El Museo de Arte de Lima ha organizado una exposición en Homenaje al Papel (julio-agosto, 1994) como soporte y materia de la creación artística. Intervienen 60 artistas que en mayor o menor grado representan lo que actualmente se considera arte culto o erudito en el Perú. La mayoría de las obras expuestas (dibujos, grabados, pintura, escultura, instalaciones) están fechadas en 1994, hechas pues especialmente o coincidiendo, por casualidad, con los criterios de los organizadores. Sin embargo, aunque el papel sea útil y se preste con facilidad durante el proceso de concebir y realizar la obra de arte, se limita básicamente a cumplir sólo una función de subestructura pasiva y neutral. Los artistas que participan en esta exposición, si bien han usado el papel, lo han transformado de tal modo, recubriéndolo de pigmentos y mezclándolo con otras substancias (técnica mixta), que muchas veces nos hacen dudar si efectivamente lo han usado, o si sólo se refieren al papel de manera indirecta y conceptual, pues no vemos sobre todo cuál es "el espíritu del papel" que por su importancia en la creación de la obra de arte contribuya esencialmente a determinar su sentido y su belleza.El acto creativo, la estructura inmaterial y la idea del artista es lo que al final prevalece más allá de las técnicas y del soporte material que el artista use para hacer su obra. Sin embargo, nadie duda de la importancia del papel en nuestra vida cultural. Sin él no habría libros ni tantas obras de arte hechas en papel. Pero no hay que confundir los medios con los fines. Al menos esto no sucede en esta exposición. Los artistas mal que bien han usado el papel, pero principalmente para elaborar y expresar valores y situaciones humanos, símbolos, estados de ánimo o estructuras formales que recurren al papel como a un material de trabajo accesible y económico, como pretexto para participar en la exposición o porque siempre lo han usado, sin pensar que algún día "el humilde papel" merecería un Homenaje.
Al margen de esta cuestión del papel y sus múltiples usos, en esta exposición constatamos que la heterogeneidad, un culto espontáneo o deliberado a la diferencia, es lo que predomina y define la riqueza de nuestra actual cultura artística. Pero entre todas las obras expuestas, la Mujer de Papel (1994), de J. Hamann, con su turbante de papel periódico en la cabeza, se yergue como un símbolo irracional y sensible, que no obstante centra su significación en la paradoja del cuerpo (el papel) como expresión espiritual y soporte material de la condición humana.
(De La República, sábado, 16 de julio de 1994)
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