Red Nacional de Investigadores en Comunicación

III Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
"Comunicación: campos de investigación y prácticas"


 

ATANDO NUDOS

Los Estudios de Comunicación Rural latinoamericanos en perspectiva

Gustavo Cimadevilla
gcimadevilla@hum.unrc.edu.ar

Introducción

De vez en cuando algunas propagandas institucionales nos recuerdan que aún podemos ser "el granero del mundo". En otras ocasiones, algunos discursos oficiales nos ubican dentro de América Latina y en ese contexto la geografía parece proyectarnos sobre grandes áreas de diverso paisaje. Los recientes "canales rurales", en tanto, permiten algunos descubrimientos: Los ciudadanos "cosmopolitas" confirman en la pantalla que el campo existe. Que más allá de la General Paz el interior es inmensamente grande, extenso y no siempre poblado. Los actores rurales, por su parte, se ven descriptos y registrados por cámaras ejercitadamente urbanas que transitan buscando "lo distinto", mientras captan repetidos objetos que también fueron producidos en Taiwan. Es que dejamos de ser rurales? Se preguntó un paisano casi dudando de su condición.

La rigurosidad interrogativa del observador nos recuerda que en trabajos anteriores se abordaron y discutieron los antecedentes que dieron origen e identidad a lo que, como especialidad de la comunicación, denominamos "estudios de comunicación rural". En ese marco, y aportando a la existencia de ese rural, se presentaron algunos antecedentes que desde la literatura colocaron al hombre rural en escena --con la novela La nueva Eloisa de Rosseau-- y su contraste frente a lo urbano, según lo describiera Williams (1989, El campo y la ciudad.En la historia y la Literatura). Posteriormente se destacaron los relatos e informes de las incipientes intervenciones de los Estados europeos preocupados por sus crisis de alimentos --Clarendon, 1847--; y finalmente los aportes que la sociología rural, desde principios de este este siglo, comenzó a dejar en su intento por comprender los acelerados cambios que transformaban la sociedad del siglo XX (Vidart, 1960, Sociología Rural).

Si como planteamos, será luego la "teoría de la difusión de innovaciones" (Rogers, 1962, Diffusion of innovations) la primera sistematización de peso en el terreno científico de mediados de este siglo, a partir de allí los registros académicos de los diversos estudios desarrollados en América Latina, sobre la base de las experiencias de intervención de organismos estatales vinculados a la generación y transferencia de tecnología, ya es mayormente conocida. Las críticas posteriores y el "repensar extensionista", principalmente en Brasil, nos llevó finalmente a analizar como lo rural, paradójicamente, es una preocupación periférica en el resto del continente. Quizás, como razonáramos, porque a tono con la época las ciencias sociales y humanas --desde su recorte comunicacional-- parecen más seducidas a tratar algunas temáticas como la globalización y regionalización, la universalización de los flujos mediáticos e informáticos y sus impactos sociales, políticos y culturales, en cuyo caso suelen partir de escenarios urbanizados, compleja tecnología e ingeniería social post-industrial.

Visto en un esquema, entonces, ese recorrido plantea el modo en que se relacionaron los primeros aportes y su proyección en los escenarios actuales para la problemática, sobre los cuales pretendemos ahora detener nuestra reflexión para pensar el estado del arte en el que se encuentra la especialidad.

Los 90 en perspectiva

La década que se transita arrastra historias que, según se relatara en los trabajos anteriores, difieren bastante entre sí como para concluir en tendencias generalizables a todos los países de la región latinoamericana. Sin embargo, un esfuerzo de síntesis parece posible a nivel de identificación de escenarios, entre los que cabe señalar al menos tres. El primero lo ocupa Brasil, donde el campo disciplinar ha logrado instituirse con continuidad y reconocimiento, particularmente a través de INTERCOM --Sociedad Brasileña de Estudios Interdisciplinarios de la Comunicación-- y de algunas universidades federales. Posteriormente figuran los países que se han denominado andinos
--refiriendo con ello a las regiones que dan al Pacífico, incluyendo centroamérica--, vinculados mayoritariamente a CIESPAL, CONEICC o FELAFACS. Este segundo escenario, entonces, aparece con una referenciación menor e incluso en escala descendente en lo que respecta a la presencia de la disciplina en los vehículos académicos o documentales. Finalmente se ubica Argentina, país que a través de algunos grupos de trabajo a nivel universitario y ciertos cambios en las entidades de extensión y transferencia agrícola va aumentado su valorización del campo de estudio. A continuación se ven entonces estos escenarios con mayor detalle.

Escenario I: El Brasil de la "comunicación rural" creció a través de distintos aportes, tanto académicos como profesionales. Desde los Seminarios de Comunicación Rural, organizados en el marco de los congresos de INTERCOM (1987-89), hasta los posteriores Grupos de Trabajo (GTs, 1990 en adelante), se logró afianzar el área otorgándole identidad propia. En ese sentido, la presencia continua de universitarios de los cursos de extensión rural de Santa Maria y Viçosa, así como de los cursos de comunicación rural de Pernambuco, entre otros, junto a participantes de las empresas estatales de extensión y/o miembros de EMBRAPA --Empresa Brasileña de Pesquisa Agrícola-- y del sector privado, permitió ratificar el interés sostenido por la problemática y justificar la existencia de la especialidad en los GTs.

La diversidad de enfoques y temáticas, por otro lado, en las que conviven los enfoques afines al difusionismo con los tratamientos críticos u otras exploraciones más recientes a través de los estudios culturales o socioinstitucionales, son un aliciente con significado propio que permite estimar la riqueza de los aportes en su conjunto.

En ese marco, si bien la producción bibliográfica específica no abunda en referencias --son escasas las citas que registra para el caso la obra de Marques de Melo, Fontes para o estudo da Comunicação, INTERCOM, São Paulo, 1995--, es importante el número de artículos distribuidos en Revistas de la propia institución o en libros que al tratar problemáticas afines incluyen trabajos de interés. Desde esa perspectiva, también vale citar a las publicaciones que se realizan en los entornos universitarios o incluso como iniciativas de las editoriales comerciales. Viçosa, por ejemplo, ha llevado al papel una edición del I Seminario de Comunicação Rural. Perspectivas atuais e futuras (UFV, 1994). Santa Maria, por su parte, también ofrece compartir el producto del esfuerzo intelectual que allí se realiza a través de la revista Extensão Rural (DEAER/CPGER), que con la coordinación de Hugo González Vela ya lleva tres años de continuidad, o de publicaciones ad-hoc como la serie de Cadernos de Extensão Rural. En ambos vehículos las cuestiones comunicacionales no son centro específico de tratamiento, pero no obstante comparten con otras dimensiones de análisis ciertos espacios de reflexión. En el caso de la Universidad Federal Rural de Pernambuco, el sostenido trabajo de Maria Salett Tauk Santos y Angelo Brás Fernandes Callou se refleja también en la reciente aparición de su serie Cadernos, que presenta los avances de su línea de investigación y discusión orientada por los estudios culturales.

A nivel de editoras comerciales, en tanto, la comunicación y lo rural surge remozado por los moldes del marketing. En ese sentido, Richard Jakubaszko, con larga trayectoria en la publicidad, el periodismo agrario y el marketing rural, hizo punta en el escenario de la especialidad a través de la editora Best Seller con la obra Marketing Rural. Como se comunicar com o homem que fala com Deus (São Paulo, 1992).

En Brasil, entonces, la suma de los intereses académicos, de órganos públicos y de la iniciativa privada --aunque diferenciados-- permiten construir un escenario rico en producción intelectual, experiencias de conocimiento y proyección de la comunicación en los espacios rurales.

Escenario II: Para el segundo escenario, antes planteado, las referencias documentales no parecen decir lo mismo. La producción intelectual de los países andinos, en vidriera a través de la bibliografía comercial o académica, la realización de eventos y publicaciones de FELAFACS, CIESPAL o CONEICC, por citar los de mayor trayectoria, indica que las preocupaciones por lo rural y sus vinculaciones a la comunicación no se plasman como temas convocantes. Más bien, podría decirse que están entre paréntesis o encubiertos por otras temáticas. La circunstancia, vista a la luz de la importancia que tienen los espacios rurales en las geografías centroamericanas y andinas --en la cual la mayoría de los países funda su economía nacional en actividades primarias--, parece ser paradójica. Sin embargo, y al mismo tiempo --vale repetirlo--, puede resultar a tono con la época, en el sentido de que las ciencias sociales y humanas, desde un recorte comunicacional, parecen más seducidas a tratar otras temáticas que, como la globalización, parecen trascender por sus impactos sociales, políticos y culturales. En ese marco, entonces, lo rural queda incluido y afectado, pero no necesariamente tratado.

Escenario III: Se dijo anteriormente que en la Argentina de los 90 los estudios de comunicación rural cobraron mayor atención que en años anteriores. La combinación de una serie de razones colaboraron en ese tramado, entre las cuales tres parecen tener mayor peso en el reparto:

a) En primer lugar y como consecuencia de las políticas de ajuste del Estado, su repliegue y por tanto el abono para un mayor crecimiento del sector privado, se observa rápidamente que las relaciones de competencia en el sistema de generación y transferencia de tecnología colocan al INTA en una situación particular. Ya desde mediados de los 80 el avance de las empresas agroindustriales (lácteas y oleaginosas), químicas y productoras de semillas, así como la mayor participación de las entidades gremiales y cooperativas, coadyuvaron para que el organismo oficial redefiniera sus estrategias de acción y articulación institucional; marco en el cual los problemas de legitimación cobraron destacado significado. La comunicación, entonces, vino al encuentro de algunas medidas necesarias para reavivar la presencia del organismo en el medio. En esta coyuntura, una serie de trabajos desde la dependencia central o desde iniciativas del interior fueron publicados, como la serie Comunicación Rural que llegó a editar dos de los diez títulos previstos, estos son Introducción a la Comunicación Rural (1994) y Mediación de materiales para la Comunicación Rural (1995). Ambos bajo la autoría de Daniel Prieto Castillo y con la consigna de ser útiles para el autoaprendizaje de quienes cumplen actividades de comunicación con los sectores rurales. Otro trabajo significativo y que valoriza el enfoque disciplinar es el informe titulado Validación de la Revista Campo y Tecnología (1994).

Desde el interior, otra serie de trabajos interesantes sacaron a luz los resultados de algunas investigaciones en el área de la extensión y comunicación rural. Desde Rosario, por ejemplo, Sandra Massoni y otros colegas elaboraron el Diagnóstico Comunicacional del Proyecto de Agricultura Conservacionista (1991). La comunicadora, por su parte, publicó en la Revista Chasqui el artículo "Los destinatarios como protagonistas" (Nro. 41, 1992). También desde el interior se destacaron los trabajos del Ing. Agr. Ricardo Thornton y colegas, quienes entre 1990 y 1993 realizaron un significativo esfuerzo de valorización del área y concretaron relevamientos de medios, análisis de estructuras y contenidos programáticos y pautas de consumo de algunas audiencias rurales. Títulos como Programas de radio y televisión en la provincia de La Pampa (1991), de R. Thornton y Z. Roberto; La comunicación como proceso integrador. Una propuesta para el trabajo interdisciplinario (1992) de C. Fernández Alsina, M. Fior de Leguizamón, G. Varela, S. Pizarro y R. Thornton; o Los medios de comunicación masiva en el proyecto Caldenal (1994) de R. Thornton, H. D’Adam y Z. Roberto; entre otros, dan cuenta de esa producción del Centro Regional La Pampa - San Luis del INTA. Desde el interior de Bs. Aires, en tanto, Sandra Pizarro y equipo se encargaron del Diagnóstico Comunicacional de la EEA Bordenave (1996).

b) Una segunda razón importante para la valorización de lo comunicacional y de la complejidad de las relaciones inter e intrainstitucionales estuvo dado por el papel que la formación de posgrado cumplió a través del personal ligado a la extensión oficial o a las instituciones universitarias. En el caso del INTA, si bien Cosse (1991) advierte que "muchos más investigadores que extensionistas" salieron a hacer posgrados --por ejemplo para 1983 las proporciones fueron de 19.8 y 4.3 respectivamente (1991:739)--, ello sirvió para revitalizar aquellas áreas no necesariamente tecnológicas que desde la corrida política e ideológica de los 70 fueron minoritarias. Así, las lecturas para adentro y las miradas críticas con interrogantes sobre problemas de relación y articulación favorecieron al campo disciplinar. En algunos casos porque los estudios fueron o incluyeron enfoques comunicacionales y, en otros, porque en contacto con posgraduandos de esas áreas el trabajo conjunto permitió la vinculación. En ese marco, las experiencias desarrolladas en Brasil fueron muy importantes.

Del conjunto de esas instancias de formación algunos trabajos merecen tenerse en cuenta. Emilio Severina (1990), por ejemplo, dedica su tesis de maestría a analizar el desarrollo del sector agropecuario pampeano y la evolución de la extensión rural. Caracteriza entonces, en un escenario de múltiples fuentes, a las principales organizaciones y servicios de extensión rural y de asistencia técnica. Finalmente, analiza las posibilidades de un trabajo de coordinación institucional para aprovechar los acuerdos que puedan establecerse entre el sector público y privado de acuerdo a sus intereses diferenciados.

El pampeano Thornton, por su parte, también hace una experiencia interesante en su doctorado en comunicación y rescata como metodología de acción y conocimiento el trabajo de los grupos de discusión focalizada, los que se registran en su tesis Análisis de la difusión de innovaciones de la política agrícola comunitaria y técnico-económica en Navarra, España. Modelo de comunicación de innovaciones en el ámbito agrario (Universidad de Navarra, 1995).

Para el caso de los universitarios, algunas experiencias de posgrado en extensión, compartiendo aulas, debates y trabajos con profesionales de diversas áreas, facilitó el diálogo al menos multidisciplinar entre las ciencias sociales y agrarias y posteriormente se proyectó en la posibilidad de trabajos y esfuerzos de investigación. En ese marco, por ejemplo, la experiencia de posgrado del INTA y la Universidad Nacional del Litoral, en Esperanza y Rafaela, no avanzó en esa línea de interrogación y por ello no son muchos los puntos de referencia que tiene la "comunicación rural" en esos ámbitos. Desde esa perspectiva, quizás algunos trabajos conjuntos que se realizaran desde la UNRC con la institución INTA puedan considerarse como parte de los primeros esfuerzos en la materia. Los informes realizados en coautoría con E. Carniglia para el proyecto AMCPAG (Alternativas Mejoradas Conservacionistas para la Agricultura y Ganadería) e INTA-PAMPAS (Proyectos regionales agrupados) y que llevan por título Elementos para una estrategia complementaria de difusión (1992) y Diagnóstico Comunicacional Conjunto Proyecto INTA-PAMPAS (1994) son antecedentes concretos para el área.

c) Finalmente, una mayor dinámica en el sistema de ciencia y técnica vinculado a las universidades, no excento de polémicas respecto al papel de los incentivos a la investigación y las prioridades institucionales, muestra la capacidad de las instituciones universitarias para generar conocimiento y el enorme potencial que guardan asociado a que se ofrezcan condiciones más o menos favorables para el trabajo académico.

Desde las cátedras de extensión o desarrollo rural, principalmente, la presentación de resultados de los proyectos de investigación confirma esos esfuerzos. Particularmente a través de las Jornadas Nacionales de Extensión Rural de la Asociación Argentina de Extensión Rural (AADER), los docentes de las Universidades Nacionales de La Plata, Córdoba, Rosario, Río Cuarto, Buenos Aires, La Pampa y del Litoral comparten espacios de presentación, discusión e intercambio de resultados que, en su última edición, congregó a más de 50 ponencias y 150 participantes.

En ese marco, si bien la comunicación rural no resulta eje temático central --quizás porque la mayoría de los interlocutores son agrónomos o de especialidades afines--, algunas problemáticas más o menos clásicas ligadas a la difusión, capacitación e interacción en contextos grupales, suelen aproximar el análisis al campo de estudio. En ese sentido, vale recordar como antecedente específico que las VI Jornadas de AADER del año 1990 se convocaron a partir de la discusión de "La comunicación en la Extensión Rural". Con el ánimo de reconocer, como reflexionó el Lic. S. Oriol, que:

"sin diálogo no hay comunicación, y sin comunicación no hay extensión. Extensión no como transferencia del saber, sino principalmente como encuentro de interlocutores en una actitud de reciprocidad..." (Conferencia de Apertura, pág. 9).

Con importante presencia universitaria, otros eventos como los convocados por la Asociación Latinoamericana de Sociología Rural (ALASRU) o por la Red Nacional de Investigadores en Comunicación cuentan con trabajos en donde la comunicación y lo rural tienen su espacio de discusión. En ese sentido, la presencia de la Universidad Nacional de Río Cuarto, a través de los trabajos del Departamento de Ciencias de la Comunicación, ha sido una constante que pretende generar una identidad para el área. En ese sentido, lo que hoy se denomina como línea de investigación Campo-ciudad: comunicación y transformaciones socioculturales, permite converger a una serie de proyectos que como objetivo general e integrador se proponen analizar algunos de los cambios más significativos que tiene la región en sus cruces urbanos y rurales como consecuencia de: a) el retraimiento del Estado y la búsqueda de redefiniciones funcionales; b) la veloz reconversión de la estructura económica con sus procesos de concentración-exclusión e impacto en el medio ambiente; y c) la multiplicación de los flujos comunicacionales y la modificación de los escenarios de socialización e interacción.

Desde otros espacios universitarios y en el marco de las ciencias sociales, lo rural a veces emerge en las carreras de antropología, sociología o geografía, pero desde la perspectiva comunicacional, sin embargo -y fuera de lo que aquí se describiera--, el desarrollo de los estudios resulta realmente acotado, al menos desde lo que se puede evaluar por su circulación y divulgación de resultados.

En síntesis, hay algún nivel de producción técnica y académica que ponen a la especialidad en la lista de las "reconocibles", aún cuando resulta conveniente afirmar que el camino recién empieza a construirse.

 

Al final del recorrido

Los escenarios que se han identificado a nivel de ambientes de estudio de "comunicación rural" permiten observar el significativo papel que Brasil ha tenido y tiene por haber consolidado la especialidad y proyectar su producción académica al resto del continente.

Al mismo tiempo, en tanto parece advertirse que en los países andinos la problemática ya no resulta convocante o al menos se muestra cubierta por otros velos temáticos, en Argentina la disciplina va adquiriendo mayor reconocimiento y posibilidades de expansión.

En ese marco, si Brasil abrió y consolidó un camino, resta ampliar los recorridos, profundizar las comparaciones e interesar a las instituciones y actores que desde lo rural viven la comunicación como un cotidiano que merece estudiarse y en muchos casos transformarse.

Para quienes la convergencia de la comunicación y lo rural resulta un campo suficientemente atractivo, los antecedentes que hasta el momento se han sumado parecen indicar que hay material suficiente para encontrar algunas respuestas y seguramente generar muchos más interrogantes. Si es así, el campo es lo suficientemente fértil como para intentar sumar nuevos esfuerzos.

El campo se reconoce novel comparado con el recorrido de otras disciplinas y no hay que olvidarlo. Pero ello no ha de desmerecer las posibilidades que un futuro de trabajo puede depararle. En ese sentido, tal vez haya que reconocer que uno de los "secretos" atesorados por aquellos que se dedican a la generación de conocimiento es que sólo la continuidad y el esfuerzo lo hacen realidad. Si, en ese tránsito, la valorización del conocimiento, la promoción de la investigación y la libertad de crítica y pensamiento resultan además posibles a nivel de proyecto social, una parte significativa de las condiciones necesarias para éste como para otros estudios estarán dadas.

LOS ESCENARIOS ACTUALES

Brasil México/Países Andinos Argentina

ESQUEMA I: Recorrido y escenarios actuales de los estudios de comunicación rural en América Latina. (Para un detalle descriptivo, contextual y referencial del esquema puede consultarse la obra La bocina que parla. Antecedentes y perspectivas de los estudios de comunicación rural, op.cit.


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