Me enorgullece saber, que a pesar de tantos contra tiempos y desilusiones, iniciamos el segundo año de habernos unificado formalmente como comunidad ampliada de voluntarios.

Tal vez algunos recuerden que al terminar el voluntariado en El Salto, todo volvía a ser igual,  y nuestra vida cotidiana regresaba a la misma rutina que teníamos antes de iniciar nuestro año de servicio.

La formación en el servicio que nos inculcaron  durante todo ese año, para colaborar conjuntamente con nuestros hermanos más necesitados de la sierra duranguense  y los formatos de oración lasallista combinados con la contemplación carmelita, que nos hacían ver todo con los ojos de la fe e impulsaban a no desfallecer y a seguir trabajando y aprendiendo con los demás; cruzaban por una etapa de pasividad la cual no se continuaba y tampoco se practicaba.

Nos dimos cuenta que cada año seriamos un grupo más numeroso, con integrantes esparcidos por toda la República Mexicana y el extranjero; así que no podíamos permitir que ese año de nuestras vidas, pasara en vano.

Es en ese preciso momento cuando nos percatamos que si vivimos durante un año en una comunidad, también en nuestras ciudades de origen podríamos aplicar ese estilo de vida , aunque con sus respectivas limitantes.

 Nos comprometimos a trabajar por el Señor y aceptar todo como obra de Dios, a formarnos y capacitarnos permanentemente, a incrementar nuestra espiritualidad y oración para engrandecer el alma; tal vez por situaciones que salen de nuestras manos, nos ha sido casi imposible lograr nuestros objetivos.

Precisamente con ese espíritu de lucha,  haremos notar continuamente nuestros logros y, ¿por qué no? también nuestros quebrantos, entre nosotros y a todas la comunidades de Hermanos de nuestros distritos o del extranjero, de esa manera lograremos  apoyarnos mutuamente para mejorar nuestra vida como cristianos.

Así pues, hoy no todo está perdido, muy pronto lo veremos, con la ayuda de Dios y de  nuestros santos patronos San Juan Bautista de La Salle, Santa Teresita del Niño Jesús y el Beato Hermano Escubilión; que la ya tan sonada “Comunidad Ampliada de Voluntarios”, colaborará dentro o fuera del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, con un ánimo que no se cansará y no retrocederá porque, juntos si podemos.