Javier
García. Artículo publicado en el nº 3 de A Luchar,
revista de Izquierda Revolucionaria
La
izquierda debe manifestar su repulsa por la implantación de un protectorado
de la OTAN en Kosovo y exigir el reconocimiento del derecho a la autodeterminacion
de Kosovo sin ninguna injerencia de la OTAN ni de Milosevic.
El
derecho a la autodeterminación nacional requiere como condición
la expulsión del imperialismo y la unidad de las masas serbias y
kosovares en una perspectiva revolucionaria y socialista común.
La
izquierda debe defender en todo momento el derecho a la autodeterminación
de Kosovo, incluída su independencia y fusión con Albania,
si así lo desearan. Esto debe ir ligado a la lucha por una Federación
Repúblicas Socialistas en los Balcanes.
Este
planteamiento es para el marxismo una consigna de transición, que
permite tomar la reivindicación nacional de un pueblo oprimido,
desde un ángulo obrero y socialista, permitiendo así disputarle
al nacionalismo su influencia en la clase trabajadora de la nación
oprimida.
Al
mismo tiempo, deja un amplio campo de actuación entre las masas
de la nación opresora para combatir los prejuicios chovinistas.
La
cita de Marx, "ningún pueblo que oprime a otro puede ser un pueblo
libre", constituye el eje fundamental para trabajar entre las masas
de la nación opresora, ya que, como hemos visto en Yugoslavia, la
política represiva ejercida por el Gobierno de la nación
opresora contra los derechos democráticos de la minoría nacional
oprimida siempre termina volviéndose en contra de los trabajadores
y el pueblo de la propia nación opresora.
Ha
sido llamativo que parte de la izquierda española -incluido algunos
grupos que se reclaman marxistas- haya olvidado reclamar el derecho de
autodeterminación para Kosovo, exigiendo condiciones para su ejercicio,
bajo el argumento de que una eventual independencia de Kosovo produciría
un nuevo estallido de los Bálcanes.
Se
trata de un argumento baladí. Cualquier colegial que busque en un
diccionario la palabra "balcanización" comprenderá mil veces
mejor que estos compañeros la historia de los Bálcanes durante
los últimos siglos. Si los Bálcanes han sido sinónimo
de luchas sangrientas durante cientos de años ha sido debido, entre
otros factores, a la voracidaz imperialista que no ha respetado los derechos
de los pueblos.
La
izquierda no debe oponerse bajo ningún concepto a las aspiraciones
nacionales de los pueblos oprimidos. Ya lo dijo Lenin: "¡Ni un sólo
privilegio para ninguna nación, para ningún idioma! ¡Ni
la más mínima vejación, ni la más mínima
injusticia con ninguna minoría nacional!". (La revolución
socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación).
El
único camino a la hora de disputarle el terreno al nacionalismo
que tiene el movimiento obrero revolucionario consiste en abanderar la
lucha por los derechos nacionales. Ir por otro camino es abandonar la lucha
frente al nacionalismo. |