ENTREVISTA al economista Carlos Aquino
Agroindustria: una oportunidad floreciente
Abriendo surcos para la exportación
Es obvio que la exportación es un sector muy importante en el país. Sobre todo si consideramos que el Perú posee dos problemas graves que afligen su economía: insuficiencia de ahorro interno y desempleo. Sin embargo, no basta el deseo de colocar nuestros productos en el exterior, pues la maquinaria que mueve los engranajes de la exportación es muy compleja. Por ese motivo, entrevistamos al doctor Carlos Aquino Rodríguez, catedrático del departamento de Economía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, experto en comercio internacional y doctorado en la Universidad de Kobe, Japón.
En primer lugar considero que tenemos suficientes materias primas, pero el más difícil inconveniente son los precios fluctuantes. Sin embargo, los precios de los productos manufacturados se mantienen en el tiempo.
Bueno, en un mundo tan globalizado, donde existe una gran competencia entre productores de todo el mundo, es importante tener en cuenta varias consideraciones previas. Primero, no podemos competir en mano de obra barata. Por citar un ejemplo, los obreros chinos cobran la tercera parte que sus similares peruanos. Sin embargo, creo, nuestro país debería aprovechar en exportar las ventajas comparativas que posee. En el ramo textil, hablamos del algodón pyma; y, en el ramo de minerales, algunos productos procesados del oro, cobre y plata. También el pescado y las frutas en conserva.
Como primera etapa sí. Tal es el caso de Europa, Asia y Estados Unidos, países que requieren de muchos productos alimenticios durante el invierno; por ello, debemos exportar los alimentos que tienen mayor demanda en el mundo. Algo de ello se hace actualmente con la producción de espárragos por parte de productores peruanos. Casi toda su producción es para el mercado internacional. Pero aún quedan demasiados productos agroindustriales que podrían exportarse. No olvidemos que nuestro país posee una constante variedad climática durante todo el año; lo cual es una ventaja enorme. Chile, por ejemplo, produce una notable variedad de productos, pero en invierno no logra alcanzarlos mismos niveles de producción. Y eso mismo sucede en casi todo el mundo.
El kiwi, hace 20 años, era una fruta totalmente desconocida en Chile y los empresarios observaron una gran demanda de ese producto en muchos países; entonces, decidieron introducirlo. El siguiente paso fue lograr conocer los canales de exportación. Para ello se asociaron con importadores de diferentes países. Además se formaron las fundaciones Chile y Pro Chile, (que actúan como Prompex y PromPerú) dos entidades que si bien es cierto pertenecen al Estado, también cuentan con la participación de empresarios privados, quienes al mismo tiempo contribuyen al sostenimiento de dichas instituciones. Ellas se encargan de realizar la promoción de sus productos en todo el mundo, previo análisis de prioridades.
En principio, establecer reglas de juego claras. El problema de
las tierras todavía no está definido. Además, esto
debe ir acompañado de una ley de aguas. Asimismo, debe definirse
la situación legal de las cooperativas.
¿Se les venderá a sus trabajadores? ¿Se beneficiará
a quienes se perjudicaron durante la época de la reforma agraria?
Hoy en día, muchas cooperativas están quebradas, a pesar
de que años atrás fueron bastante rentables. Pero nadie sabe
si las van a vender, a qué precio, ni de qué forma. Luego
de haberse solucionado lo anterior, lo segundo es el acceso al crédito.
Está absolutamente demostrado que la primera etapa de desarrollo
de la agricultura no es muy rentable –salvo una que otra excepción–
para la banca privada. En cualquier país desarrollado (como Estados
Unidos o Japón) el gobierno ha intervenido para apoyar la agricultura.
Ya sea a través de la creación de un banco, mediante leyes
de subsidios, apoyo en la compra de semillas, fertilizantes, insecticidas,
eliminación de aranceles para la compra de maquinaria, apoyo técnico,
con los famosos "precios de apoyo", sistemas de protección
de productos, etcétera.
Pero si no existe un ordenamiento legal que, obviamente, sirva de garantía
frente a la entidad bancaria, no se desarrollará la agricultura.
Por consiguiente, si queremos exportar al mismo nivel que otros países,
primero debe definirse el problema legal, además de los que ya he
mencionado.
Entrevista aparecida en
el Diario El Comercio,
en su suplemento especial "Comercio Exterior"
el 29 de Enero de 1999.
Lima, Perú.
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