática, laica y no sexista al
alcance de todo el mundo
-
Salario social para las
mujeres con cargas familiares, incluyendo ayudas antes del nacimiento
-
Por el endurecimiento
y aplicación verdadera de penas contra los delitos de violación,
violencia doméstica y acoso sexual.
-
No a la discriminación
de la mujer en el lenguaje ni a la utilización de la imagen femenina
como objeto sexual
Datos de interés
-
De los 1.300 millones de personas
que viven en la pobreza absoluta más del 70% son mujeres.
-
Según las estadísticas
sólo el 37% de la mujeres del mundo están económicamente
activas, percibiendo las ¾ partes del salario medio masculino. Trabajando,
en la mayoría de las ocasiones, como mano de obra barata.
-
Sin embargo, si tenemos en cuenta
las actividades económicas no remuneradas (que son las que
van ligadas íntimamente al desarrollo humano, como son la reproducción,
el cuidado de los hijos y las hijas, los ancianos y ancianas) éstas
suponen el 55% del trabajo que se hace en el mundo.
-
Según Naciones Unidas
más de 2/3 de las 960 millones de personas analfabetas adultas de
todo el mundo son mujeres.
-
Según la OMS cada año
mueren medio millón de mujeres por causas relacionadas con el embarazo
y el parto, el 99% de ellas pertenecen a los países en vías
de desarrollo.
-
Se calcula que para el próximo
año habrá casi 14 millones de mujeres seropositivas (el 50%
de la población afectada), y aproximadamente, cuatro millones habrán
muerto.
-
Según la economista Amartya
Sen, se calcula que en el mundo “faltan” 100 millones de mujeres, porque
han muerto prematuramente como causa de la discriminación y violencia.
En ciertos países se utilizan pruebas para determinar el sexo del
feto; si es femenino, puede ser objeto de aborto. En Asia se llega al infanticidio
femenino y se descuida la nutrición de las niñas.
-
Asímismo, y según
Naciones Unidas, aproximadamente 1.500.000 menores, mayoritariamente niñas,
se ven obligadas a ejercer la prostitución, algunas de ellas son
incluso vendidas por sus propias familias.
-
La circuncisión femenina
que afecta entre 85 y 114 millones de mujeres y niñas en todo el
mundo.
-
El 80% de los 25 millones de
personas refugiadas en todo el mundo son mujeres, niños y niñas.
-
Un tercio de los hogares
del mundo están encabezados por una mujer. En América Central
y en algunos países africanos la cifra alcanza el 50%.
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