

El Dogo de Bordeaux se
introdujo por su fuerte mandibula, su potente cabeza y su gran
valor.
El encargado de transmitir la más
amplia y poderosa mordida, fue el rechoncho y musculoso Dogo de
Burdeos, quizá no muy puro, que proporcionó don Nicolás
Milkelevich, que en la Falda de Cármen, lugar cercano a Alta
Gracia, era encargado de un campo perteneciente al Dr. Antonio
Nores (padre).
Si de la pureza de sangre se podía
tener algunas dudas, no así de su tipo y de la capacidad de
lucha contra los pumas de la que hizo gala reiteradamente.
Sobre este cruzamiento no se insistió
en demasía, pues el creador de la raza no le gustaba la
tonalidad amarillenta que transmitía el pelo y que era muy
difícil de eliminar.
Sin embargo, también se usó un
descendiente de ese perro fruto del cruzamiento con una perra
Bull Terrier que el mismo Milkelevich proporcionó a los
creadores.
Para saber más sobre esta raza ...
