LA ECONOMÍA JAPONESA EN PROBLEMAS 

Por  Carlos Aquino Rodríguez
Dr. en Economía
[Regresar]

Japón, la segunda mayor economía en el mundo después de los EE.UU. está en una etapa de recesión económica, que podría retrasar la recuperación económica de varios de los países asiáticos en problemas y crearía temores de una baja en la actividad económica a nivel mundial. El dilema que las autoridades japonesas tienen para reactivar su economía no es nada fácil de resolver, pues ya han agotado varios medios a su disposición para reactivarla y aparentemente no hay resultados. Esto, aunado a la devaluación de la moneda japonesa –el yen–, crea presiones a la baja en varias de las monedas del mundo y del mercado financiero internacional en general. Qué significa todo esto y qué implicancias podría tener para el Perú es lo que veremos en el siguiente artículo.

 

Cuadro N° 1 

Datos de la economía japonesa

Población 1997 125.7 millones de habitantes
Producto Bruto Interno (PBI) 1997 4,189,932 millones de dólares
Crecimiento promedio anual del PBI:

1960-69

1970-79

1980-89

1990-97

1997

1998*

10.4%

5.2%

3.8%

2.1%

0.9%

0.3%

PBI per cápita 1997 33,248 dólares
Exportaciones 1997 (FOB): 421,010 millones de dólares
Importaciones 1997 (CIF): 338,509 millones de dólares
Reservas Internacionales Netas*: 222,000 millones de dólares (febrero de 1998)

 

 

Cómo se originó la crisis económica en Japón

Los problemas económicos empiezan en Japón desde inicios de la década del 90, cuando los precios de las acciones y el valor del terreno empezaron a bajar, luego de que estos hubieran experimentado un alza impresionante durante la segunda mitad de los años 80. El índice Nikkei, que mide el valor promedio de las acciones más cotizadas en la Bolsa de Valores de Tokio, subió desde un valor de menos de 13,000 en el año 1985 a más de 39,000 en diciembre de 1989. Desde ahí empezó a bajar y al 12 de agosto de 1998 el índice Nikkei había caído a 15,500. Mientras tanto el valor del terreno se triplica en precio desde 1985 a fines de 1990 y desde ahí empezó a bajar, y ahora se encuentra a casi la mitad del valor de su precio pico a fines de 1990.

Al alza impresionante de los precios de las acciones y del valor del terreno durante la segunda mitad de los años 80 se le denominó el crecimiento de la "burbuja económica". La posterior caída del precio de las acciones y del valor del terreno configuró el rompimiento de la "burbuja económica", y ahora las acciones se encuentran casi a un tercio de su precio pico a comienzos de la década y el valor del terreno a la mitad del valor pico de comienzos de década. Esto ocasionó una presión deflacionaria en la economía japonesa, una pérdida del valor del capital y riqueza en empresas e individuos, y dejo deudas incobrables a las instituciones del sistema financiero japonés, que es una de las raíces de los males que aquejan a la economía japonesa.

Se calcula que las deudas incobrables del sistema financiero japonés ascienden a casi 600,000 millones de dólares (casi 14% de su PBI). Estas deudas incobrables se originaron principalmente de los prestamos que empresas e individuos se hicieron del sistema financiero para comprar acciones y terrenos cuyos precios se inflaban con la "burbuja económica". Ahora con el valor de estas acciones y del terreno en baja, su riqueza y activos se esfumaron y no pueden devolver el dinero usado en la compra de esos valores.

A lo anterior hay que agregar que la moneda japonesa se revaluó frente al dólar y otras monedas desde 1985 hacia delante. Ese año el precio promedio de la divisa japonesa, el yen, se cotizaba a 240 yenes por dólar. Esta tendencia alcista del yen continuo casi ininterrumpidamente hasta 1995 en el que alcanzo el valor promedio de 94 yenes por dólar. Desde esa fecha empezó a devaluarse el yen y al 12 de agosto de este año 1998, la divisa japonesa se cotizaba a casi 147 yenes por dólar, su más bajo valor en 8 años.

Entonces, frente a una baja en el precio de los activos y la riqueza (acciones y terreno), el consumo y la inversión de las familias y empresas disminuyen. También la revaluación del yen hasta 1995 encareció los productos japoneses y muchas de las empresas japonesas incrementaron sus inversiones en el extranjero. Frente a esta baja en el nivel de consumo y producción en la economía japonesa el gobierno ha intentado desde hace 5 años reactivar la economía a través del uso de una política monetaria y fiscal activa. Por el lado de la política monetaria el gobierno japonés a partir de 1993 comienza a relajar su oferta monetaria y desde setiembre de 1995 baja la tasa de descuento del Banco Central japonés (El Bank of Japan) a 0.5%, la más baja de su historia. Con capital abundante y barato se esperaba que las inversiones aumenten y la economía se reactive pero esto no ha sucedido como se planeaba. No sólo eso, el gobierno también a través de una política fiscal expansiva, de incremento del gasto publico y rebaja de las tasas impositivas, esperaba que la demanda se incremente pero esta tampoco ha aumentado en la magnitud de lo esperado. La primera semana de agosto de 1998, el nuevo gobierno del Primer Ministro Keizo Obuchi anunció otro paquete fiscal de más de 60,000 millones de dólares (entre rebaja de impuestos y aumentó del gasto del gobierno en obras publicas), que se suma a otro paquete anunciado en abril ultimo por 115,000 millones de dólares, y con esto viene a ser el quinto o sexto paquete fiscal anunciado en los últimos cinco años, pero sin aparentes resultados.

La no-reactivación de la economía japonesa y efectos en la economía mundial y el Perú

A pesar de tener una tasa de interés casi 0% y gastos del gobierno crecientes, las empresas no aumentan sus inversiones ni los consumidores incrementan su gasto. La economía japonesa no se reactiva. Se anunció hace dos meses que la economía japonesa decreció en el primer trimestre de este año, haciendo que el crecimiento económico en el año fiscal japonés 1997 (de abril de 1997 a marzo de 1998) sea negativo, esto es -0.7%, primera vez en más de 23 años que la economía decrece, desde que en 1974 la economía japonesa decreció también en -0.7 (esa vez por el "shock del petróleo", pues el precio del petróleo que Japón importa en su totalidad se había cuadruplicado en su valor).

La economía japonesa si no reactiva su consumo interno puede reactivarse con mayores exportaciones al resto del mundo. De hecho esto es lo que ha sucedido especialmente en los dos últimos años, ayudado por la devaluación de la moneda japonesa a partir de 1995. Pero las mayores exportaciones de Japón y la devaluación de su moneda crearán problemas a los demás países. Primero, las mayores exportaciones japonesas creara problemas a sus socios comerciales como los EE.UU, que verían aumentado su déficit comercial con Japón. También la devaluación de la moneda japonesa hará más baratas las exportaciones del país nipón, compitiendo con los países asiáticos, especialmente con los productos de Corea del Sur (como en los automóviles y artefactos electrodomésticos) y de esta forma retrasara la recuperación de estos países asiáticos que tienen que aumentar sus exportaciones para poder recuperarse de su postración económica. También la devaluación de la moneda japonesa hará más caros los productos extranjeros en Japón y este disminuirá sus compras del exterior, perjudicando también las exportaciones de los países como los asiáticos que esperan exportar más a Japón.

De esta forma la economía japonesa a pesar de sucesivos paquetes fiscales no muestra signos de recuperación. Puede recuperarse a través de mayores exportaciones pero esto perjudica a otros países. Para evitar la devaluación de su moneda puede hacer dos cosas. Subir su tasa de interés y de esta forma hacer más atractivo la tenencia de su moneda, o intervenir en el mercado de divisas usando sus Reservas Internacionales (comprando yenes y vendiendo dólares). El dilema de las autoridades japonesas es que en un ambiente de baja actividad económica no puede subir su tasa de interés, y por otro lado intervenir en el mercado de divisas (ya lo hizo a fines de junio último junto con EE.UU. cuando compro yenes y vendió dólares) tiene un efecto sólo pasajero, como se vio ahora que el yen otra vez está ante una presión a la baja de su valor. La baja del yen también presiona a la devaluación de la moneda de China que hasta ahora ha resistido las presiones devaluatorias en Asia. Si China devalúa su moneda (para mantener la competitividad de sus productos), habrá otra ronda de devaluaciones en Asia y más turbulencia en los mercados financieros mundiales.

En este ambiente, la baja en la actividad económica japonesa y la devaluación del yen, al hacer que compre menos productos de los países asiáticos, impide que Japón cumpla el rol de locomotora de la recuperación económica de los países asiáticos, retrasando la recuperación económica de estos. Japón debe importar más, como lo ha venido haciendo hasta ahora. Japón importo en 1985 por un valor de 129,000 millones de dólares, en 1997 importo por 338,509 millones de dólares.

El efecto de la baja actividad económica japonesa en la economía mundial se hará sentir si esta baja se prolonga y Japón no se recupera pronto. Japón es la segunda mayor economía del mundo y su postración económica puede hacer bajar el crecimiento económico del planeta. Para un país como el Perú, que en 1997 dirigió el 7.02% del total de sus exportaciones a Japón, la no-reactivación económica de Japón hará que nuestras exportaciones a ese país disminuyan.

El mundo espera que el nombramiento reciente del Primer Ministro japonés, Keizo Obuchi, y de su Ministro de Finanzas, Kiichi Miyazawa, haga que Japón tome las medidas necesarias para reactivar su economía. Miyazawa tiene amplia experiencia en el gobierno (y la economía) del país pues ha sido Ministro de Finanzas hacia fines de la década del 80 (cuando se formó la "burbuja económica") y Primer Ministro en los primeros años de esta década de 1990 (cuando esta "burbuja" comenzó a desinflarse). Japón debe resolver el problema de las malas deudas de su sistema financiero (con la inevitable desaparición de algunas instituciones insolventes), abrir más su mercado a la competencia externa, y sobre todo infundir confianza de que el país nipón realmente tomará las medidas necesarias para sanear su economía y contribuir así a la rápida recuperación de los países asiáticos y la estabilidad de la economía mundial.


Artículo a publicarse en el Boletín de la Cámara de Comercio e Industria Peruano Japonesa
Setiembre - Octubre, 1998.
Lima, Perú.

Inicio
Ir a Actividad
Académica
 
Ir a la Página
Principal
 
Libros
Publicados