Atrás de la escuela, Lupita cuenta de cómo desde hace unos días, decía palabras y eran como hechizos. No le sucede con todas las palabras, ni todo el tiempo, sólo cuando se encuentra enojada, lo cual pasa seguido. En uno de sus enojos, ayer en la noche gritó: ¡Cállense!. Hasta los vecinos la oyeron. Desde entonces, debió de haber cancelado los hechizos, ya que en la mañana no pudo hacer nada...
- "¿Y eso qué tiene que ver? ¡Vivo
lejos de tí!" ríe Brenda.
- "Pues debió de haber sido tan fuerte
que afectó a todo Mexicali" dice
Lupita.
- "Pero la capa - digo, hmm..." se
sonroja Reubén por ser tan descuidado.
- "No hay problema Reubén, sí sé
de tu capa. Lo que pasa es que esa debe de ser la habilidad
natural que tienen ustedes"
dice Lupita.
- "¿Y cómo sabes de la capa?"
le pregunta Reubén.
- "Yo hablo mucho cuando estoy enojada. En una
de esas pude saber de tí y de la capa, pero no sé
todo. A ver, tírale
la capa al gato enfermo de la señora del puesto" dice
Lupita.
- (¿Habilidades naturales? ¿Hechizados?)
se pregunta Reubén al tirársela.
No sucede nada. Asustado, corre por Susana para ponerle la capa y cerrarle la pequeña cortada. No hay destello, no hay curación. Lupita le recuenta todo a Susana.
- "Pero entonces, ¿Cómo puedo leer
la mente todavía?" pregunta
Brenda.
- "Sí, ¿qué es eso de habilidad
natural?" pregunta Reubén.
- "Eso nomás lo digo para llamarle de
alguna forma. Es algo que puedes seguir haciendo aún bajo
los efectos del hechizo. La
mía es esta: Sangre" les dice.
Para fortuna de ellos, están en el patio trasero, y solos. Si no, a más gente le hubiera empezado a salir sangre de heridas inexistentes en todas las partes descubiertas del cuerpo, por un corto tiempo.
- "Mejor que los vampiros, ¿no?"
presume Lupita.
- "Sí, cómo no. Cuando me quiera
suicidar sin navaja te invito" dice
sarcástico Reubén.
- "¿Y porqué no te protegió
la capa, si hace rato sí lo hizo?" pregunta
Brenda a Reubén.
- "Yo no sé nada. Yo nomás me hallé
la capa, no la hice" dice Reubén.
Susana intenta comprobar algo, y le tira un codazo y una patada a Reubén. Son detenidos por la capa.
- "Desafortunadamente lo sigue protegiendo la
capa" nota Susana, y se va al baño
para
limpiarse.
- "¿Se enojó?" preguntan
Brenda y Lupita.
- "Supongo que sí..."
se queda confundido Reubén.
Ellos también van a limpiarse al baño, con agua helada a pesar del frío, pues no hay otra opción.
- (Parece que estuvimos contando los chistes más sangrones de Letty) se burla Reubén.
Regresan al salón, donde el profesor acaba de entrar, así que ya no pueden seguir comentando nada hasta el receso siguiente...
Lentamente pasan los veinte minutos en el salón hecho de madera y unicel emplastado. Cuando al fin suena el timbre, Reubén llama a Fernando, que va pasando.
- "¿Qué onda, jomi? ¿Cómo
estuvo la clase?" le pregunta Fernando.
- "¡La clase es lo de menos! Deja que te
cuente sobre Brenda, y Lupita, y... Obeth. ¡Sobre todo
ese desgraciado! Pero a ese
lo voy a dejar hasta al último. Oye:"
empieza a desahogarse
Reubén.
Mientras tanto, Susana sale con Brenda y Lupita al puesto.
- "Odio el machismo inconsciente que domina por
aquí..." se queja Susana.
- "Ah, por eso fue..." dicen
Brenda y Lupita.
- "¡Sí! Todavía no se me
ocurre cómo regresarle su comportamiento con Ultraliberación
Femenina."
- "¿Libertinaje?"
pregunta Brenda.
- "¡No! Hacerle lo mismo, pero de otra
manera... Después de todo, golpearlo no tiene caso" dice
Susana.
- "Este... mientras tanto... ¿Me puedes
contar más de la capa?" pregunta
Lupita.
- "Hmmm... Te lo voy a contar a grandes rasgos,
porque se me acaba de iluminar la mente con lo
que le voy a hacer..."
Reubén termina de quejarse.
- "..... ¡Y enfrente de todos! ¿¡Puedes
creerlo?!" termina Reubén.
- "¡Déjamelo a mí! ¡Le
voy a poner una recia! ¿¡Eh?!" se
sorprende Fernando.
Al enojarse y disponerse para atacar, la capa de Fernando viene a cubrirlo justo como la capa de Reubén, sólo que desarrolla un aura de calor.
- "¡Afortunadamente andamos acá atrás!
Entonces, tu habilidad natural es atacar" le
dice Reubén.
- "Eso creo..."
dice Fernando mientras se la quita para doblarla.
Mientras lo hace, Susana termina de cumplir la petición de Lupita y lanza su mejor mirada megalomaniaca.
- "Es el 14 de Febrero, dale chance" abogan
Brenda y Lupita por Reubén.
- "El ya sabe cómo soy; hizo lo que hizo
para molestarme. Ni siquiera se ha disculpado" sigue
terca Susana.
- "No todo el mundo tiene poderes. Nosotras sabemos
lo que se siente, de seguro no sabe ni dónde
trae la cabeza" defiende
Brenda.
- "Yo sí sé dónde la traigo,
no ando de loquita. Además, es una lección sencilla, con
la ayuda
voluntaria de Letty, y la
ayuda involuntaria de los chamacos del salón."
Mientras tanto, con Reubén y Fernando.
- "Vámonos a nuestros respectivos salones,
ya tocó el timbre" dice Reubén.
- "Sale. Al ratón te cuento lo que me
pasó" se despide Fernando.
- (Espero que no sea nada inusual...)
ya teme a las noticias Reubén.
Al acabar la clase, parece que Susana todavía no piensa hacer su movida, lo que preocupa a Reubén. Fernando llega con una amiga para presentársela.
- "Reubén, esta es Felicia. Felicia, Reubén"
presenta Fernando.
- "¡Mucho gusto!" se
saludan los dos.
- "Es mi novia."
- "¡¿!? ¿Desde cuándo
se conocen?" pregunta Reubén.
- "No eres el único de amores correspondidos
a primera vista."
- "¡Otro récord! Ya sabía
yo que no podíamos ser los únicos Susy y yo... ¿No
te han dicho que te
pareces a Thalía?"
- "Demasiadas veces. Es más, así
llegó Fernando" comenta Felicia.
- "¡Pues aprovechen el día! Supongo
que quieren conocerse más a fondo."
- "¡Claro!" responden
los dos.
Se encamina la pareja, pero Fernando regresa.
- "Voy a dejar de andar con ustedes por un rato.
Pero a'i me avisas por si me ocupan" pide
en voz
quedita Fernando.
- "¡Claro! Puedes irte sin problema"
lo despide Reubén.
A Reubén le faltaba contarle lo de la tele, las rosas, y... la Iglesia. Pero comprende que ahora lo más importante en el mundo para Fernando, es Felicia, y decide no seguirlo molestando con sucesos inexplicables.
En la siguiente hora no hay clases, y Susana está lista para la primer jugada. A un lado de Reubén se sentó Letty, y a un lado de Obeth se sentó Susana.
Letty tira "sin querer" su pluma, y Reubén la recoge. Ella le da las gracias con un beso bien plantado en la mejilla, muy cerca de su boca, todo mientras Susana platica muy a gusto con Obeth, sin inmutarse.
- "¿Porqué tan agradecida?"
pregunta asustado Reubén.
- "Te merecías el beso; no a cualquiera
lo dejan sin novia el 14 de Febrero" contesta
Letty.
- "¿¡Qué?!"
Reubén mira a su alrededor y Susana está inocentemente sentada de vuelta en su mesabanco, lo cual hace que Reubén se confunda aún más... pero por corto tiempo, ya que sus compañeros le empiezan a hacer burla.
- "¿Qué onda, Ruub? 'Ora sí
te bajaron la jaina. ¿No viste a Susy platicando con el Obeth?"
se
burla Roddy.
- "¡Cállate! ¡A mí
no me bajaron nada!" se defiende.
- "¿Entonces la dejaste por la Letty?
Yo ví cómo se besaron" dice
Ritchy.
- "¿Cuál besaron? ¡Son una
bola de mentirosos! No me la bajaron ni la dejé por otra."
- "Entonces, o te dejaron o te recogió
otra" dice Yrrael.
- "¡Cállense!"
Esta vez Reubén pudo controlarse por más tiempo, pero de todos modos termina con la capa sujetada en su cuello.
- "¡Qué hilo negro ni que ocho cuartos!
¿Cómo le haces para traer la capa?" pregunta
Iván.
- "..... Viene sola" contesta
en voz baja Reubén.
- "¿¡Cómo que viene sola?!
¡No seas panchero!" le dice Yrrael.
- "Esta vez no les estoy mintiendo. Es más,
vengan."
Reubén guarda la capa dentro de su mochila y la cierra. Cuando salen del salón, se asegura que todas las puertas y ventanas estén bien cerradas. Todos van al patio trasero de la Preparatoria. Ahí tendrá lugar una demostración.
- "La capa se quedó allá, ¿verdad? Ahora, el dizque
más fuerte de ustedes que me tire un golpe"
reta Reubén.
El ego de todos no es en vano, porque todos se le lanzan encima, pero ninguno de los golpes conecta, y eso que la capa nomás se le puso, ni siquiera los bloqueó. Todos quedan asombrados, sin palabras.
- "¿Y entonces qué esperas para
darle en toda a ese güey?" pregunta
Roddy.
- "¿Creen que pelearía con alguien,
con esto, con público, para que llamen a la patrulla? No gracias"
contesta Reubén.
- "No pos sí" razonan
todos.
- "¡A'i'stá! Pero más vale
que se queden callados, o van a rodar cabezas. Sus cabezas. Y tampoco
vuelvan a atacarme, porque
se me descubre el pastel."
Todos se van, quedándose solamente Reubén y Alexedgar, compañero suyo. Se retiran juntos, pero a la vez, a un kilómetro de distancia uno del otro. Reubén tropieza con el pie que le mete Alexedgar, y ni siquiera pudo meter las manos. Le hace tragar tierra.
- "Por no fijarme" dice
Reubén escupiendo tierra.
- "Sí, ya ves..." dice
Alexedgar sin mirar atrás ni detenerse.
- (¿Qué le pasa? ¿Está
ardido o qué? ¿Y porqué no me protegió la capa
de una simple
caída?)
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