PYMES: Experiencia asiática
y lecciones para el Perú

Por  Carlos Aquino Rodríguez
Dr. en Economía
[Regresar]

El desarrollo de la pequeña y mediana empresa es importante para un país, especialmente porque es el sector que más crea empleo, a bajo costo. Esto es importante para el Perú, donde la falta de empleo es uno de los mayores problemas de la economía. En este articulo se verá, a partir de la experiencia japonesa, la necesidad de apoyar el desarrollo de la pequeña y mediana empresa y cómo se puede hacer esto para nuestro país.

Necesidad de la promoción de la pequeña y mediana empresa

En 1993 el Banco Mundial publicó un libro sobre la experiencia asiática de desarrollo titulada "El milagro del Asia Oriental: Crecimiento Económico y Políticas Gubernamentales". En este libro el Banco Mundial trata de explicar el rápido desarrollo económico que los países de dicha región alcanzaban a través del análisis de algunas políticas que los gobiernos habían tomado para hacer posible este desarrollo. En el libro se mencionan y reconocen las políticas intervencionistas en el mercado que los gobiernos habían tomado, en contraposición a la creencia de muchos que hasta ese momento decían que el desarrollo económico en Asia había sido el resultado del libre juego de las fuerzas del mercado.

En 1994 salió una traducción al idioma japonés del libro del Banco Mundial. En esta obra al japonés aparece la opinión del responsable general de la traducción, quien menciona que la obra del Banco Mundial fue escrita como resultado que el gobierno japonés había hecho notar al Banco Mundial (y al FMI) que en sus análisis del desarrollo económico en Asia estas instituciones desconocían el rol de los gobiernos en el desarrollo económico de esa región. Especialmente se desconocía que el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (fundamental en el desarrollo económico de muchos de estos países) había sido llevado a cabo gracias, en parte importante, al financiamiento a bajas tasas de interés que recibieron de los gobiernos de la región (fundamental en el caso de Japón). En resumen, el libro se hizo para remediar el desconocimiento que el Banco Mundial y el FMI tenían sobre el desarrollo económico de la región y para que en sus recomendaciones de política económica, no ignoren el rol que la pequeña y mediana empresa (PYMES) tienen que cumplir. De esta forma estas instituciones no se opondrían (como siempre lo habían hecho) a que los gobiernos den apoyo a las PYMES con tasa de interés más bajas que el promedio imperante en el mercado, ignorando uno de los mecanismos importantes para el desarrollo de las PYMES.

En Japón las PYMES tienen una gran participación en la actividad económica del país ya sea en términos de empleo y producción. Por ejemplo, si nos fijamos en el sector manufacturero, la participación de la pequeña y mediana empresa en el total de la producción fue del 54.6% en 1955, del 52% en 1980 y 51.8% en 1991. Por el lado del empleo, la participación fue del 73.5% del total en 1957 y del 74.3% en 1981. Si nos fijamos en las exportaciones, veremos que en 1997 el 25% de las exportaciones de productos industriales en Japón provinieron de la PYMES (los datos y estadísticas de este artículo provienen principalmente de: Komiya, Okuno y Suzumura "Industrial Policy of Japan", 1988; Keizai Koho Center "Japan 1995 - An International Comparison", diciembre 1994; JETRO "Nippon 1998, Business Facts and Figures", junio 1998)

En Japón la mediana empresa se define como aquella que emplea menos de 300 trabajadores o una capitalización de menos de 100 millones de yenes, la pequeña empresa, aquella que emplea menos de 20 trabajadores (definición de 1983).

La racionalidad de una política de promoción de las PYMES esta dada por el hecho de que hay imperfecciones existente en los mercados de: trabajo, de dinero, de bienes e información. En el mercado laboral, se dice que para las PYMES es más difícil que puedan obtener trabajadores calificados, pues estos preferirán grandes empresas que pueden brindarles entrenamiento en el trabajo, y así tenderán a quedarse más tiempo en ellas. En el mercado de dinero, es difícil para las PYMES obtener financiamiento ya sea a través de emisiones de acciones o bonos, o en el banco, donde las tasas de interés son altas para las PYMES, pues el volumen de transacciones de estas son bajas y el riesgo asociado con ellas es mayor. En el mercado de bienes, las PYMES están en desventaja frente a las grandes empresas, ya sea como vendedores o compradores de bienes (pues las PYMES venden y compran poco) o las grandes empresas pueden abusar de su poder de vendedor o comprador frente a las PYMES. Finalmente, en el mercado de la información, debido a las economías de escala, o a las limitaciones en la formación de recursos humanos, o de financiamiento, las PYMES no pueden conseguir o internalizar la información, por ejemplo, obtenida a través de actividades de investigación y desarrollo, que otras grandes empresas sí están en capacidad de hacerlo por su cuenta. Por todo lo anterior, se justifican políticas para aliviar estas imperfecciones en los diversos mercados. Estas políticas incluirán subsidios para la formación de recursos humanos, medidas especiales para la provisión de financiamiento y la provisión de información.

El gobierno en Japón, en ese sentido, ayudó a la pequeña y mediana empresa, por ejemplo, mediante el financiamiento a través de instituciones que estableció para ello. Así, se establece en 1949 la Peoples's Finance Corporation para dar préstamos a las pequeñas empresa y en 1953 la Small Business Finance Corporation fue creada para dar préstamos a mediano plazo. Estas instituciones se añadieron al ya existente Central Bank of Commercial and Industrial Cooperatives. Un programa de crédito fue establecido con la Credit Guarantee Corporation Law de 1953 para reforzar la provisión de créditos a las PYMES, y el Credit Insurance Program de 1950 para garantizar los préstamos de las Asociaciones de Garantías de crédito.

En el lado organizativo, en 1949 fue establecido la Small and Medium Enterprises Cooperative Association Law y en 1952 el Small and Medium Enterprises Stabilization Law, para evitar la quiebra de PYMES en problemas y limitar la competencia de empresas más grandes con ellas.

Las medidas tomadas por el gobierno para ayudar a financiar las PYMES pueden ser evaluadas tomando en cuenta, por ejemplo, que el financiamiento del gobierno llegó a representar el 29% del total de la financiación del capital fijo de las PYMES en 1960 y el 20.1% en 1980, o el 5.2% del total del capital de trabajo en 1960 y el 10.3% del total en 1980.

Un aspecto peculiar en Japón es el rol que las empresas subcontratistas juegan en el proceso productivo del país. Por ejemplo, se dice que las grandes empresas manufactureras como las automovilísticas tienen a miles de PYMES que son subcontratistas para diversas partes y piezas de un automóvil. De hecho el 65.5% de las PYMES en 1981 eran subcontratistas (en 1966 lo eran el 53.3% del total). De las PYMES subcontratistas, el 80% son empresas muy pequeñas (menos de 10 trabajadores). El sistema de subcontrata tiene ventajas para las grandes empresas, pues éstas, al subcontratar una parte importante de las partes y piezas, no tienen necesidad de utilizar recursos para hacer estos por sí mismas. Además, obtienen bienes en forma estable, de la necesaria calidad, en el tiempo y cantidad requeridos, usando las facilidades de producción y la tecnología especializada de las subcontratistas. Para las PYMES, el ser subcontratistas les asegura tener un negocio estable y obtener la guía y asistencia de la empresa "madre". Además, las subcontratistas al tener una relación de largo plazo pueden acumular tecnología, conocimientos y facilidades especializados, y serán capaces de responder en forma adecuada a las demandas de las compañías "madres" por calidad y cantidad en el tiempo requerido.

De hecho, las subcontratistas tienen que responder a las demandas de las compañías "madres", sino corren el peligro de ser desechadas. El gobierno japonés en 1956 promulgó una ley para evitar el abuso de la posición dominante en las transacciones de las compañías madres sobre sus subcontratistas.

Por el lado de la provisión de información, justamente la relación de las PYMES subcontratistas con las empresas "madres" ha sido útil para que las primeras puedan absorber información relevante para adquirir tecnología moderna. La relación de subcontrata permite a las PYMES que la labor de investigación y desarrollo de las empresas "madres" para tener la ultima tecnología, ayude a las primeras a aumentar su productividad, en beneficio de ellas mismas y de las empresas "madres" para la cual trabajan.

 

La promoción de la PYMES en el Perú

En el caso del Perú, como se mencionó, se necesita que las PYMES se desarrollen para que absorban la ingente mano de obra desempleada en el país. No sólo eso, para que nuestra industria nacional se desarrolle, se necesita que las PYMES actúen en cooperación con la gran industria, en forma de subcontrata, proveyendo de partes y piezas, importante para el desarrollo de la gran industria. ¿Qué se necesita hacer?

 

  1. Financiamiento a bajo costo. Por lo anotado anteriormente, las PYMES están en desventaja para obtener financiamiento en los bancos. Se requiere entonces que el gobierno a través de COFIDE, MIBANCO, y otras instituciones, maneje recursos y los priorice hacia este sector. El reciente anuncio del gobierno de destinar 1,000 millones de dólares para aliviar la situación financiera de las empresas se espera pueda ser en parte dirigida a las PYMES.
  2. Asegurar el mercado para los productos de las PYMES. El país necesita asegurar el mercado interno para los productores nacionales, especialmente frente a la competencia desleal (dumping, subvaluación, etc.) de las importaciones. Hay que hacer uso de las medidas que están disponibles para defender el mercado interno nacional para las PYMES (uso de las cláusulas de salvaguarda por ejemplo).
  3. Política de compras del Estado. El Estado debe dejar de privilegiar el comprar de productores extranjeros, cuando en el país hay productores nacionales como las PYMES que pueden ofrecer los mismos productos a precios competitivos.
  4. Se debe de reactivar la Bolsa de Subcontrata, para que las grandes empresas y las PYMES puedan establecer relaciones de beneficio mutuo (como la experiencia japonesa lo demuestra).

 


Artículo publicado en el Diario El Peruano
el 12 de Marzo de 1999.
Lima, Perú.

Inicio
Ir a Actividad
Académica
 
Ir a la Página
Principal
 
Libros
Publicados