Los primeros tres capítulos de la Biblia (Génesis 1, 2 y 3) nos relatan cómo el pecado entró en este mundo; y los últimos tres capítulos de la Biblia (Apocalipsis 20, 21 y 22) nos dicen cómo el pecado será quitado de la tierra. Los capítulos que hay entre medio nos explican cómo Dios se relacionó con esta terrible tragedia.
El castigo del pecado es la muerte, según Romanos 6:23. El terrible cáncer del pecado no podía ser tolerado, o de otra manera pondría en peligro el universo. La supertragedia del pecado consistió en que cuando Adán y Eva desobedecieron, el pecado pasó a todo el género humano, y así todas las personas, desde aquel tiempo hasta ahora, hacen frente a la pena de muerte.
Así el cielo se vio confrontado repentinamente con un horrible dilema: o el pecado debía ser excusado y tolerado (poniendo en peligro así al universo) o de otra manera todos los habitantes del planeta tendrían que morir. Pero Dios rechazó ambas opciones. El no podía soportar el pensamiento de la separación de sus hijos terrenales, a quien él amaba entrañablemente; ni tampoco permitiría que el mortífero virus dominara el universo.
En cambio, en un acto que entrañaba un riesgo y un amor increíble, resolvió enviar a su propio Hijo (quien es el mismo Dios) al mundo a morir en tu lugar y en el mío. Nuestros pecados y nuestra pena de muerte fueron colocados sobre él y nosotros fuimos liberados.
Apocalipsis 14:6 llama a este plan el "Evangelio Eterno". La palabra "evangelioo" significa "buenas nuevas". Y por cierto, el bendito plan de Dios para salvarnos constituye buenas nuevas: Increíblemente buenas noticias para tí y para mí y para toda persona que habita este planeta. Vamos a estudiar ahora la ciencia eterna del gran plan divino de salvación.
EL APOCALIPSIS REVELA EL AMOR DE DIOS
En Apocalipsis 2:10 Jesús ofrece la corona de vida a cada uno de sus fieles seguidores. Felizmente, por medio de Jesús nuestro Salvador, todos nosotros podemos recibir este regalo maravilloso de la vida eterna. Ahora se presenta una pregunta importante: ¿Qué debo hacer para recibir los beneficios del sacrificio de Cristo?
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Nota: Todos los que se salvaron desde la caída del hombre fueron salvados por la sangre de Jesús, Hech. 4:12. Los creyentes durante la época del Antiguo Testamento aceptaron la sangre de Cristo al esperar por fe la cruz. Nosotros aceptamos la misma sangre mirando por fe a la cruz.
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Nota: Jesús no solamente murió por los pecados de su pueblo, sino por los pecados de todo el mundo.
Véase 1 S. Juan 2:1,2.
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Nota: Isaías 53 es una profecía conmovedora de los sufrimientos de Jesús y de su muerte.
8. ¿Por qué hizo Dios tal sacrificio por nosotros? Juan 3:16; Apoc. 1:5
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JESUS NUESTRO SALVADOR
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Nota: La confesión incluye dejar de pecar. Proverbios 8:13
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Nota: El "arrepentirse" significa tener un cambio de mente. El "convertirse" significa dar una vuleta completa. El arrepentimiento entraña un cambio de actitud hacia Dios, hacia uno mismo y hacia los demás. La conversión significa una vuelta en U en la senda de la vida.
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Nota: ¿Por qué? Porque cuando nacemos de nuevo desaparece el pasado. En ocasión de la conversión, la persona es limpiada del pecado y empieza totalmente como una criatura recién nacida, con Cristo en su vida.
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Nota: Jesús me da (1) un corazón deseoso y luego añade (2) el poder o la capacidad para hacer su voluntad.
JESUS NUESTRO SEÑOR
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Nota: Puedo estar confiado, porque mi salvación descansa sobre el poder y la capacidad de Dios, y no sobre los míos.
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Nota: Jesús debe ser coronado tanto como Salvador como Señor de nuestra vida. Muchos quieren a Jesús como Salvador pero no como el Señor. Un cristiano que ha nacido de nuevo seguiría a Jesús por dondequiera que él lo guíe.
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Nota: Somos salvados por la gracia de Dios por medio de la fe. Efesios 2:8,9. "fe" significa que yo acepto la salvación y reclamo su cumplimiento en el acto porque Jesús me lo prometió, y no porque yo sienta o vea algo diferente.
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Nota: Todos tienen una fe inicial. Rom. 12:3. Fortalecemos nuestra fe estudiando la Palabra de Dios. Esto es, por supuesto, uno de los propósitos básicos de este seminario.
Nota: La gran diferencia es que después de la conversión realmente tendré el deseo de hacer lo que Dios quiere en mi vida. Anhelaré que su Espíritu me guíe. Rom. 8:9,14.
de nuestra salvación?
Nota: Jesús suple el poder, los milagros, el amor, el perdón y la gracia para mi salvación. Todo lo que necesito, él me lo da gratuitamente.
Es increíble que algunos de nosotros que estudiamos este seminario de revelaciones dejemos de aceptar la oferta milagrosa de Jesús para perdonarnos, limpiarnos y restaurarnos a su imagen. Jesús está ansioso de obrar milagros en favor de cada uno de nosotros.
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