Encuentro con Lady...

 

 
Un poco de mí
 

Mi verdadero nombre es Ledy Clementina. Nací en Caracas, Venezuela, un lejano 11 de julio de 1959. Hija de José Manuel Fernández Belardi y Leda Mercedes Esteves Hurtado, dos seres humanos "fuera de serie" a los que amo, respeto y admiro, aún cuando ya no nos acompañan en este mundo.

Soy la menor de tres hijos, por lo tanto tengo dos hermanos mayores: Alix Atamaica y José Manuel, ambos extraordinarios, a los que quiero mucho, quienes han traído al mundo cinco (5) venezolanos más, y para mi disfrute personal, igual cantidad de sobrinos: Rafael Angel, Arled Atamaica, Nuramí Alejandra, Manuel Alejandro y Jonathan Federico. Los primeros tres, ya están creciditos, en consecuencia me hacen sentir una "vieja tía". Los dos últimos, son unos niños traviesos e inteligentes, y el orgullo especial de José Manuel, su padre.

 
No entraré en demasiados detalles de mi infancia: Fuí una adolescente terrible, conflictiva y antipática, pero a lo largo del tiempo aspiro haber superado por lo menos la cualidad de antipática. Trato de llevarme lo mejor que puedo con la gente, es más, me gusta conocerla, intentar entenderla, trabajar y compartir con ella.

Me eduqué en escuelas y liceos del Estado, y mi formación universitaria la inicié y culminé con bastante éxito en la Universidad Católica Andrés Bello, obteniendo el título de Licenciada en Relaciones Industriales, mención Industrióloga. Es una especialidad relacionada con la Administración de Recursos Humanos, y con la que he aprendido un montón de cosas interesantes.

Aparte de mi educación formal, ¿qué más podría decirles de mi vida? He disfrutado cada trabajo que he desempeñado con entusiasmo, he pasado malos momentos como todo el mundo. En la actualidad sigo buscando mi lugar, y creo que algún día, después de evaluar resultados y mirar a mi alrededor, llegaré a la conclusión de haber sabido amar y comprender a mis semejantes.

No he traído hijos al mundo, pero amo a mis sobrinos como si lo fueran, y además los "vástagos" que se procrean pueden ser de diferentes tipos: es la semilla que una deja por ahí y después se cosechan cosas dulces como la amistad, el respeto y la aceptación de nuestros semejantes.

¿Sueños? ¿Esperanzas? ¿Metas? Un montón... como todos ustedes, pero el más importante de todos es continuar la "jornada" de la vida, ayudando a quien me necesite y amando cada vez más y profundamente a esta humanidad, de la que formamos parte, poseedora de unos integrantes dignos de conocer, admirar y respetar...
 

Un poquito de mi experiencia profesional
 

Como profesional de Recursos Humanos, he trabajado durante más de quince (15) años, ocupando posiciones gerenciales y supervisorias. Más recientemente, me he dedicado a actividades de asistencia gerencial, función que me agrada mucho por permitirme conocer profundamente las organizaciones para las que he trabajado y participar y colaborar estrechamente en el proceso de toma de decisiones.

En los últimos tiempos tuve la oportunidad de prestar servicios al organismo de seguridad social de mi país, y se ha despertado en mí una nueva inquietud. Aspiro poder seguir participando en el proceso de mejoramiento y perfeccionamiento de nuestro actual sistema. Me animo a hacerlo desde cualquier lugar donde me encuentre. Es un área de competencia con muchos retos, y para lograrlos hace falta de la voluntad y la capacidad de todos.

Además, como buena hija de educadores, he dedicado parte de mi tiempo en la enseñanza, trabajando como instructora en cursos de adiestramiento relacionados con mi especialidad, entre las que cabe destacar: reclutamiento y selección de personal, procedimientos de nómina, aspectos legales laborales, etc.


¿Cómo disfruto mi tiempo libre?

 
La lectura, la música muy romántica e instrumental, diseñar crucigramas, actividad que tengo un poco olvidada pero que ayuda a poner a trabajar el cerebro, la astrología, la numerología y más recientemente HACER AMIGOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO POR INTERNET. La verdad es que esto quise hacerlo siempre, pero el servicio postal de mi país no es el más veloz del mundo, y en consecuencia, por razones de mi impaciencia, no hago uso de él con demasiada frecuencia. Por ello, cuando tuve en mis manos esta herramienta de comunicación, encontré la "horma de mi zapato", y me he sentido muy feliz al explotarla.
 
 

 

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