Un Día
Un día avanzarás silencioso, ¡tan silencioso! Que será indefinido e ilímite ese frío silencio del camino. Ni la mirada podrás volverla hacia atrás un solo instante. En esa tarde densa y única de crespones y rosas enlutadas, escucharás el llanto de los hijos, el clamor de los hermanos y la angustia del padre que te nombra; pero nada logrará detenerte en la marcha silente de esa tarde. Todas las cosas se tornarán dada vez más densas hasta que la noche, la gran noche del misterio, te abra la puerta de su estancia.
Desde la ventana de mi casa, veo pasar todos los días a un hombre. Este hombre, tan inteligente y versado en religión, o cultos diversos, va asiduamente al cementerio; pues hace poco, tuvo la desgracia de perder a uno de sus seres más queridos. Y a este hombre que tanto me preocupa, porque prácticamente no obra de acuerdo con su avanzada ideología, yo le preguntaría si pudiese hacerlo: ¿Cuál es el propósito de sus visitas al cementerio, si no implican para Ud. el sentido alegórico del rito?
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