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El colapso del estalinismo. Perspectivas para los Estados ex-estalinistas (junio '92)
Documento aprobado por el Comité Ejecutivo Internacional del Comité por una Internacional Obrera -CIO- (más conocido comoTendencia Militant), publicado por el Colectivo Manifiesto -grupo antecesor de Izquierda Revolucionaria- entonces sección española del CIO.   
 

NOTA PREVIA  

Este documento que tenéis en vuestras manos fue aprobado por el Comité Ejecutivo Internacional en junio de 1992, es decir, menos de un año después de la caída de Gorbachov y la desintegración de la URSS. En el se abordan con acierto las principales consecuencias derivadas del colapso del estalinismo y las perspectivas más probables a corto, medio y largo plazo. 

Aunque el documento empieza hablando de 1991 como un año que marcó "un punto decisivo en la historia", refiriéndose al golpe de agosto y sus consecuencías, es necesario reafirmar que el proceso de restauración capitalista, tal y como el propio documento señala más adelante, ya había comenzado en la Europa del Este, sobre todo a partir de 1989. 

A finales de este último año, las masas de jóvenes y trabajadores se levantan contra el dominio burocrático y derriban los regímenes totalitarios del estalinismo. De octubre a diciembre, en sólo tres meses, los dirigentes estalinistas más odiados son obligados a dimitir o incluso son ajusticiados, como el caso de Ceaucescu en Rumanía. 

El movimiento de masas no retrocedió ante la represión policial. La conquista de las libertades democráticas en los países vecinos animaba más y más a los trabajadores a seguir en la lucha. La velocidad de los acontecimientos y la irrupción de las masas en la escena política son dos características de una situación revolucionaria. Esquemáticamente, esto es lo que sucedió: 

En agosto, Solidaridad entra en el gobierno polaco y obtiene la Presidencia. La elecciones se celebraron dos meses antes, en junio. El sindicato fue legalizado en abril. Hungría, al igual que Polonia, toma la delantera y autoriza el pluripartidismo en enero. En septiembre, 57.000 alemanes de la RDA pasan a la RFA a través de Hungría. Durante la primera quincena de octubre se producen numerosos choques armados entre manifestantes y policías en Berlín, Leipzig y Dresde. El 18, Eric Honecker es desplazado. El PC húngaro se autodeclara obsoleto y se convocan elecciones para marzo. El 9 de noviembre, Egon Krenz, sucesor de Honecker, decide la apertura del muro y anuncia elecciones libres para mayo. El día siguiente, el presidente búlgaro, no sólo es depuesto, sino que es expulsado del partido. En Checoslovaquía, dimite el presidente Milos Jakes, después de cuatro décadas en el poder. Egon Krenz es obligado a dimitir el 3 de diciembre. El 10 de diciembre, la oposición entra en el gobierno en Checoslovaquía. El 11, se anuncian elecciones libres en Búlgaria. El 22 comienza la revolución en Rumanía. Tres días después, Ceaucescu es fusilado. El 1 de enero se legaliza el pluripartidismo. 

La Comisión Permanente
 
 
EL COLAPSO DEL ESTALINISMO

TRASFONDO INTERNACIONAL 

1. 1991 marcó un punto decisivo en la historia mundial. Con el colapso del golpe de estado de agosto, la contrarrevolución dentro de la Unión Soviética (URSS) dio un enorme salto adelante, con la consiguiente desintegración de la Unión y la formación de gobiernos burgueses en todas sus antiguas repúblicas. Esto aceleró enormemente el proceso de restauración capitalista que ya se venía desarrollando en la Europa del Este. Se están imponiendo en todos los países ex-estalinistas relaciones económicas capitalistas con diferentes ritmos. Esto también está teniendo lugar, aunque a un ritmo más moderado, en los pocos estados estalinistas que aún quedan como China, Vietnam y Cuba. 

2. El colapso del estalinismo tiene una importancia decisiva para las perspectivas mundiales. Las relaciones mundiales han sido transformadas por estos acontecimientos, de la misma forma en que el resultado de la Segunda Guerra Mundial determinó el carácter de las relaciones mundiales por más de cuatro décadas. Durante ese período, los conflictos entre las clases y naciones se desarrollaron en el contexto de un equilibrio creado entre dos poderosos bloques antagónicos, el imperialismo y el estalinismo. A pesar de los levantamientos explosivos de ese período, las relaciones mundiales asumieron un carácter relativamente estable dentro de patrones claros. 

3. La destrucción del estalinismo, como un bloque poderoso contra el imperialismo, ha sacudido los vínculos que mantenían unidas a las potencias imperialistas durante 40 años. Hemos entrado en un período histórico más conflictivo, marcado por la agudización de las rivalidades inter-imperialistas y la profundización de la crisis capitalista. Este no es el lugar para tratar el tema de perspectivas para la economía mundial que serán analizadas en un nuevo documento de perspectivas mundiales, no obstante, está claro que estamos viendo una reordenación explosiva de las relaciones mundiales. 

4. La caída del estalinismo significó para el imperialismo una enorme victoria ideológica. El "mercado" capitalista apareció triunfante sobre el "socialismo" y la economía planificada. Esto por sí solo tuvo un enorme impacto a nivel internacional, desorientando a la clase obrera en general, y desmoralizando a algunos de los sectores más avanzados, especialmente donde el estalinismo ejercía una cierta influencia en el pasado. Todos los partidos comunistas han sido convulsionados por profundas crisis internas, la mayoría de ellos se están desmoronando al interior de la Internacional Socialista o han decidido disolverse. 

5. La victoria del imperialismo no es solamente una victoria en el plano ideológico. El colapso de las economías planificadas estalinistas abre nuevas áreas del mundo a la explotación capitalista. Pero aunque el capitalismo mundial haya salido fortalecido a corto plazo, este proceso tiene obvios límites. Las principales potencias están en una lucha por la influencia sobre los emergentes estados burgueses de Europa del Este y la ex-URSS. El capitalismo alemán quiere convertir Europa Oriental en una zona bajo su influencia. El 80% y el 40% de la inversión extranjera en Checoslovaquia y Polonia, respectivamente, proviene de Alemania. Esta situación, no obstante, está preparando nuevos conflictos entre Alemania y sus rivales europeos y en el futuro creará inevitables conflictos con Rusia. Reflejando el nuevo orden de alianzas y contra-alianzas, la inversión extranjera en Hungría está dominada por los rivales de Alemania, principalmente EE.UU. 

6. Al mismo tiempo, el establecimiento de nuevos regímenes burgueses en Europa del Este y la ex-URSS crea nuevas tensiones para el capitalismo mundial. Los levantamientos en los antiguos estados estalinistas han desatado poderosas fuerzas desestabilizadoras para las relaciones entre las distintas potencias. El caos creado por el colapso económico, los conflictos étnicos y las guerras civiles amenaza con desbordarse, afectando a Europa Central y a partes del Oriente Medio y Asia. Los estados de Europa Occidental se preparan para el flujo de refugiados desde las zonas de guerra de la antigua Yugoslavia. Un millón de refugiados han sido desplazados por los conflictos en Bosnia y Croacia, el éxodo más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. 

7. Estos acontecimientos, junto al débil crecimiento de la economía mundial, han revelado las nuevas tensiones entre las principales potencias capitalistas. Un reciente informe del Pentágono refleja la alarma del imperialismo USA frente a estos sucesos. El documento advierte que Alemania y Japón podrían convertirse en potencias nucleares en respuesta a la inestabilidad de la ex-URSS y la proliferación de nuevos estados nucleares en la región. El informe agrega que la "nueva prioridad" del imperialismo USA, después de la guerra fría, es "evitar el surgimiento de posibles rivales en cualquier región del mundo". Dentro de Europa Occidental, la fuerza avasalladora de la Unión Europea se debilita con la creciente vacilación y abiertas divisiones entre la burguesía europea. El conflicto en Yugoslavia expuso las crecientes grietas entre los estados del Mercado Común Europeo, como la negativa por parte de Grecia de reconocer a Macedonia y la resistencia por parte de Gran Bretaña a mandar una fuerza militar europea a Croacia. 

8. La experiencia del capitalismo alemán demuestra los efectos contradictorios del colapso del estalinismo. De todas las potencias imperialistas, Alemania es la que más ha ganado de estos acontecimientos, pero también arriesga las pérdidas más grandes. Por un lado, la reunificación del país ha extendido la base económica del capitalismo alemán, al mismo tiempo que ha precipitado una enorme crisis social. Los costos de la reunificación exceden enormemente los pronósticos originales de la clase dominante alemana, aumentando fuertemente las presiones sobre el estado. Alemania ha incorporado a sus cimientos todas las contradicciones de los procesos en Europa Oriental: una crisis social no resuelta en el Este, y la resistencia por parte de la clase trabajadora a los crecientes costos que significa la restauración capitalista. El reciente movimiento huelguístico, el más grande desde 1948, marca el fin del "consenso social" de la postguerra y el comienzo de un nuevo período explosivo en la historia de Alemania. 

¿UN SALVAVIDAS DESDE OCCIDENTE? 

9. Si fuera posible consolidar una economía capitalista en los países ex-estalinistas, abriendo paso a una expansión importante del comercio mundial, esto plantearía la posibilidad teórica de un nuevo período de bonanza para el capitalismo internacional. Esta perspectiva no obstante, es muy improbable. De forma creciente, son los efectos negativos del colapso del estalinismo lo que preocupa a los estrategas del capitalismo mundial cuando calculan los costos de las guerras, las migraciones masivas y la extensión de las condiciones de inestabilidad a áreas que antes estaban aisladas por una cortina de hierro. 

10. Varios factores actúan contra la posibilidad de un período de crecimiento basado en una restauración del capitalismo en estos países. Primeramente, las economías de Europa del Este y la ex-URSS se encuentran débiles y empobrecidas, y lo más probable es que seguirán así en base al capitalismo. En segundo lugar, están los propios límites del capitalismo mundial. Los hechos están confirmando nuestro pronóstico de que los países imperialistas no están dispuestos a invertir las enormes sumas necesarias para desarrollar estas economías. El paquete de 24.000 millones de dólares en ayuda para la ex-URSS, anunciada por el Grupo de los 7 en abril de 1992, no se puede comparar con las cifras necesarias e incluye muy poco "new money" (nuevos créditos). El Pentágono gasta esta cantidad de dinero cada 24 días en defender los intereses del imperialismo USA. 

11. Los cálculos sobre los niveles de inversión necesarios para modernizar la economía de la ex-URSS y llevarla a los niveles de Europa Occidental varían entre 76.000 millones y los 167.000 millones de dólares anuales. En el contexto de un lento crecimiento de la economía mundial, es utópico pensar que la burguesía imperialista invertirá estas sumas en países donde el capitalismo aún no está establecido de forma segura. 

12. El Plan Marshal para reconstruir Europa Occidental en el período de la postguerra, se llevó a cabo bajo condiciones internacionales total-mente diferentes. El imperialismo EE.UU. salió de la guerra enormemente fortalecido en comparación con sus rivales capitalistas y fue capaz de intervenir de forma decisiva para ayudar a los debilitados regímenes de Europa Occidental a derrotar la ola revolucionaria de la postguerra. En estos estados, aunque se encontraban devastados por la guerra, el capitalismo aún existía y por lo tanto no era necesario reconstruir totalmente la estructura financiera, legal y administrativa necesaria para el desarrollo de una economía capitalista.  

13. Hoy, aunque sigue siendo la principal potencia capitalista, la posición de EE.UU. en el mercado nacional y mundial está siendo amenazada por el predominio de Japón y también por la Comunidad Europea. La incapacidad de llegar a un acuerdo en las negociaciones del GATT demuestra la feroz pugna que se está desarrollando, producto de un crecimiento de la economía mundial mucho más moderado de lo que se esperaba. La firma de un acuerdo del GATT, todavía el resultado más probable de las negociaciones, puede ser socavado de forma creciente en la práctica por el desarrollo de una velada guerra comercial. El Plan Marshall fue la respuesta frente al fortalecimiento de la Unión Soviética y al temor de que el capitalismo pudiera ser derrocado en Europa Occidental. Paradójicamente, ahora que el estalinismo ya no representa una amenaza, es menos probable que el imperialismo intervenga con la necesaria ayuda económica. 

EFECTOS EN LA CLASE OBRERA 

14. El establecimiento de regímenes burgueses pro-capitalistas en la Europa del Este y en el territorio de la vieja Unión Soviética es un enorme paso atrás para estas sociedades. Un capitalismo brutal, a lo gangster, está llenando el vacío creado por el colapso de la economía planificada. Claramente, el derrocamiento de la economía nacionalizada y planificada, a pesar de sus distorsiones burocráticas, representa una importante derrota para la clase obrera en estos estados y a nivel internacional. 

15. No obstante, esta derrota no es comparable con la victoria del fascismo en los años 30, que liquidó físicamente las organizaciones del proletariado y abrió paso a una nueva guerra imperialista. En el período actual hemos visto un fortalecimiento de la clase obrera en una serie de importantes países capitalistas, como Alemania y Japón. Para el proletariado en los estados ex-estalinistas, la destrucción de la economía planificada representa una terrible derrota histórica, con efectos sociales catastróficos. No obstante, aún en estos países, a pesar de la enorme confusión política, la clase obrera no ha sido aplastada como bajo el fascismo. La paradoja del proceso contrarrevolucionario que se está desarrollando en estos estados es que, hasta ahora, ha sido acompañado, y en cierto modo se ha apoyado, en los primeros movimientos por parte de organizaciones obreras independientes. 

16. Estos acontecimientos han creado una enorme confusión ideológica en la clase obrera y sus organizaciones a nivel internacional, especialmente entre los dirigentes reformistas. Durante todo un período, el progreso de las economías planificadas, a pesar del estalinismo, podía ser comparado positivamente con los resultados del capitalismo, especialmente en el mundo ex-colonial. Hoy los argumentos contra el capitalismo serán conducidos nuevamente desde las páginas de "El Capital", más que en el "lenguaje del hierro y el acero" y los logros de la economía planificada. El colapso del estalinismo como una fuerza dentro del movimiento obrero internacional ha tenido un doble efecto. En el corto plazo, ha desorientado a importantes sectores de la clase para quienes la economía planificada de los países estalinistas era un punto de referencia. El aparente fortalecimiento del imperialismo es un golpe para la confianza del proletariado, especialmente en los países ex-coloniales. A largo plazo, no obstante, el colapso del estalinismo como una fuerza política organizada es un factor de enorme importancia revolucionaria. 

17. Durante décadas, basándose en el resplandor de la revolución rusa y más adelante en la lucha contra el fascismo, los estalinistas mantuvieron una fuerte base organizativa e ideológica dentro del movimiento obrero internacional. Sólo los trostkistas, marxistas genuinos, desafiaron su posición defendiendo los verdaderos ideales de Octubre, el sistema de democracia obrera y el internacionalismo. Durante décadas el trotskismo quedó aislado mientras los estalinistas mantenían su posición de influencia. El colapso del estalinismo quita de en medio un enorme obstáculo para el desarrollo de las verdaderas ideas marxistas entre el proletariado, en especial entre la nueva generación de jóvenes. 

18. Donde más desconcierto existe entre el proletariado es en los antiguos países estalinistas. Pero aunque aún existe una enorme confusión e incertidumbre, la nefasta experiencia bajo el capitalismo minará de forma violenta las ilusiones de las masas. En estos momentos, la falta de una alternativa y el nivel del colapso económico ha aturdido, hasta cierto punto, al proletariado impidiendo el desarrollo de luchas más generalizadas. No obstante, implícito en este proceso, está la perspectiva, en algún momento, de explosivos movimientos de masas y grandes saltos en el nivel de conciencia, especialmente si se logra crear una dirección revolucionaria. El marxismo enfrenta un desafío histórico, la necesidad de preparar sus fuerzas de forma teórica y práctica para las inevitables batallas que se aproximan. 

19. Los acontecimientos en los estados ex-estalinistas han planteado nuevos problemas teóricos de máxima importancia para el marxismo. Estos procesos no tienen precedente en la historia de la humanidad. Desde 1989 hemos tenido que revisar nuestro análisis de la situación mundial, especialmente con respecto a estos sucesos, de la misma forma como en los años 40 los marxistas se vieron obligados a reestudiar una situación histórica totalmente nueva. Teóricamente, el marxismo se ha visto enormemente enriquecido por las lecciones de los movimientos de masas contra el estalinismo, el desvío de éstos hacia cauces de restauración capitalista y los peculiares problemas que han planteado. La tarea, hoy, es asumir de forma práctica estas lecciones en la lucha por construir las fuerzas del marxismo en los viejos estados estalinistas y en otros lugares. Este documento es un aporte a esta tarea, generalizando las experiencias del período reciente para desarrollar, sobre estas bases, nuestras perspectivas para el futuro. 

EL COLAPSO DEL ESTALINISMO EN LA URSS 

20. En base a las relaciones sociales originadas por la Revolución de Octubre, a pesar de las posteriores distorsiones creadas por el estalinismo, la URSS gozó de un enorme impulso económico. Debido a la economía planificada, la antigua Rusia atrasada alcanzó en dos generaciones los niveles de una poderosa potencia industrial. Pero el régimen de la URSS era enormemente contradictorio. La concentración del poder en manos de una nueva elite privilegiada, que descansaba sobre las espaldas de la clase obrera, significó que el desarrollo económico tuvo un alto costo en términos humanos y materiales. 

21. Una economía planificada requiere de la activa participación de la masa del pueblo trabajador para ejecutar, fiscalizar y regular el plan. Ante la falta de participación democrática, el enorme aumento de la burocracia entró en creciente conflicto con las necesidades de la economía planificada. Durante un período de tiempo la burocracia estalinista fue capaz de desarrollar las fuerzas productivas a pesar del desperdicio, la corrupción y la mala administración, algo endémico bajo regímenes burocráticos. Pero de forma creciente, especialmente ante las exigencias cada vez más complejas de una economía moderna, la continuación de este régimen eliminó las enormes ventajas de la economía planificada. Desde fines de la década de los 70, la economía soviética y la de los países de Europa del Este sufrieron estancamiento e incluso retrocesos. Mientras que entre 1961 y 1965, la Unión Soviética logró tasas medias de crecimiento anual del PIB del 6,5% y del 7,8% entre 1966-70, estas descendieron a sólo el 2,7% entre 1986-89. El colapso del plan significó que en 1991, el Producto Interno Bruto (PIB) de la Unión Soviética cayó en un 17%. Sin el control de una democracia obrera o incluso de los sindicatos como en las democracias capitalistas, la política industrial de la burocracia se llevó a cabo sin ninguna consideración por el enorme daño ecológico que estaba causando. La contaminación del aire y del agua ha devastado zonas enteras que ahora son demasiado peligrosas para ser habitadas. El Mar de Aral en Asia Central, que ha sufrido una erosión debido a la producción de algodón, es un monumento a la destrucción causada por los poderes ilimitados de la burocracia. 

22. Desde los años 70, el desarrollo de nuevas tecnologías acrecentó la brecha económica entre los estados estalinistas y los países capitalistas avanzados. A pesar de que no había escasez de innovación científica y la nueva tecnología era introducida en ciertos sectores económicos, especialmente en la industria militar, los osificados métodos burocráticos del estalinismo eran incompatibles con la introducción de forma generalizada de nuevos métodos científicos y nuevas técnicas de producción en la economía. Las empresas que luchaban por alcanzar sus metas de producción se resistían a introducir nueva tecnología debido a las interrupciones que esto causaba durante el período de instalación de equipos, capacitación de trabajadores, etc. De esta forma, en la medida en que las tareas del desarrollo económico se hacían más complejas, el sistema burocrático entraba en una creciente parálisis e inercia. Esto explica el atraso en la mayoría de las ramas de la economía, el énfasis en la industria pesada que es altamente intensiva en el uso de mano de obra y la dependencia de tecnologías desechadas hacía tiempo en Occidente. 

23. El análisis conjunto del Banco Mundial y el FMI, "Estudio de la economía soviética", ( febrero 1991) explica este problema desde una perspectiva capitalista: "Los incentivos para los gerentes de empresa para innovar, aumentar la eficiencia o mejorar la calidad de sus productos eran inadecuados o incluso perversos. Esto se debía en gran parte al imperioso énfasis puesto en el plan en alcanzar objetivos brutos de producción. La innovación y la búsqueda de técnicas más baratas generalmente causan una cierta interrupción en la producción mientras la nueva maquinaria es instalada, se capacita a los trabajadores y se prueban y desarrollan diferentes prácticas de trabajo. Pero el sistema de planificación que motivaba un mayor rendimiento principalmente imponiendo metas cada vez más ambiciosas, no podía permitir que las caídas temporales de la producción de una empresa redujera los insumos de las otras. Por otra parte, la típica recompensa a la innovación e eficiencia en una economía de mercado -precios más bajos, un mayor porcentaje del mercado, aumento de utilidades- eran en general de poco o ningún interés para la empresa soviética para quién los precios estaban fijados de forma arbitraria, especialmente si el costo era quedar por debajo de su meta de producción (todas las bonificaciones están atadas a esta meta). Incluso en el caso de que un mejoramiento de la tecnología llevase a aumentar la producción en un año, el beneficio para la empresa sería muy limitado, ya que la meta para el año siguiente simplemente sería elevada en la misma proporción". 

24. De esta forma, los intereses personales y la interacción de los diferentes estamentos y sectores de la burocracia se combinaban para bloquear los esfuerzos de la cúpula dirigente por aumentar la productividad aún cuando se ofrecían incentivos. Durante los años 80 la economía planificada estalinista comenzó a desintegrarse. Las metas arbitrarias y las directrices de los ministerios eran cada vez más irrelevantes. Los gerentes de empresas eran obligados a salirse del plan para obtener la materia prima y la mano de obra esencial para mantener la producción. El acaparamiento a gran escala de stocks, materias primas y mano de obra era normal en la medida en que las empresas luchaban por sobrevivir. Las relaciones entre los diferentes sectores de la economía eran fijadas de forma creciente a través de un anárquico sistema de trueque en vez de ser organizadas de forma planificada y armónica. Debido al carácter complejo y multinacional de la economía soviética, la emergente rivalidad entre las burocracias nacionales socavó aún más el plan. Sólo la intervención de la clase obrera para liberar a la economía de estas restricciones burocráticas estableciendo un plan de producción de forma democrática, podría haber evitado esta desintegración del sistema de planificación. 

LA REVOLUCIÓN POLÍTICA 

25. La revolución política estalló en Europa Oriental a fines de los años 80. Los movimientos de masas que derrocaron las dictaduras en Alemania del Este, Checoslovaquia, Rumania y el movimiento de las diferentes nacionalidades en la URSS, demostraron el enorme poder del proletariado una vez que éste entró en acción. Los corruptos regímenes estalinistas quedaron suspendidos en el aire, incapaces de usar sus formidables arsenales. Nunca en la historia un movimiento revolucionario se ha extendido de un país a otro con tanta rapidez. En esta propagación de la revolución de una ciudad a otra a través de la Europa del Este, vemos un anticipo de la futura revolución socialista a nivel mundial. No obstante, este proceso no se desarrolló de la misma forma que la revolución de 1956 en Hungría o con el mismo nivel de conciencia que existía en Checoslovaquia en 1968 o Polonia en 1980. La perspectiva de nuestra tendencia había sido la revolución política. El movimiento, no obstante, asumió una forma que no habíamos anticipado. 

26. En Hungría, la clase obrera se había desarrollado bajo el capitalismo, había pasado por la experiencia del fascismo y la guerra imperialista, y los sectores más avanzados tenían una visión de la sociedad socialista que deseaban. Ya por los años 80, décadas de dictadura estalinista habían tenido un efecto corrosivo en la conciencia de las masas. El largo período de bonanza capitalista de la post-guerra (1950-73), seguido después de un período de recesión y estancamiento junto a una alta inflación, por el boom de los años 80, en momentos de retroceso económico en la URSS y Europa Oriental, también tuvieron un efecto decisivo en la conciencia de la clase obrera. En condiciones de dictadura, estos procesos se fueron desarrollando de forma subterránea. Dado el impasse del estalinismo, todos los estamentos de la sociedad fueron afectados, sobre todo la vieja burocracia estalinista. 

27. Desmoralizada por el prolongado fracaso económico y aterrorizada con la posibilidad de un levantamiento del proletariado, una capa de la burocracia tras otra adoptó posiciones pro-capitalistas. Ellos veían este giro como la única forma de salvaguardar su poder y privilegios. Desde un punto de vista histórico, el capitalismo finalizó su rol progresivo; pero, comparado con el caos económico del sistema estalinista en decadencia, aparecía, tanto para la mayoría de la burocracia como para amplios sectores de la clase obrera -debido a la ausencia de un alternativa clara-, como la única forma de escapar del impasse económico. Esta combinación de factores llevó al descarrilamiento de la revolución política y al triunfo, por lo menos temporalmente, de la reacción pro-capitalista. 

28. El triunfo de la contrarrevolución, en la forma de una restauración burguesa, no era un resultado automático o inevitable. Una revolución representa la entrada de las masas en la arena política. En toda revolución hay una enorme confusión. Las masas, en su intento por encontrar una salida, adoptan diferentes ideas que ponen a prueba en el curso de la lucha. En las convulsiones revolucionarias de 1989, aunque las ilusiones en el capitalismo tenían una base social mucho más amplia que antes, los grupos e ideas pro-capitalistas eran sólo un elemento más del movimiento, basados principalmente en los intelectuales y en sectores de la burocracia. En un comienzo estas no fueron las ideas decisivas. En Alemania Oriental, Rumania y Checoslovaquia, por ejemplo, existió una importante oposición a la restauración capitalista en un principio. 

29. No obstante, ante la ausencia de una alternativa revolucionaria organizada y consciente, el colapso del viejo orden estalinista creó un vacío político. En esta circunstancia, las masas no veían ninguna alternativa viable al estalinismo que no fuera "el mercado". De la misma manera que cada victoria del movimiento de masas contra la dictadura alimentaba la revolución en los estados estalinistas vecinos, cada giro que favorecía a la reacción pro-capitalista reforzaba la idea que ésta era la única salida práctica posible. De esta forma, las ilusiones en el capitalismo se transformaron, de una forma distorsionada, en la expresión del fuerte odio hacia el estalinismo que existía entre las masas. 

30. Incluso en los casos donde el movimiento de masas comenzó sin ilusiones en el capitalismo, como en Alemania Oriental, la combinación de los factores antes mencionados crearon una base para el desarrollo de la contrarrevolución. Nuevamente, éste no era un resultado inevitable. Si los estalinistas hubieran intentado aplastar la revolución, como pensaban hacerlo antes de retroceder la noche del 9 de octubre de 1989, ésto podría haber desatado un movimiento insurreccional del proletariado. En este caso, el movimiento podría haber avanzado mucho más, la clase obrera podría haber destrozado el aparato estatal de la burocracia. Aunque esto no hubiera eliminado de forma inmediata todas las ilusiones existentes en Occidente, hubiera planteado de forma mucho más clara la necesidad de completar la revolución política. 

31. Este proceso contrarrevolucionario no es algo que haya surgido sólo en los últimos años. Desde sus inicios el estalinismo fue la manifestación de la contrarrevolución, a pesar de que durante casi 70 años estuvo basado en la economía planificada. En El Programa de Transición Trotski explicó cómo "el aparato del estado obrero pasó por un proceso de completa degeneración" y se convirtió "cada vez más en una arma de sabotaje de la economía del país... El pronóstico político tiene un carácter alternativo: o la burocracia, convirtiéndose cada vez más en el órgano de la burguesía mundial al interior del estado obrero, derrocará las nuevas formas de propiedad y arrastrará al país de vuelta hacia el capitalismo; o la clase obrera aplastará a la burocracia y abrirá el camino hacia el socialismo". 

32. Esta perspectiva de Trotski fue superada por la Segunda Guerra Mundial. El triunfo de la URSS junto a su enorme desarrollo económico, y el retraso de la revolución en los países capitalistas avanzados, fortaleció a la burocracia estalinista durante los años 50 y 60. Durante este período el apoyo a una vuelta al capitalismo era mínimo. Pero, debido a un débil crecimiento económico desde los 70 en adelante y especialmente, cuando en los años 80 esto se transformó en estancamiento y retroceso, comenzaron a surgir tendencias pro-capitalistas al interior de las burocracias estalinistas, principalmente en China y Hungría al principio y después en la URSS. 

33. La llegada al poder de Gorbachov en 1985, fue un punto crítico en la historia del estalinismo. A pesar de que el mismo Gorbachov posteriormente adoptó la idea de la restauración capitalista, ésta no era su intención original. Empujado por el temor de que el estancamiento económico estaba preparando el camino para un levantamiento revolucionario, Gorbachov intentó rescatar el sistema burocrático del precipicio. Su régimen comenzó a llevar a cabo las reformas más profundas en la historia del estalinismo soviético para evitar una explosión revolucionaria desde abajo. No obstante, como ha ocurrido más de una vez en la historia, esta liberalización parcial desde arriba abrió las compuertas de una revuelta popular. 

34. En los últimos años de la década de los 80 vimos, por primera vez desde el comienzo de los años 30, una escisión abierta y una pugna pública entre diferentes capas de la burocracia. Gorbachov buscó el apoyo de las masas e intentó contraponer los intereses de los diferentes estamentos burocráticos. Mientras que en ciertos períodos se apoyó en el nuevo sector pro-capitalista para contrapesar la influencia de las capas más conservadoras de la burocracia, más adelante se apoyó en la vieja guardia estalinista contra el sector pro-capitalista. Pero los intentos de Gorbachov de estimular la economía ofreciendo mayores incentivos a los administradores y mayor descentralización, lejos de mejorar la situación, aceleró la desintegración de la economía planificada. El fracaso de las reformas, y el descenso hacia el caos económico, reforzó la idea de que no había salida bajo el viejo sistema. Sin la inmediata amenaza de represión, las masas comenzaron a presionar a favor de sus demandas, aumentando la alarma en las filas de la burocracia. Debido a esto, las tendencias pro-capitalistas ganaron terreno entre la burocracia hasta el punto que incluso antes de la caída de Gorbachov ya tenían el apoyo de una clara mayoría. 

35. Trotski planteó la perspectiva de que el estalinismo sería inevita-blemente derrocado o por una revolución política por parte de la clase trabajadora o por una contrarrevolución capitalista. En los hechos el movimiento contra el estalinismo fue una confluencia de ambos procesos. Antes de la explosión revolucionaria en Alemania Oriental en octubre de 1989, los marxistas aún pensaban que el proletariado, una vez que entra-ra en acción, resistiría la restauración capitalista y se movilizaría a favor del establecimiento de una democracia obrera. De hecho, antes de estos acontecimientos, se había discutido si en los estados estalinistas era necesario la existencia de un partido marxista antes de la revolu-ción política para asegurar su éxito. Los marxistas habían discutido la posibilidad de que la clase obrera forjara un partido revolucionario durante el curso de la revolución política.  

36. Sin embargo, la vida misma es mucho más rica que la más brillante de las teorías. Lenin explicó, cuando trató el problema de cómo podría surgir una contrarrevolución en la URSS, que "la historia conoce todo tipo de metamorfosis" Los levantamientos revolucionarios en los estados estalinistas, que sí plantearon la revolución política, tomaron un giro peculiar e imprevisto. El marxismo fue obligado a reevaluar su posición a la luz de los acontecimientos. Esta corrección fue hecha rápidamente, especialmente debido a que nuestras intervenciones en los movimientos de masas clarificaron la situación. Mientras, los marxistas habían reconocido, en discusiones realizadas en 1988-89, que no se podía descartar una restauración capitalista en estos países. Lo inesperado fue la rapidez con que la revolución política fue descarrilada. También, fue inesperado el hecho de que en un comienzo la contrarrevolución no encontró una resistencia importante por parte del proletariado. 

37. Un factor de gran importancia para explicar la rapidez del giro hacia la contrarrevolución, fue la capitulación de la vieja burocracia, su carrera por entrar en las filas de la "oposición" capitalista. La resistencia estalinista se derrumbó con las primeras oleadas revolu-cionarias. En general, en vez de resistir utilizando la represión, estos regímenes cayeron como fruta podrida. Donde se utilizó represión, como en Rumania, en vez de sojuzgar al proletariado ésta provocó un movimien-to insurreccional que hubiera dividido al viejo aparato estatal, si los generales no hubieran decidido abandonar a Ceausescu. 

38. En todos estos países, los antiguos miembros de la burocracia gozan de una posición predominante entre la naciente clase capitalista y los partidos políticos burgueses. La rapidez con la cual estos elementos se pasaron al campo pro-capitalista, bajo la presión de las convulsiones revolucionarias, se debe a la degeneración burguesa de las burocracias en el período anterior, especialmente durante la década de los 80. El rol de la burocracia soviética bajo Gorbachov, fue otro elemento decisi-vo en este proceso internacional. El anuncio, por parte de los soviéti-cos, de que no intervendrían en Europa del Este para salvar a los viejos regímenes envalentonó tanto a las masas como al ala pro-capitalista de la burocracia. Para el sector estalinista de las diferentes burocracias, este fue otro golpe que apresuró su desmoralización. 

39. Cuando Trotski planteó la perspectiva de una contrarrevolución burguesa en la Unión Soviética, argumentó que ésta sólo podría triunfar aplastando la resistencia de la clase obrera. Hoy no obstante, el apego del proletariado a la economía planificada ha sido erosionado por déca-das de dominación estalinista. La clase obrera está saliendo de una dictadura en un estado de dispersión, necesita tiempo y experiencia para desarrollar sus propias organizaciones independientes, confianza en su fuerza y sus ideas políticas. Entre la clase obrera existen ilusiones en el "mercado", en la democracia burguesa y en la idea de que ésta repre-senta la única alternativa al estalinismo. Esto explica porqué la contrarrevolución ha podido, hasta ahora, avanzar de forma "democrática", sin encontrar una resistencia masiva por parte de la clase trabajadora. 

40. Hasta ahora, cada avance de la contrarrevolución ha tenido como base estas ilusiones. En la medida en que estas esperanzas se derrumben, la reacción enfrentará una mayor resistencia por parte del proletariado y requerirá más fuerza para poder consolidar la contrarrevolución. La actual fase "democrática" llegará a su fin, dando paso en el futuro a luchas explosivas en la medida en que las expectativas de la clase obrera no sean satisfechas. Las masas ya se están cansando de las excusas de los políticos burgueses de que todos los problemas de la sociedad son culpa de los "comunistas". No obstante, este será un proceso lento debido a la desorientación del proletariado, lo que es un legado del estalinismo, y a la necesidad de una alternativa revolucionaria que sólo el marxismo genuino puede proveer. 

EL CARACTER DE CLASE DE LOS REGIMENES DE LA EX-UNIÓN SOVIETICA Y EUROPA DEL ESTE 

41. Este proceso llevó a la formación de estados peculiares e híbridos donde gobiernos contra-revolucionarios que, trabajando hacia el estable-cimiento del capitalismo, tenían como base las relaciones económicas heredadas del estado obrero. Esta no es la primera vez en la historia en que han surgido sociedades de carácter híbrido o de transición. En estas condiciones no siempre es posible utilizar categorías sociales fijas: estado capitalista o estado obrero. El régimen sandinista en Nicaragua (1979-90) era otro tipo de régimen híbrido. La victoria de la guerrilla sobre la vieja dictadura creó un nuevo estado que reunía todas las condiciones para romper el poder de los capitalistas y abrir un proceso de cambio en dirección a un régimen de bonapartismo proletario. Pero bajo la in-fluencia de los asesores soviéticos, los dirigentes sandinistas se nega-ron a completar la revolución, y durante una década el nuevo estado co-existió, bajo enormes dificultades, con una economía dominada por la clase capitalista. Casos como éste, no obstante, no pueden mantenerse de forma indefinida y eventualmente, en el caso de Nicaragua, los capitalistas pudieron restablecer su control sobre el aparato estatal. 

42. En Europa Oriental y la ex-Unión Soviética hemos visto un proceso similar pero en dirección opuesta. Después de la derrota de la revolu-ción política, por las razones explicadas más arriba, llegaron al poder gobiernos burgueses que descansaban sobre economías controladas casi totalmente por el estado. A pesar de que existen diferencias, este proceso ha sido más rápido en algunos países que en otros, todos éstos son regímenes de transición que evolucionan hacia el capitalismo pero donde las relaciones económicas capitalistas aún no están firmemente establecidas. 

43. Inmediatamente después de la victoria de los regímenes pro-capitalista en Europa del Este, nosotros los caracterizamos como regí-menes burgueses en proceso de formación. En una situación muy dinámica, no obstante, las fuerzas desatadas por la revolución y la contrarrevolución no esperan. Es necesario, por lo tanto, dar una definición más precisa tomando en cuenta la evolución de estos procesos. Debido a la debilidad del factor subjetivo y a la desorientación del proletariado hemos visto el fortale-cimiento de la contrarrevolución, especialmente desde el colapso del estalinismo en la ex-URSS lo que le dio un mayor ímpetu a la reacción a través de toda Europa Oriental. Aunque la introducción de relaciones capitalistas en la economía está creando enormes dificultades, el apara-to estatal en todas estas sociedades ha sufrido una transformación decisiva. Los altos mandos de las fuerzas armadas, los asesores del gobierno y los gerentes de las industrias estatales, se han pasado al campo de la burguesía. En estos países los cimientos de un estado burgués han sido establecidos. 

44. Como Trotski explicó: 
"Si... un partido burgués fuera a derrocar a la casta soviética gobernante, encontraría un número no pequeño de sirvientes entre los actuales burócratas, administradores, técnicos, directores, secretarios del partido y en general, en los altos círculos privilegiados. Una purga del aparato estatal sería, por supuesto, necesario en este caso también. Pero, una restauración burguesa probablemente tendría que destituir a menos gente que un partido revolucionario" (La Revolución Traicionada, relaciones sociales en la Unión Soviética) 

45. Esto es lo que ha ocurrido en todos los antiguos estados estalinis-tas. La magnitud de las purgas de viejos funcionarios estatales varía, pero ha sido mínima en la mayoría de los países. En Checoslovaquia, a un año del colapso del régimen estalinista, 30,000 comisarios políticos habían abandonado el ejército. La mayoría de estos eran ex-estalinistas desmoralizados que renunciaron o pasaron a retiro antes de ser despedi-dos. 50.000 comisarios políticos del antiguo ejército soviético fueron destituidos después de la derrota del golpe de estado de agosto, aunque más de la mitad fueron re-contratados en otros cargos. En la antigua Alemania Oriental, hubo una purga más a fondo cuando Alemania capital-ista instaló a sus propios funcionarios en los puestos claves del apara-to estatal. En general, no obstante, más que una purga física hemos visto un cambio de lealtad y perspectiva de clase dentro del aparato estatal. La masa de viejos funcionarios, generales y jefes de policía han adoptado posiciones pro-burguesas. Los intentos, en la mayoría de estos países, de crear ejércitos más pequeños y de carácter profesional y de abolir el servicio militar, son formas de apuntalar estos cambios. En Hungría, donde a diferencia de la mayoría de los países de Europa del Este no hubo un movimiento de masas contra el viejo régimen, el gobierno y todo el aparato estatal asumieron una posición, casi en bloque, fa-vorable a una restauración capitalista. 

46. Por lo tanto, estos son estados burgueses que aún no han logrado establecer economías capitalistas viables. Hasta que punto el capitalis-mo ha logrado asentarse en estas economías varía de país en país. En algunos, particularmente Polonia, Hungría y los Estados Bálticos, el sector privado ya representa una proporción importante del PIB (30% en Polonia en 1991, según el Banco Mundial). En otros países, los regímenes burgueses están recién comenzando a desmantelar la propiedad estatal. Pero, incluso en el caso de que sectores decisivos de la economía fueran a permanecer en el sector estatal, esto no descarta el predominio de relaciones capitalistas. En Portugal, después de la revolución de 1974, se nacionalizó un 70% de la economía, sin embargo, este siguió siendo un estado burgués. Debido a la debilidad de la naciente clase burguesa, es probable que el sector estatal siga siendo relativamente grande. La diferencia con los regímenes estalinistas del pasado es que estas indus-trias no estarán integradas en un plan y funcionarán como empresas individuales de tipo "capitalistas de estado", como las actuales indus-trias estatales en los países capitalistas. 

47. Esto es lo que existe en muchos países capitalistas sub-desarrollados, donde el estado se ve obligado a intervenir y gestionar ciertos sectores de la industria. Esto se hace sobre bases capitalistas y su rol es desarrollar la economía capitalista. Lenin explicó en 1921, que: 
"el capitalismo de estado en una sociedad donde el poder pertenece al capital, y el capitalismo de estado en un estado proletario, son dos con-ceptos diferentes. En un estado capitalista, el capitalismo de estado significa que es reconocido por el estado y controlado por él en benefi-cio de la burguesía, y en perjuicio del proletariado" (Informe sobre las tácticas del P.C.R., Obras Completas vol 32, pág. 491.) 

48. En esta cita queda claro que el concepto de capitalismo de estado de Lenin no debe ser confundido con la equivocada teoría del capitalismo de estado, que argumenta que las economías planificadas de tipo estalinistas son sólo una variante de capitalismo. 

49. A pesar de que las relaciones capitalistas aún no están consolida-das en estos países, no obstante, la tarea que enfrenta el proletariado ha cambiado de forma fundamental. Los avances de la contrarrevolución significa que ya no es suficiente sólo una revolución política para llevar al proletariado al poder. En el pasado, la revolución política se planteó como una revolución "adicional" para derrocar a la burocracia y establecer una democracia obrera basada en una economía planificada. La destrucción del plan, el surgimiento de un estado burgués y el desar-rollo creciente de relaciones de propiedad burguesas, plantea la necesi-dad de una nueva revolución social en estos países, para derrocar el estado burgués, revertir la desnacionalización de las principales compa-ñías y establecer un plan democrático de la producción. Esto sólo lo puede lograr el proletariado armado con el programa del marxismo. 

CAPITALISMO Y CRISIS ECONOMICA 

50. Los marxistas rechazan totalmente la idea de que el capitalismo es capaz de jugar un rol progresivo, desarrollando las fuerzas productivas de estos países. Por el contrario, la vuelta a relaciones capitalistas está dejando una estela de destrucción económica a través de toda Europa del Este y en la antigua URSS. En el conjunto de Europa Oriental, el PIB cayó en un 15% en 1991. El PIB de Polonia ha descendido en un 30% desde 1989, el desempleo hoy llega al 12% y se pronostica que llegará al 18% a fines de 1992. Incluso en Hungría y Checoslovaquia, que tienen economías más fuertes, el PIB ha caído en un 15% y 25% respectivamente durante los últimos dos años. 

51. Las perspectivas para el desarrollo económico de los antiguos esta-dos estalinistas están estrechamente ligadas a las perspectivas del capitalismo mundial. Si existiera la posibilidad de un nuevo período de auge capitalista, similar al período entre 1950-73, entonces sería totalmente posible de que por lo menos algunos de estos estados supera-ran sus problemas y establecieran economías capitalistas viables. Sin embargo, esta es una perspectiva muy poco probable. En el contexto de una creciente crisis internacional, estos nuevos estados capitalistas enfrentan un futuro desolador como economías débiles y semi-coloniales. 

52. La nueva burguesía está surgiendo principalmente desde las filas de la vieja burocracia y de la mafia que antiguamente operaba en el mercado negro. Estos son los únicos sectores en condiciones de sacar provecho del saqueo de los activos estatales. El antiguo alcalde de Moscú, Gavr-il Popov, por ejemplo, es hoy el quinto hombre más rico de Rusia. Lejos de desarrollar las fuerzas productivas, esta nueva clase capitalista juega un rol totalmente parásito. En Polonia, 87 de cada 100 nuevas empresas son compañías comerciales que por si solas no producen nada. De la misma forma, la mayoría de las inversiones y adquisiciones extran-jeras no se han traducido en un desarrollo real de la economía o en un aumento de la producción. Mucha de esta gente tiene un sólo objetivo, abrirse una entrada en el mercado nacional para importar productos semi-manufacturados que son terminados por la mano de obra barata del país. 

53. Por otro lado, estos países sí le ofrecen al capitalismo mundial una reserva de mano de obra cualificada y barata. Según la revista Economist (21.9.91) hoy, los salarios en Polonia son la mitad de los de México, usando la actual tasa de cambio, mientras que los niveles salariales en Bulgaria han caído por debajo de los de la India. A pesar de esto, la inversión extranjera ha sido insignificante. Desde 1989, menos de 1.000 millones de dólares ha sido invertidos en Polonia. Incluso Hungría, que ha atraído más inversión extranjera que cualquier otro país en Europa del Este, sólo ha recibido 2.500 millones de dólares. La oferta de mano de obra barata no es suficiente para los capitalistas. Ellos sólo inverti-rán si logran sacar beneficios y si existe un mercado para sus productos en estos países o en un mercado mundial en expansión. Estas economías basadas en mano de obra barata, ofrecen un mercado extremadamente limi-tado para el capitalismo. En Checoslovaquia, por ejemplo, el nivel de consumo cayó en un 23% el año pasado debido al efecto de las brutales políticas monetaristas del gobierno. 

54. Además de los límites de los mercados domésticos en estos países, los capitalistas enfrentan el problema de un exceso de capacidad indus-trial en Occidente y la probabilidad, en el mejor de los casos, de un lento crecimiento de la economía mundial. Todos estos factores limitan el campo para inversiones de gran escala en Rusia y Europa del Este. Junto a estos factores económicos, hay importantes factores políticos que actúan para desincentivar la inversión extranjera, fundamentalmente la extrema inestabilidad de estos regímenes, y el miedo a que la transición pueda ser revertida. Existe un creciente resentimiento popular hacia el capital extranjero que se lleva las "joyas de la familia". Esto también está conectado con factores históricos como la dominación en el pasado de Checoslovaquia por Alemania y Austria. Esta presión empujó al gobier-no checo a hacer un llamado a favor de "inversiones no alemanas". 

55. Esto no quiere decir de que no habrá más inversión extranjera. En los sectores más desarrollados, especialmente en Hungría, las Tierras Checas, en el Báltico, y parte de Rusia, veremos un cierto grado de inversión. En general, no obstante, el carácter de esta inversión será similar a la de los países "coloniales" donde el objetivo es explotar la mano de obra barata para re-exportar la producción a los mercados de occidente. La compra de los productores de bienes eléctricos húngaros, Tungsram, por parte de la General Electric y de los autos checoslovacos, Skoda, por parte de Volkswagen (VW), son ejemplos típicos de este tipo de inversión. 

56. El caso de Skoda, como el proyecto más grande de inversión en Europa del Este, es aleccionador. Las ventas de Skoda el año pasado (1991) cayeron a 30.000 unidades frente a un objetivo de 123.000. La pro-ducción ha sido recortada de 930 a 670 autos por día y han despedido a más de 1.800 trabajadores de las cadenas de producción. A pesar de que VW no ha anunciado ningún plan para introducir nueva tecnología, lo primero que hicieron fue cancelar todos los contratos de exportación de Skoda. Aunque no se puede excluir que en el futuro la VW modernize sus plantas checas y que incluso traslade producción desde Alemania hacia Checoslo-vaquia, el objetivo de la adquisición de esta empresa tuvo un carácter claramente depredador: ganarse el porcentaje del mercado controlado por Skoda con un mínimo de inversión nueva. 

57. Por lo tanto, incluso con un flujo de inversión extranjera hacia algunas zonas, especialmente a los sectores más avanzados de la econo-mía desde el punto de vista tecnológico, ésta no tendrá un efecto decisivo en la economía en su conjunto. En las antiguas economías estalinistas, la producción está concentrada en los sectores anticuados y técnicamente obsoletos de la industria donde no existe ninguna perspectiva seria de inversión privada. La escasa inversión privada que ha llegado en el último período es minúscula en comparación con las sumas que se necesi-tan para modernizar y re-equipar la industria. Mientras que el capital privado en general se ha mostrado reticente de intervenir hasta el momento, los gobiernos occidentales y sus agencias se han visto obligados a ofrecer ciertas concesiones en forma de ayuda y préstamos para evitar que una mayor desestabilización amenaze los intereses mundiales del imperialismo. Sin embargo, estas sumas de ninguna manera cubren las necesidades del naciente capitalismo en Europa Oriental y la antigua Unión Soviética. 

58. Como resultado, incluso según los pronósticos más optimistas de los economistas occidentales, estos países tienen por delante años de pro-funda recesión. Según el Banco Mundial, el producto per cápita en Europa del Este no logrará los niveles anteriores a 1989 hasta por lo menos el año 1996. De acuerdo con el Instituto de Economía Internacional, en Washing-ton, para alcanzar el ingreso medio de la Comunidad Europea (CE) durante los próximos diez años, los seis países de Europa Oriental (incluyendo la ex-Yugoslavia) necesitarían una inversión anual de 420.000 millones de dólares. El capitalismo internacional no está ofreciendo nada parecido a esto. 

LA VÍA RAPIDA 

59. La enormidad de la tarea que enfrenta el capitalismo naciente ya ha creado divisiones entre estos regímenes y sus asesores imperialistas. La escuela a favor de la "vía rápida" argumenta que es necesario un "big bang" para deshacer las viejas estructuras lo más rápido posible y así crear las bases para el capitalismo. Si el estado continúa jugando un papel en la economía y no se privatizan las industrias estatales, en-tonces, según ellos, existirá un permanente peligro de que el proceso de restauración capitalista sea revertido. Sus adversarios argumentan que es el "big bang" lo que amenaza el proceso de restauración al sumergir la economía en el caos. Con esto se corre el peligro de provo-car, tarde o temprano, una oposición masiva al capitalismo. 

60. En estos momentos, los defensores de la "vía rápida" claramente llevan la delantera. Esta escuela rechaza el keynesianismo y la interven-ción estatal y apoya la rápida privatización de las empresas nacionali-zadas y la liberalización del comercio. Varios programas para privatizar la economía de forma radical han sido anunciados. Ha quedado claro, sin embargo, que este enfoque ya esta enfrentando enormes problemas.  

61. Antes que nada está la escala de las privatizaciones que se están proponiendo. Como explicó el estudio sobre Europa Oriental realizado por la revista Economist (21 de Septiembre 1991): 
"El esfuerzo privatizador más grande de la historia fue la venta en Chile, entre 1973 y 1989, de 470 empresas que producían un 24% del valor añadido del país y empleaban el 5% de la fuerza de trabajo. Incluso esto sólo fue posible porque muchas de las empresas simplemente fueron devueltas a sus antiguos dueños... En comparación, Hungría tiene alrede-dor de 2.300 empresas estatales, Polonia tiene 7.500, Checoslovaquia 4.800, Bulgaria 5.000 y Rumania 40.000". 

62. Segundo, hay una evidente falta de disposición por parte del capital extranjero a invertir. Nuevamente, según el estudio de la revista Econo-mist: 
"Sin lugar a dudas las ventas a extranjeros continuarán. Pero muchas de las empresas con más potencial, las de marcas reconocidas como Skoda, firma de automóviles checa vendida a la Volkswagen, ya han sido compra-das. Incluso los más optimistas sólo esperan que entre 15 a 20 empresas sean vendidas cada año a inversionistas extranjeros". 

63. Dada esta situación, ¿de dónde saldrá el capital para financiar estos grandiosos planes de privatización?. En Polonia, todo el stock de ahorro personal acumulado equivale a menos del 10% del valor calculado de la industria polaca. El único sector de la sociedad que ha podido comprar las compañías recientemente privatizadas, y hasta la fecha estas han sido principalmente pequeños negocios, son los ex-burócratas y los que operan en el mercado negro. Esto está produciendo una reacción política en la medida en que los trabajadores ven como estos ladrones se benefician del proceso de privatización. 

BONOS DE PRIVATIZACION 

64. Para sobrepasar de forma expedita las barreras contra la privatiza-ción rápida y para superar la resistencia de la clase obrera, muchos de estos regímenes burgueses han optado por introducir programas de bonos que son o vendidos a precio muy barato o regalados a todo ciudadano. A cambio de estos bonos a toda persona se le promete un cierto número de acciones en el futuro, creando una impresión de propiedad compartida y un tipo de "capitalismo popular". En Checoslovaquia más de 8 millones de personas han comprado bonos, a los que se les ha asegurado que una inversión de 35 dó-lares hoy, tendrá un valor de 4.150 de dólares en dos años. 

65. Pero a pesar del aparente éxito del plan checo, los trabajadores lo ven como un tipo de seguro contra futuros contratiempos. Estos programas de bonos son totalmente defectuosos. La mayoría de las industrias en estos países simplemente no son viables sin una enorme inversión y modernización. Según los estudios más optimistas, el 20% de las empresas checas quebrarán este año (1992) y probablemente sólo el 35% sobrevivi-rá los próximos 5 años. Nuevamente como indicó el estudio de la revista Economist: 
"Muchas de las empresas de Europa Oriental también sustraen valor. Es decir, en relación a los precios del mercado mundial, los recursos que consumen valen más de lo que producen... De acuerdo a un estudio reciente, el 20-25% de la industria manufacturera en Polonia, Checoslo-vaquia y Hungría podrían sustraer valor". 

66. El talón de Aquiles de todos los programas de bonos propuestos es que sólo representan una transferencia de propiedad, pero no crean nuevas fuentes de riqueza para invertir en nueva tecnología. El ingreso recaudado por estos bonos, si es que hay algo, va al gobierno y no a las compañías afectadas. Por lo tanto, no generan, propiamente, ninguna inversión nueva. Esta falta es la principal barrera para el desarrollo económico de estos estados. 

67. En este momento, debido a la confusión dentro de la clase obrera y sus organizaciones, estos programas pueden retrasar y complicar la tarea de movilizar una resistencia de masas a la privatización. Sectores del movimiento obrero son partidarios de participar en ellos, argumentando que por lo menos de esta forma los trabajadores podrán ejercer alguna influencia sobre el proceso de privatización. En parte, como una reacción contra el control burocrático sufrido bajo el estalinismo, la idea de fondos de acciones controlados por los trabajadores y el concepto confu-so de "auto-gestión" tienen apoyo entre los obreros que miran hacia la izquierda. La experiencia demostrará que ésta es una trampa para el proletariado, un intento de neutralizar su oposición al saqueo de los bienes estatales. El gobierno ruso, por ejemplo, propone darle a los trabajadores de las grandes empresas el 25% de las acciones. Pero, como en otros lugares, estas serán acciones sin derecho a voto, con el ver-dadero control en manos de los bancos, los fondos de inversión y los grandes accionistas. Con las inevitables quiebras y despidos que vendrán quedará claro que las acciones en manos de los trabajadores no tienen ningún valor. 

68. Todos los actuales intentos de crear amortiguadores contra una resistencia popular a la privatización podrían convertirse en su con-trario. Podríamos ver el surgimiento de una oposición masiva no sólo como resultado de los despidos y cierres. Los fondos para administrar los nuevos programas de bonos o acciones son muy inestables. Cuando las audaces promesas de grandes dividendos no se materializen, esto por si sólo podría provocar una movilización. Además, el problema de la propie-dad y el control extranjero son temas muy polémicos en estas sociedades. En Polonia, se han creado 20 sociedades para administrar las acciones creadas bajo estos nuevos programas. A pesar de que nominalmente estarán administradas por directores polacos, estas sociedades, que controlarán un 25% del total de la producción industrial y un 12% del empleo indus-trial, serán gestionadas por compañías y bancos occidentales. Ya existe una fuerte oposición a esta idea. 

69. Si una o un número de estas sociedades fueran a quebrar, algo total-mente factible, absorbiendo los ahorros de toda la vida de decenas de miles de trabajadores, esto por si sólo podría provocar una crisis social. En Checoslovaquia, un sector abiertamente ligado al crimen ha tenido participación en los Fondos de Inversión para la Privatización (IPFs) recientemente creados. Los asesores del gobierno han dado aviso que sólo entre un 30-60% de estos fondos sobrevivirán los próximos dos años. Ellos ya han planteado la posibilidad de re-nacionalizar empresas en el futuro para impedir cierres masivos y huelgas. 

¿EL CAMINO JAPONES? 

70. Entonces, ¿qué explica que la nueva clase capitalista haya tomado este rumbo?. En parte esto se debe a que están bajo la influencia de la ideología de Thatcher y Reagan que predomina entre la burguesía en Occi-dente. Pero, el otro factor decisivo es la necesidad de crear una nueva clase capitalista lo antes posible y así crear una base social para estos inestables regímenes burgueses. En estos momentos, en la medida en que realmente existe una clase burguesa en estos países, es poco más que una "negocracia" de pequeños comerciantes similar a los que describió Engels en Prusia durante 1840. La rapidez de las privatizaciones, a pesar de todos los problemas, también refleja el deseo de los ex-buró-cratas y operadores en el mercado negro de legitimizar la fuente de sus riquezas e ingresos, estableciendo relaciones de propiedad capitalistas. 

71. Incluso desde un punto de vista burgués, es difícil concebir una peor forma para re-establecer el capitalismo sobre bases estables. No toma en cuenta para nada la experiencia de Japón en el período de la post-guerra, o de Corea del Sur durante las décadas de los 60 y 70 donde el estado jugó un papel decisivo en el desarrollo de estas econo-mías capitalistas. El estado desarrolló la infraestructura, debido a la negativa del capital privado de invertir en este sector, y dirigió el flujo de inversión hacia los sectores claves de la economía, identifi-cando las áreas de crecimiento de la economía mundial. Ambas economías se desarrollaron bajo medidas proteccionistas, a diferencia de lo que está pasando hoy bajo los regímenes burgueses de Europa del Este y la ex-Unión Soviética. A pesar de que el comercio entre los antiguos socios del COMECON ha terminado, algunos de los países de Europa Oriental han experimentado un fuerte crecimiento de su comercio con Occidente. Che-coslovaquia aumentó sus exportaciones a los países de la OCDE en un 39,2% en 1991, mientras que Hungría logró aumentar sus exportaciones en un 20,8% y Bulgaria en 30,2% (Financial Times 11.5.92). El 54% de las exportaciones polacas y un 48% de sus importaciones son con la Comunidad Europea (CE). Pero en base al abandono de todos los controles comerc-iales y de tipo de cambio, este intercambio beneficiará principalmente  a las compañías occidentales que tienen una productividad mucho más alta, a costa de la industria doméstica. 

72. Incluso si la naciente burguesía fuera a abandonar esta vía y adop-tara los métodos que el capitalismo japonés adoptó durante el período después de la Segunda Guerra Mundial, esto no resolvería sus problemas. En Japón, y más adelante en Corea del Sur, estas políticas tuvieron éxito en el contexto de un largo período de crecimiento del capitalismo mundial. Esta es una diferencia decisiva con respecto a la situación de hoy. 

PERSPECTIVAS PARA EL CAPITALISMO RUSO 

73. En el corto plazo, la idea de que el capitalismo ruso surgirá como un nuevo gigante económico es una utopía. A pesar de sus recursos miner-ales, Rusia será dominada desde un punto de vista económico por el imperialismo mundial. En base a las actuales tasas de cambio, el PIB analizado de Rusia en los primeros 3 meses de 1992 era menor que el de Bélgica. Por lo tanto, lo más probable es que la Rusia capitalista se desarrolle como una economía dependiente, más cercana al carácter semi-desarrollado de Brasil que al de un país capitalista avanzado como Japón o Alemania. Rusia, sin embargo, es una sociedad aplastantemente indus-trializada, sin la gran población rural y las relaciones feudales en el campo que en parte aún existen en Brasil hoy en día. Del  punto de vista militar, una Rusia capitalista seguirá siendo una fuerte potencia, espe-cialmente en sus zonas de influencia. 

74. Rusia enfrenta enormes desventajas debido a su baja productividad y a la tendencia a que los precios de las materias primas, de los cuales dependerá fuertemente, bajen con relación a los productos manufacturados. Incluso sus enormes reservas de petróleo no le aseguran un buen futuro económico. Además ha sufrido la perdida de sus antiguos mercados, en la medida en que Ucrania junto a las otras repúblicas y los países de Europa Oriental han buscado suministros de petróleo en el medio oriente. AL mismo tiempo Rusia enfrenta enormes problemas de producción debido a una tecnología anticuada y al derrumbe de la infra-estructura. Mientras hace 4 años la producción de petróleo soviético era de casi 570 millones de toneladas, los economistas moscovitas han pronosticado que esta cifra podría verse reducida a la mitad a mediados de la década los 90. Han advertido que de continuar las actuales tendencias, Rusia podría dejar de ser un exportador de petróleo. 

75. Sin una fuerte inversión extranjera no sería posible introducir nueva tecnología de forma más generalizada. Un proceso de desarrollo desigual y combinado es posible con pequeñas islas de alta tecnología, casi todas dominadas por el capital extranjero, rodeada por un mar de industria atrasada. Además de factores económicos, debido a las limitaciones del capitalismo mundial, existen importantes factores políticos que imposibilitan una modernización en la escala requerida. Existe un enorme proletariado concentrado en la industria pesada y en otros sectores que enfrentan racionalización o cierre.. Un régimen de democracia obrera tendría que enfrentar los problemas de la modernización de la producción, aunque esto se lograría de forma democrática, con la total participación de los trabajadores. 

76. Bajo el funcionamiento ciego de las fuerzas del mercado, esta racionalización puede producir una catástrofe social. La modernización y reducción de la industria lograda por la burguesía en EE.UU. y Europa Occidental durante los 80, se llevó a cabo bajo condiciones de crecimiento económico. Incluso en este caso, la destrucción generalizada de las fuerzas productivas provocó fuerte  explosiones sociales, como la huelga de mineros en Gran Bretaña y la huelga en la siderurgia en EE.UU. Estos problemas son insignificantes al lado de las tareas que afronta el joven capitalismo en Rusia. 

77. Rusia y los otros regímenes que surgieron de la URSS están sufriendo un colapso económico sin precedente, agravado por el desmoronamiento de la Unión y la desintegración de las relaciones económicas entre ellos. En vez de frenar el declive económico, las salvajes políticas pro-capitalistas han agravado la situación. En Rusia durante Enero, el primer mes de la "terapia de shock" de Yeltsin, la producción de carbón cayó un 10% la de petróleo un 12% y la de acero un 27%. El vice-primer ministro de Yeltsin, Yegor Gaidar, pronosticó una caída total de la producción de un 12% en 1992. 

78. Como los marxistas advirtieron, lejos de llevar a los niveles de vida de occidente, la transición hacia el capitalismo está imponiendo las condiciones de vida de los países ex-coloniales sobre las masas. Desde enero de 1992, los niveles de vida han caído en un 40%. Debido a los aumentos de precios decretados por Yeltsin, el 90% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza. Esta catástrofe ha llevado a los comerciantes callejeros de Moscú a vender carne de perro y gato. 

79. El capitalismo está surgiendo en medio de una orgía de criminalidad, especulación y gangsterismo. En Murmansk, la mafia, operando a través de los ex-burócratas, ha adquirido la mayoría de los negocios recientemente privatizados, lo que les ha permitido crear una escasez artificial de productos para "arreglar" los precios. Un alto oficial de la policía reclamó que "la ciudad ha sido prácticamente comprada por los Azerbaianos". Al igual que en otros lugares, el crimen organizado está dominado por grupos de las repúblicas sureñas del Caúcaso y  del Asia Central. Esto, sin lugar a dudas, introduce otra complicación ya que la hostilidad de los trabajadores hacia los especuladores asume un carácter racial y crea un caldo de cultivo para el chovinismo ruso. La reciente huelga de los chóferes del taxi de Moscú, junto con oponerse al alza de precios, exigía la expulsión de la gente del Caúcaso de la ciudad. 

DESINTEGRACIÓN NACIONAL 

80. La desintegración de la antigua Unión Soviética suscita una perspectiva de pesadilla para el capitalismo. Las tendencias separatistas que han sido desatadas y que están fuera de control amenazan con desestabilizar a los países fronterizos y las relaciones internacionales en general. Desde un punto de vista económico, militar y hasta ecológico, estos acontecimientos son alarmantes para el capitalismo. Europa Occidental teme un posible torrente de refugiados que arrancan del colapso económico y la guerra civil en sectores de la antigua URSS y de los Balcanes. 

81. Las disputas sobre la división del arsenal nuclear soviético ha planteado la posibilidad de que las repúblicas del Asia Central retengan su capacidad nuclear, y la posible venta de tecnología nuclear a otros países. Debido a esto, los imperialistas, en un comienzo, respaldaron los intentos de Gorbachov de mantener la estructura de la Unión, aunque fuera de forma más suelta. Cuando esto fracasó, apoyaron la formación de la CEI ( Comunidad de Estados Independientes), en un intento por frenar las tendencias hacia una separación económica y nacional. Desde un primer momento, sin embargo, la CEI comenzó a desintegrarse. 

82. Estos acontecimientos demuestran que el capitalismo es incapaz de jugar un rol progresivo. La vuelta del capitalismo ha llevado a la resurrección de pequeños estados nacionales que no son económicamente viables. Lenin y Trotsky explicaron que, desde fines del S. IX en adelante, el capitalismo enfrenta dos problemas para el desarrollo de las fuerzas productivas: la propiedad privada de los medios de producción y los límites estrechos del estado nacional. Ambas barreras fueron parcialmente sobrepasadas, aunque de forma distorsionada, bajo el Estalinismo, dada la continúa dominación por parte del imperialismo de la economía mundial, es la respuesta final al "socialismo en un solo país". 

83. A comienzos de los años 20, en base a la política de Lenin hacia las diferentes nacionalidades, la Unión Soviética agrupó en una federación voluntaria a las naciones oprimidas de la Rusia zarista. Éste fue un logro histórico enormemente progresista, a pesar de los crímenes posteriores de Estalinismo con relación a la cuestión nacional. Pero, aunque la Revolución de Octubre sentó las bases para resolver la cuestión nacional, esta sólo podía ser resuelta de forma definitiva con la victoria del socialismo a nivel internacional. Incluso en este caso, las divisiones nacionales no desaparecerán automáticamente. Esto requerirá la intervención consciente de la clase trabajadora de todas las nacionalidades para desarrollar una política internacionalista. 

84. El agotamiento de la revolución rusa, y por consiguiente, la victoria de la burocracia estalinista aseguró que la cuestión nacional siguiera viva dentro de la sociedad soviética. El gobierno autoritario de la burocracia inevitablemente chocó con las aspiraciones nacionales y las demandas culturales de los pueblos y las naciones de la URSS. Durante todo un período histórico parecía que la cuestión nacional estaba bajo control debido al rápido desarrollo de las fuerzas productivas por un lado y a la represión por otro. No obstante, el período de decadencia y desintegración estalinista desató poderosas y descontroladas fuerzas centrífugas en la Unión Soviética. 

85. Si hubiesen existido organizaciones fuertes e independientes del movimiento obrero y una dirección revolucionaria sensible a las demandas nacionales, la lucha de las nacionalidades en la Unión Soviética podría haber sido encauzada hacia la revolución política y la reconstrucción de una federación voluntaria y verdaderamente libre de democracias obreras. Una dirección revolucionaria, al mismo tiempo que habría defendido la máxima integración de las economías de la URSS explicando las ventajas de una federación, habría defendido de forma implacable el derecho a la autodeterminación de todas las repúblicas. 

86. El desarrollo de la revolución política hacia una contrarrevolución ha dado un fuerte vuelco a la cuestión nacional. Entre las masas no rusas, el odio hacia el Estalinismo inevitablemente adquirió un tinte nacional. El deseo de liberarse de la dominación de la burocracia gran-rusa, sin una conducción por parte de la clase obrera, llevó al surgimiento de movimientos de independencia nacional, crecientemente dominados por los burgueses contrarrevolucionarios, incluyendo entre ellos a muchos defectores de último minuto del Estalinismo. 

87. Hoy, la situación es incluso más complicada que bajo el zarismo ya que, a pesar del estalinismo, el desarrollo mismo de la URSS creó nuevas naciones de las viejas sociedades tribales. La cuestión nacional se complica aún más debido a los crímenes monstruosos del Estalinismo. La burocracia de una forma cínica jugó con la táctica de dividir para reinar, imitando a la burguesía de los países imperialistas. Poblaciones enteras fueron trasladadas de sus territorios autóctonos y Rusos étnicos poblaron las ciudades de otras repúblicas. 

88. Sobre bases capitalistas, Rusia y las otras repúblicas de la CEI enfrentan una situación similar a la de la India- con la inevitable explosión de conflictos nacionales, étnicos y religiosos. No hay ni una sola frontera que no esté en disputa con el antiguo territorio de la Unión Soviética. Europa Oriental no se quedará detrás en este proceso, como lo demuestran los acontecimientos en la vieja Yugoslavia. La Loca Casa Europea, de la que habló Trotsky en los años '30, ha sido reconstruida sobre las cenizas del Estalinismo. Conflictos nacionales son inminentes en Checoslovaquia, Hungría; Rumania y Bulgaria. Existe una disputa fronteriza entre Polonia y Lituania y sobre los derechos de los polacos que viven alrededor de Vilnius. Todo movimiento reaccionario en Alemania plantea la cuestión de los territorios orientales "perdidos". La debilidad actual de las organizaciones obreras y el giro hacia una restauración capitalista ha fortalecido el nacionalismo y han llevado al resurgimiento de los viejos perjuicios. Judíos, Gitanos y otras minorías otra vez enfrentan el horror de los pogromos.  

89. La formación de la CEI no fue capaz de frenar este proceso. En realidad la CEI no es otra cosa que un acuerdo para reunirse y disentir sobre toda una serie de problemas contenciosos. Todos los miembros de la CEI están formando sus propias fuerzas armadas (FFAA) nacionales, algunos de ellos para pelear guerras contra otros miembros de la CEI como en el caso de Azerbaijan y Armenia. En Trans-dneistr, de forma bastante rápida, ha surgido un conflicto donde la población étnicamente mixta se opone a la rumanización de Moldavia. Sólo 6 de los 11 representantes de estado de la CEI se molestaron en asistir a la última reunión cumbre en Mayo. Aunque Rusia y las mayoría de las repúblicas de Asia Central, que necesitan a Rusia como contra-peso contra el nuevo régimen afgano y contra China, han llegado a un acuerdo sobre defensa es improbable que éste sea firmado por todas las repúblicas de la CEI. 

90. Con las feroces guerras comerciales que se están desarrollando entre sus estados miembros, la CEI ni siquiera funciona como un eficiente bloque comercial. Entre algunas repúblicas, como Rusia y Ucrania, Azerbaiján y Armenia, Rusia y Estonia, Turkmenistán y Ucrania, existen prácticamente cercos económicos. No es sorprendente que Gorvachov haya hecho la comparación entre el ambiente existente en la antigua URSS y un asilo de lunáticos. La nueva burguesía comprende que estos conflictos están agravando enormemente la crisis de la economía, pero el proceso ha adquirido una dinámica incontrolable. Es difícil imaginarse peores condiciones para restablecer el capitalismo. 

91. La ex-URSS, desde el punto de vista económico, estaba organizada como una sola unidad. La ruptura de esos vínculos ha trastornado la vida económica en todas las antiguas repúblicas. En Moscú, por ejemplo, el servicio de ambulancias está en crisis total debido al desabastecimiento de repuestos. Ya no llegan los suministros de neumáticos desde Armenia, ni los cables eléctricos desde Azerbaiján ni los faros y focos desde Lituania. 

92. Esta fragmentación refleja la desintegración definitiva de la vieja burocracia soviética en líneas nacionales. Se está llevando a cabo una lucha frenética entre los grupos nacionales rivales por asegurarse las posiciones más ventajosas en el nuevo orden capitalista. Fuera de Rusia, los nuevos gobiernos burgueses intentan fortalecer su posición basándose en los sentimientos nacionalistas de las masas no-rusas que están resueltas a liberarse de la dominación rusa. Cada uno de estos inestables regímenes burgueses intenta encauzar la creciente rabia de la población hacia otras nacionalidades o minorías locales. 

93. Al mismo tiempo, estos regímenes están intentando contraponer a los países imperialistas y a Rusia una lucha por mercados, inversiones y nuevas fuentes de materias primas. De forma creciente, el régimen ruso asumirá un rol imperialista frente a las antiguas repúblicas soviéticas más débiles, utilizando su enorme poder económico para dominarlas. Cuando la burocracia Gran-rusa dominaba la vieja URSS, Rusia de hecho subsidiaba a la mayoría de las otras repúblicas, principalmente, a través de los bajos precios de sus materias primas. En un menor grado también Uzbekistán, Turkmenistán y Kirghizia subsidiaban a las otras repúblicas. La decisión por parte de Rusia de cobrar los precios del mercado mundial por sus exportaciones de petróleo y gas fue un duro golpe para la mayoría de las otras repúblicas. 

94. Las repúblicas del sur miran cada vez más hacia Turquía, Pakistán y, en menor grado hacia Irán, para desarrollar vínculos económicos. Turkmenistán y Ucrania, por ejemplo, han firmado un acuerdo con Irán para importar petróleo crudo. Turquía, Pakistán e Irán han revivido su bloque comercial regional (ECO), que ahora incluye a Azerbaiján, Turkmenistán y Uzbekistán. La burguesía turca está explotando el uso del idioma turco, que es común en la mayoría de las repúblicas del sur, para establecer un rol para sí misma en la región. 

95. Al mismo tiempo, la amenaza de levantamientos sociales en las repúblicas del sur tiene implicaciones terribles para los estados vecinos. Una guerra abierta entre Azerbaiján y Armenia, inevitablemente tendría repercusiones en Turquía, ya que enfrenta una creciente rebelión por parte de la población kurda. Irán también se vería afectado debido a su minoría azerí de diez millones. La visita de Baker, secretario de Estado de USA, a las repúblicas de Asia central fue un intento de contrarrestar el creciente acercamiento de Irán a la región. A pesar de que esta perspectiva no está planteada de forma inmediata, el imperialismo USA teme el surgimiento y la llegada al poder en el futuro de un régimen basado en el fundamentalismo islámico "radical". El triunfo de la reacción islámica en Afganistán y la posible fragmentación del país en líneas nacionales, es un foco más de desestabilización de la región. 

96. En esta etapa, no obstante, la mayoría de las repúblicas del Asia central miran hacia el capitalismo turco más que a sus vecinos islámicos. La razón principal que se esconde tras este hecho es la posición pro-capitalista de los regímenes del Asia central y al hecho de que, en estos momentos, las ilusiones populares en el mercado son mucho más fuertes que el crecimiento del apoyo al Islam. Turquía es vista como un puente al Occidente y a la Comunidad Europea. El carácter más secular del estado turco tiene un mayor atractivo para las masas, especialmente para las mujeres, que son las que más perderían en una sociedad dominada por el fundamentalismo islámico. 

UCRANIA 

97. La secesión de Ucrania fue el golpe final para la URSS y ahora amenaza la supervivencia de la CEI. Con el 18% de la población de la antigua Unión Soviética, Ucrania tiene una base social poderosa que representaba el 17'2% de la producción soviética. La naciente burguesía ucraniana aspira en convertirse en una potencia europea y está rompiendo de forma creciente sus antiguos vínculos con Rusia, buscando apoyo en Occidente La decisión de crear una moneda ucraniana y la creciente guerra comercial con Rusia destruyó las esperanzas de crear un nuevo tipo de unión económica. Para reducir su dependencia de Rusia, Ucrania ha firmado un acuerdo con Irán para importar petróleo y gas. Kravchuk ha planteado la idea de un bloque económico regional con Polonia, Hungría y Checoslovaquia como un paso hacia una mayor integración con la comunidad europea. 

98. No obstante, la creciente guerra comercial con Rusia representa un enorme costo para la economía ucraniana. A pesar de su cómoda victoria en las elecciones presidenciales de diciembre del 91, la posición de Kravchuk, como la de todo los gobernantes post-sovieticos, es precaria. La fuerte caída de los niveles de vida después de los aumentos de precio de enero ha provocado un enorme descontento. Para desviar la oposición a sus posturas económicas, Kravchuk está golpeando el tambor del nacionalismo ucraniano y se está apoyando en sus antiguos adversarios en el movimiento nacionalista. Sin embargo, ésta es una posición muy peligrosa, especialmente debido a los 12 millones de Rusos étnicos que viven en Ucrania. En el referéndum realizado en ese país, la mayoría de la población de origen ruso votó a favor de la independencia. Un factor importante en este voto era la percepción de que la Unión Soviética estaba en bancarrota y que la independencia ayudaría a la mejora de la posición económica de Ucrania. Cuando estos trabajadores empiezan a sentir los efectos de los despidos, los cierres de industrias y el colapso de los niveles de vida, Kravchuk corre el peligro de inflamar los ánimos nacionalistas entre la minoría rusa.  

99. Sin un poderoso movimiento del proletariado capaz de poner atajo a estos procesos, la vuelta al capitalismo ha puesto a las dos repúblicas más importantes de la ex-Unión Soviética camino de un enfrentamiento. Este conflicto tiene su propia lógica explosiva. Aunque una guerra abierta es poco probable debido a la existencias de armas nucleares en ambas repúblicas, y al enorme costo humano y económico de una guerra convencional, no se puede descartar crecientes disputas económicas y territoriales e incluso escaramuzas militares. Esta situación tiene ciertos paralelos con la posición de  India y Pakistán, donde ha existido una frágil tregua armada pero con repetidos conflictos fronterizos desde la guerra de 1971. 

100. La decisión de Kravchuk de crear un ejercito ucraniano echo a tierra los intentos de preservar una estructura militar unificada bajo la CEI. Rusia respondió anunciando la formación de un ejercito ruso que incluirá la mayor parte de las viejas fuerzas soviéticas. Toda una serie de conflictos han surgido entre Rusia y Ucrania por el control de importantes unidades militares, como la flota del mar negro. El régimen de Ucrania ha logrado a logrado ganarse a importantes sectores de la oficialidad estacionados allí, incluyendo a muchos oficiales de origen ruso que ven un futuro económico más seguro en Ucrania. De los 17 mil oficiales de la antigua CEI activos en el distrito militar de Kiev, 13 mil han acordado integrarse al nuevo ejercito de Ucrania. 

101. La disputa sobre Crimea es síntoma de estas crecientes tensiones. Para presionar a Ucrania el régimen ruso a cuestionado el status de Crimea que fue entregada a Ucrania en 1954 y donde la población de origen ruso es mayoría. La población de crimea está cansada de ser utilizada como objeto de negociación entre las dos repúblicas y la idea de un referéndum sobre la independencia esta ganando apoyo. Los nacionalistas en Rusia, no obstante, están intentando manipular esta situación. El gobierno de Kravchuk se está resistiendo fuertemente a esta idea, especialmente debido a la importancia militar de Crimea como base de la Flota del Mar Negro. El régimen ucraniano ahora plantea la idea de mantener Sevastopol como un enclave, si Crimea fuera a separarse de Ucrania. 

102. Por lo tanto, sobre bases capitalistas las tendencias hacia la desintegración nacional están lejos de ser agotadas. Una mayor desintegración, más allá de la formación de 15 repúblicas independientes, es posible, paralizando la vida económica y planteando el espectro de cientos de Yugoslavias. Incluso dentro de Rusia, los movimientos separatistas están ganando momento, por ejemplo en Chechenia-Ingushetia, Tatarstán y Udmurtia. Un intento por parte de estas ultimas dos regiones, con sus importantes reservas de petróleo, de separarse seria un enorme golpe para la economía rusa y obviamente el régimen ruso no aceptará esto de forma pasiva. 

103. Estos acontecimientos reflejan lo complejo de la cuestión nacional en la época moderna. Este no es sólo el caso de los ex-estados estalinistas, sino en los paises ex-coloniales y de forma creciente en los paises capitalistas avanzados. El proletariado no podrá tomar el poder sin un programa correcto y una enorme sensibilidad al abordar la cuestión nacional. En la antigua URSS, mientras que el peligro de divisiones nacionales y étnicas plantean enormes problemas para el movimiento obrero, la cuestión nacional también agrava enormemente los problemas para el capitalismo naciente. Luchas cuyos orígenes radica en las reivindicaciones nacionales pueden, bajo ciertas condiciones, adquirir un carácter revolucionario y clasista. Por lo tanto al hacer un balance de estos movimientos, es necesario clarificar su orientación principal y distinguir lo que tiene de progresivo y de reaccionario. En el conflicto de Trans-dneistr, por ejemplo, hay elementos de un movimiento proletario, con milicias obreras donde participan diferentes grupos étnicos, contra el régimen de Moldavia y lo que es percibido como dominación rumana. Hasta que punto este movimiento pude desarrollarse en dirección a un movimiento independiente del proletariado depende del factor subjetivo y de las posibilidades de establecer una dirección marxista. 

104. La tarea de construir organizaciones obreras en la antigua URSS está indefectiblemente ligada al desarrollo de la cuestión nacional en todas sus diferentes facetas. Cuando la lucha de la clase trabajadora avanza la cuestión nacional pasa a segundo plano, mientras la clase se esfuerza por lograr la unidad. Mientras que los periodos de retroceso, derrotas y desmoralización generalmente fortalecen las divisiones nacionales. La tarea del Marxismo es luchar por sobrepasar estas divisiones con el programa de la democracia obrera y el socialismo. Esto tiene como base la unidad en la lucha de los trabajadores de todas las nacionalidades; la oposición a todo tipo de opresión nacional; y la firme defensa del derecho de las naciones a la autodeterminación. 

LAS FUERZAS ARMADAS 

105. El ejército es un reflejo de la sociedad, y los acontecimientos al interior del antiguo ejército soviético reflejan los procesos simultáneos de colapso económico y desintegración nacional. El alto mando militar fue el sector del viejo aparato estatal soviético que resistió hasta el último las fuerzas centrífugas dentro de la sociedad. En una conferencia militar, en enero de 1992, el 71% de los 5 mil oficiales presentes votaron a favor de la restauración de las fronteras de la ex-Unión Soviética. Esto no representaba un deseo de volver al viejo sistema basado en la economía planificada, sino el deseo de reconquistar su antiguo poder y status. La gran mayoría de la alta oficialidad ha asumido posiciones pro-capitalistas. 

106. Este cambio ya se venía gestando antes del golpe de estado de agosto. La aplastante victoria de las fuerzas de EE.UU. sobre Iraq, con sus "bombas inteligentes" y armamento de alta tecnología, aceleró este proceso. Al igual que todos los otros sectores de la vieja burocracia, ellos están decididos a defender sus privilegios y posición, y han concluido que ésto sólo es posible en base a relaciones de propiedad burguesas. Este giro ha sido especialmente fuerte entre la oficialidad debido a las humillaciones sufridas desde la retirada de Europa Oriental y Afganistán. Conscientes del enorme debilitamiento de su posición frente al Imperialismo USA, han sacado la conclusión de que el capitalismo representa la única forma de reconstruir su posición. 

107. Esto no sólo significa un giro desde un punto de vista ideológico. El antiguo ejército rojo se encuentra en una situación de anarquía con la desintegración de su infraestructura bajo el impacto de la crisis económica. 300 mil soldados viven en alojamiento provisional, muchos de ellos en carpas y vagones de tren en desuso. En Baikonur, la tropa en un antiguo centro espacial soviético se amotinó debido a las terribles condiciones de vida y al mal trato por parte de los oficiales, lo que llevó a la desaparición de 35 mil rublos, y tres soldados muertos. Frente a esta colapso, sectores de la oficialidad han intentado resolver sus problemas, como todos los sectores de la ex-burocracia, volcándose al "mercado", vendiendo pertrecho militar, medicamentos y hasta alimentos. Una compañía de Moscú, dirigida por oficiales navales en servicio activo, han vendido ya 15 submarinos pertenecientes a la Flota del Mar Negro. En Polonia, enormes cantidades del pertrecho militar ha sido apropiado y vendido por las fuerzas de la CEI estacionadas allí. Cientos de oficiales basados en Polonia se han matriculado en cursos sobre empresas privadas. 

108. Este proceso, y el debilitamiento de la moral al interior de las fuerzas armadas, explica porqué no fueron capaces de intervenir para impedir la división de la URSS. A pesar de las constantes amenazas de nuevas intentonas golpistas por parte de la alta oficialidad, hasta ahora éstas han sido contenidas debido al temor de la reacción de las masas, por un lado, con el ejemplo del fracasado golpe aún en la memoria, y a la fuerza explosiva de la cuestión nacional y sus efectos dentro del ejército mismo, por otro. El restablecimiento de las viejas fronteras involucraría al ejército en un sin número de conflictos militares en las repúblicas, creando divisiones en líneas étnicas en su interior. En particular, la declaración de independencia por parte de Ucrania y su decisión de formar unas fuerzas armadas independientes, cambió toda la ecuación. El tamaño de Ucrania, con una población de 55 millones, y el hecho de que un importante sector del ejército estaba dispuesto a defenderla, significaba que cualquier intento de obligarla a permanecer unida a Rusia planteaba la posibilidad de una guerra abierta. 

109. Esto explica el cambio de posición de la alta oficialidad y la decisión de formar un ejército ruso. No obstante, esto no significa que la intervención contra otras repúblicas de la ex-URSS está descartada. Por el contrario, el estado ruso ha reemplazado a la vieja burocracia central como el poder hegemónico de la región. No se puede descartar la posibilidad de intervención militar cuando los intereses económicos y políticos fundamentales de la naciente burguesía cuando se vean amenazados. Un estudio en febrero de 1992 demostró que un 57% de los oficiales del ejército pensaban que un conflicto armado entre Rusia y otras Repúblicas era posible.  

110. Ellos intentarán camuflar sus objetivos imperialistas tras la defensa de los 25 millones de rusos que viven en otras repúblicas. No es por nada por lo que  Yeltsin ha ofrecido toda la ciudadanía rusa a toda la población de origen ruso. La gran mayoría de ésta no podría volver, especialmente ahora, con el colapso de la economía rusa. Pero el hecho de que estas comunidades ocupen áreas de gran importancia económica en las repúblicas que se están independizando será, sin duda, explotado por la ermergente clase capitalista rusa. Alexander Rutskoi, el vice-presidente de Yeltsin, ya ha dado aviso a las repúblicas bálticas sobre el trato dado a la minoría rusa. De esta forma, la posición de la minoría rusa será utilizada para justificar sanciones económicas, y hasta militares, por parte de Rusia. 

111. A pesar de seguir siendo nominalmente una fuerza unificada de la CEI, el ejército fue retirado de Nagorno-Karabaj en Marzo de 1992 a pesar de las protestas de régimen armenio.  Los oficiales rusos buscaban liberarse del creciente conflicto entre Armenia y  Azerbaijan por miedo a verse empantados en un nuevo Afganistán. Sin embargo, su posición cambia cuando se trata de grupos importantes de la población rusa, como por ejemplo en Moldovia. En estos momentos, más que una intervención abierta por parte de Rusia, voluntarios de los cuerpos cosacos se han movilizado para apoyar a las minorías rusa y ucraniana del sector. No obstante, el anuncio de Yeltsin de que todas las fuerzas de la antigua CEI, incluyendo las tropas de Moldovia, están ahora bajo control ruso,  es una indicación de que el régimen intervendrá de forma directa para proteger sus intereses si fueras necesario. En este caso, mientras en apariencia actuarían para proteger a la minoría rusa, el objetivo de una intervención militar sería asegurar el control por parte de Rusia del enclave Trans-dniestr, la zona industrial de Moldovia. 

BONAPARTISMO 

112. Bajo condiciones de desintegración económica y crecientes tensiones nacionales y étnicas, la perspectiva de un nuevo golpe militar en Rusia es una posibilidad. Mas que la "vieja guardia" esclerótica asociada al pasado estalinista y responsable de la intentona golpista de agosto pasado, un nuevo golpe probablemente sería encabezado por oficiales jóvenes, pro-burgueses cubiertos con la bandera del nacionalismo ruso. No obstante, a pesar de la enorme confusión que existe entre el proletariado, los generales no están seguros del éxito de una aventura como esta. Un factor importante que frena los intentos de establecer un gobierno militar de forma abierta, es el temor a la reacción de las masas después de décadas de dictadura estalinista. Las reivindicaciones democráticas encabezaron todas las movilizaciones de masas contra los regímenes estalinistas. A pesar del creciente malestar con los frutos de la "democracia", cualquier intento de aplastar estos tenues logros podría provocar un nuevo movimiento del proletariado. 

113. Al mismo tiempo en condiciones de  permanente crisis, incluso sin la intervención abierta de las Fuerzas Armadas, los nuevos regímenes burgueses se verán obligados a recurrir a medidas abiertamente represivas y de carácter bonapartistas. Estos regímenes han asumido una variedad de formas en las diferentes repúblicas de la ex-Unión Soviética. En Georgia, el "demócrata" Shevardnadze ha sido "elegido" por el consejo militar que derrocó a Gamsakhurdia. En Asia Central, siguen en el poder dictaduras militares apenas disimuladas. Incluso donde han habido elecciones y se han establecido instituciones parlamentarias, existe un bonapartismo escasamente velado. Yeltsin, por ejemplo, está concentrando enormes poderes en sus manos como Presidente de Rusia, Primer Ministro, y lo más importante, como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, asumiendo control directo sobre  los " cuerpos de hombres armados". De la misma forma, en Ucrania, Kravchuk ha introducido un sistema presidencial modelado en el sistema de los zares rusos, asumiendo fuertes poderes para controlar el parlamento y los gobiernos locales. 

114. Por lo tanto, al igual que en Europa del Este, estos son regímenes bonapartistas semi-parlamentarios. Detrás de los adornos de democracias parlamentarias, un creciente poder se concentra en manos del "líder", quien se balancea entre fuerzas de clase antagónicas dentro de la sociedad. Trotski explicó este fenómeno, en el período antes de la llegada de Hitler al poder en Alemania: " En el momento mismo en que la lucha entre las dos capas sociales- los que tienen y los que no tienen, los explotadores y los explotados- llega a su punto de máxima tensión, se crean las condiciones para la dominación de una burocracia, policía, soldadesca. El gobierno se "independiza" de la sociedad." (El Unico Camino, 1932) 

115. El carácter crecientemente bonapartista del régimen de Yeltsin, quedó en evidencia durante las sesiones del Congreso de Diputados del Pueblo, en abril de 1992. La oposición, basada fundamentalmente en los antiguos sectores duros del estalinismo, tenían mayoría pero no la usaron para bloquear a Yeltsin. La mayoría de sus demandas a favor de mayores poderes fueron concedidas. Por más que denunciaran las políticas del gobierno, la oposición no tenía alternativa alguna que ofrecer. El Canciller bonapartista alemán, Schleicher, una vez dijo, " Primero vengo yo, después mi caballo y después el parlamento." El desprecio de Yeltsin por el  "soberano"  Congreso ruso quedó demostrado cuando dejó de asistir a reuniones después del primer día. 

116. Por naturaleza, los regímenes actuales son extremadamente débiles e inestable. Esto se debe a la debilidad de la naciente clase burguesa, sus tenues raíces en la economía nacional y a la masiva crisis social heredada del sistema estalinista en decadencia. Desde diciembre de 1991 Gorbachov, Gamsakhurdia (Georgia) y Saavisar ( Estonia), todos han sido destituidos de sus puestos. Al momento de escribir, Nabiyev ( Tadjikistán) se mantiene apenas, mientras que Mutalibov ( Azerbaiján) ha sido derrocado dos veces! 

117. Incluso el régimen ruso es inherentemente inestable como demuestra el conflicto entre Yeltsin y su vicepresidente,  el General Rutskoi. Rutskoi combina sus ataques contra las políticas económicas del gobierno con un estridente nacionalismo ruso. LLamó a que renunciara todo el gabinete del gobierno ruso, después de las fuertes alzas de precios en enero, reclamando que estas políticas " empujarían a millones de personas hambrientas y empobrecidas a las calles". Al mismo tiempo Rutskoi dijo, " tenemos que restaurar la verdadera cara de Rusia... tenemos que revivir la gloria del ejército ruso". En un intento por silenciar a Rutskoi, Yeltsin lo ha relegado, como si a "Siberia", al ministerio de agricultura. 

118. Los regímenes estalinistas de bonapartismo proletario, debido a que desarrollaron las fuerzas productivas, adquirieron cierta estabilidad en el período de la post-guerra. Por el contrario, sobre las bases de un capitalismo naciente, no habrá ninguna estabilidad. Toda la inestabilidad del Estalinismo en decadencia ha sido incorporada en los nuevos regímenes burgueses. Independientemente de si son regímenes de carácter abiertamente militar-bonapartista o débiles "democracias" con fuertes elementos bonapartistas, estos serán gobiernos de crisis. 

PERSPECTIVAS PARA UN FUTURO GOLPE 

119. A pesar del continuo caos económico, estos débiles regímenes bonapartistas de carácter semi-parlamentario podrían mantenerse en el poder debido a una falta de alternativa inmediata, sea por parte de la clase obrera en una ofensiva revolucionaria o por un giro decisivo a favor de una reacción bonapartista. Esto lo hemos visto en Polonia donde una serie de débiles gobiernos de coalición, surgidos de la antigua dirección de Solidaridad, han gobernado desde 1989 a pesar del catastrófico colapso de la economía. Sin embargo, y especialmente si la naciente burguesía fuese a sentirse amenazada por un movimiento del proletariado, la perspectiva de un golpe de estado podría ser puesto sobre el tapete nuevamente. 

120. Esta es una de las perspectivas posible en el caso de Polonia, donde existe una creciente  impaciencia con el fiasco de un Sejm (parlamento) paralizado. Walesa ha utilizado la crisis en el Sejm para fortalecer su propia posición, argumentando a favor de un sistema presidencial similar al de De Gaulle. Por sobre la cabeza del parlamento, Walesa ha creado una alianza con la casta de oficiales ex-estalinistas, que se ha pasado definitivamente al campo pro-burgués. Al proponer asumir nuevos poderes, incluyendo el control de las fuerzas armadas y la policía secreta y la autoridad para movilizar al ejército en situaciones de "serio conflicto interno", Walesa está probando el terreno para un posible golpe presidencial, similar al de Fujimori en Perú. 

121. En Rusia y las otras repúblicas, existe la perspectiva de golpes militares en líneas nacionales. Lo que está descartado es un golpe para re-establecer las viejas fronteras de la Unión Soviética. Esto se debe al desmoronamiento del viejo aparato estatal soviético y a la creación de por lo menos 15 estados independientes de carácter burgués y crecientemente hostiles entre sí. Por supuesto, que una vez consolidado su poder al interior de Rusia un nuevo régimen militar podría intentar extender su control hacia partes de la antigua URSS. Esto, no obstante, sólo sería posible a través de una conquista militar, probablemente basándose en el apoyo de la minoría rusa. 

122. Como explicamos en el documento de la Mayoría del Secretariado Internacional: 
" Un nuevo régimen militar y bonapartista en Rusia o la Unión Soviética, mas que intentar re-establecer la planificación y el control central,  probablemente sería un régimen pro-burgués con el objetivo de imponer la transición hacia el capitalismo". ( Revolución y Contra-revolución en la Unión Soviética, para 64) 

123. Aunque intentos por establecer un nuevo régimen de bonapartismo proletario es una posibilidad teórica en el futuro, en las condiciones actuales esto es algo virtualmente descartado. Incluso si un sector de los militares apoyara una vuelta al estalinismo, y no existe ninguna evidencia de esto, la reconstrucción del viejo sistema sería como intentar devolver la tortilla al huevo. La vieja burocracia se ha derrumbado. Los nuevos regímenes burgueses son dependientes económicamente e ideológicamente del Imperialismo. En estas condiciones, la perspectiva más probable en el caso de un golpe exitoso, es el establecimiento de un régimen de bonapartismo burgués 

124. Un régimen como éste podría incluso desplegar parte de la cobertura del estalinismo. Podría suprimir a sectores de la mafia, introducir control de precios, intentar asegurar suministros e introducir controles estatales en sectores claves para estabilizar la economía. Esto no sería una señal, sin embargo, de una vuelta al sistema estalinista. Incluso Zhirinovsky, el demagogo neo-fascista, está a favor de la retención de las granjas colectivas y de las grandes empresas estatales.  

125.  En el contexto de una situación mundial dramáticamente diferente, con una recesión catastrófica para el capitalismo, un giro en dirección opuesta es posible. Temerosos de un movimiento de la clase trabajadora, estos regímenes podrían ser obligados a tomar medidas anti-capitalistas. Es imposible decir hoy hasta que punto podría llegar este proceso. No se puede excluir que bajo ciertas condiciones, como en algunos países ex-coloniales en el pasado, un sector del estado burgués, apoyándose en las masas para ganar apoyo, podría verse forzado por la crisis a eliminar el capitalismo y a establecer un estado obrero deformado como el estalinismo. Pero, aunque esta es una posibilidad teórica, no se trata de una perspectiva inmediata. Incluso en este caso, un régimen de bonapartismo proletario no tendría la estabilidad del Estalinismo en el período de la post-guerra. 

EL MOVIMIENTO OBRERO EN RUSIA Y EUROPA ORIENTAL 

126. Las míseras condiciones del capitalismo naciente están allanando el camino para enormes explosiones sociales en estas sociedades. Existe ya una profunda desilusión con los resultados inmediatos de las políticas pro-capitalistas. Una reciente encuesta de opinión (mayo 1992) reveló que sólo uno de cada seis Rusos pensaban que el nuevo gobierno hacía una buena gestión de la economía. Menos de uno de cada diez Rusos estaba satisfecho con la actual situación y sólo un 4% pensaba que era imposible el estallido de huelgas y protestas callejeras en los próximos doce meses. Una serie de huelgas durante los últimos meses reflejan la creciente frustración, como la paralización de los trabajadores del petróleo y de los puertos, los choferes de taxi y más recientemente los profesores y doctores. En un momento en mayo, habían informes de huelgas en 35 regiones de Rusia. 

127. Como habíamos pronosticado, pocos meses después de su victoria sobre el golpe, el apoyo de los "demócratas" se desmorona. Yeltsin, que sigue siendo el líder más popular, ha visto el caer su apoyo desde un 43% en abril a un 32% en mayo.  De forma inevitable, han surgido serias divisiones en sus filas. Sobchak, el alcalde de St Petesburgo, ha criticado al gobierno ruso, advirtiendo de que " no se podrá evitar una explosión social" sin un cambio de política. Sin embargo, a pesar de la desilusión con los "demócratas" y sus medidas burguesas, esto no significa que las ilusiones en el capitalismo han desaparecido. Aquí nuevamente tenemos un proceso extremadamente complejo. Aún se culpa al Estalinismo por muchos de los actuales problemas. El hecho de que los portuarios en huelga en Novorossisk y que los mineros en Vorkuta hayan exigido sus salarios en dólares indica que los trabajadores aún no ven una alternativa al capitalismo. Esto se complica aún más debido a la ausencia de un partido obrero capaz de darle una expresión organizada a la frustración que se está acumulando. En esta situación podríamos ver explosiones de descontento pero de carácter limitado debido a la actual visión confusa que existe entre el proletariado. 

128. El punto de partida para comprender la dinámica del desarrollo del movimiento obrero en estas sociedades, es reconocer los efectos de décadas de dictadura estalinista. No se trata sólo de que el proletariado ha quedado desorientado debido al Estalinismo y después por los golpes producto de la restauración capitalista, sino que además sufre o de una total ausencia de las más básicas organizaciones de clase o éstas se encuentran en un estado débil y caótico. A pesar de que los primeros  indicios de sindicatos independientes surgieron en la última fase de dominio estalinista, no ha habido un movimiento inmediato para crear organizaciones obreras de masas. Esto, sin embargo, puede cambiar rápidamente frente a un gran movimiento de la clase trabajadora. 

129. Los Marxistas no ignoramos la actual confusión y el bajo nivel de conciencia del proletariado. Pero, debido al legado del Estalinismo, existe una contradicción explosiva entre el poder latente del proletariado, y la actual debilidad de sus organizaciones políticas y sindicales. En la Unión Soviética, el Estalinismo creo al proletariado más grande del mundo. En 1988, un 73% de los trabajadores industriales soviéticos trabajaban en fábricas de más de mil obreros. Esto se compara con un 25.8% en EEUU (1985). Una vez que estos trabajadores se vean obligados a entrar en la lucha, su nivel de organización y conciencia puede desarrollarse rápidamente. 

130. Las dictaduras son un enorme freno para la conciencia, pero esto no significa que la sociedad vuelve a su punto de partida. Rechazamos los argumentos de los seudo Marxistas que afirman que la conciencia del proletariado ruso ha retrocedido a los niveles del siglo pasado. Incluso hoy en día las tradiciones de Octubre siguen vivas en por lo menos un sector de la clase obrera. Como resultado de la dura experiencia de la restauración capitalista, estas ideas podrían ganar un apoyo de masas nuevamente en el futuro. La clase obrera tomará conciencia de su rol y sus tareas a través de los acontecimientos y su experiencia y con el desarrollo del factor subjetivo encabezado por las fuerzas del Marxismo. 

131.  El gobierno ruso se ha visto obligado a abordar estas realidades. Hasta ahora ha evitado una explosión social contra sus brutales " reformas" debido a que ha combinado una política de concesión con represión. Los choferes de autobús de Moscú ganaron un aumento salarial de un 200%, pero al mismo tiempo su huelga fue prohibida y sus dirigentes recibieron multas por convocar a la movilización. El gobierno ha hecho importantes concesiones salariales, especialmente a los sectores fuertes como los mineros. En algunos casos los salarios han subido en más de un 300%, compensando parcialmente los fuertes aumentos de precios. De una forma bonapartista el gobierno se ha apoyado primero en un sector de la población y después en otro. No obstante, la profundidad de la caída de la producción y la escala de los aumentos de precios ha aturdido a amplios sectores del proletariado. Reflejando el ánimo prevaleciente, de que no hay alternativa a estas medidas, la mayoría de las familias se preparan para resistir los aumentos de precios acaparando enormes cantidades de productos básicos. 

CAMBIOS EN LA CONCIENCIA 

132. A través de la dura experiencia las ilusiones de las masas en el capitalismo se vendrán abajo. Pero, debido a la debilidad del factor subjetivo, este será un proceso complejo y lento. Sin embargo, los acontecimientos en Polonia, donde la transición hacia el capitalismo comenzó más temprano, demuestran que el ánimo de la clase obrera está comenzando a cambiar. La ola de huelgas a comienzos de 1992 mostró un claro cambio de ánimo entre importantes sectores del proletariado polaco. A través de una serie de duras luchas, incluyendo huelgas de hambre y ocupaciones de fábricas, sectores de la clase trabajadora han comenzado a cuestionar las políticas pro-capitalistas del gobierno. Una de las características de todas estas luchas es la creciente disposición a defender la propiedad estatal. 

133. Incluso hasta hace un año atrás, la mayoría de los trabajadores polacos aceptaban la idea general de la privatización, mientras que invariablemente se oponían a la privatización de sus propios lugares de trabajo. Ahora, por primera vez, las encuestas de opinión demuestran que una mayoría de la población se opone a continuar con la privatización de las grandes compañías en general. Hoy, sólo el 18% piensa que la privatización es buena para la economía. En 1990, sólo un 45% de la población pensaban que las huelgas eran una forma de lucha justificada mientras que hoy esta cifra es de un 71%. Claramente, se está gestando un ánimo más combativo, aunque debido a la ausencia de una dirección revolucionaria, aún existe una enorme confusión. El crecimiento del sindicato Solidaridad 80, que combina el programa de un sindicalismo militante con el nacionalismo, demuestra la radicalización que se está llevando a cabo pero también la forma confusa que puede asumir este proceso sin una dirección marxista consciente. Otra muestra de esto es el creciente apoyo entre los trabajadores para el grupo nacionalista de extrema derecha, KPN, que combina llamados a favor de "mano dura" con una demagogia de "izquierda". 

134. Polonia también muestra los cambios que pueden experimentar las capas medias de la sociedad. Mientras que sectores del proletariado, debido a sus luchas o la amenaza de estas, han logrado ganar concesiones de los patrones, sectores como los profesores, doctores y otros funcionarios públicos han sido los más golpeados por la recesión. Las escuelas en Polonia han sido fuertemente afectadas por huelgas, con la formación de organizaciones como la Unión de Profesores Hambrientos. Incluso han habido manifestaciones de estudiantes y profesores contra la enseñanza obligatoria de religión, reflejando la creciente impopularidad de la iglesia, especialmente entre la juventud. 

135. También en Rusia, los profesores y médicos han participado en huelgas recientemente ganando un aumento salarial de 270%. Paradójicamente, estas capas al igual que los estudiantes, han sido los sectores más a fines al capitalismo en el pasado. En una encuesta de opinión en Rusia llevada a cabo en febrero de 1992, mientras que el 23% de trabajadores no calificados pensaban que las políticas de Yeltsin eran " capaces de sacar al país de la crisis", esta cifra llegaba al 42% entre los estudiantes y académicos y al 41% entre la intelectualidad técnica. De la misma manera, cuando se les preguntó si la propiedad privada sacaría al país de la crisis, el 38% de los obreros no calificados y 45% de los obreros calificados estuvieron de acuerdo, comparado con un 60% de estudiantes y académicos. Al estrujar estas capas, con el colapso del financiamiento de los servicios públicos, se está minando una de las principales bases de apoyo de los regímenes actuales. 

LOS VIEJOS SINDICATOS OFICIALES Y PARTIDOS COMUNISTAS 

136. En varios de estos países hemos visto cierto movimiento detrás de los viejos sindicatos oficiales. Ellos tienen la ventaja de tener propiedad, recursos y una presencia en las fábricas. La OPZZ se ha desarrollado de esta forma en Polonia, ofreciendo una mayor resistencia al gobierno que la organización oficial de Solidaridad que ha intentado sofocar la oposición de los trabajadores. No obstante, incluso Solidaridad se está viendo obligada a cambiar de posición como demuestra su llamado a una huelga general de dos horas contra el gobierno en enero de 1992. Hay crecientes presiones al interior de Solidaridad, en sus comités de fábrica y entre una capa de su propia burocracia, para romper con el gobierno. En Hungría, la MSZOSZ dirigida por ex-estalinistas también ha crecido y ahora organiza a sectores decisivos de los trabajadores en la industria, la minería, siderurgia y el transporte. En diciembre último, llamó a la primera huelga general contra el gobierno de  Antall. Es posible que en la antigua Unión Soviética los viejos sindicatos oficiales también puedan desarrollarse de esta manera. Bajo la presión de los trabajadores los dirigentes de Moscú de los sindicatos oficiales, que afirman tener seis millones de miembros, llamaron a una huelga general contra el alza de precios de enero. 

137.  No obstante, la situación varía entre los diferentes estados ex-estalinistas. En Checoslovaquia la vieja federación sindical oficial se desmoronó con el viejo régimen. La nueva federación sindical heredó sus bienes y propiedad pero en muchas industrias ha tenido grandes dificultades para reclutar. Aunque declaran tener más de 5 millones de miembros, la organización sindical apenas existe en muchas áreas. La situación actual en casi todos los países ex-estalinistas es que la mayoría de la clase trabajadora sigue no estando organizada. En algunos países es posible que nuevas formaciones sindicales surjan en el transcurso de la lucha. 

138. Algunos sectores de la vieja burocracia estalinista también están intentando establecer una base para si mismos entre la clase obrera. En el pasado los partidos comunistas en los estados estalinistas no eran verdaderos partidos obreros sino más bien instrumentos de las burocracias gobernantes. Desde el colapso de los viejos regímenes algunas de estas organizaciones siguen vivas, reteniendo el apoyo de antiguos militantes obreros y de algunos funcionarios. En algunos casos nuevas formaciones " Comunistas" se han escindido o se han creado de los restos de los viejos partidos, por ejemplo el caso de Trabajadores de Rusia. 

139.  El caso más claro donde un antiguo partido estalinista ha mantenido una posición de influencia entre la clase trabajadora es en las tierras Checas de Bohemia y Moravia. El Partido Comunista Checo (KSCM), sigue siendo uno de los partidos obreros más grandes en Europa, con 300 mil militantes. Su capacidad para movilizar apoyo activo quedó demostrado en la concentración del Primero de Mayo con la participación de 50 mil personas. En sectores de "Bohemia Roja", el partido aún obtiene un apoyo de 25-30%. Entre una importante capa de trabajadores industriales, el Partido es visto como la única forma de defensa contra los ataques de la burguesía. Esto a pesar del confuso programa reformista burgués  de la dirección del Partido que critica la política del gobierno pero acepta totalmente la lógica de apoyar el mercado. Estos dirigentes no son fundamentalmente diferentes a los reformistas de derecha de Occidente. Un ejemplo de esto es la decisión del Partido de establecer un fondo de privatización " Comunista" para participar en el programa de privatización del gobierno. Su cercanía a los dirigentes socialdemócratas de Occidente quedo expuesta en los comentarios de la Segunda Internacional cuando el KSCM pidió el ingreso a esa organización. A la dirección se le dijo que podrían afiliarse pero antes tenían que expulsar a los Marxistas! 

140. En Polonia también, los ex-estalinistas de la Alianza Democrática de Izquierda han ganado apoyo como resultado de las medidas de austeridad del gobierno. Nuevamente, mas que añorar la vuelta al Estalinismo, estos dirigentes usan como modelo a los dirigentes reformistas de Occidente y esperan asegurarse una posición privilegiada en la nueva sociedad capitalista. Su degeneración quedó al descubierto cuando en junio de 1992, apoyaron al gobierno monetarista de Pawlak. En Rusia, a pesar de que el Partido Comunista sigue prohibido han surgido un número de agrupaciones lideradas por antiguos funcionarios estalinistas. A pesar de que estos dirigentes se oponen a las políticas de Yeltsin no defienden la economía planificada. En muchas instancias se han adherido a las peores ideas chovinistas rusas, argumentando a favor de vínculos con las " fuerzas patrióticas". No obstante,  estas organizaciones todavía pueden atraer una capa de obreros genuinos que buscan las ideas de Lenin y de Octubre. 

141. Al intentar orientarse hacia los sectores más avanzados de la clase obrera, los Marxistas tienen que tomar en cuenta los ánimos existentes entre las diferentes capas de la clase. Un sector puede ser atraído por los viejos partidos o escisiones de éstos y en estos casos las fuerzas marxistas pueden orientar su trabajo hacia ellos. Pero, al mismo tiempo otros sectores del proletariado pueden sentir un fuerte rechazo hacia estos partidos y sus asociaciones con los viejos regímenes. En estas circunstancias es posible que surjan nuevas formaciones políticas de la clase obrera, sobretodo al calor de una movilización de masas. En la antigua Unión Soviética, por ejemplo, es posible que el llamado a favor de un nuevo partido obrero vaya ganando creciente apoyo. Por lo tanto, los Marxistas tienen que trabajar de forma flexible, en ciertos períodos llamando a la creación de sindicatos o organizaciones políticas independientes, y en otros argumentando a favor de la adopción del programa socialista y de la democracia obrera por las organizaciones de trabajadores ya existentes. 

142. La desorientación política del proletariado se refleja en especial en los círculos dirigentes de las actuales organizaciones obreras, inluyendo a las formaciones nuevas. Por ejemplo, vemos el surgimiento de diferentes variantes reformistas que ofrecen una vía más "social" hacia el capitalismo. Bajo el impacto de los acontecimientos, es posible que surjan corrientes reformistas y centristas de masas. No obstante, debido al carácter agudo de la cuestión nacional en todos estos países, el nacionalismo, inevitablemente será un factor importante en el desarrollo de las organizaciones obreras y en la formulación de sus programas políticos. 

143. A pesar de que la reacción inicial de amplios sectores del prole-tariado ha sido una de horror e inmovilización, el caos e inestabilidad del emergente capitalismo está preparando el camino para movimientos explosivos y rápidos saltos de conciencia. Los ánimos de las diferentes capas del proletariado, y en especial de la juventud, pueden cambiar rápidamente en estas condiciones. Los acontecimientos internacionales pueden tener un impacto decisivo, especialmente cuando el proletariado en Occidente está empezando a imponerse, como ha ocurrido en Alemania. 

144. Existe un creciente odio hacia el nuevo capitalismo, a pesar de que este sentimiento aún no encuentra una expresión clara. Sin una direc-ción, este malestar puede llevar al surgimiento de ánimos terroristas entre la clase obrera y la juventud. En Polonia hemos visto una ola de ataques como el lanzamiento de una granada contra una clínica privada y el ataque incendiario contra las oficinas de la Kodak en Varsovia. Estos ánimos inevitablemente se verán reflejados en el proletariado cuando entre en la lucha. En  Gdynia, los trabajadores que ocupaban una fábrica privatizada amenazaron con usar explosivos si la policía anti-motines intentaba atacar la ocupación. Los problemas del joven capitalismo se ven acrecentados por el fácil acceso a armamentos, especialmente desde que el colapso de la disciplina en el antiguo ejercito rojo ha llevado a un ilícito comercio de armas a través del viejo territorio soviético y  Europa del Este. 

145. El sistema capitalista que está surgiendo en estas sociedades ha heredado del estalinismo una revolución política inconclusa. Intentarán imponer sobre las masas las condiciones de vida del mundo neo-colonial, no obstante a pesar de su actual falta de organización, el proletariado en estos paises es mucho más fuerte que el proletariado del mundo ex-colonial. El actual rechazo a términos como "marxismo" y "socialismo", debido a los crímenes cometidos bajo el estalinismo, pueden abrir paso en el futuro a un rechazo igualmente violento contra el capitalismo y el "mercado". Si es que somos capaces de aprender de estos procesos y orientar nuestras fuerzas correctamente, el próximo período abrirá enormes posibilidades para los marxistas. 
 

DOCUMENTO DEL CEI 
JUNIO 1992

 
 
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