Javier García. Artículo
publicado en A luchar nº 1 (Mayo 1999)
El
14 de enero en Barcelona, Aznar demostró lo que significa en realidad
el viaje hacia el centro político. La brutal actuación de
la policía contra los estudiantes que protestaban contra la política
del PP tuvo como resultado 14 heridos, entre ellos tres profesores.
Aquellos que piensen que
esto sólo fue un hecho aislado se equivocan totalmente. Pocos días
después la policía cargaba sin razón alguna en Jaén
contra cientos de inmigrantes que guardaban cola para obtener un permiso
de trabajo.
El Gobierno del PP ha apostado
por la vía de la represión al aprobar el proyecto Policía
2000. Este proyecto introduce un complemento de productividad en los cuerpos
de seguridad del estado. Así, los policías que pongan más
multas y detengan a más ciudadanos ganarán más, lo
que estimula el abuso policial.
Esta medida se complementa
con despliegues policiales masivos como la "Operación Luna", que
según los responsables de Interior, está destinada a prevenir
la "violencia callejera". Sin embargo, las bandas nazis siguen actuando
en las grandes ciudades con total impunidad. La policía sabe perfectamente
quienes son y donde actuan los fascistas, pero no hace nada.
Este tipo de dispositivos
policiales, en realidad, busca fortalecer la autoridad del estado mediante
un control efectivo de la calle y de los jóvenes. Esto no es casualidad.
El PP es consciente de que su política contraria a los intereses
de la mayoría de la sociedad le crea muchos enemigos.
Los tres años de Gobierno
Aznar han significado un auténtico desastre para la clase trabajadora.
Se ha desregulado salvajemente el mercado de trabajo, potenciando los contratos
basura y la flexibilidad laboral. El resultado de esta política
no puede ser más negativo: el empleo temporal continua en el 32%,
un millón de trabajadores son semi-esclavos en manos de las ETT's,
el desempleo juvenil supera el 30% y el despido es más fácil
y sobre todo, más barato.
Las mujeres trabajadoras
siguen discriminadas: "El salario medio de las mujeres equivale, aproximadamnete,
al 70 por ciento del de los hombres, segun revelan distintos estudios que
sobre la problemática relacionada con la inserción de las
mujeres en el mundo laboral ha realizado el Instituto de la Mujer"
(Diario de Andalucía, 10/OCT/98)
El PP ha continuado la fiebre
privatizadora que inauguró el PSOE hasta unos niveles intolerables
para el sector público. Se han realizado privatizaciones de empresas
públicas por un valor de 4,3 billones de pesetas, con la consiguiente
pérdida de empleos.
Las privatizaciones están
empezando a afectar a los servicios sociales como la sanidad y la educación.
Una enmienda del PP a la Ley de Presupuestos del Estado facilita la conversión
de los Hospitales Públicos en Fundaciones Hospitalarias, un primer
paso hacia la privatización total. Asimismo, la enseñanza
pública está siendo abandonada, mientras se aumentan las
subvenciones a los centros privados.
Los beneficios empresariales
crecieron en 1998 un 21% y la banca obtuvo más de medio billón
de pesetas de beneficios. Pero esto no es suficiente para el Gobierno Aznar
que encima les regala una reforma fiscal que beneficia a las grandes fortunas.
Por contra el dinero destinado a subsidios de desempleo ha sido recortado
un 9%, mientras que la subida salarial media no superó el 2,3%.
Las privatizaciones, los
despidos, los recortes presupuestarios, los regalos multimillonarios a
especuladores y multinacionales, su servilismo al imperialismo yanqui,...
tiene un precio: la oposición cada vez más amplia de los
trabajadores, la juventud y los movimientos sociales.
Sin embargo, toda esta creciente
oposición a la política capitalista del PP no ha tenido todavía
un cauce para expresarse debido a que los dirigentes de UGT y CC.OO. se
han embarcado en una política de pactos con el Gobierno llegando
a firmar acuerdos impresentables que sólo benefician al Gobierno
y a los grandes empresarios.
Por otro lado, el PSOE, sumido
en una crisis de liderazgo, reduce toda su política a una débil
y testimonial oposición parlamentaria que esconde su acuerdo básico
con el PP en los temas fundamentales.
El PSOE critica en Madrid
lo que la Junta de Andalucía hace aquí. Un ejemplo de esto
lo tenemos en el SAS. Mientras que en Madrid se critica las fundaciones
hospitalarias, en Andalucía la Junta las crea en áreas como
las drogodependencias o la atención de enfermos mentales. Asimismo
está cerrando y separando servicios y departamentos -como Laboratorios
y servicios de Radiología y Urgencias- en un primer paso para la
reconversión de plantillas y la privatización consiguiente,
cuando no entrega a la Sanidad Privada areas hospitalarias como la Sierra
de Cádiz o el Aljarafe sevillano.
Sólo IU, junto a la
CGT y otras organizaciones, está haciendo hace algo positivo como
la campaña por las 35 horas, pero tampoco es suficiente. Es necesario
unir esta justa demanda a la lucha por derrocar a Aznar, vinculando esta
idea a la tarea de la transformación socialista de la sociedad.
El Gobierno Aznar es el gobierno
más débil de toda la "democracia". Ningún gobierno,
ni siquiera los de Suárez durante la transición, contó
con un apoyo parlamentario tan exiguo. Echar a Aznar mediante la movilización
sería relativamente sencillo a condición de que los sindicatos
y la izquierda unan sus esfuerzos en torno un programa de transformaciones
sociales que despierte el entusiasmo perdido. Un programa por el que merezca
la pena luchar.
Tres años de Gobierno
del PP son demasiados para la clase obrera y la juventud. Es necesario
ponerles punto y final, rechazando a este partido y a sus socios en las
urnas, pero también mediante la movilización obrera y popular
para echar a este gobierno derechista, represivo y capitalista. Si unimos
nuestras fuerzas podremos hacerlo. |