Red Nacional de
Investigadores en Comunicación
III Jornadas
Nacionales de Investigadores en Comunicación
"Comunicación: campos de investigación y
prácticas"
La tecnología en los discursos televisivos.
Una producción con cámara oculta.
Ramón Adolfo Flores*
Introducción.
Las investigaciones periodísticas como "Los narcopolicías", "El magistrado", han logrado no sólo un fuerte impacto en la opinión pública sino obligado a jueces y políticos a tomar decisiones respecto a los temas tratados.
La anteúltima producción de éste tipo fue "Negocio de Turno", que al igual que todas las anteriores fue transmitida por el noticiero Telenoche de canal 13 , y por los diferentes noticieros del canal de cable Todo Noticias. Esta investigación es sobre el negocio ilegal de medicamentos, que esta basado en la adulteración, falsificación, robo y posterior venta de remedios a través del circuito legal de farmacias.
En presentación se realizará el análisis de ciertas escenas de la nombrada investigación periodística donde aparecen diversos artefactos tecnológicos, los cuales son abordados no sólo como dispositivos técnicos sino también en sus aspectos simbólicos. Los objetivos son recorrer el papel de la tecnología en la construcción de sentido de éste discurso televisivo y reflexionar sobre las concepciones que de ella existen, tanto por detrás del uso de la cámara oculta como inscriptas en el discurso que posibilita.
"Negocio de Turno".
El discurso de esta la investigación periodística ha sido fragmentado, en un primer momento según el criterio de aparición de imágenes donde hubiera una presencia tecnológica a través de algún artefacto. Pero con sorpresa se descubrió que, al reunir esas imágenes donde claramente aparecían artefactos tecnológico, se obtenía una síntesis del relato periodístico. Sólo faltaban las que presentaban a dos actores sociales en particular, el pasero y el ex empleado de la droguería, con los cuales se completaba la lista de actores intervinientes. Resultado significativo, pues se pensaba que esa síntesis debía ser lograda por fuera de esos fragmentos que se presentarían dispersos sin constituir un relato particular.
Este discurso, construido sobre la base de la mencionada selección de imágenes, puede ser separado en tres momentos dependiendo del lugar en donde se realiza la investigación: Gran Buenos Aires, Paraguay y Corrientes capital, Capital federal.
La primera escena transcurre dentro de un café, allí está el dueño de una empresa fantasma y ofrece medicamentos por fuera del circuito legal. Los pedidos, las consultas sobre existencias de ciertos productos y la concreción de entregas son realizadas a través de un teléfono celular. Luego se recurre al Colegio de farmacéuticos para indagar sobre las características de uno de los remedios afectados por estas maniobras. Esta consulta es presentada con imágenes de algunas personas con guardapolvos realizando el análisis en un laboratorio, sentados frente a microscópicos, mientras el encargado del laboratorio comunica los resultados del análisis realizado o el periodista comenta la certificación de que los remedios están adulterados. Este primer momento finaliza con la imagen de una cinta sin fin que transporta. Nadie maneja o controla el traslado. Una voz en off dice que la mercadería es puesta en circulación, luego de su adulteración o obtención mediante el robo, "sin respetar la cadena de f'rio", es decir en mal estado.
El segundo momento comienza con el despegue de un avión hacia Paraguay. Allí se entrevista a un matrimonio de imprenteros que producen las cajas de algunos remedios, las cuales luego son introducidas al país por los "paseros". Se entrevista luego a uno de ellos que trabaja para los imprenteros, quien cuenta el trayecto a realizar y de las coimas a Gendarmería Nacional para llevar cosas hasta Resistencia.. No hay ningún artefacto, ninguna tecnología a la vista. Este momento continúa con un reportarje a un ex empleado de una droguería de Corrientes capital donde se realizaba el embalaje de los medicamentos. Para ello no queda más que cruzar el puente que une ambas ciudades. Aparecen entonces imágenes del puente y el tránsito vehicular por él. El ex empleado es entrevistado en un rincón de un bar, cuenta las actividades que tenía que realizar cuando trabajaba en la droguería. Esta pertenece a un supuesto responsable de una de las cadenas de comercialización de medicamentos ilegales. El dueño de la droguería, que tiene juicios pendientes por venta y estafa al Pami, dialoga brevemente con el reportero ante su casa y luego a su auto, se aprecian las imágenes pero sin audio. Hasta aquí el material filmado con la cámara oculta, pues lo siguiente ya pertenece a otro momento de la investigación donde se realizan reportajes explícitos y se produce el seguimiento del impacto producido por su publicación.
El tercer momento comienza con la voz vía teléfono del dueño de la droguería de Corrientes, que resultó ser vicepresidente de la Cámara que nuclea al gremio. Esta voz recién es captada en la Capital Federal , cuando en un llamado telefónico se intenta arreglar una entrevista que termina siendo siempre concedida pero nunca concretada. Luego aparecen imágenes de un ministro frente a cámara y rodeado de micrófonos realiza declaraciones que son comentadas como poco creíbles. Este momento culmina con un reportaje a un chico damnificado por la adulteración de medicamentos, quien escribe un mensaje vía computadora mediante un artefacto casero en su cabeza que le permite usar el teclado. El mensaje es una contestación al ministro en cuestión: "Mazza: controla bien, no digas que no es tu responsabilidad", debajo el nombre y apellido del chico.
La tecnología en escena.
Con la telefonía móvil se produce "la deslocalización de los puntos emisores y receptores de los mensajes telefónicos". Este efecto de la tecnología, implicada en el artefacto que aparece en la primera escena, es similar al modo de producción del sistema que se indagará y señala el cometido a ser intentado por el periodista: tratar de mostrar eso que el celular por su dispositivo oculta. Las voces se transforman en indicios de sujetos, lugares, formas de trabajo que deberán ser "develadas" por la cámara del periodista. Esta indicialidad se debe a que "la voz es cuerpo del emisor", de que ella "no parece ser una representación de su cuerpo: es su cuerpo" (Fernández, J.L. 1994).
Luego se realiza una consulta al Colegio de farmacéuticos para indagar sobre las características de uno de los remedios afectados por estas maniobras. Allí, la presencia de microscópicos y guardapolvos no sólo remiten a esa "objetividad" y "verdad" en el juicio asegurada por el uso de la tecnología, sino que además, la presencia de "personas" operando los artefactos, la muestra como controlada por los hombres, es decir propone la presencia de valores humanos en la práctica tecnológica.
Este primer momento del discurso televisivo, finaliza con la imagen de una cinta sin fin que transporta medicamentos adulterados sin que nadie maneje o controle el traslado. La tecnología aparece aquí en su faz negativa. Nadie la controla, entonces ella, automatismo mediante atenta contra el hombre. Esta significación puede remitirse, por ejemplo, a cierto "fundamentalismo ecológico . . . que hace a toda tecnología sospechosa de los males que aquejan al mundo, continuando, a su modo, con la tradición socrática" (Baggiolini, L , 1995).
El segundo momento comienza con el avión que lleva al equipo de investigación hacia el Paraguay. Allí entrevistan a los imprenteros y al "pasero" que trabaja para ellos.
La tecnología, después ser representada desde un rol deshumanizado, oficiaría ahora de "ayudante" si se aprecia el relato desde una concepción greimasiana (Greimas, 1976). Refuerza un imaginario positivo respecto a su función social al situarse en el campo de las tecnologías de comunicación, pues el avión es un "medio de comunicación". Se sitúa en la serie trenes, ferrocarriles, teléfonos, periódicos, radio, televisión. Esto dicho desde una concepción todavía actual de la comunicación, que basándose sobre el sentido de transmisión, se pluraliza y convierte en un término que designa por igual a los medios de transporte y a los mass media.
El puente Corrientes-Resistencia simboliza el arribo al lugar. Aunque a decir verdad no es el puente per se sino el imaginario que le dio existencia. No se puede dejar de pensar entonces en todos las imágenes, producto de diversas tecnologías y de diversos discursos, que han dado espesor a esa única imagen de un puente. En las postales, los manuales escolares así como en "la fotografía y el cine [que] constituyeron ciertos edificios, espacios y hábitos urbanos en emblemas, en representaciones de un imaginario propio".
Las imágenes del puente Corrientes-Resistencia, junto a las del viaje a Paraguay, también tematizan la práctica periodística del "traslado hasta el lugar de los hechos" que los medios de transporte posibilitan.
Al trazar una "topología de las culturas corporales, correspondiente a la puesta en escena o al ocultamiento de las siluetas según los emplazamientos y las ocasiones", se pueden señalar lugares donde se producen desvanecimientos y surgimientos del cuerpo.
El café puede ser señalado como uno de éstos últimos lugares, donde se exhibe el cuerpo y los sujetos son "visibles". También es aquí donde el tiempo se vuelve indolente y permite el dialogo. Es en el café donde se producen las entrevistas con los partícipes de la producción del medicamento trucho. Es con la cámara, tecnología audiovisual, que se las registra. La voz y el cuerpo se integran, los sujetos entonces son captados en su totalidad y no por indicios que darían cuenta de sus "existencias".
En el intento de entrevista con el dueño de la droguería en Corrientes, la filmación se produce en la calle, que es uno de los lugares donde el cuerpo se desvanece. La tecnología aparece encarnada en un medio de transporte que permite el desplazamiento del cuerpo. A diferencia de la escena anterior, aquí el ámbito y la tecnología se integran para ocultar a los sujetos. Estos aparecen mediante índices: la imagen del cuerpo y la voz, la cámara y el teléfono son los dispositivos involucrados. Esto si se tiene en cuenta que el sujeto es un cuerpo parlante, es una imagen y una voz.
El valor que se intenta atribuir a la imagen en el material filmado con la cámara oculta, contrasta con el que adquiere la palabra en los momentos donde no se oculta la cámara en el mismo trabajo de investigación. La escena donde el ministro Mazza hace declaraciones puede ser utilizada como ejemplo. Pues la cámara oculta "muestra" algo que luego el ministro trata de desvirtuar con "palabras" mediante su versión de los hechos
Esta particular relación palabra-imagen, puede ser observada en otras producciones realizadas también con la misma técnica de la cámara oculta. Por ejemplo, en la producción de los "narco-policias" emitida tanto en televisión abierta como por cable por canal 13. Allí, cuando se entrevista al oficial superior a cargo de la cuestionada brigada, lo importante no era la imagen lograda sino "lo dicho", lo cual era obtenido mediante una interrogación que buscaba el contraste con "lo filmado". Esta estrategia normalmente se expresa en preguntas que en última instancia deben definirse por sí o por no.
La última escena es la que muestra al niño damnificado por la adulteración de medicamentos.
La tecnología se presenta acá en su faceta positiva al permitir que el chico pueda comunicarse. Pero con atención se puede observar que no es la computadora sino el artefacto que esta sobre la cabeza el que permite la comunicación. La tecnología se apoya sobre la artesanía, la serialización sobre la creación particular. Remitiendo a esa diferencia de valor que existe entre el plato de arcilla y el tupperware (Mitcham, 1989) que existe para la concepción aristotélica de la tecnología.
Tecnología y cámara oculta.
Sin dejar de tener en cuenta el valor de las fuentes "textual" y "discursiva" (Escudero, 1996) y el contrato de lectura con el medio (Verón, 1985) como elementos de verosimilitud discursiva, los relatos realizados con la técnica de la cámara oculta, permiten pensar que el contrato no sólo refiere a un medio sino también a un dispositivo. Surgen entonces las concepciones sobre la tecnología como horizonte explicativo. Pues se parte de la intuición que el verosímil de la "cámara oculta" no sólo depende de esta construcción de la noticia, sino también de la visión que se tiene de las tecnologías de comunicación.
Existe la creencia popular de que las cámaras, cuando "no son manipuladas", no pueden mentir. Pues la manipulación solamente puede ocurrir con la acción delante de la cámara, en el estilo o técnica utilizada, y en el montaje o edición. La neutralidad se asegura "tocando" lo menos posible la cámara: colocarla sobre un trípode y cambiarle la cinta. Recaudo que se cumple más que suficientemente con la técnica de la cámara oculta, pues la cámara permanece prácticamente inaccesible durante la filmación, normalmente dentro de algún maletín o bolso.
Pero esta construcción de verosimilitud, esta también en relación directa con una concepción de la realidad y de la comunicación.
El punto de vista positivista/empirista asume: a) "un mundo significativamente objetivo que se puede verificar empíricamente y que el significado reside de forma inherente en los fenómenos"; b) "los significados residen en el mundo y de que los seres humanos deben intentar descubrir la inherente, inmutable y verdadera realidad objetiva".
Esta realidad objetiva, posible de ser conocida por el ser humano, permite pensar una neutralidad de la tecnología de comunicación ante el acontecimiento transmitido.
Tensiones
El mencionado contraste entre lo dicho y lo filmado, tensión entre la palabra y la imagen, puede ser relacionado con dos tradiciones: la "imaginerista", que lleva a poner el énfasis en la observación valorando la imagen, y la "escuela de la palabra", que proveniente de la radio y la televisión valora la palabra por sobre la imagen. Mientras que en la primera la palabra surge como parte de la observación, es "sonido natural" del diálogo entre las persona "observadas" con la cámara, en la lo importante es el audio, pues tiene como técnicas predilectas al reportaje y la entrevista.
La estructura de estas investigaciones periodísticas, permite observar momentos en que se valora la imagen, el desarrollo del discurso, y otros donde se valora la palabra, presentación y conclusión del mismo. Lo cual prolonga sin resolución, salvo momentáneamente, esta tensión entre imagen y palabra, las cuales se suceden entre funciones de anclaje y relevo.
Esta tensión se prolonga en la retórica misma de los cuadros en las escenas propuestas, donde la imagen y la palabra remiten a la imagen del cuerpo y a la voz, respectivamente.
En algunas escenas las tomas logradas dejan en primer plano la voz y en segundo el cuerpo del que habla, en los cafés por ejemplo. Pero en otras existe una presencia excluyente de la imagen, un ejemplo es en la que aparece el dueño de la cadena de farmacias en Corrientes.
Si se tiene en cuenta las primeras tomas mencionadas, esta tensión se resuelve a favor de la palabra. Pero si tiene en cuenta las últimas, se resuelve a favor de la imagen.
La relación sigue sin distenderse si se aborda estas mismas escenas desde las tecnologías que en ellas están presentes. Pues aparecen tecnologías que ponen en primer plano el cuerpo al desplazarlo, al movilizarlo, como es el caso del avión y del auto. Pero también están los que enfatizan la voz, como el teléfono y el micrófono. Además de los grises, como en la última escena, donde la computadora resaltaba la falta de voz pero el artefacto sobre la cabeza expone el cuerpo.
A pesar de esta uniformidad en la prolongación de la tensión entre palabra e imagen, puede percibirse una regularidad que ofrece otra lectura: la presencia o ausencia de artefactos en ciertas escenas.
La presencia explícita de la tecnología, por ejemplo en las entrevistas al ministro, al vendedor de medicamentos en el café, en la escena donde se filma al vicepresidente de la Cámara que nuclea al gremio, es a través de artefactos que implican principalmente a la voz y que dejan en un segundo plano al cuerpo y lo sacan de escena. Además, cuando esto acontece, los personajes involucrados poseen alguna cuota de poder.
Esto no ocurre en las escenas donde la tecnología no aparece o donde ella queda en segundo plano: allí los personajes no poseen o no representan poder alguno. Es el caso de las entrevistas al chico damnificado, al pasero y al ex empleado de la farmacia.
La empatía expresada en la estrategia de las entrevistas acude en ayuda de ésta hipótesis
La cultura de la palabra surge cuando el entrevistado esta relacionado al poder: la temática es analizada en términos de "contrastes binarios": pro o contra, esto o aquello. Lo cual no sucede cuando el entrevistado se percibe sin poder alguno, allí la empatía es positiva y se expresa en preguntas que muestran una "comprensión" ante la situación del mismo. La tradición es la de la imagen.
Concepciones de la tecnología.
No solo la tecnología con su presencia marca la presencia de poder sino que también lo califica, por ejemplo de oculto con la cinta transportadora sin sujetos o con el teléfono celular que oculta el cuerpo.
Esto vale para el dispositivo técnico empleado en la captación de imágenes.
El uso de la cámara "oculta" implica que se "muestra" algo que tiene el poder de permanecer oculto, las "impurezas" de sus tomas certifica la ilegalidad del acontecimiento filmado. Los defectos del discurso revierten en defectos del objeto sobre el que se habla. Y por el contrario, la transparencia, en el caso del Colegio de Farmaceúticos o en la entrevista final al chico, esta asegurada por el uso explícito de la cámara de televisión que produce un reportaje de "imágenes limpias".
Se puede apreciar entonces diferentes usos de una misma tecnología en referencia al compromiso editorial de la investigación periodística. Pero esto no esta circunscripto a la cámara audiovisual, sino que se expande a los usos de la tecnología en general dentro del discurso analizado. Pues en su relato ella puede oficiar tanto de "oponente" como de "ayudante" (Floch, 1993). Lo cual remite a esa clásica concepción aristotélica de medios y fines, es decir permite visualizar a la tecnología como "neutra" pero siempre sujeta a la moral.
En "Tres formas de ser-con la tecnología", Carl Mitcham propone destacar de la relación hombre-tecnología tres formas posibles, tres maneras de ser-con la tecnología: "el escepticismo antiguo, que torna a toda la tecnología sospechosa; el optimismo ilustrado, que promociona a la tecnología como quintaesencia del progreso y el conocimiento; y el desasosiego romántico, que promueve una actitud ambigua con la tecnología ya que si bien es un aspecto de la creatividad humana termina debilitando los lazos de afecto sociales".
Como se mencionó anteriormente, la creencia popular sobre la tecnología en referencias a las cámaras de televisión, éstas cuando "no son manipuladas" no pueden mentir, acompañada de otra que habla de una realidad objetiva, posible de ser conocida por el ser humano, lleva a valorizar el conocimiento obtenido mediante la técnica. Tal como ocurre en hipótesis de la agenda setting respecto a la tecnología de los medios de comunicación de masa, por ejemplo. Y esta valorización lleva la impronta de una concepción sobre la tecnología en particular: la del optimismo ilustrado.
Es posible decir entonces que la concepción sobre la tecnología en general, presentada por el discurso de la cámara oculta, abreva en el escepticismo antiguo, recordando las menciones realizadas a Sócrates y Aristóteles. Mientras que el uso de los artefactos descansan sobre la concepción tecnológica propia del optimismo ilustrado, tal lo mencionado respecto al empirismo y a la saber popular.
Esto permite apreciar una nueva tensión que se suma a la existente a nivel del relato entre la palabra y la imagen. Es la que existe entre las actitudes sociales respecto a la tecnologías, entre las concepciones que sobre ella se percibe en sus usos y las que se expresan en sus relatos, en su concepción general.
* Ramón Adolfo Flores, Psicólogo social; Licenciado en Comunicación Social, Orientación Periodismo y Docente en la Cátedra de Teorías y Técnicas de la Actividad Grupal. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. UNLP.
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNCuyo. Centro Universitario - Parque General San Martín. CP (5500) - Mendoza. Fax: 061-381347. Tels: (061) 234393 / (061) 257701 [int. 2024]