4. SINFONÍA PATÉTICA

Sinfonía nº 6 en B menor, opus 72 "Patética"


El autor de esta magna obra, Piort Ilych Tchaikovsky, murió a los ocho días del estreno mundial en San Petersburgo.

La angustia que se respira en su audición es de tal intensidad, que la llegada del final de la obra supone un alivio, una descarga de toda la tensión a duras penas contenida, una cura psicológica similar a la del confesionario. Después de escuchar La Patética no cabe más que la alegría en el alma.

Demos, pues, las gracias a Tchaikovsky por su enorme sensibilidad.


Adagio y allegro non tropo. (18:22)    Pinche aquí para oir este movimiento

Comienzan los acordes de la música... Un trombón a lo lejos muestra sus sones tristes y apagados. Lleva el ritmo de la mano a una apagada orquesta que respeta el silencio impuesto por el autor. Poco a poco se incorporan los violines, que animados dan entrada a ligeras flautas y que avivan poco a poco el son hasta subir el tono de forma inesperada, tímidamente, pues al poco vuelven de nuevo a bajar. Pero la entrada ya está hecha y el son comienza a animarse rítmicamente, sonoro preludio de vuelos más altisonantes. En efecto, como una insurrección, toman el mando y arrastran en su son al viento ya los tambores. Mas poco dura la ilusión y los violines llaman de nuevo a la serenidad y a la calma. Tocan una melodía nostálgica que hace encoger el corazón y llorar aparentemente sin ninguna razón. Son notas profundas, graves, que se clavan en lo más íntimo del alma y la desgarra.

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Unas flautas vienen a aliviar la presión y devuelven la alegría a la melodía, que mantiene su ritmo y son inicial. La perfección del tono te envuelve, la magia del instante te transforma.

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Regresa a los oídos la conocía melodía cuya nostalgia hace aumentar en el ser. Al poco, toda la orquesta la desarrolla... violines, flautas, vientos... no se, algún instrumento más... ¡qué maravilla y perfección...! La ausencia del orgulloso piano, soberbio y engreído, aumenta la triste magia del momento. ... Poco a poco van apagándose los acordes ... Tienden a desaparecer, pero permanecen allí, flotando en el aire, en un solo de flauta que pretende finalizar la melodía, que no termina de marcharse...

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Brusco cambio de ritmo... Entran en liza nuevos instrumentos a golpes ... Pretenden acabar con esta tranquila soledad que se respiraba en el ambiente ... Los violines se embalan, seguidos por el viento... El ritmo es trepidante y rítmico a la vez... La tristeza aumenta su grado y su dolor ... El corazón, sobresaltado, no soporta tanta presión... Acordes de pomposidad hacen aparición brevemente, mas el ritmo se mantiene... Parece que regresa la calma... Falsa alarma ... Los violines mantienen trepidantes su tono, elevándolo unos instantes insoportables en los que el corazón pugna por levantarse en rebeldía, pidiendo que lo dejen en paz ... Bajan algo el tono para dar un leve respiro, pero regresan de nuevo al ataque, acompañados esta vez con secos golpes de tambor que maximizan sus efectos... Se encrespan y se elevan... quieren llegar a lo más alto... Se elevan ... se elevan ... mas no llegan, no, no llegan... ¡que dolor, cuanta pasión...! Suben el tono los sonidos más graves producidos por la orquesta en un llanto atormentado que pone los pelos de punta y clama por el perdón... Parece una ferviente oración que se eleva al Creador... No hay palabras para describirlo... Es una preciosa Marcha Fúnebre... Baja el tono general, pero se mantiene el efecto conseguido mediante intermitentes redobles secos de tambor ... Se produce una pausa. El llanto ha finalizado por fin, dejando el espíritu desnudo y sobrecogido, solo ante la oración ...

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Entran de nuevo los violines con los acordes de la primera melodía... Se inicia suavemente en un tono bajo que poco a poco va aumentando su intensidad, provocando de nuevo el llanto del fatigado corazón... Cambia el son, pero se mantiene la nostalgia... Esto es demasiado dolor ... De nuevo el solo de flauta ... imperceptible a los oídos ... Interpreta de nuevo el tema principal, para que no se olvide ... Le acompañan otras flautas al fondo, tan leves como la primera ...¡Qué es esto...! ¡Se atreven a ascender...! Continúan ascendiendo acompañadas de puntadas de violines al fondo provocando graves golpes ... ¡ahhhh....! Pero no se rompe la ilusión... Por fin proceden a bajar... lentamente... suavemente... como la brisa en la mar...

Allegro con grazia. (9:01)    Pinche aquí para oir este movimiento

Comienza un nuevo movimiento con otra alegre melodía que también encierra algo de nostalgia en su interior. Es más bien pastoril en su definición, pero el vuelo de ciertos violines en tonos bajos y graves hacen que el sentimiento sea similar al del movimiento anterior, si bien la alegría que extraen las notas permite aliviar la tensión del compungido corazón. Una y otra vez se repite el tema, acariciando el alma tímidamente y preparándolo para venideras y fuertes emociones.

Súbitamente, el tono se hace profundo... Golpes de tambor se oyen al fondo ... Los violines acometen otro tema de gran seriedad, rítmico en su idea, pero más grave y sin nada que ver con el anterior ... Los golpes de tambor no cesan, acompañando la interpretación de los vuelos de violín, presagiando una desgracia que no acaba de llegar ... Sigue y sigue la orquesta desarrollando el mismo tema, sin acabar de desembocar en algo definitivo... Ecos de la primera melodía interrumpen el pesar que se comienza a sentir, pero es un intento vano ... Nuevamente los tímidos vaivenes de los violines hacen aparición, como queriendo aliviar algo la tensión... Pero no se les deja conseguir su finalidad, pues los golpes secos de tambor se hacen más bruscos y se elevan en intensidad ... Mas parece que el autor no lo puso tolerar, pues de nuevo hace aparición la alegre melodía pastoril con que dio comienzo el movimiento.

Regresa al ánimo esa triste alegría que relaja el corazón... Vuelven los violines a recrearse en el tema y de nuevo el alma suspira relajada ... Una y otra vez, parece que la tragedia se alejó... Placer y descanso se encuentran en esta ocasión...

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Mas hete aquí que el anhelo por sufrir debe ser grande, pues de nuevo surgen negros nubarrones en el horizonte. ¿Será el final...u otro tema principal...? Incógnita, pues el tema queda planteado, iniciado, pendiente... Parece que es el final... se acaba... se acaba... se va... se va.... Desapareció dejando el corazón compungido.

Allegro molto vivace. (8:24)    Pinche aquí para oir este movimiento

Alegres violines lanzan sus acordes como danzarines bailarines de ballet... Al fondo suenan unos acordes de lo que anuncia como una apoteosis galopante... No acaba de llegar, pero su presencia parece inminente... Sonoros golpes de tambor lo anuncian... Una flauta interpreta una alegra melodía militar ... Alegre desfile de personajes variados que felices parecen estar... La alegría se asienta en los corazones a medida que la orquesta secunda poco a poco los acordes de la flauta solitaria... baile, danza, canción... De nuevo el solo de flauta, que pronto toda la orquesta corea... corea... y corea... Inflexiones, sube y baja... el solo de flauta de nuevo... el ánimo solicita la aparición inminente de la apoteosis ... Aquí llega... eso parece... pero no... juguetea con nosotros... Nuevos toques de tambor, dando un giro distinto a la melodía... Golpes secos y sonoros de un marcial tambor... La melodía regresa, con impurezas de otros instrumentos... La apoteosis se anuncia ... La apoteosis parece llegar ... Toda la orquesta a la vez... Vivos arpegios de violines inundan los oidos ... La marcha militar es coreada en voz alta ... Toda la orquesta la interpreta .... Maravilla, parece una Marcha Triunfal ... Baile, desenfreno, vitalidad... Alegría, alegría, alegría... Se anuncia la gran apoteosis final.... Toques de tambor redoblan incesantes ... Es la Gran Apoteosis Final, que resuena por fin ... resuena, resuena... y resuena sin cesar... Sigue, sigue, se repite, disfruta con su son, alegre y machacón. No se vislumbra el final ... Más violines, más redobles y golpes de tambor.... Se repite, se repite, y se repite ... Y por fin llega final ...

Finale: adagio lamentoso (9:50)    Pinche aquí para oir este movimiento

Tristes acordes de violín toman el relevo del desenfreno vivido, pidiendo perdón por el pecado cometido. El ambiente creado encoge de nuevo el corazón. Arpegios de dolor arrancan los violines de sus cuerdas amargos llantos al oyente... Desesperación, soledad, tristeza... eso es lo que manifiestan... Los instrumentos de viento añaden su papel a la tragedia que se vive con el tono grave de sus notas.

Un ritmo sosegado se adueña poco a poco de la orquesta. Nostalgia agradable que no imprime llanto, sino tranquilidad ... Aunque la tregua es corta, pues nuevamente los violines vuelven a la carga con el tema inicial, subiendo la intensidad de los acordes y aumentando el patetismo del momento. Se incorpora el viento al conjunto, que vuelve a arrancar del alma profunda amargos gritos de dolor que se expresan violentamente con los golpes secos del tambor, que vuelve a hacer su aparición, y con los rápidos vaivenes con que se mueven finalmente los violines ... Hasta que se paran bruscamente imponiendo un profundo silencio.

Esta breve pausa sirve de introducción al tema inicial que, como un llanto que arranca trozos de la piel, eleva su amargura hacia el cielo implorando que se sacie tanto dolor, tanta vaciedad... ¡Dios mío...! ¡Cuanta amargura hay en estos acordes...! Un acorte inicia un toque diferente desviando la atención de tanta amargura cómo se respira en el ambiente ... Pero vuelven otra vez a la carga acompañados con sonoros redobles de tambor... Se desploma de golpe el alma del compositor y con él la del oyente, que escucha impotente el tremendo dolor y angustia que se debió de vivir en aquellos momentos... Hasta que desaparece lentamente, siendo sustituida por una suave melodía que se oculta suavemente...

Calma ... calma aparente, sin duda, para dar cabida al respiro en un dolorido corazón ... En efecto ... De nuevo surgen los violines a la carga con la melodía original. Parece una Marcha Fúnebre, escrita por el propio autor a modo de epitafio, de ahí la gran amargura que se respira. La angustia encoge al oyente, que no sabe que expresar en estos momentos ... Respeto, es lo que sugiere el momento.

Poco a poco, la música se extingue... se extingue ... como la luz de una vela... se va... suavemente ... como el suspiro de un anciano moribundo.... Hasta que desaparece.

FIN