Red Nacional de Investigadores en Comunicación

III Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
"Comunicación: campos de investigación y prácticas"


 

Monserrat y mujeres

una estrategia de comunicación política

Horacio J. Etchichury

Córdoba, 1997.

0. Palabras previas.

Este es un ensayo exploratorio y preliminar. Contiene las primeras reflexiones ordenadas en torno a un hecho social. No tiene fundamentos bibliográficos ni estudios de campo exhaustivos. Pero representa -confiamos- un primer paso en nuestro estudio profundo del caso. Por eso nos interesa someter nuestras primeras inquietudes a una audiencia de investigadores.

Agradezco a la Lic. Gisela Fernández sus ideas y comentarios, que enriquecen constantemente mi pensamiento sobre la mezcla entre Monserrat y mujeres.

1. Un breve resumen de noticias.

El Colegio Nacional de Monserrat es un bachillerato humanista dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba (desde 1907). Fundado por los jesuitas en 1687, a partir de 1820 pasó al ámbito estatal. Se admite únicamente a alumnos varones, que entran -examen escrito mediante- a los 11 años y egresan siete años después.

A fines de 1995, la agrupación radical Franja Morada propuso -en el seno del Consejo Superior de la Universidad- incorporar mujeres a la matrícula del Colegio. Un grupo de docentes, alumnos, egresados y padres de alumnos del Monserrat reaccionaron negativamente. Presentaron amparos alegando no haber sido consultados. La Justicia ordenó que fueran escuchados antes de que la Universidad decidiera.

En abril de 1997, el juez actuante consideró suficiente la participación acordada y habilitó al Consejo Superior para decidir. El 6 de mayo, el órgano universitario resolvió abrir la matrícula a las mujeres. La Comunidad Monserratense (nombre que se dieron los alumnos, padres, docentes y egresados que se oponían a la medida) iniciaron acciones para impedir el cumplimiento de la resolución.

Sobre algunos aspectos de esta lucha simbólica trata nuestro ensayo.

2. Una distinción preliminar.

Diversos argumentos invocó la autodenominada "Comunidad Monserratense". Este trabajo parte de una diferenciación dentro de las demandas o reclamos de esta Comunidad.

Un primer reclamo es el que denominamos "reclamo central". Consiste en la no admisión de mujeres en el Colegio. "Central" significa que es innegociable.

Por otro lado, existe un grupo de demandas que denominamos "reclamos exteriores". Son los presentados por la Comunidad principalmente ante interlocutores externos. Pueden resumirse en tres ejes: (a) educación de excelencia; (b) defensa de la tradición; y (c) derecho de los padres a participar y elegir en materia educativa.

Teniendo en mente esta distinción, veamos la estrategia que los generó.

 

3. Reconstrucción tentativa de la estrategia.

En realidad, no puede hablarse decididamente de estrategia. Tal cosa -entendida como una sucesión de pasos encaminados a un objetivo- presupone una intencionalidad desde el comienzo.

Probar esa intencionalidad implicaría bucear en la subjetividad de los miembros de la Comunidad Monserratense. Y aun así, sería difícil decir con seguridad que existió tal o cual intención.

Pero podemos considerar ciertos indicios. Existió un grupo reconocible y estable de docentes y padres al frente de las protestas públicas. Los estamentos del Colegio estaban organizados desde antes (había una Asociación de Padres y un Centro de Estudiantes). Por último, la realización de protestas públicas muestra cierto grado de organización.

Trataremos de describir los pasos de la Comunidad Monserratense (o sus líderes) en su intento por conseguir apoyo externo. A partir de los hechos, podemos imaginar la sucesión de ensayos y errores.

 

(i) En un primer momento (1995), cuando la Comunidad aún no estaba organizada como tal, el reclamo central (la no admisión de mujeres) fue expresado sin demasiados reparos.

Pronto palparon el rechazo externo al reclamo central. Era una repulsa incluso emotiva: la igualdad de acceso a la educación parece tener arraigo sentimental en amplios sectores sociales. También advirtieron la débil base legal del reclamo central.

Intentaron una defensa administrativa del reclamo: el Colegio carece de baños para mujeres. Y no pueden agregarse, ya que significaría modificar un edificio declarado Monumento Histórico. Este pobre argumento fue rebatido inmediatamente.

El reclamo central, entonces, se mostraba problemático. De difícil defensa legal o administrativa, carecía también de valor convictivo o sentimental.

(ii) Ante esto, la Comunidad elabora un grupo de reclamos exteriores. Esto es, demandas más presentables ante los sectores externos a la Comunidad. Tales reclamos poseían -al parecer- un mayor valor convictivo. Además, tenían una sombra de fundamento legal, que podía ser aprovechado.

Veamos estas demandas presentables.

Un primer reclamo exterior fue la defensa de la educación. En particular, de la educación de excelencia, de la que el Colegio aparece como depositario. También se incluye la defensa de la educación humanista (lenguas clásicas, matemática y ciencias sociales). Para fundar el reclamo, la Comunidad atribuyó a la Universidad la intención de modificar el plan de estudios humanistas del Colegio (vigente desde 1972). La no modificación del Plan, entonces, constituyó un nuevo reclamo exterior.

El segundo reclamo elaborado fue la defensa de la tradición. Especialmente, el mantenimiento de la identidad del Colegio, formulada en términos lo suficientemente amplios como para diluir la presencia del reclamo central, incluido en la "identidad".

Un tercer reclamo exterior fue la defensa de los derechos de los padres: elegir la educación de sus hijos y participar en la determinación del "proyecto educativo" de la Institución. También los docentes de la Casa tenían este derecho de participación. Algunos sectores de la Comunidad describían el derecho de elección de los padres como un "derecho humano". Volveremos más tarde sobre esto.

La Comunidad exigió participar en la decisión sobre admisión de mujeres. Se cuestionó a la Universidad por no haber consultado debidamente a la Comunidad, entre otras fallas de procedimiento.

El tercer reclamo exterior consiste así en una reivindicación de derechos y en una reivindicación de los procedimientos.

 

(iii) Luego la Comunidad inicia las protestas públicas. Esto significa una alteración del comportamiento tradicional del Colegio, como veremos más adelante.

Las protestas presentan como demandas de la Comunidad los reclamos exteriores. Se eligen modalidades de oposición fuertemente identificadas con aquellos reclamos.

En otras palabras: se toman las prácticas de sectores que en el pasado reciente reivindicaron el contenido de los reclamos exteriores. Son sectores (políticos, sociales o gremiales) de ideología diferente a la de la Comunidad. Pero ésta refuerza la presencia pública de los reclamos exteriores poniendo en la calle las formas de protesta de los otros sectores.

Revisemos estas manifestaciones públicas de la Comunidad.

• Toma pacífica del Colegio. Esta medida es igual a la realizada por el movimiento estudiantil en 1995, oponiéndose a la Ley de Educación Superior (LES). También los empleados públicos cordobeses tomaron dependencias estatales en 1995, ante la falta de pago de sus salarios.

• Los estudiantes cantan en las marchas: "el Monse unido jamás será vencido", una consigna de origen ideológico diverso. Los líderes de la protesta no lo censuran.

• Los monserratenses realizan una "marcha de antorchas" frente al Rectorado y en su interior. Una marcha similar había sido efectuada -con amplia resonancia- el año anterior por el gremio docente provincial (UEPC).

• Otra marcha: alumnos y profesores recorren el centro de la ciudad amordazados. Reclaman participar en las decisiones. La mordaza era un símbolo de los periodistas en su oposición a un proyecto de ley limitativa del ejercicio de su profesión. También la carpa docente (inaugurada en abril de 1997) exhibe imágenes de Domingo F. Sarmiento amordazado.

• Durante la "marcha de la mordaza", los líderes de la protesta proponen visitar la carpa de ayuno docente, instalada por una semana en la plaza central de la ciudad. Intentan conectar el reclamo exterior (defensa de la educación) con otra protesta pública de igual contenido. Los medios locales reflejaron, sin embargo, la fría acogida de los docentes a los inesperados aliados, que deben retirarse rápidamente tras cantar el Himno Nacional.

• La Comunidad recolecta firmas en defensa de la identidad del Colegio (detallaremos esto más adelante), tal como hace el gremio docente por esos días, y como la FUA en 1995.

• Las medidas se debaten en asambleas diarias por turno. Aparece como reivindicación de la relación horizontal y de la participación. En el interior de estas Asambleas, el reclamo central probablemente sea debatido más explícitamente.

• Alumnos y profesores, junto con madres, hermanas, novias y amigas realizan una sentada frente al Rectorado. Es otra modalidad de protesta utilizada largamente por el movimiento estudiantil.

• El Colegio fue rodeado en un "abrazo" simbólico. Algo similar hicieron alumnos de la Escuela Manuel Belgrano (también dependiente de la Universidad) en 1995, en oposición a la LES. Los "abrazos" fueron utilizados a comienzos de la década por empleados públicos de empresas públicas a privatizar.

• La Comunidad colocó frente al Rectorado una escultura del rector de la Universidad, como un emperador romano con toga morada. En Córdoba, las esculturas fueron una singular modalidad de protesta contra el gobierno provincial durante 1995 y 1996. Realizadas por un grupo de tres escultoras locales, retrataron críticamente la situación política cordobesa.

Sin embargo, a los pocos días, miembros de la Comunidad decidieron quemar la escultura frente al edificio de la Universidad. Una acción como ésta nunca fue hecha por las artistas mencionadas. En realidad, un antecedente similar sólo puede encontrarse en las llamas encendidas por Herminio Iglesias en el cierre de campaña justicialista de 1983.

• La Comunidad convocó a un Cabildo Abierto para debatir la situación del Colegio. Con el mismo nombre, el gremio docente provincial había realizado una actividad pública de protesta el año anterior.

 

4. Ventajas y problemas de la estrategia adoptada.

Las modalidades públicas de protesta adoptadas no sólo son compatibles con los reclamos exteriores. De hecho, están fuertemente asociadas con esos reclamos, por su utilización anterior. Refuerzan, por asociación, la presencia del reclamo exterior y aumentan el valor convictivo.

La Comunidad reemplazó -en apariciones públicas- el reclamo central por los reclamos exteriores. Pero salvaguardó -discretamente- el reclamo central. Un claro ejemplo fue la redacción de la planilla para recolectar firmas.

Según el encabezado, los firmantes apoyaban el derecho de la Comunidad Monserratense a defender "el proyecto educativo de la institución, lo que incluye el plan de estudios humanistas". El enunciado era deliberadamente amplio, pero conservaba un reclamo deliberadamente omitido.

En palabras más simples: la Comunidad persuadía a los firmantes invocando la defensa del plan de estudios humanistas. Incluso se llegaba a negar toda vinculación entre la firma y el reclamo central.

Pero el texto aparecía claro al leerlo dos veces. Se reivindicaba no sólo el plan de estudios, sino un amplio "proyecto educativo", que incluía el plan. Y otro elemento incluido en el "proyecto" era la educación por sexos separados, según se desprende de algunas declaraciones de líderes de la Comunidad.

De esta forma, los signatarios creían avalar con su firma un solo elemento (el plan), cuando en realidad daban apoyo a todo un "proyecto", cuya integración completa era intencionalmente omitida.

 

Ocultar el reclamo central exige un fuerte disciplinamiento interno. Los líderes de la Comunidad ordenaron a los alumnos no dialogar con los medios periodísticos, ni debatir con los transeúntes a quienes requerían firmas. La situación era vigilada por estudiantes de años superiores o egresados recientes que se colocaban a prudente distancia de los más jóvenes.

Se designó un único vocero estudiantil frente a la prensa. Fracasó, sin embargo, en su cometido de no revelar el reclamo central. Ante la insistencia de los periodistas, frecuentemente terminaba por reconocer que los monserratenses nunca admitirían mujeres en el Colegio.

 

Constantemente se reforzó el carácter sentimental de las acciones de protesta. De este modo, se renunció explícitamente a la búsqueda de fundamentos racionales para la posición sustentada. Buscaban así convertir una debilidad (la falta de argumentación) en una fortaleza.

La apelación a lo sentimental -como fundamento principal- aparecía doblemente conveniente. Permitía superar (unas pocas) incomodidades ideológicas internas en la Comunidad y encolumnar todos los monserratenses en las protestas públicas, unidos por un lazo sentimental.

Más importante aún: hacía posible apelar a la empatía del resto de la población. No se buscaba ya el apoyo razonado a los reclamos, sino la comunión de sentimientos. La autenticidad del sentimiento legitimaba el reclamo. Por ejemplo, el reclamo exterior sobre la "tradición". Una vez aceptado por vía emocional, el contenido de la tradición (es decir, el reclamo central) ya no podía ser sometido a indagaciones racionales.

La defensa de la educación excelente (considerada valiosa) alejaba los cuestionamientos sobre quiénes podrían o no acceder a ella, de acuerdo a su sexo. Y la participación reclamada, una vez apoyada emocionalmente, podría utilizarse para hacer realidad el reclamo central deliberadamente puesto en tercer o cuarto plano.

La ambición era mayor. La legitimación emocional de los reclamos exteriores eran el camino de la legitimación (también por sentimiento) del actor que enarbolaba estos reclamos de educación, tradición y participación. Es decir, del sujeto autodenominado "Comunidad Monserratense", que -ya legitimado- podría exponer, con mejores posibilidades, el reclamo central. Pero tal reclamo central nunca fue perdido de vista por la población, lo que impidió el triunfo de la estrategia de la Comunidad.

 

La unión entre reclamos exteriores y carga emotiva aparece en una de las frases que la Comunidad eligió fijar en carteles sobre las paredes externas del Colegio: "Bárbaros, los sentimientos no se explican". Esta consigna aúna Sarmiento -arquetipo de la educación -reclamo exterior- con la reivindicación del aspecto sentimental.

5. Problemas de coherencia.

¿Por qué algunos reclamos son considerados exteriores, y otro central? ¿No es posible que la Comunidad Monserratense esté realmente comprometida con la educación, la participación y la tradición?

Este trabajo sostiene lo contrario. Consideramos que existe un uso instrumental de los reclamos exteriores y de las modalidades públicas de protesta. Están dirigidos a ocultar el reclamo central.

Un reclamo puede ser denominado instrumental cuando es asumido de forma inconsistente con conductas anteriores largamente observadas, pero con consecuencias beneficiosas en el momento presente.

La Comunidad no se ha caracterizado hasta hoy por su compromiso con los reclamos exteriores.

En cuanto a la educación de excelencia, por ejemplo, el Colegio nunca ha concursado periódicamente sus cátedras por oposición y antecedentes, a pesar de ser una institución dependiente de la Universidad. El Colegio tampoco llevó a cabo las actividades de discusión sobre la LES, que la Universidad ordenó realizar en 1995.

La protesta pública en defensa de la educación tampoco ha sido una conducta habitual (ni siquiera esporádica). El Monserrat no participó en las marchas contra la Ley Federal de Educación, en 1992, ni contra la Ley de Educación Superior, en 1995. Sin embargo, algunos miembros de la Comunidad fundaban su rechazo a la admisión de mujeres al Colegio en que esta medida era parte de la reforma educativa impulsada por la Ley Federal de Educación.

El Monserrat tampoco se manifestó públicamente en favor de ninguna de estas dos leyes. Es decir: no utilizó las modalidades públicas de expresión en materia educativa.

La reivindicación de los procedimientos y la participación tampoco suenan creíbles en una institución que históricamente ha preferido encauzar sus demandas por canales informales.

En junio de 1995, por ejemplo, el entonces Rector -en su propio despacho- nos relató que confiaba en poder conseguir un tratamiento adecuado de Colegios como el Monserrat en la LES. Es que el hijo de Eduardo Bauzá -nos explicó- era alumno de la institución, lo que les estaba brindando un canal directo a las máximas autoridades nacionales.

Finalmente, la defensa de ciertos derechos (la tradición diferente, la libertad de elegir una educación por sexos separados) como "derechos humanos" también es difícil de respaldar en conductas anteriores.

El compromiso de una institución con los derechos humanos es débil si no recuerda, por ejemplo, sus estudiantes desaparecidos durante la dictadura militar. Por el contrario, la Escuela Manuel Belgrano realiza frecuentes evocaciones y colocó los nombres de sus alumnos desaparecidos en una placa especial.

Numerosos docentes del Colegio (incluyendo a su actual Rector) firmaron en octubre de 1978 una solicitada donde respaldaban al Gobierno militar y descalificaban las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos, considerándolas parte de una denominada "campaña antiargentina". También rechazaban las sanciones impuestas por Estados Unidos a causa de las denuncias internacionales.

 

6. Ciencia y sentimiento.

La estrategia de la Comunidad es una forma de comunicación política, cuyo objetivo es proveer de aceptación popular a las iniciativas de un grupo de derecha tradicionalista.

La apelación a lo sentimental y el ocultamiento de demandas impresentables, ¿es aplicable por sectores de la misma derecha en circunstancias diferentes? Aquí radica el interés del caso descripto.

En los últimos años, dos sectores de derecha tratan de limitar los alcances de normas constitucionales ligadas al Estado de Bienestar de posguerra.

Un primer grupo de normas contienen derechos sociales y económicos. Sobre ellos ha actuado la derecha transformadora o liberal. Su principal argumento ha sido "científico" o "naturalista": tales derechos deben ser restringidos porque es imposible cumplirlos. La situación mundial no lo permite, y nuestra adecuación a esa situación es inevitable o inexorable.

Otras normas, más recientes, contienen derechos de minorías y previsiones sobre la igualdad entre distintos grupos sociales, culturales o sexuales. Aquí actúa la derecha tradicional o conservadora. El caso del Monserrat, ¿muestra su estrategia para restringir -con aceptación popular- estos derechos?


Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNCuyo. Centro Universitario - Parque General San Martín. CP (5500) - Mendoza. Fax: 061-381347. Tels: (061) 234393 / (061) 257701 [int. 2024]


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