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Exijamos un nuevo juicio para Mumia
1. ¿Quién es Mumia Abu Jamal?
2. ¿Cuando empezaron a perseguirle?
3. ¿Cómo le detuvieron?
4. ¿Quién le juzgó?
5. ¿Que papel desempeñó el fiscal?
6. ¿Cómo coaccionaron a los testigos?
7. ¿Cual es la situación actual?

 

1. ¿Quién es Mumia Abu Jamal?
Mumia Abu-Jamal lleva desde 1982 en el pabellón de los condenados a muerte, acusado falsamente de matar a un policía blanco de Filadelfia. No recibió un juicio imparcial; lo sentenciaron a muerte por sus creencias políticas. Como anteriormente Martin Luther King y Malcom X, Mumia es una nueva víctima del racismo en EE.UU. 

Mumia trabajaba en la radio. La gente lo llamaba la "voz de los sin voz". Puso su talento periodístico al servicio del pueblo, criticando el racismo y la brutalidad policial. En 1980, a la edad de 26 años, fue elegido presidente de la Asociación de Periodistas Negros de Filadelfia, dedicando su vida al pueblo, a los que viven en los ghettos y barrios. 

Por todas esas razones la policía y las autoridades odiaban a Mumia. Intentaron matarlo, pero fracasaron; entonces lo acusaron falsamente del homicidio de un policía. 

2. ¿Cuando empezaron a perseguirle?
Desde que empezó a militar en los Panteras Negras, Mumia estaba siendo vigilado. Se han hecho públicas más de 800 páginas de los expedientes secretos de la policía política sobre Mumia que documentan como el gobierno federal empezó a seguirle los pasos ¡cuando apenas tenía 14 años! A los 15 años, Mumia fue uno de los fundadores del Black Panther de Filadelfia. Escucharon sus conversaciones telefónicas y enviaron informantes para espiarlo. Entrevistaron y hostigaron a sus amigos y maestros. La policía de Filadelfia, con el jefe de policía Frank Rizzo al mando, llevó a cabo una brutal campaña de represión contra los Panteras. 

Durante los años 70, Mumia en su trabajo periodístico, denunció el salvajismo y el racismo del Departamento de Policía de Filadelfia. En las calles la gente empezó a llamarlo la "voz de los sin voz", pero las autoridades de Filadelfia lo odiaban. Rizzo amenazó a Mumia; dijo que sus informes "tienen que parar.... Un día, y espero que sea durante mi comandancia... tendrá que pagar por lo que está haciendo hoy". 

3. ¿Cómo le detuvieron?
El 9 de diciembre de 1981, la policía trató de matarlo varias veces. Le dispararon cerca de la esquina de la Locust y la 13. Más tarde, Mumia Abu-Jamal estaba conduciendo su taxi en el centro de Filadelfia y vió que un policía estaba golpeando a su hermano, William Cook, con una linterna metálica; acudió corriendo; hubo pelea. Al rato Mumia estaba en la acera sangrando de un tiro en el pecho y el policía, Daniel Faulkner, estaba a punto de morir. A Mumia lo acusaron de homicidio y no ha estado libre un solo día desde aquella fecha. 

Más tarde, medio muerto de un balazo que le perforó un pulmón y el diafragma, los agentes policiales lo golpearon salvajemente y le abrieron la cabeza. Mumia se despertó en el hospital después de una operación a vida o muerte, cosido de punta a punta y entubado. Sintió un intenso dolor en la vejiga y los riñones: un policía tenía el pie puesto sobre su recipiente de orina (de modo que no pudiera drenar más orina) y se estaba riendo. 

Más tarde, después de que los médicos advirtieron que podía contraer pulmonía en el pulmón perforado y que ésta podía matarlo, lo hicieron pasar noche tras noche en una celda glacial. 

4. ¿Quién le juzgó?
El 1 de junio de 1982, se inició el juicio de Mumia en el Tribunal del juez Albert Sabo. El juez Sabo tiene a su haber la mayor cantidad de sentenciados a muerte del país; seis ex fiscales de Filadelfia afirmaron en declaraciones juradas que este juez es sumamente parcial. Albert Savo, se le conoce como "el juez de la horca", tras haber mandado al corredor de la muerte a treinta presos, veintiocho de ellos negros. Cinco de los siete jueces de la Corte Suprema de Pensylvania tienen relación con un sindicato de policías de extrema derecha que pagó una página entera en la New York Times pidiendo la ejecución de Mumia. 

En medio de la selección del jurado, no permitió que Mumia siguiera interrogando a los candidatos, con el pretexto racista de que su apariencia (un negro con barba y pelo rasta) "intimidaba" a los potenciales jurados. Contra la voluntad de Mumia, la Corte nombró a Tony Jackson su abogado. Cuando Jackson rehusó participar en la selección del jurado en vez de Mumia, Sabo amenazó con meterlo en la cárcel. Entonces, ¡Sabo se encargó de escoger el jurado él mismo! No escogió a ninguna persona opuesta a la pena de muerte. El fiscal rechazó a 11 afroamericanos. Al final, el jurado estuvo compuesto por once blancos y un negro. 

La discriminación de Sabo contra Mumia fue indignante: dijo que Mumia estaba causando disturbios; durante gran parte del juicio lo sacó del juzgado. El investigador de la defensa renunció antes del juicio porque la corte no autorizó fondos para un experto de balística ni un patólogo. Durante el juicio, las autoridades inventaron pruebas, coaccionaron a los testigos, fabricaron una "confesión" y ocultaron evidencias. 

El juez Sabo, además, es miembro vitalicio de la Orden Fraternal de Policía (FOP) y cinco de los siete magistrados de la Suprema Corte de Pensilvania, que rechazaron la apelación de Mumia, recibieron contribuciones para su candidatura. Además, la FOP ha orquestado una campaña en pro de su ejecución. 

5. ¿Que papel desempeñó el fiscal?
Según el fiscal, Mumia hizo una confesión espectacular de culpabilidad en el hospital. ¿Como se puede producir la confesión de un herido grave que está inconsciente?. El agente Gary Wakshul, destinado en el hospital, declaró que Mumia "no hizo ninguna declaración", pero el fiscal no lo citó en el juicio. Cuando los abogados de la defensa trataron de llamarlo a testificar, la fiscalía dijo que estaba de vacaciones. Sabo no permitió aplazar el juicio. En realidad, Wakshul estaba en su casa y hubiera podido dar testimonio. El médico que atendió a Mumia dijo que no mencionó nada. 

Por otra parte, la fiscalía afirmó que las pruebas balísticas inculparon a Mumia. Pero la policía no examinó la pistola de Mumia ni las manos para saber si la disparó. Tampoco demostró que dicha arma mató al policía. La policía afirma que Mumia recibió su balazo cuando estaba encima de Faulkner, pero el informe de patología dice que la bala tenía una trayectoria hacia abajo. Eso concuerda con el testimonio de Mumia de que Faulkner le disparó cuando se acercó. 

6. ¿Cómo coaccionaron a los testigos?
La fiscalía entrevistó a más de 100 testigos, pero solo presentó a los pocos testigos dispuestos a apoyar su versión de los hechos, y no le dio el nombre de los demás a la defensa. Mumia no tenía dinero para contratar a investigadores ni buscar testigos. 

Antes del juicio, cuatro testigos dijeron que vieron a un hombre salir corriendo del lugar de los hechos, pero la fiscalía se lo ocultó al jurado y los coaccionó para que respaldaran la versión oficial. Es decir, Veronica Jones, Robert Chobert y Cynthia White, los principales testigos en el juicio, apoyaron la versión del fiscal porque la policía los amenazó. 

En 1996, Veronica Jones dio a conocer que la policía la había coaccionado. Inicialmente, Jones le dijo a la policía que vio huir a un hombre. Pero en el juicio, dijo que no vio huir a nadie y eso fue muy contraproducente para Mumia. Ahora, en una declaración jurada, Jones ha admitido que mintió en el banquillo por amenazas de la policía. Dijo que dos policías fueron a verla poco antes del juicio de 1982 y le dijeron que si su testimonio ayudaba a Mumia, le iban a quitar los hijos y se pudriría en la cárcel. Cuando Jones dio ese testimonio en 1996, la justicia tomó represalias; la detuvieron por una vieja orden de arresto. 

El equipo de la defensa, encabezado por Leonard Weinglass, le presentó la declaración de Jones a la Suprema Corte de Pensilvania, junto con una moción para una audiencia. Pero la corte le mandó la documentación a Sabo, ¡el mismo juez que presidió el complot contra Mumia! El resultado no sorprendió a nadie: Sabo dijo que las nuevas pruebas no eran creíbles y rechazó la petición de un nuevo juicio. 

Está claro que Robert Chobert y Cynthia White -dos testigos que dijeron que Mumia mató a Faulkner- recibieron favores de la fiscalía. Robert Chobert, un taxista blanco, le dijo a la policía esa noche que el asesino era un hombre grande y gordo (de más de cien kilos) y que huyó. Esa información hubiera sido muy favorable a la defensa: Mumia era flaco, tenía graves heridas y estaba tendido en la acera, incapaz de huir. Sin embargo, Chobert cambió su versión de los hechos en el juicio. El jurado nunca se enteró de que estaba en libertad condicional por un delito grave, y que por esa razón era vulnerable al chantaje de la policía. 

Cynthia White, testigo clave de la fiscalía, corroboró la versión oficial. Pero según otros testigos, ni siquiera estaba en el lugar de los hechos sino que llegó después del incidente. Después del arresto de Mumia arrestaron a White varias veces por prostitución. Cada vez que la metieron a la cárcel, cambió su "versión" de la muerte de Faulkner. La policía la llevó de la cárcel para dar testimonio, y después del juicio le permitió volver a trabajar de prostituta. 

En 1997, los abogados de Mumia presentaron una declaración jurada de otra testigo del juicio de 1982. En esa declaración, Pamela Jenkins, una ex prostituta, decía que la policía la presionó para que declarara en el juicio que Mumia era un pistolero; que ella no estaba en el lugar de los hechos; y que no cedió a la presión de la policía. También declaró que su amiga Cynthia White (la principal testigo de la fiscalía en 1982) le admitió que dio testimonio contra Mumia porque la policía amenazó con matarla. En una audiencia de junio de 1997, Sabo una vez más rechazó la nueva prueba. 

Otra testigo, Dessie Hightower, no cambió su versión de que Mumia no disparó, incluso cuando le hicieron una prueba en un detector de mentiras, pero no dio testimonio en el juicio porque la fiscalía no se lo mencionó a la defensa. El cuarto testigo, William Singletary, dijo primero que Mumia no fue el asesino. Más tarde la policía lo obligó a firmar una declaración de que no vio nada. Lo hostigaron tanto que se mudó de Filadelfia antes del juicio. 

7. ¿Cual es la situación actual?
El Gobernador fijó la fecha de la ejecución de Mumia para el 2 de diciembre de 1999. Sin embargo, la apelación de sus abogados condujo a que un juez federal la aplazase. El juez federal William Yohn decidió aplazar la ejecución del periodista y antiguo militante de los Panteras Negras, Mumia Abu-Jamal. El juicio podría ser revisado por petición de sus abogados. 

En principio, la ejecución de Mumia por inyección letal, estaba prevista para el 2 de diciembre, lo que originó una movilización internacional en su favor. Diversos sectores solicitaron la revisión del juicio por el que fue condenado a muerte en 1983. 

Uno de sus abogados, Daniel Williams, dijo que la aplicación de la sentencia se suspende por varios meses. Eso dará oportunidad a renovar las peticiones para que sea revisado el juicio. 

Sus abogados denunciaron que se usaron pruebas manipuladas y que durante el juicio, se produjeron 29 violaciones de los derechos constitucionales del acusado. 

 Las movilizaciones internacionales lograron impedir su ejecución en agosto de 1995. Manifestaciones de 20.000 personas en New Jersey o 50.000 entre San Francisco y Philadelphia han pedido la suspensión de su sentencia de muerte. También solicitaron una revisión del juicio personalidades como Nelson Mandela, Lionel Jospin, Jacques Chirac, Danielle Miterrand, Koffi Annan, Salman Rushdy, Spikee Lee, Naomi Campbell y hasta 500 profesores de universidades de los Estados Unidos, además del Parlamento Europeo. 

 El objetivo de sus abogados, es que se revise el juicio, y pueda celebrarse uno nuevo, "ante un tribunal neutral y verdaderamente justo". 

Izquierda Revolucionaria, Apdo. de Correos 3041, Sevilla 41080.
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