Versos propios

¡Hoy te vuelvo a ver!

¡Hoy te vuelvo a ver!
mi corazón late con fuerza,
pues tu semblante extingue la ansiada espera,
mi alma se libera de esa ceguera
Y mis ojos, culminan mi agobio al mirarte entera.

¡Que diera yo por tenerte a mi lado por siempre,
para poder deleitarme en tu hermosura!
por que el tiempo no existiera,
y al asomarme al paraíso escondido en tus ojos
la tarde nunca sucumbiera.

¡Tiempo!, ¡Espera!, ¡No dejes que el día culmine!
¡No dejes que el sol se oculte!
En ese crepúsculo dorado
iniciando nuevamente mi agonía
al dejar de ver su rostro amado
separándonos el final del día.

¿Crees que estoy exagerando?
¡toma mi cuerpo y mira desde allí!
¿Puedes verlo?, Tú estas aquí
¿no es hermoso?, ¿no es celestial?,
¡Sí!, es tu bello rostro que quisiera acariciar.

Y me voy a la cama renuente a olvidar
este día tan especial, ésta tarde singular.
Te he visto de nuevo y mi mente se niega a conciliar el sueño
pues está mas ocupada en razones que le atañen
recordarte cual flor en el valle.
¡Tan hermosa!, ¡tan linda! , ¡tan frágil!.

Y despierto el día de hoy con mi único consuelo
que me infunde valentía al estar desprotegido
pues tu presencia se ha ido y olvidarte aún no puedo.

¡Mas refúgiome en mi alegría proveniente de la certeza del ayer!
¡Sí!, seguramente, ¡hoy te vuelvo a ver!.

L.R.