El sentido de la subordinación, la ruina y la esclavitud, que florecen por la falta de confianza, de aceptación, hacia nosotros mismos, ofreciendo como resultado la malevolencia, la servidumbre, el fracaso y la falta de éxito en la vida. Tenemos que reflexionar sobre la influencia de un consejo inadecuado, prejuzgado, ignorante, oscurantista y limitador de nuestros sueños adolescentes, que nos ata en la dependencia de otros, a quienes consideramos con autoridad, aunque realmente no lleguen a tenerla. También nos habla de la presencia de actitudes violentas, debidas a un defecto grave en la educación o la comprensión de algo, con tendencias autodestructivas y degenerativas en el medio, un carácter agriado, pesimista y condenatorio. Pero ha de recordarse siempre que tal aspecto o circunstancia no se puede combatir con su destrucción, puesto que así solo se consigue hacerlo crecer, sino con una inteligencia adecuada, la comprensión , el afecto continuado hasta la madurez del proceso, una reeducación y amor auténtico. 

La muerte tarda como el olvido. Nos va invadiendo, lenta, poro a poro. Oscura, tibia y silenciosa se pliega en las cortinas en que anidan las sombras, nos precipita a vernos cara a cara los ojos. Cuando dejes de ver tu rostro en el espejo, entonces hallarás tu imagen.

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