JORGE GUILLÉN

(1893-1984)



Perfección

Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día.
Es el redondamiento
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.


Primavera delgada

Cuando el espacio, sin perfil, resume
Con una nube
Su vasta indecisión a la deriva...
¿Dónde la orilla?
Mientras el río con el rumbo en curva
Se perpetúa
Buscando sesgo a sesgo, dibujante,
Su desenlace,
Mientras el agua, duramente verde,
Niega sus peces
Bajo el profundo equívoco reflejo
De un aire trémulo...
Cuando conduce la mañana, lentas,
Sus alamedas
Gracias a las estrelas vibradoras
Entre las frondas,
A favor del avance sinuoso
Que pone en coro
La ondulación suavísima del cielo
Sobre su viento
Con el curso tan ágil de las pompas,
Que agudas bogan...
¡Primavera delgada entre los remos
De los barqueros!


Playa

(Indios)

Conchas crujientes, conchas,
conchas del Paraíso...
Las descubren, perdidas
para los dioses, indios.
Entre las arenas los llaman
tornasoles amigos.
¡Cómo fulgen y crujen
conchas, arenas, indios,
todos a una, voces
ondeadas con visos!
En ondas van y crecen
apogeos, dominios
y la fascinación
triunfante de los indios.
¡Oh triunfos! Y se comban
en un vaivén. ¡Oh tino!
De la prisa al primor,
del primor al peligro.
¡Y lanzan vivas, vivas
refulgentes, los indios!


Textos extraídos de Alfonso Moreno (ed.) Poesía española actual, Editora Nacional, Madrid, 1946.


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