Notisex. N° 11. 18 de Mayo de 1999


Bullet1.gif (898 bytes) Riesgo de cáncer por píldora anticonceptiva estaría subestimado

Fuente: CNN en español 20/04/99

 

LONDRES (Reuters) -- Los investigadores podrían estar subestimando los riesgos de que una mujer desarrolle cáncer de seno tras un uso continuado de píldoras anticonceptivas, advirtió el martes un médico británico. Una reciente revisión de cerca de 54 estudios sobre las relaciones entre la píldora y la enfermedad halló que el ligero incremento de las posibilidades de contraer cáncer de seno desapareció 10 años después de que las mujeres dejaron de tomar la píldora.

Pero el profesor Klim McPherson, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, dijo que el hallazgo podía llevar a equívocos por el tiempo que se necesita para que la enfermedad se desarrolle. "Es realmente demasiado pronto para decir si la píldora, cuando es tomada por mujeres jóvenes, produce cáncer de seno más tarde", dijo en una entrevista telefónica.

La mayoría de los estudios sobre el asunto fueron hechos en las décadas de 1970 y 1980, cuando el uso de la píldora por las mujeres jóvenes antes de su primer embarazo no era tan común como en la actualidad. Las mujeres que usaron la píldora por períodos prolongados antes de su primer embarazo tampoco fueron seguidas durante 15 ó 20 años para determinar si la píldora conduce a la enfermedad, algo que podría ser crucial para interpretar los riesgos.

"Concluir que (la píldora) no produce efectos perjudiciales a largo plazo podría ser prematuro y podría privar también a los nuevos estudios de un posible efecto importante", comentó en un editorial en la publicación The Journal of Epidemiology and Community Health.

Las mujeres que tienen su primer hijo más tarde en la vida tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad por su prolongada exposición a los estrógenos, una hormona femenina natural.

"Tener un retraso en el primer embarazo incrementa el riesgo", dijo McPherson. "Hay una excesiva complacencia respecto a la píldora y el cáncer de seno. Hay una creencia por ahí fuera que asegura que no hay efecto alguno. Mi visión es que se trata de una afirmación prematura".

Los estudios han demostrado que tomar la píldora tras el primer embarazo no conduce al cáncer de seno, pero se sabe muy poco sobre sus efectos a largo plazo sobre las mujeres jóvenes sin hijos.

"No hay muchas pruebas sobre los efectos a largo plazo de tomar la píldora antes de un primer embarazo, por lo que es prematuro inferir cualquier efecto sobre el cáncer de seno, bueno, malo o indiferente", agregó.


Bullet1.gif (898 bytes) Tomar anticonceptivos a los 40 años reduce el riesgo de fractura de cadera

Fuente: Periódico El Mundo, Suplemento Salud N° 342, 09/05/99

Las cerca de 77 millones de mujeres que, actualmente, y en todo el mundo consumen anticonceptivos orales para evitar quedarse embarazadas, no sólo tienen menos riesgo de cáncer de ovario y de endometrio, de enfermedad pélvica, de padecer un embarazo ectópico y sufren menos dolor menstrual, sino que, además, están protegiendo sus huesos de posibles fracturas.

Si el consumo de estrógenos, la terapia hormonal sustitutoria (THS), ayuda a prevenir la pérdida de masa ósea que acompaña a la menopausia, el uso de estas hormonas, en forma de anticonceptivos orales y antes de la pérdida de la menstruación, puede tener también algún efecto sobre la densidad de los huesos.

Partiendo de esta hipótesis, un equipo de científicos suecos ha llevado a cabo una investigación, publicada en el último The Lancet, con la que se confirma que las mujeres que consumen la píldora en edades más tardías (tras los 40 años) tienen un 25% menos de riesgo de sufrir fractura de cadera en comparación con las que nunca la han tomado.

Los autores recopilaron todos los casos de fracturas de cadera que se produjeron entre octubre de 1993 y febrero de 1995 en mujeres suecas de entre 50 y 81 años. Finalmente, los científicos eligieron a 1.327 mujeres que fueron comparadas con un grupo control de 3.312 mujeres.

Datos como el uso de hormonas (THS o píldora), la dieta, práctica de ejercicio, consumo de tabaco, edad de inicio de la menopausia, peso, número de hijos y la historia médica fueron recopilados para el trabajo.

También se valoró el tipo de anticonceptivos consumido, el tiempo de uso y la última vez que se empleó el método. Los anticonceptivos fueron clasificados según la dosis de estrógenos. Entre los más elevados estaban los que contenían 50 mg o más de linestrol (estrógeno), y los catalogados como menores son los que poseían una dosis de la hormona menor que ésta. Un mayor número de mujeres del grupo control (565) señaló haber consumido anticonceptivos en comparación con el grupo analizado (130). Asimismo, más participantes (562) del control habían utilizado la THS en comparación con las del otro grupo (120).

LA EDAD. El tiempo medio de consumo de la THS fue similar en ambos grupos: 72, 2 meses en el control y de 71, 6 en el grupo de estudio, así como el de ingesta de la píldora (21,1 años y 20, respectivamente). «Tomar la píldora tras los 40 años está asociado con una reducción en el riesgo de padecer una fractura de cadera. Su uso antes de los 30 no afecta de forma significativa a este riesgo, mientras que haberla consumido entre los 30 y los 40 años confiere una modesta reducción del mismo. Además, esta protección sólo se produce en mujeres sanas», concluyen los autores.

Los investigadores sugieren que la prescripción de la píldora podría ser una opción preferente en las mujeres cercanas a la menopausia y tienen periodos menstruales irregulares. Insisten, también, en que los efectos beneficiosos de la píldora se limitan a las dosis estudiadas en el trabajo, por lo que no pueden extrapolarse a los nuevos anticonceptivos, que suelen contener dosis diarias de entre 20 y 30 mg de linestrol, solamente.


Bullet1.gif (898 bytes) Dudas sobre los estrógenos y la mente

Fuente: Periódico El Mundo, Suplemento Salud N° 342, 09/05/99

La posibilidad de que el uso de estrógenos (la terapia hormonal sustitutoria) en la menopausia ayude a retrasar el deterioro de las habilidades cerebrales que se produce con la edad o reduzca el riesgo de Alzheimer acaba de ser puesta en entredicho en un nuevo estudio publicado en el último Journal of the American Geriatrics Society. El trabajo, realizado por científicos de la Universidad de Pittsburgh, comparó el uso pasado y presente de los estrógenos con los resultados de una serie de pruebas cognitivas en cerca de 10.000 mujeres de 65 años o más. Todas las participantes fueron divididas según la edad y el nivel de educación. El estudio demuestra que las mujeres que normalmente usan la THS o la utilizaron en el pasado obtenían mejores resultados en las pruebas que las que nunca habían usado estrógenos. Sin embargo, cuando volvieron a realizar los exámenes a los cuatro o seis años, todos los grupos mostraban un declive intelectual similar. Los autores sugieren que las mujeres con un mejor nivel educativo tienen un menor deterioro de sus funciones cognitivas y además usan más la THS.


Bullet1.gif (898 bytes) Para la detección del cáncer de cuello de útero

Fuente: Periódico El Mundo, Suplemento Salud N° 342, 09/05/99

Científicos suecos acaban de demostrar que existe una fórmula eficaz para detectar precozmente las lesiones intraepiteliales escamosas de alto grado (HSLI) del cuello de útero en las mujeres que obtienen un diagnóstico citológico confuso: la prueba de ADN del virus papiloma humano. Sólo en EEUU, cada año, las muestras citológicas de entre dos y tres millones de mujeres obtienen un resultado equívoco. Aunque en la mayoría de los casos el diagnóstico final es benigno, entre un 10% y 15% de las pruebas es calificada a la larga como HSLI. El último número del JAMA publica un estudio que demuestra que esta prueba de ADN es eficaz a la hora de detectar los casos de HSLI en las pruebas confusas y evitaría los costes y la ansiedad que genera para las mujeres someterse a repetidas citologías o a una colposcopia para descartar la existencia de un cáncer de cuello de útero incipiente.


Bullet1.gif (898 bytes) ¿Un mal femenino?

Fuente: La Nacion 12/05/99

Por Gabriela Navarra

Debido a tradiciones y pautas culturales, en los países en desarrollo aumenta el contagio de las mujeres en edad gestacional

 

RIO DE JANEIRO.- Mientras algunos cariocas aprovechan la hermosa mañana de otoño para hacer surf en las cálidas aguas del Atlántico, Glenda Gray, una médica sudafricana de 36 años, desgrana frente a un nutrido auditorio de colegas norteamericanos, europeos y de América latina el sombrío panorama de su país frente a la epidemia de SIDA. En una población de 37 millones, la mayoría negra, casi el 25 por ciento está infectado, y la mitad son mujeres en edad gestacional. Cada día nacen 3 nuevos bebes enfermos y más del 60 por ciento de las muertes infantiles se atribuye a la epidemia. La transmisión perinatal en Sudáfrica oscila entre el 30 y el 42 por ciento.

La doctora Gray fue una de las expositoras del simposio Paradigmas de atención, una puesta al día acerca de las alternativas terapéuticas frente al SIDA, organizado por la Bristol-Myers Squibb Company. Una de las problemáticas analizadas durante la reunión fue la situación de las mujeres frente al HIV. Las estadísticas muestran claramente que el grupo más golpeado por la pandemia es el de las mujeres en edad gestacional y de bajos recursos económicos y educativos. Esta es la tendencia general, pero se siente con mucho más dramatismo en los países no desarrollados, ya que allí vive el 95 por ciento de las personas infectadas. La marcha de la epidemia en la Argentina la pone cada día más cerca de los países más castigados.

La cantidad de mujeres infectadas pone en grave riesgo a su descendencia, ya que la mayoría del 1,2 millón de niños HIV positivos que viven en el mundo se contagió por vía vertical.

El peso de la tradición

La doctora Glenda Gray, directora de la Unidad de Investigación de HIV Perinatal del Hospital Baragwanath, en Soweto, Sudáfrica, explicó a La Nación que la epidemia creció dramáticamente en los últimos 6 años, cuando el nuevo gobierno dejó la campaña para controlar el SIDA en último lugar.

"La enfermedad es un estigma -dijo la joven médica-. Hay mucha discriminación. En mi país el contagio es por vía sexual, y tener SIDA es admitir que se mantienen relaciones sexuales. Ni el gobierno ni las tribus, de mentalidad muy conservadora, quieren hablar de la sexualidad. El problema es que en mi país no se entregan drogas porque la ministra de Salud sostiene que los estudios que demuestran los beneficios de las drogas son pagados por las multinacionales. Además, por una cuestión cultural, las mujeres, que son el grupo más débil, no hablan de sexo."

Jóvenes y negras

Por otro lado, la doctora Kathleen Squires, directora de un servicio especializado en mujeres de la Universidad de Alabama en Birmingham, Alabama, Estados Unidos, y el doctor Mark Kline, profesor de pediatría del Baylor College of Medicine de Houston, Texas, explicaron que en su país la epidemia afecta más a las mujeres negras jóvenes. Generalmente las contagian sus maridos o compañeros, que suelen ser adictos a drogas inyectables.

"Algunas desean separarse, pero como suelen ser pobres y con hijos, no tienen los medios para hacerlo -explicó Squilari-. Sería importante encontrar nuevos medios de prevención para que las mujeres se protejan, controlando la situación: familiarizarlas más con el preservativo femenino, ya que culturalmente es difícil pedirle al compañero estable que use uno, y desarrollar espermicidas más potentes para disminuir el riesgo de infección."

-¿Las mujeres cumplen sin dificultades tratamientos que a veces suponen más de 15 comprimidos diarios?

-Muchas son muy jóvenes, poco educadas y no demasiado interesadas en su infección. Se hace complicado cumplir con la medicación cuando trabajan fuera de la casa. Por eso, un desafío es encontrar esquemas terapéuticos para que tomen las pastillas en el hogar.

-¿Las personas sin recursos acceden fácilmente a las drogas?

-Sí. Siempre existen alternativas para que consigan la medicación.

-En cuanto a la transmisión perinatal, ¿cuáles son los logros?

-Kline: Sin medicación, el riesgo de transmisión es de un 20 a un 30 por ciento. Ahora administramos el cóctel y la transmisión disminuyó a menos del 2 por ciento.

-¿No hay riesgos para el bebe?

-Algunos estudios sugerían que podía aumentar la prematurez, pero no lo hemos detectado.

-¿Cómo se trata al recién nacido?

-Durante las 6 primeras semanas se le da AZT. Luego, si se confirma la infección, comenzamos con el cóctel, que los bebes toleran muy bien.

-¿Todas las embarazadas se realizan el test de HIV?

-Sí, existe una ley que lo prevé. Las únicas que pueden seguir adelante la gestación sin hacerlo son las inmigrantes y aquellas que no reciben cuidados prenatales. Pero, afortunadamente, son pocas.

 

En la Argentina

Se calcula que en nuestro país hay una mujer infectada cada 3 o 4 hombres y la proporción tiende a igualarse. La edad promedio femenina es de 24 años. El grueso de la población infectada es de bajos recursos y vive en el conurbano bonaerense.

El Ministerio de Salud y Acción Social sólo publica los casos que han desarrollado la enfermedad del SIDA (14.289 hasta marzo último) pero no la proporción de personas infectadas con el virus, que es un número mucho mayor: entre 100 mil y 130 mil, según la Fundación Huésped.

De los aproximadamente 16.000 partos anuales en La Matanza, Merlo, Moreno y Rodríguez, todas localidades del Gran Buenos Aires, el 2 por ciento de las embarazadas es HIV positivo. Existen trabas para la implementación del protocolo que prevé medicar a las gestantes durante el embarazo y el parto: faltan controles prenatales y suficiente cantidad de laboratorios que realicen la prueba de detección del virus. Así, menos del 50 por ciento de las embarazadas recibe, de hecho, tratamiento.


Bullet1.gif (898 bytes) La terapia de la menopausia por vía intranasal es eficaz y se tolera bien

Fuente: Periódico El Mundo, Suplemento Salud N° 342, 09/05/99

Ya no queda ninguna fórmula por ingeniar. La necesidad de que las mujeres menopáusicas sean fieles a la terapia hormonal sustitutoria, de que este tratamiento sea lo más eficaz posible y con escasos efectos secundarios y, sobre todo, el gran nicho de mercado que tiene esta terapia ha agudizado la mente de los científicos que acaban de desarrollar una nueva vía de administración de la THS: la intranasal.

En un estudio publicado en el último número de la revista The Lancet se acaba de demostrar que a las pastillas y a los parches de estrógenos les acaba de salir un duro competidor: el S211400 (Aerodiol), un pulverizador que no sólo es eficaz en el tratamiento de los síntomas que acompañan a la menopausia, sino que, además, es bien tolerado por las usuarias.

La trascendencia de este nuevo sistema radica fundamentalmente en que no causa los efectos secundarios asociados a las otras dos formas de terapia, sólo requiere administrarse una vez al día y mantiene unos niveles hormonales óptimos en sangre. Las dos formas más utilizadas de THS para el tratamiento de la menopausia contienen 17 beta estradiol, al igual que el pulverizador. Muchos de estos estrógenos se prescriben de forma oral, sobre todo en EEUU, pero esta forma de administración, aunque eficaz, posee inconvenientes.

Terapia oral

Primero, las pastillas mantienen niveles de estrógenos en sangre con muchas fluctuaciones, por lo que las mujeres que son más sensibles a estos cambios bruscos no obtienen un claro beneficio de ellas. Además, su forma de absorción eleva el riesgo de sufrir daños a nivel hepático. Asimismo, la terapia oral ha sido relacionada con mayores posibilidades de que la mujer desarrolle tromboembolismo venoso. En cuanto a los parches, y a pesar de que —al menos hasta ahora— la mayoría de los especialistas defiende que ésta es la mejor vía de administración de la THS (porque mantiene unos niveles hormonales estables y posee menos efectos secundarios que la terapia oral), también se han apuntado algunas desventajas. Entre ellas: la absorción de la hormona varía mucho de una paciente a otra, puede provocar reacciones en la piel y entre un 4% y 8% de las ocasiones el parche se pierde porque no se adhiere bien.

«El spray intranasal ofrece una forma distinta de absorber los estrógenos, los picos máximos en sangre de la hormona se producen entre los 10 y los 13 minutos después de la inhalación, pero alcanzan la normalización a las dos horas», señalan los autores del estudio, un equipo internacional de científicos liderado por John Studd, del Chelsea and Westminster Hospital, en Londres.

El estudio

Faltaba demostrar su eficacia. Para ello, los científicos reclutaron a 420 mujeres de entre 45 y 60 años que hubieran alcanzado la menopausia entre seis meses y cinco años antes de que empezara el trabajo. Todas ellas padecían de forma moderada a severa síntomas asociados a la menopausia, como los sofocos.

Los investigadores las dividieron en siete grupos con el fin de comparar la eficacia de distintas dosis del Aerodiol (100, 200, 300 o 400 mg) con un placebo y con la terapia oral. Durante el trabajo se evaluó a las mujeres (niveles hormonales en sangre y síntomas de la menopausia) a las cuatro y a las 12 semanas.

Los datos demuestran que, en comparación con el placebo, el nebulizador fue más eficaz en ambos periodos de tiempo a la hora de controlar los sofocos, y demostró, además, mejorar la calidad de vida de las usuarias. Asimismo, se constata que las dosis más altas del spray (300 y 400 mg) son igual de eficaces que la terapia oral a la hora de mantener las concentraciones de estrógenos en sangre.

En cuanto a los posibles efectos secundarios de este sistema, en el trabajo se señala que no se encontraron diferencias en la función nasal, auditiva y en la de la garganta entre las que usaron el aerosol y las que recibieron el placebo o la terapia oral. De hecho, los autores destacan que no sólo «el nebulizador fue bien tolerado, sino que, además, un 84% de las participantes estaba dispuesta a seguir con esta forma de THS», aclaran los autores del estudio.


Bullet1.gif (898 bytes) Se denuncian cada vez más los casos de abuso sexual infantil

Fuente: Periódico La Razon, 18/05/99

Por Cecilia Fumagalli

Las estadísticas revelan un incremento de casos de abuso sexual de menores en los últimos años. Pero en los hechos ese aumento se debe a que las víctimas se atreven cada vez más a denunciar los maltratos que sufren.

El dato surgió de una reunión entre expertos británicos y argentinos en el tema, en el marco de un proyecto de cooperación entre la Embajada del Reino Unido y el Ministerio de Interior.

El jefe de policía de Gloucestershire, Anthony Butler, y el detective de la Unidad de Protección al Menor de ese condado, Paul Purnell, explicaron que "uno de los avances más importantes en el Reino Unido es la interacción entre las distintas policías y otros organismos en difundir el tema a modo de prevención". Para ello -dijo Butler- "es necesario crear un clima social que permita a padres y chicos denunciar estos crímenes, y hay que encontrar en la fuerza personas aptas para tratar temas tan sensibles".

Todo oficial británico interesado en tratar estos casos debe realizar un curso de capacitación que, según Purnell, "apunta a explorar sus aptitudes para manejar cuestiones relacionadas con lo sexual".

Los británicos enfatizaron en la importancia de establecer un marco de prevención. "Tratamos de educar a padres y chicos para reconocer los síntomas del abuso. Los diarios amarillos exageran en la descripción del riesgo por parte de extraños: en un tercio de los casos los abusadores son los padres, otro tercio son amigos y el restante son extraños", aclaró Butler.

Según los expertos, se trabaja con perfiles de los abusadores y con una base de datos de ADN. "Cuando el presunto abusador está identificado, se aplican las medidas preventivas", dijo Butler.

En la Argentina, el Centro de Atención a Víctimas de Violencia Sexual, una dependencia de la Policía Federal, trabaja similarmente en prevención, atención y asistencia a quienes sufren estos delitos.

Pero a nivel penal hay diferencias. Mientras que en el Reino Unido la pena más alta por abuso sexual de menores puede ser prisión perpetua, en la Argentina la máxima -por violación- es de 15 años.

 

 

En un año hubo más de 350 casos

El Centro de Atención a Víctimas de Violencia Sexual registró 482 casos de abuso sexual ocurridos durante 1998, de los cuales 362 eran menores de 18 años, y 264 mujeres, según señaló Mabel Franco, encargada de la institución. Del total de niños abusados que registró el Centro, en el 36 por ciento de los casos la agresión fue violación y en el porcentaje restante se trató de abuso deshonesto.

Las cifras también revelan que en el 72 por ciento de los casos los agresores son familiares, mientras que en un 24 se trata de amistades y en un 14 son conocidos ocasionales. El Centro trabaja desde hace tres años en lo que Franco denomina "trabajo pos-delito", es decir, en la asistencia y contención de quienes sufren este tipo de agresiones, y en crear un marco de prevención apropiado.

La institución cuenta con un equipo interdisciplinario conformado por abogados, psicólogos, médicos, asistentes sociales y psicopedagogos, que recepciona los casos, brinda atención a las víctimas y les da un tratamiento.

El Centro -que también brinda asesoramiento legal a las víctimas- está ubicado en la calle Angel Peluffo 3981, Capital, y el teléfono es 4958-4291.

 


Bullet1.gif (898 bytes) Estas sí que son drogas del amor

Fuente: La Nacion, 18/05/99

Por Nora Bär

El año último se produjo una verdadera convulsión mediática y social por la venta de una pastilla que remediaría disfunciones sexuales masculinas. Basta con recordarlo para comprender la importancia que la especie humana le atribuye a la química del sexo. Sin embargo -según aseguran Lynn Margulis y Dorion Sagan en su último libro, ¿Qué es el sexo? (Tusquets Editores, 1998)- las drogas que influyen en la sexualidad existen desde los tiempos arcaicos en que las bacterias dominaban la Tierra.

¿Sorprendente? Bueno, ambos biólogos se apresuran a explicarlo echando una mirada al complejo equilibrio hormonal que hace posible la vida. Según Margulis y Sagan, algunas hormonas son tan poderosas que "probablemente se prohibiría su venta con ánimo de lucro si no las hubiésemos heredado como parte de la maquinaria bioquímica que modula nuestras emociones".

Una de ellas es la oxitocina, un compuesto que estimula la secreción de leche en las madres recientes. Cuando se bloquea su producción en ratas hembras posparturientas, éstas pierden interés en sus crías. En las mujeres, la oxitocina aumenta en la sangre tras el amamantamiento y produce en la madre una sensación de calma. Y en los hombres, sus niveles sanguíneos se multiplican por cinco durante el orgasmo.

"Puede que el ascenso de los niveles de oxitocina en nuestros ancestros masculinos y femeninos los hiciera más propensos a disfrutar de la compañía mutua tras una relación sexual", sugieren los autores.

Otro caso: en los atletas y guerreros masculinos se elevan los niveles de cortisol y epinefrina, hormonas que incrementan la concentración de glucosa y la presión sanguínea. Pero durante el amamantamiento sucede lo contrario: descienden los niveles sanguíneos de cortisol y de glucosa, y la presión arterial.

La fenilcetilamina haría otra poción prodigiosa. Cuando se la inyecta a ratones, macacos y otros mamíferos, gimen de placer, muestran conductas de cortejo y, de manera adictiva, presionan las palancas colocadas a su alcance para obtener más.

Esta molécula, análoga a las anfetaminas, se parece a los alucinógenos de origen vegetal. "Cuando la pasión amorosa se apodera de nosotros -escriben-, los niveles de fenilcetilamina se elevan, y esto acelera el flujo de información entre las células nerviosas." Y más adelante explican que su acción es tan potente, que se sospecha que un déficit de esta especie de elevador natural del ánimo podría explicar el comportamiento casi adictivo de quienes buscan incansablemente nuevos encuentros sexuales para experimentar el arrebato de la pasión inicial.

¡Menos mal que estas efectivas drogas del amor -al menos por ahora- son un legado gratuito de nuestros ancestros, porque ya lo dijo Oscar Wilde: el ser humano puede resistirlo todo, excepto la tentación.

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