Red Nacional de Investigadores en Comunicación

III Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
"Comunicación: campos de investigación y prácticas"


¿ MULTICULTURAL ELECTRÓNICA ?

Televisión por Cable: diagnóstico socio-cultural sobre la influencia de sus usos.

Roxana Cabello. IDICSO.

EL PROBLEMA

En principio impresionada por las cifra, decidí explorar algunos aspectos de lo que considero el fenómeno comunicacional más importante que se produjo en la Argentina en los últimos diez años, que influye en gran medida en la transformación que operó el sistema comunicacional en su conjunto. Me refiero al desarrollo y expansión de la TELEVISIÓN POR CABLE. Una nueva tecnología de la comunicación que cumple la función de nacionalizar las señales de televisión abierta de Capital Federal ; ser agente federalizador del medio y, particularmente, vehículo de un conjunto cada vez más grande de canales extranjeros, que con sus propios idiomas y programaciones, llegan hasta los más recónditos y pequeños pueblos del país.

El fenómeno de la TVCable se impuso en estas latitudes con más fuerza que en el resto de las naciones de Latinoamérica e incluso, Europa. Efectivamente, el crecimiento de esta industria tiene dimensiones notables en Argentina : en 1995 el índice de penetración ascendió al 53.2%. , la tercera en el mundo luego de EE.UU. y Canadá. Considerando este fenómeno en porcentaje relativo a la población de cada provincia, los índices son más elevados para el interior del país que para Capital Federal y Gran Buenos Aires.

El carácter periférico de nuestra nación acentúa la importancia y la novedad de la actual presencia de las imágenes a distancia, en "tiempo real" : podríamos estar instalados en una dimensión "multicultural" electrónica, que se difunde , vía TV Cable , en circuitos microsociales y regionales de una forma inimaginable hace pocas décadas. El fenómeno es fuertemente sociocultural y con implicancias en las formas de hacer política, en la relación público - privado, en los procesos decisorios, en la formación de nuevas sensibilidades de época.

Me pregunté entonces si es probable que la expansión de la TVCable conlleve una desterritorialización de la experiencia visual que pueda modificar no sólo los procesos de constitución de competencias comunicativas sino también el conjunto de las pautas de sociabilidad por tratarse de un fenómeno de crecimiento sostenido.

Por consiguiente, abordé mediante esta investigación el fenómeno del cable, con su impronta transnacional y multicultural, desde los territorios periféricos y microsociales de su recepción, focalizando el relevamiento de datos en distintos puntos del país. Esta decisión no solamente se funda en la importancia que con su función de repetidor ha tenido inicialmente el cable en distintas áreas, sino también en la posibilidad de indagar los diferentes aspectos de su influencia según se trate de zonas con distintas características en cuanto a su estructura productiva, de población, de pautas culturales, etc.

Dada la dificultad de abarcar la totalidad de las dimensiones que conforman los fenómenos de influencia, establecí un recorte que se expresa en los siguientes objetivos de investigación:

A- Explorar sobre el impacto socio-cultural en zonas estratégicas desde el punto de vista del filtrado del cable en la sociedad : influencia en aspectos tales como sociolectos; conductas juveniles; estética local;

B- Investigar de qué manera influye la TVCable en la constitución del imaginario de pobladores de las provincias con respecto a la Capital Federal (sus representaciones y expectativas).

C- Describir las modificaciones operadas a partir de la recepción de TVC por los individuos en sus relaciones con organizaciones sociales tales como partidos políticos, sindicatos, clubes, etc.; en sus relaciones interpersonales y en el uso del tiempo libre.

D- Indagar cómo influye la recepción de TVC en los consumos culturales de la gente.

 

LA CUESTIÓN METODOLÓGICA

Si se parte de la conceptualización de la comunicación como un proceso y se acepta la interdependencia constante entre factores que están en juego al formarse la influencia de los medios, un estudio a largo plazo sería muy rico como estrategia de análisis, pero demasiado costoso.

El estudio de casos abordado en base a una metodología de tipo cualitativo, ofrece un aporte importante si apuntamos a la significación del consumo medial y de la actuación comunicativa, analizando las percepciones; las cosas asumidas y compartidas; la actividad y las interacciones cotidianas con los medios; los contextos situacionales en que los medios se disfrutan y se utilizan. Visualizar así ciertos factores de integración entre vida social y fruición medial, el vínculo entre la experiencia cotidiana de los sujetos y el uso de los media y los modelos de interpretación que las personas aplican a ellos (Wolf, M., 1994), tratando de identificar además puntos de cruce entre la cultura local y la cultura extraterritorial.

El relevamiento no se centró entonces en los contenidos de la TVCable sino en los públicos. Más específicamente tomando como "materia prima" del análisis la forma en que los televidentes perciben su propio consumo de la TVCable. Por consiguiente, en cuanto a las técnicas a implementar, seleccioné distintos procedimientos de tipo cualitativo: observación etnográfica, historia de vida comunicativa y entrevista en profundidad.

Las entrevistas se realizaron en hogares abonados a alguna empresa de TVCable, a personas de ambos sexos que realizan un consumo televisivo de al menos ocho horas semanales. Otras variables duras consideradas fueron nivel socioeconómico y edad. En lo que respecta al primero, incluí sectores medios (con jefes de hogar profesionales, pequeños empresarios, empleados con cargos jerárquicos) y medio- bajos ( con jefes de hogar asalariados o cuenta propistas en distintos oficios). En cuanto a las franjas etarias , consideré tres grupos que sospeché a priori que podrían conformar una cuasi tipología:

Un grupo de niños, "hijos de la TVCable" - parafraseando a Bechelloni- es decir, no mayores de 12 años.

Un grupo de adolescentes y adultos jóvenes , comprendido en el intervalo de 18-35 años, los "hijos de la TV".

Un grupo de adultos entre 36 y 60 años, los "sorprendidos por la TV".

El número de entrevistas a realizar no estaba del todo preestablecido. El criterio para determinar los topes fue el de saturación por categorías, tomando como parámetro los tipos sugeridos según generaciones .

El trabajo de campo se realizó en dos localidades de nuestro país: la ciudad de Bahía Blanca en la provincia de Buenos Aires; y la villa de Uspallata, en la provincia de Mendoza. Cada una de estas poblaciones presenta rasgos diferenciales con respecto a la otra, que tomados luego en forma conjunta, nos permiten contemplar un interesante abanico de posibilidades contextuales del impacto de la Televisión por Cable.

EN POCAS PALABRAS...

Expongo a continuación algunas de las observaciones realizadas sin presentar los rasgos que identifiqué para cada "generación televisiva" (por limitaciones de espacio) . Sólo incluyo entonces consideraciones generales que no responden a la totalidad de los objetivos planteados. El informe final (aún sujeto a modificaciones) está a disposición para su consulta en la sede del IDICSO, USAL.

El diagnóstico efectuado permite reforzar la convicción de que los media (en este caso la televisión que llega por cable) se constituyen en uno de los diversos planos de la experiencia social en los que se producen y reproducen representaciones que pueden llegar a ser recursos para la interacción de los individuos. El discurso de la televisión, ahora desmultiplicado en diferentes pantallas, distintas imágenes, idiomas diversos, se integra a los tantos otros juegos de lenguaje que actualizamos continuamente en la interacción comunicativa.

En primer lugar, no pude constatar que la aparición de la televisión por cable modifique cualitativamente los hábitos de consumo de TV. Ninguno de los cambios significativos que se producen a lo largo de su historia de televidentes que reconstruyen los entrevistados se vinculan directa o exclusivamente con los cambios observados en la televisión. Es decir, cuando se trata de identificar cambios de actitudes, de valoraciones, el medio y su influencia quedan en un segundo plano en las representaciones de estas personas. Antes bien, las transformaciones en materia de gustos, de horarios privilegiados, de situaciones preferidas para mirar televisión se vinculan con aspectos como : los cambios de intereses en las distintas etapas de la vida; la disponibilidad de tiempo libre; la aparición de los hijos; etc.. Asociaciones entonces con variables extra televisivas . La aparición de la TVC no ha hecho otra cosa que ofrecer la posibilidad de distribuir los hábitos de consumo históricamente construidos y siempre variables , en un abanico de opciones mayor y más heterogéneo, e invitando a ampliar el tiempo de exposición frente al televisor

Ahora bien, el hecho de que la aparición de la televisión por Cable no modifique sustantivamente per se los hábitos de consumo de televisión, no significa que no tenga una fuerte impronta en otras dimensiones socio-culturales más ampliamente vinculadas con la generación de sentido y con los procesos de integración social.

Sin lugar a dudas, el dato más significativo a este respecto es el que se construye con los comentarios sobre el consumo de información. Independientemente de las distintas interpretaciones, existe consenso en destacar la fuerte presencia de la información como rasgo constitutivo de la cultura posmoderna. El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información ha reforzado este rasgo dando lugar a lo que se ha dado en llamar el proceso de planetarización , que suele considerarse desde el punto de vista de la integración que posibilita. Por ejemplo, un primer nivel de integración es el que se produce en relación con la información proveniente de Capital Federal. Sobre todo en Bahía Blanca, las personas buscan informarse a partir de los programas de noticias de los canales de aire capitalinos. En general, hay una valoración positiva de la producción de este tipo de programas en relación a los cuales se destaca el profesionalismo de los periodistas y la seriedad de las investigaciones. Este último aspecto es subrayado sobre todo por los "hijos de la TV", que tienen en la televisión su principal fuente de información y prefieren el estilo dinámico que programas como "Telenoche" imprimen al tradicional género de noticias.

Los noticieros de Buenos Aires ofrecen entonces las mejores condiciones de posibilidad para producir y distribuir las noticias del ámbito nacional. En lo que respecta a los canales locales, en general, sus públicos se constituyen en busca de información de la zona. Pero el consumo complementa el de los noticieros capitalinos.

Las noticias internacionales también resultan de interés para estos bahienses, pero más que seleccionarlas en los canales de noticias ( los canales especializados en información son los menos elegidos), los entrevistados vuelven a depositar su voto en los canales capitalinos. Como vemos, más que integración planetaria, refuerzo del centralismo fronteras adentro.

Pero lo que me interesa especialmente es destacar la importancia que estos televidentes atribuyen al hecho de estar informados. En todos los casos, con excepción de los chicos, los informativos aparecen como primera mención en cuanto a programas más vistos, opción que se refuerza con la elección de los programas periodísticos. Estar al día con la información parece vivenciarse como una necesidad, casi como un imperativo que se reactualiza continuamente en el posterior comentario de las noticias y sucesos como materia privilegiada de los intercambios entre las personas. Así, una de las principales ventajas que señalan los entrevistados con respecto a la televisión por cable, es la posibilidad que ofrece de incorporar más y mejores opciones para la información.

Pero es indudablemente en Uspallata donde esta ventaja adquiere una significación especial. Un lugar en donde se torna difícil captar señales de radio y en donde la televisión por aire se recibe a través de repetidoras que funcionan ya con sistemas automáticos cuyos arranques fallan por falta de energía, ya con paneles de energía solar que imposibilitan reproducir la señal en días nublados. Es entonces cuando la televisión por cable deja de ser un lujo para convertirse en verdadera necesidad: la necesidad de no quedar aislados.

En este caso, estar informado es , en las representaciones de estos entrevistados, la manera de evitar el aislamiento. El verbo que más se asocia con el consumo del cable es conectar. En una localidad en la cual han llegado a estar privados de televisión por aire durante un año por limitaciones técnicas, el advenimiento del cable es sinónimo de conexión permanente. El cable permite recibir sin dificultades los canales mendocinos, que mantienen su audiencia estable a la hora de las noticias regionales (la prensa que llega diariamente es también de Mendoza, pero no todos compran el diario). Estos canales representan la única oportunidad que tiene Uspallata de aparecer en pantalla, sólo en caso de accidentes en la ruta. Pero sobre todo, permite también estar al tanto de lo que sucede en Buenos Aires, en el país y en el mundo (en ese orden) . Todo lo que sucede en el mundo , el mundo mismo, se conoce principalmente a través de la pantalla, o mejor, a través de las pantallas que el cable pone a disposición. Porque en Uspallata, mirar tele es mirar televisión por cable.

En este sentido, la televisión por cable es verdaderamente una ventana al mundo. Un mundo que, sin embargo, se mira desde afuera. Porque no hay lugar para Uspallata en ese mundo pantalla ( más allá del rinconcito que ofrece la TV regional). Un pueblo en el que la información circula de boca en boca y en el cual ni los entrevistados ni la gente de la radio consideran necesario un informativo local.

Paradójicamente, entonces, la mejor posibilidad de estar conectados es aquella que refuerza el lugar de exterioridad. Un proceso de planetarización sustentado en la universalización de la información en tiempo real que muy poco opera en el nivel de la integración efectiva. Porque, al menos en este caso, el saberlo todo sobre el mundo no es sino la mejor manera de resaltar y reproducir la no pertenencia, la no inclusión. Movimiento que se oculta en la fantasía de vencer el aislamiento que, por otra parte, nunca se manifiesta en términos de integración.

Es así como se produce, efectivamente, una desterritorialización de la experiencia visual. Pero no (como suponía) en el sentido de la constitución de una multicultural electrónica, producto de la mixtura de pautas culturales transterritoriales. Sino más bien en la posibilidad de realizar una experiencia visual anclada en la topología de un mundo pantalla, siempre inestable, siempre lábil; que ofrece como contrapartida la oportunidad de objetivar la lenta dinámica que la montaña impone a esta tierra añeja que se deja sorprender por los destellos catódicos.

La relación con Buenos Aires está mediatizada por la pantalla. Sobre todo en Uspallata, la mayoría de los entrevistados no han estado nunca en la Capital Federal. En Bahía, en cambio, los viajes a Buenos Aires se han realizado pero años atrás. La variable que me interesaba especialmente explorar es aquella que se vincula con la construcción del imaginario con respecto a la vida en la gran urbe, principalmente atendiendo a la percepción de los porteños que aparecen frente a cámaras: conductores de programas, participantes, gente de la calle.

Estaríamos entonces frente a la pregunta sobre la televisión como espejo, como reflejo del mundo. ¿ Puede saberse algo con respecto a la gente de Buenos Aires a través de la televisión?.

Frente a este interrogante (formulado de maneras distintas según el contexto de la entrevista), las posiciones fueron encontradas. Algunos respondentes consideran que NO . La mayoría, en cambio, opina que SÍ, que se puede conocer algo de los porteños con sólo mirar la televisión. Sin embargo, llama la atención el hecho de que las respuestas en Uspallata y en Bahía Blanca son plenamente coincidentes, utilizan exactamente los mismos adjetivos y predicados: "están todos apurados"; "están todos estresados"; "son agresivos"; "nadie conoce al vecino"; etc.

Esta marcada coincidencia en los juicios de los entrevistados, me hace pensar en que probablemente esté operando una mediatización previa a la que impone la pantalla. Más que conocer a través de la televisión, pareciera que estas personas buscan identificar en la pantalla los indicadores de una imagen ya construida, de una especie de preconcepto históricamente producido y distribuido. Es decir : "los porteños son desinteresados", luego, "los porteños se ven desinteresados".

Esta probabilidad se refuerza con los testimonios de los mismos entrevistados cuando se refieren a otro tipo de objetos. Por ejemplo, todos consideran que la situación por la que atraviesa el país es crítica y que la gente está muy afectada por esta situación, la cual se refleja en sus rostros; en sus actitudes; en su estado de ánimo. Sin embargo, en general opinan que la televisión no refleja cabalmente este último cuadro. Una cosa es lo que ponemos en la tele, otra cosa es lo que puede verse por televisión y otra cosa es lo que la televisión muestra.

Creo que lo que está en juego es el continuo Moebius de ficción y realidad que propone la televisión. Nadie cuestiona la credibilidad del medio en lo que a información se refiere, más bien pareciera haberse desdibujado la distancia que separaba tradicionalmente a la televisión de la prensa escrita en cuestiones de confiabilidad. En un momento en que el diario se considera un gasto más - tanto de dinero como de tiempo, pero sobre todo de esfuerzo- y la televisión se convierte para muchas personas en el principal medio de información, no queda otra alternativa que creerle. La incorporación del cable hace que las personas se acostumbren cada vez más a la convivencia entre ficción y realidad que pueden incluso construir con el uso del control remoto.

Los entrevistados manifiestan claramente sus demandas a la televisión: piden información y entretenimiento. Cuando se trata de noticias, depositan su confianza en el informador - aunque muchos de ellos destacan su actitud crítica frente a lo que se muestra-. Cuando el resto de los "contenidos" televisivos se consumen en clave de entretenimiento, poco importa el grado de veracidad que tengan.

Otro de los aspectos que me interesaba indagar era la influencia del consumo de Televisión por Cable en el nivel del lenguaje. Los entrevistados tienen en general la sensación de que algunas personas - no ellos mismos- adoptan modismos y formas de comunicación propias del discurso televisivo. El lenguaje de la televisión irrumpiría en el habla cotidiana integrándose a diversos juegos de lenguaje. Sin embargo, ninguno puede identificar claramente signos que ejemplifiquen esta presunción ni tampoco hacen uso de ellos de manera directamente observable. Con respecto a los idiomas extranjeros ( inglés) algunos admiten reconocer cada vez más vocablos y expresiones. Pero observan también que aprender un nuevo idioma a partir del contacto diario con la televisión demandaría una actitud de aprendizaje diferente a la que en general se sostiene cuando se está frente a la pantalla chica.

Finalmente, a juzgar por los testimonios de estos entrevistados, podría decir que el consumo de Televisión por Cable es probablemente una de las variables - seguramente no la única- que está interviniendo en la consolidación de una tendencia de reproducción de pautas de sedentarismo en la vida de nuestras sociedades de fin de siglo aunque no se trate de grandes centros urbanos ( por lo menos, ofrece motivos para quedarse en casa). Y que esta tendencia conlleva posiblemente una fuerte modificación en las modalidades de relación interpersonal. Es cierto que en Uspallata las ofertas culturales son muy escasas . Habría que viajar a Mendoza y esto demanda tiempo y dinero extra, por tanto llama menos la atención que la gente se quede en casa viendo tele.

Pero es en Bahía Blanca, ( donde el 77% de la población que tiene televisor está abonada al cable) en donde más claramente puede verse el impacto de TVC en relación con los hábitos de sedentarismo. En primer lugar, podría afirmar que la incorporación del recurso de la televisión por cable produce una serie de efectos de desplazamiento en el ámbito de los consumos culturales. Es decir, existen actividades que son sujeto de disminución mientras que el consumo de TVC se revitaliza continuamente. Los entrevistados de todas las edades concurren cada vez menos al cine, al teatro, a espectáculos musicales y de otro tipo. En ningún caso argumentan razones de índole económica. Principalmente, el hecho de "realizar una salida" implica todo un trabajo: ubicar a los chicos; vestirse para la ocasión; trasladarse hasta el centro; etc. Quedarse en casa a mirar películas por cable es mucho más cómodo.

El cable influyó también en la modificación de los consumos culturales que se realizan aún dentro de la casa. Los mismos entrevistados dedican cada vez menos tiempo a las lecturas de ficción y han disminuido notoriamente el alquiler de videopelículas. Una vez más, el motivo recurrente es la comodidad.

Podría pensarse entonces en la transformación que sufre la vida social de los entrevistados. Estas personas coinciden en que les gusta mirar el cable a solas o con pocos adultos - preferentemente su pareja-. No acostumbran compartir la pantalla chica con sus amigos y han dejado paulatinamente de realizar salidas con otras personas o a lugares concurridos. Si la actividad privilegiada en momentos de ocio es mirar TVC, habría en estos entrevistados una tendencia a reducir sus relaciones interpersonales durante el tiempo libre, acotándolas al ámbito familiar o a situaciones muy puntuales para compartir con los amigos (cumpleaños y otros festejos, alguna reunión ocasional). Por otra parte, la mayoría de los entrevistados -sobre todo los "hijos de la TV"- perciben que la presencia de la televisión interfiere en la dinámica de las relaciones interpersonales restando, por ejemplo, oportunidades de conversación e intercambios de tono personal.

Según la mirada de los estudios culturales, la cultura está imbricada con todas las prácticas sociales y es la suma de todas sus interrelaciones. Están hablando de patrones de organización, de formas que caracterizan la energía humana susceptibles de revelarse en este nivel de las prácticas sociales. Este primer trabajo tomó en consideración algunas de estas prácticas , tratando de explorar de qué manera se integran los productos mediáticos que circulan a través de la TVCable. El principal aporte resulta entonces una orientación clara para un abordaje de los procesos de hibridación cultural que permita una visualización de etapas, elementos constitutivos, formas que asume la coexistencia. Tal vez enfocar los circuitos híbridos permita desglosar las relaciones entre tradición y modernidad; o visualizar el desarrollo desigual y combinado de diferentes dimensiones a nivel social y cultural a partir del impacto de la tecnología de la comunicación.

Roxana Cabello

BIBLIOGRAFÍA

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