ICEM: Energía Social y Acciones en A.L. y el C.
La Federación Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Química, Energía, Minas e Industrias Diversas, ICEM.
Estamos frente a una verdadera revolución en las Industrias de la Energía Mundial, que se expresa en una serie de tendencias en el marco político y económico.
La energía al igual que otros sectores de la actividad económica están desregulados y las fronteras nacionales están abiertas al capital multinacional. Las Multinacionales se están posesionando de los haberes estratégicos y planificando sus cadenas de producción y distribución a escala global.
Las políticas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional han facilitado el camino al movimiento libre del capital de parte de las multinacionales en los países en desarrollo. Asimismo esta politica es impulsada por la OCDE, la Unión Europea, las grandes empresas, consultores y políticos.
No obstante la ICEM que representa a cuatro millones de trabajadores de la energía eléctrica, tres millones de trabajadores del petróleo y el gas, dos millones de trabajadores de carbón en 115 países; estamos convencidos que siempre existen alternativas. Un enfoque socialmente equilibrado que tenga en cuenta las necesidades de los Pueblos y las circunstancias locales específicas es mejor que una imitación ciega de los modelos extranjeros. En este enfoque se debe salvaguardar los intereses de los Trabajadores en el Sector de la Energía, se debe garantizar el acceso a la energía a un precio razonable para todos los ciudadanos, sobre todo los pobres y carenciados.
Por lo tanto la ICEM cree que se requiere un control social para asegurar la producción y distribución de energía en pos del bienestar de todos y no de unos pocos.
ELEMENTOS NECESARIOS PARA UN ENFOQUE EQUILIBRADO Y SOCIALMENTE RESPONSABLE.
Las políticas de Energía y la Estructura del Capital Social deberían definirse en un proceso democrático y transparente. La situación en cada País es única, debido a distintas estructuras, tradiciones, culturas, recursos y circunstancias. Esta es la razón por la que los Gobiernos y Parlamentos deben ser libres de elegir diferentes modelos. Los distintos sindicatos también tienen distintas preferencias. Ninguna estructura de mercado energético ha demostrado ser la mejor del mundo. Copiar ciegamente ejemplos de otros países puede ser un craso error. Esto es particularmente cierto respecto al tan promocionado "modelo británico", que produjo una pérdida de más de 100.000 empleos, directorios potentados y deterioro en las normas en las industrias de la electricidad y el gas del Reino Unido.
Los sindicatos y otros grupos de interés deben participar en todas las fases del proceso de reestructuración y estar representados en los órganos de planificación y regulación. Un proceso de consulta transparente y efectiva es vital cuando se están formulando políticas de energía nacionales e internacionales y marcos regulatorios. Si se utilizan asesores, su material debe estar a disposición de todas la partes incluidos los sindicatos en todo el proceso.
Antes de introducir cualquier cambio estructural se debe establecer un marco regulatorio apropiado basado en políticas energéticas nacionales. La regulación es un concepto amplio. La experiencia muestra que los mercados liberalizados de hecho requieren reglas muy detalladas para evitar distorsiones y el dumping social y ambiental. Un regulador riguroso sujeto al control democrático debe contar con medios efectivos para supervisar los mercados y ordenar los cambios cuando se los considere apropiados.
Los trabajadores también son consumidores. Por esta razón los sindicatos deben trabajar juntos con la comunidad y grupos de consumidores para ejercer presión sobre los gobiernos a fin de asegurar que el marco regulatorio cubra las obligaciones inherentes a un servicio público.
(servicio universal)
Estas obligaciones deben aplicarse a todas las empresas en el mercado. Su propósito es asegurar que todas las empresas cumplan con sus responsabilidades con la sociedad, los ciudadanos y el medio ambiente. La energía no debería ser un modo de ganar beneficios fáciles evitando tales responsabilidades. Este es un elemento clave a la hora de garantizar una situación equiparable para las empresas públicas. En muchos países, estas empresas públicas han quedado en situación de desventaja respecto a los nuevos inversores privados y extranjeros.
A medida que surgen los nuevos actores en el mercado, la regulación debe ofrecer una situación comparable en materia de empleo, niveles suficientes de dotación de personal, normas de salud y seguridad, formación y calificación del personal. Leyes, regulaciones y convenios colectivos son todos medios para crear un entorno de igualdad y evitar el dumping social.
Basándose en la experiencia en varios países, la ICEM y sus afiliadas están en contra de la privatización salvaje a gran escala, que entraña la pérdida de empleos, el deterioro de las normas sociales, ataques contra los sindicatos y alza de precios para los pequeños consumidores.
En situaciones donde no hay disponibilidad de capital para las inversiones necesarias a los efectos de satisfacer la creciente demanda de energía o mejorara las instalaciones existentes, se puede aceptar la participación parcial de capital privado.
En tales casos, los gobiernos deben definir las condiciones marco de modo tal de que los inversores privados deban reconocer los sindicatos, mantener un alto nivel de empleo y salvaguardar la negociación colectiva, las normas de salud y seguridad, los beneficios sociales, la formación y la readaptación profesional.
Estos rubros deberían ser confirmados a través acuerdos entre los sindicatos y los nuevos propietarios. Estos principios deberían aplicarse también en el caso de las absorciones y fusiones entre empresas privadas.
Los sindicatos no pueden defender los servicios públicos si estos servicios son considerados corruptos e inefectivos. A los efectos de sobrevivir y prosperar en el nuevo entorno, las empresas públicas deben ser eficientes y competitivas, deben ser remozadas y modernizadas en interés de los trabajadores. Varios sindicatos afiliados a la ICEM han estado involucrados en proyectos exitosos. El desarrollo de recursos humanos a través de la formación y la readaptación profesional y la mejora de la capacidad técnica y gerencial son parte esencial de tales proyectos.
Dado que las fronteras nacionales están abiertas a la inversión y también a los trabajadores en ciertas regiones se necesitan reglas mínimas y armonización a nivel nacional e internacional.
Los derechos sindicales, las normas de salud y seguridad, el medio ambiente, la formación y calificación del personal son algunos de los ámbitos de acción del personal son algunos de los ámbitos de acción. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU es una plataforma natural para las reglas sociales globales. Se deben garantizar las normas mínimas, la armonización y la participación en los mecanismos de las zonas de libre comercio que se están creando. La Unión Europea constituye una plataforma obvia para tales reglas. La Federación Europea de los Trabajadores de Minas, de la Química y la energía (EMECEF), asociada a la ICEM, el Unión Europea de Servicios Públicos y sus afiliadas están trabajando con las industrias de la energía eléctrica y el gas a fin de elaborara recomendaciones conjuntas para empresas europeas.
Las directivas sobre la electricidad y el gas de la Unión Europea son parte de una ola neoliberal global. La ICEM y sus sindicatos afiliados creen que sin un enfoque socialmente equilibrado a la hora de transponerlas en la legislación nacional, existe una amenaza clara de pérdidas de empleo, deterioro de las normas sociales, creciente desigualdad entre los consumidores, pérdidas de inversión y una merma de la protección ambiental. Tales riesgos pueden ser controlados pero no sin prestar considerable atención a la regulación, la protección social y el remozamiento y modernización de las empresas públicas existentes.
En las industrias de la energía estamos presenciando la emergencia de empresas globales aún más grandes con una estrategia y presencia global. Las recientes fusiones entre los gigantes del petróleo y el gas BP y Amoco, Exxon y Mobil, y total y Petrofina van acompañadas por la expansión de empresas de electricidad tales como Electricité de France. Es importante asegurar que dondequiera que inviertan estas empresas, cumplan con un repertorio de reglas en la esfera social.
Las declaraciones unilaterales de las multinacionales sobre "principios empresarios" o "códigos de ética" no son suficientes porque no cuentan con ningún mecanismo de aplicación. Por lo tanto, la ICEM procurará acuerdos tales como el acuerdo pionero de Statoil y los acuerdos con la industria del cloro, con otras multinacionales de la energía a fin de garantizar y supervisar los compromisos sobre derechos sindicales, prestaciones y salarios justos, normas de salud y seguridad, medio ambiente y formación.
Un acuerdo nacional que cubra todos los posibles participantes del mercado, los ya existentes y los nuevos es el mejor fundamento para limitar las amenazas de dumping social. Los acuerdos deberían, siempre que sea posible, cubrir también a los trabajadores subcontratados, limitar el recurso a ellos y procurar que sus salarios y condiciones sean similares a los de la mano de obra permanente. La organización de los trabajadores se hace aún más importante ya que nuevas empresas emergen en el mercado de la energía y aumenta la subcontratación.
Las empresas de la energía operan cada vez más a escala global, algo que los sindicatos deben emular a fin de ofrecer un contrapoder creíble y que infunda respeto. La ICEM ayudará a establecer los contactos entre los sindicatos en distintos países y los directivos de los inversores extranjeros. Junto con sus afiliadas, la ICEM continuará conectando los sindicatos a través de redes globales por medio de las cuales intercambiarán información y empredenderán movilizaciones conjuntas cuando proceda.
La ICEM ayudará a los sindicatos a diseminar información sobre los inversores extranjeros, sus estrategias y desempeño.
En caso de dificultades, se organizarán campañas de apoyo con la ayuda de las nuevas tecnologías, como Internet. La ICEM estrechará vínculos y construirá alianzas con otras organizaciones sociales como las de consumidores o ecologistas.
La política de energía regional de la ICEM y los programas de formación estarán orientados a asegurar que las industrias de energía sean reestructuradas de manera a fomentar el desarrollo social y mejorar las normas de vida para todos, no sólo generar ganancias para unos pocos. Los sindicatos presentarán sus contrapropuestas, crearán alianzas sociales y harán campañas a favor de soluciones socialmente compatibles con el apoyo de la ICEM y sus afiliados en otros países.
Los programas de formación darán a los dirigentes, responsables, delegados y a las bases de los sindicatos la posibilidad de comprender el cambio en marcha y las herramientas prácticas para hacer campaña en pos de la defensa de los intereses de los trabajadores en el proceso de reestructuración.
La ICEM ayudará a construir y apuntalar las fuertes estructuras sindicales nacionales que son indispensables si los sindicatos desean salvaguardar los intereses de los trabajadores y de sus familias.
El reclutamiento de nuevos miembros por parte de los sindicatos de la industria de la energía es una alta prioridad. Todos los sindicatos con miembros en una empresa multinacional específica deberían contraer el compromiso conjunto de que se organizará a los trabajadores no organizados, cualquiera sea el país donde viven. De igual manera, deberían comprometerse a que los trabajadores en todas partes gocen de la dignidad y la justicia resultantes de un convenio colectivo negociado por el sindicato. Aquellos sindicatos con fuerza e influencia en ciertas empresas deberían utilizar tal influencia en nombre de, y junto con, otros sindicatos que necesiten asistencia y solidaridad.
La represión de los derechos sindicales y la denegación de la justicia básica son todavía una realidad en la industria de al energía mundial. La solidaridad global no debería ser considerada como un último recurso en luchas difíciles sino como parte integral de nuestra tarea sindical. Les incumbe a los sindicatos que necesitan solidaridad buscar asistencia en el momento oportuno. Los sindicatos que están ya sea iniciando esfuerzos de organización en empresas multinacionales con sedes en el extranjero o previendo luchas arduas, deberían notificar con antelación a la ICEM y a sus sindicatos afiliados en otros países en donde opera esa empresa a fin de poder trazar estrategias conjuntas.
Ojalá que la campaña para liberar a los compañeros Frank Kokori y Milton Dabibi en Nigeria nos sirva como ejemplo de una movilización exitosa de nuestros sindicatos en el mundo en una muestra masiva de solidaridad.
Al final, serán los ejemplos concretos de acción sindical y solidaridad a través de las fronteras y las victorias logradas a la hora de organizar, negociar y hacer campañas por los que será juzgado este programa. Reinteramos nuestro compromiso de construir nuestra federación internacional a fin de estar orgullos de nuestros logros en nuestra próxima Conferencia Mundial de la Energía.
ACCIONES EN A.L. y el C.
En algunos países el sector ya fue totalmente privatizado. En otros el proceso esta en pleno desarrollo. Y en algunos el proceso esta atravesando un impase en función de las profundas disputas políticas y sociales que dificultan realizar la privatización.
En esta caracterización de la realidad del sector energético en América Latina y el Caribe, en términos de las nuevas características de su propiedad, es importante destacar que en la mayoría de los países, sus partes estratégicas continúan en manos del estado, lo que es valido principalmente para el petróleo.
Podemos decir que hay un profundo proceso de transformación del sector energético en la región, con el futuro en abierto. Mejor dicho, el futuro del sector energético en la región esta siendo constituidos socialmente en cada país en el cotidiano de conflictos y negociaciones entre todas las partes y actores interesados e involucrados. El futuro está siendo objeto de disputa social. Como la realidad futura está siendo objeto de disputa social. Como la realidad futura no será el resultado de determinantes económicas y tecnológicas, pero si de las disputas sociales que se están dando, tienen mas posibilidades de influenciar y conquistar la hegemonía en el proceso los actores sociales que tengan claramente definida una propuesta estratégica para el desarrollo del sector.
Es importante que tengamos claro que la capacidad de convencimiento de una propuesta está relacionada, por un lado, con la capacidad que se tenga de explicitarla de forma clara y sencilla, para ser fácilmente comprendida por la opinión pública, y por otro, que sea bien elaborada en toda su complejidad, fundamentada técnicamente en todos sus aspectos, de forma a que sea convincente en su eficiencia y eficacia, para resolver los problemas planteados por la realidad. Con una propuesta con esas características, se podrá ganar a la opinión pública, derrotando la hegemonía neoliberal.
Buscando avanzar en ese sentido, la ICEM está impulsando junto a todos los sindicatos del sector energético de América Latina y el Caribe el inicio de un proceso de elaboración de una propuesta alternativa consistente para el desarrollo del sector energético en cada uno de nuestros países y para el conjunto de la región, calificando e instrumentalizando al movimiento sindical y sus aliados, de forma activa, en la construcción del nuevo modelo para el sector energético, que viabilize un proceso de desarrollo sostenido económico y ecológicamente, con equidad social.
Teniendo en cuenta esta realidad, la ICEM buscará capacitar un equipo de 25 dirigentes sindicales para elaborar, defender y negociar propuestas de los trabajadores que conlleve a un desarrollo sostenible social y ecologicamente del sector energético. Este equipo deberá tener siempre alguien disponible para asesorar la preparación y organización de negociaciones y para entrenar equipo de negociadores.
Síntesis del programa de actividad para los próximos años
Programa concreto de trabajo para 4 años
Este programa de trabajo que comenzó en 1997, busca desarrollar estrategias coherentes e instrumentos prácticos para los sindicatos en el proceso de reestructuración y privatización dentro del marco de la globalización, la integración regional y la revolución en curso en el mundo de la industria energética. Se plantea defender las empresas públicas a través de programas de modernización y formular marcos regulatorios apropiados a fin de asegurar el control democrático de las industrias de la energía, la participación sindical y la justicia social. A través del programa se creará contactos con sindicatos energéticos de al ICEM en América del Norte y Europa y se facilitará el diálogo con los inversionistas extranjeros.
En la primera etapa del proyecto se preparó un borrador de propuestas alternativas para el desarrollo del sector energético en América Latina y el Caribe. Esta etapa culminó con una Conferencia Regional Energética realizada en mayo de 1998 en que se aprobó un documento base y esta propuesta general de trabajo.
Resultados Generales – 4 años.
Resultados específicos – 4 años
Integrando Género
Las investigaciones, redes de estudio y debates incluirán la situación de las trabajadoras en el sector. Se determinará cuales son sus problemas y reivindicaciones específicas. Estas reivindicaciones incluyendo preocupaciones como igualdad de oportunidades y capacitación para mujeres serán incluidas en las discusiones sobre las demandas a ser negociadas. Las mujeres formarán parte de los investigadores, las redes de empresas, las redes de estudio y de los dirigentes sindicales a ser capacitados.
PONENCIA AL SEMINARIO INTERNA
CIONAL
"Impactos de al privatización eléctrica a Nivel Mundial" estado, desarrollo y soberanía.
CRISTHIAN RIVAS GUEVARA
Coordinador de Capacitación ICEM/AL y el C
Mexico DF 20 de Setiembre 1999