Mi pata Gilbert

Con Gilbert he pasado literalmente de todo. Hemos sido grandes amigos, nos hemos peleado en un monton de veces, lo he querido como un hermano, hemos discutido y cambiado pareceres como tantos. Puede parecer negativo este inicio, pero no es asi, simplemente quiero mostrar como son las cosas; o por lo menos desde mi punto de vista, que viene a ser lo mismo (a quien no?).

Lo vine a conocer en Primero de Media porque estabamos en el mismo salon y ademas entrenaba atletismo como yo lo hacia en ese momento, aunque en algo totalmente diferente a lo mio, el en bala, yo en 100 y 300. Nos llevamos increiblemente bien desde el principio, de eso tengo gratos recuerdos, cuando me invitaba a su casa alla en Pueblo Libre y se ponia a tocar la guitarra emulando a Steven Tyler o Cobain o hasta a veces Cerati. A veces me decia que cante, lamentablemente como dueto improvisado eramos poco efectivos; incluso por un momento quizo enseñarme a tocar guitarra: resulte pesimo. Recuerdo muy bien cuando se compro su guitarra negra, que era bastante diferente a todas las guitarras que todo el mundo usaba por ese entonces, las clasicas simplemente-de-color-madera. Aprendio a tocar bastante bien, incluso ahora tiene un grupo en el que toca y hasta canta en ocasiones. Que no hemos hecho juntos? Hemos jugado futbol, ido a la casa del otro, prestado dinero, prestado Cds, ido a fiestas, hecho trabajos en grupo (con Javier, Fernando, Miguel, Ramiro y Antonio; no siempre todos pero siempre ellos), hecho tours interprovinciales para llegar hasta la casa de Fernando, nos hemos ido a clubs. Veran, pues que si sigo esto terminaria como un inventario de hechos y no como lo que se espera, un comentario sobre Gilbert.

Para principios de Tercero su tantas veces anunciada mudanza tomo efecto, con lo que se me volvio puñeteramente dificil ir a visitarlo tan seguido como antes. Ahora vivia en San Borja, a la altura de la veintitantos de la Aviación (*_^ ya no me acuerdo exactamente); pero, igual, estabamos en los mismo grupos para hacer trabajos, lo seguia visitando aunque siempre con miedo de su perro Benji que me vaya a malograr la ropa, parecia que el peludo tenia una fijacion conmigo.

El ultimo dia que pase en Lima la ultima persona con la que me encontre fue Gilbert, caminamos desde Camino Real en San Isidro (donde alli quedaba nuestro colegio demolido) y nos encaminabamos hasta la casa de su enamorada. Ya me habia dicho que no podia ir al aeropuerto. Recuerdo que, bastante para mi sorpresa, Edith lloro bastante cuando me despedi de ella y de Gilbert. Me regalo su chakira (¿asi se escribe? Ya ni me acuerdo del español) y me dio un gran abrazo filial, el ultimo.

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