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La lucha ejemplar de los estudiantes mexicanos
Panfleto repartido por Izquierda Revolucionaria en la manifestación de solidaridad con los estudiantes mexicanos realizada en Sevilla (Abril  2000)

Dentro de ocho días, el 20 de abril del 2000, se cumple un año del inicio de la huelga más larga y combativa de la historia del movimiento estudiantil latinoamericano

La huelga de la UNAM, la universidad más grande de Latinoamérica, resistió durante diez largos meses las embestidas de la represión del régimen del PRI, sostenida por el CGH (Consejo General de Huelga) y apoyada por amplios sectores del profesorado y la población.

Los estudiantes mantuvieron una huelga activa, con ocupación de facultades y colegios universitarios hasta que el 6 de febrero fueron desalojados por las fuerzas represivas del Gobierno, deteniendo a cerca de un millar de estudiantes, de los que casi un centenar sigue en prisión.

Por la combatividad demostrada por esta lucha, por las formas asamblerias y horizontales de su organización, por la tajante defensa de la educación pública y la oposición a los planes del FMI y el Banco Mundial, por el amplio apoyo 
que ha recibido en todo México y en el mundo entero... sólo podemos calificar esta lucha de ejemplar.

La huelga de la UNAM es un ejemplo para la izquierda y el movimiento estudiantil internacional. Un ejemplo a estudiar, a comprender y a seguir. Porque la lucha de los estudiantes mexicanos es nuestra lucha también, es la de los estudiantes que nos enfrentamos a las políticas privatizadoras del Gobierno del PP, es la lucha por la defensa de la educación pública.

La mayoría absoluta del PP traerá nuevos y vigorosos ataques contra los derechos sociales y los servicios públicos. El Informe Bricall constituye la avanzadilla de todo un paquete de medidas para convertir la Universidad en un feudo de las grandes empresas y restringir el acceso de los hijos de los trabajadores a la enseñanza superior.

Los ataques a la educación es parte de la política impulsada por el FMI en todo el mundo, es parte por tanto del neoliberalismo y la globalización. En México, en toda Latinoamérica y también en Europa, los gobiernos llevan años atacando este derecho básico y esta conquista obrera que es la educación pública. Por ello, la lucha de la UNAM debe considerarse la primera escaramuza de una batalla en defensa de nuestro derecho a una educación pública, gratuita y de calidad.

Y por eso, más allá de la solidaridad que como estudiantes y trabajadores de izquierdas brindamos a los compañeros mexicanos, debemos entender que su lucha muestra el camino que inexorablemente tenemos que seguir en el Estado español y otros países.

Los orígenes

La huelga se inició tras el anuncio del rector Barnés de Castro de imponer un nuevo Reglamento General de Pagos que establecía el cobro de matrículas de 120 dólares anuales por alumno. Este nuevo reglamento era la culminación de una serie de medidas impuestas en los últimos años como parte de las prerrogativas dictadas por el Banco Mundial. 

La plataforma reivindicativa o pliego petitorio como dicen los compañeros en México planteaba:

  •  Derogación del Reglamente General de Pagos; 
  •  Anulación de las reformas de 1997 que liquidaron el ingreso directo a la Universidad y la ruptura de la relación de la Universidad con el Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL), organismo privado que realiza los exámenes de admisión para estudiantes y docentes; 
  •  La disolución de «Auxilio UNAM», cuerpo de espionaje interior de la Universidad manejado por la rectoría; 
  •  Recuperación académica de los días de huelga y ninguna sanción a los huelguistas; 
  •  El establecimiento de un diálogo público retransmitido por Radio y TV UNAM entre rectoría y CGH; 
  •  Convocatoria a un Congreso universitario democrático y resolutivo. 
Los estudiantes declararon una huelga general indefinida de carácter activo que mantuvo en jaque al Gobierno mediante manifestaciones masivas y a la rectoría con la ocupación de los edificios e instalaciones universitarias.

Además, los estudiantes hicieron intentos de extender el conflicto buscando la unidad con los trabajadores y con otras universidades. 

Desde un principio hubo provocaciones y represión. Ya en abril, la directora de la preparatoria 6 amenaza a los estudiantes de responsabilizarlos de lo que pase en las instalaciones. Esa misma noche ocurre un inexplicable incendio en el auditorio de la preparatoria. 

En mayo, se producen los primeros secuestros de estudiantes. Durante estas retenciones ilegales por parte de los matones del Gobierno del PRI, los estudiantes son amenazados de muerte, como el estudiante Juan Carlos Zárate, al que pusieron una pistola en la boca. O el caso de Ismael Flores Aguilar, secuestrado durante cuatro horas, en las cuales recibió amenazas de muerte contra él y su familia si no abandonaba la huelga.

En junio, los matones del Gobierno secuestraron, interrogaron y violaron a una estudiante que se había destacado en el CGH.
La represión fue combinada con la traición consciente desde dentro de los dirigentes estudiantiles afines al PRD y otros grupos menores. Este sector (los «moderados», siguiendo la terminología impuesta por la prensa) se transformaron en rompehuelgas y acabaron rompiendo con el CGH al ser derrotada en las asambleas su política de conciliación con la rectoría. Desafortunadamente, el subcomandante Marcos del EZLN, de gran prestigio en México y en todo el mundo, llegó a atacar también a la «ultra» por romper con los «moderados».

Con la expulsión de los «moderados», el CGH se convierte en el motor de la oposición al régimen del PRI y a su transición pactada. Al intentar extender su lucha, buscando un camino de unidad con con las masas obreras y populares, todos los poros del sistema empezaron a disparar demagogía contra el CGH. El PRI y su prensa maniatada, la patronal, la Iglesia, la oposición (PAN y PRD) y hasta la prensa «opositora» (como el diario La Jornada o la revista Proceso) se dedicó a desprestigiar a los estudiantes del CGH, clamando por la intervención de las fuerzas represivas contra los estudiantes.

Tras la caída del rector Barnés de Castro (el primer triunfo del CGH, a los siete meses de la huelga), que se había negado a dialogar con el CGH, la intelectualidad «progresista» y los académicos afines al PRD, se alinearon abiertamente con el nuevo rector, Juan Ramón De la Fuente, que reconoció al CGH, presentándose, en principio, con un perfil «dialogante», que ocultaba toda una estrategia para quebrar la huelga.

Los académicos perredistas (muchos de ellos parte de la intelectualidad surgida de las movilizaciones del 68 que culminaron con la masacre de la Plaza Tlatelolco apoyaron la «propuesta institucional» y el fraudulento plebiscito con los que se buscó derrotar al CGH. El CGH, sin embargo, no se dejó engañar pese a la enorme campaña mediática en su contra y denunció correctamente que las nuevas medidas gubernamentales no eran otra cosa que la «antesala de la represión generalizada», como finalmente ocurrió con la entrada de 2.500 efectivos de la Policía Federal Preventiva Universidad y el encarcelamiento de cientos de huelguistas. 

Los «arrepentimientos» de los intelectuales por «haber sido usados» por el rector no fueron más que lágrimas de cocodrilo de una capa social que está atada por mil lazos al régimen burgués.

Aunque ahora, tras el desalojo de Ciudad Universitaria la lucha del CGH ha tomado un carácter defensivo (conseguir la libertad sin cargos de los presos y evitar que la rectoría concrete sus planes de «normalizar» la universidad y realizar un «congreso universitario» a su medida), lo sucedido en estos meses de lucha ha sido rico en experiencias de lucha para la izquierda mundial y el movimiento estudiantil. 

La huelga de la UNAM fue reprimida brutalmente porque mostró una dinámica de enfrentamiento creciente contra el conjunto del régimen político mexicano, utilizando métodos correctos de lucha, métodos que realmente le hacen daño al sistema, como es la huelga general, las ocupaciones y las movilizaciones masivas en las calles.

La huelga de la UNAM, al igual que hizo la revuelta zapatista en Chiapas, muestra la verdadera cara sanguinaria y terrorífica del capital cuando se siente amenazado. Cuando los privilegios de los poderosos están en peligro, su fe en la democracia se disipa como granos de arena frente a un vendaval. 
 
Cómo funciona el CGH

Uno de los elementos centrales del éxito de la huelga fue la forma de organización que adoptó el CGH

Una de las razones por las cuáles la huelga pudo mantenerse durante tanto tiempo fue la organización democrática, horizontal y asamblearia del CGH.

En cada facultad existía un Comité de Huelga subordinado a la asamblea. Cada uno de los comités enviaba cinco representantes con voz y voto a las asambleas generales del CGH. Estos representantes estaban sujetos a revocabilidad permanente por sus respectivas asambleas e incluso, en algunas esta representación tenía un carácter rotatorio. Las decisiones del CGH, por tanto, emanaban de la soberanía asamblearia, ya que, los delegados debian respetar los mandatos de su facultad o ser sustituidos.

Esta forma de funcionamiento parecida a los soviets rusos o los rätes alemanes forma parte de la tradición revolucionaria de la clase obrera internacional, opuesta al parlamentarismo burgués. 

El CGH es un ejemplo de organismo de democracia obrera y directa, donde los representantes están sujetos a la voluntad de sus electores y no tienen manga ancha para hacer y deshacer a su antojo.

De esta forma, se hace imposible la manipulación de los burócratas que secuestran la voluntad de los estudiantes y maniobran en su nombre sin control alguno. La base estudiantil controlaba las decisiones del CGH y esto fue lo que impidió que la huelga fuera finiquitada por los grupos estudiantiles afines al opositor PRD (Partido de la Revolución Democrática, liderado por Cárdenas y apoyado en las pasadas elecciones por el Subcomandante Marcos) que negociaron a espaldas del CGH con el objetivo de suspender la huelga.

Crónica de la represión

La represión en un mes cualquiera, por ejemplo, el mes de octubre

  • Día 2, se lanza la falsa acusación en la prensa mexicana de que "el EPR -un grupo guerrillero- surte de armamento al CGH".
  • Día 5, es secuestrado otro estudiante. Le vendaron los ojos, lo desnudaron, esposaron, golpearon y encañonaron amenazándole de muerte. 
  • Día 6, mientras los compañeros de Acatlán se encontraban en la asamblea del CGH, un grupo de matones se apoderaron de las instalaciones. Cerca de las dos de la tarde, cuando los estudiantes se organizaban frente a Rectoría para dirigirse a la recuperación de Acatlán, les disparan varias balas; afortunadamente no hubo heridos. Después, el CGH recuperó, pacíficamente, las instalaciones.
  • Día 14, el gobierno del PRD en México D.F. reprime salvajemente la marcha realizada este día por el CGH. Los antidisturbios arremetieron contra la marcha con la clara intención de dar un "escarmiento" a los huelguistas y no, como mentirosamente dijó el PRD, para desbloquear la avénida, pues ya se retiraban los compañeros. La emprendieron a patadas, escudazos y gases lacrimógenos, contra los participantes en la marcha (estudiantes, padres de familia, trabajadores del STUNAM, compañeros de la UPN y de la UAM), pero también contra la población que presenciaba el acto del CGH, sin importar que fueran niños, mujeres o ancianos. El saldo, más de 30 lesionados, dos de los cuáles fueron heridos en el rostro al ser golpeados salvajemente, incluso cuando ya se hallaban en el suelo y sin sentido.
  • Día 17, el diario México Hoy, publica, de acuerdo con documentos oficiales y testimonios de ex miembros del grupo de choque policial Cobra, que cuando menos seis grupos de porros (matones) están actuando dentro del campus universitario. Se les paga unos 200 a 300 pesos diarios a cada uno de los aproximadamente 500 porros que operan desde el inicio de la huelga.
  • Día 20, secuestro del compañero Ricardo Martínez. 34 horas lo tuvieron desaparecido. Ricardo fue torturado, le echaron agua gasificada en las fosas nasales, le golpearon los tobillos y en los costados, lo que muestra que los secuestradores son profesionales, miembros de alguna agrupación policiaca-militar. Éste fue el secuestro más prolongado y violento que ha sufrido algún miembro del CGH, la represión va subiendo de tono.
  • Día 22, Barnés arremete contra el ala moderada del CGH, amenazándolos con proceder legalmente también contra ellos si no atienden su llamado a la negociación, aclarándoles que es su última oportunidad. Al mismo tiempo, actúa contra la ultra. El abogado general de la UNAM, presenta18 nuevas denuncias penales en contra de más de 20 huelguistas ultras que el lunes cerraron institutos; se les acusa de robo y despojo y como pruebas entregó videos y fotografías.Con éstas, suman 99 las actas de acusación levantadas contra huelguistas, todas ellas ratificadas por el poder judicial.

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