El Proceso Creativo
La idea despierta el Deseo, y viceversa.
Mientras tanto todo está dentro, en la subjetividad,
en la imaginación, en la memoria.
¿Cómo dar el primer paso? ¿Cómo
aplacar el vacío y entrar en el espacio real para ocuparlo?
Lo de dentro. La idea existe prescindiendo de la materia
y, posiblemente, baste. Está completa. Desfilan muchas imágenes
sucesivas dentro de la mente: retener una y mostrarla, hacerla real, sacarla
de nosotros mismos, crearla. Vivir dolorosamente con ella el tránsito
entre el adentro y el afuera. Disolver la tensión.
Desde este dinamismo interior, inmaterial de la idea,
nos enfrentamos con la inmóvil e inerte característica de
los materiales.
¿Qué tiene que ver la forma que quiero
hacer con ese pedazo indiferente de madera? ¿Esa piedra dura que
frente a ti se muestra completa en sí misma, e irónicamente
te reta con su dureza? ¿Y esos fierros tirados en un rincón
de un depósito cualquiera?
Esta realidad — desolación — es como para desanimar
a cualquiera que quiera empezar a hacer su obra.
Tenemos que enfrentarnos directamente con la materia,
utilizar herramientas cortantes, atacarla con violencia, agresión
y cariño, hasta lograr darle forma al contenido.
La materia es estática e impenetrable. La dialéctica
que genera en nosotros es el estímulo al movimiento, es el DESEO
de realizar la idea, o viceversa.
La Materia no sangra, no responde, no se mueve, está
allí. En nosotros, en cambio, no se mueve, está allí.
En nosotros, en cambio, todo se mueve, la mente, el cuerpo. Desfilan imágenes
en la memoria, formas, posibilidades plásticas, para representar
ESO que queremos expresar. Surgen dudas, autocríticas a la idea
inicial. Nos vamos desengañando de la utopía de la originalidad.
Reconociendo en nosotros condicionamientos culturales, sociales, afectivos,
económicos... Para encontrarnos finalmente con lo absurdo: ¿Para
qué? Por qué?
Al final de todo este recorrido interior debemos justificar
nuestro esfuerzo, nuestra razón de ser y, por qué no, nuestra
profesión.
Y así en el continuo devenir entre el qué
y el por qué, vamos chocando con todas nuestras limitaciones y bloqueos,
... ampliando la conciencia de nosotros mismos y nuestro entorno, conociéndonos
un poco más.
En este ejercicio sólo nos queda la terca fe en
la dinámica de la creatividad, en el trabajo, en poder salir a través
de ellos de la confusión para vislumbrar — tal vez — una esperanza,
para recuperarnos como seres humanos, para realizar el Deseo.
Todo deseo no realizado, es acumulación
de pestilencia, dice William Blake.
¿Cuánta pestilencia guardamos?
(De Imaginario del Arte, ...)
|
|
 |
|
|
|
 |
BIOG
|
EXP0
|
OBRA
|
ESCR
|
CATA
|
CRITI
|
BIBLIO
|
If you have comments or suggestions, email me at mamd@iname.com
This page hosted by
Get your own Free Homepage