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Duendes de la Narración |
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"En un Mundo de Cuerdos" (ICPR-1984) |
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"En un Mundo de Cuerdos" constituye la primera obra en el género de poesía y prosa poética publicada por su autor, Rafi Escudero.
Su segundo libro, "Comentario desde el Soberao" está actualmente en prensa. |
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Ayer ví aquella casa, aquella que fue nuestra, la pintada de blanco con sus rojas aceras.
La del árbol al frente y al lado la palmera, la que me vio marchar el día de la tormenta.
La casa entristecida en plena primavera el día que te fuiste sin ver atrás siquiera.
La que nunca fue casa porque no hubo una hoguera prendida en sus adentros para calmar la pena.
Todavía te recuerdo, todavía me recuerdas; no se compra el olvido como la casa aquella. |
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Eramos jóvenes ambos, y cogidos de la mano tomamos un camino. El camino estaba bordeado de flores y parecía llevar hacia metas de esperanza y felicidad. Caminamos casi diez años sin llegar a ningún sitio, sin embargo durante ese tiempo, al viajar, conocimos el bien y el mal y visitamos brevemente muchos lugares, sin detenernos a morar en ninguno, pues pensamos que podíamos continuar nuestro viaje hacia el efímero paraíso. No se conformaba nuestra inexperiencia con los grados relativos de la felicidad, sino que perseguía con obstinación el estado perfecto del alma.
Una noche que descansábamos cerca de una bifurcación nos sorprendió una gran tormenta de sentimientos. Al huir de ella se soltaron nuestras manos hasta entonces unidas por el amor; pudo más el miedo; y al correr, cada uno tomó por diferentes veredas. Al salir el sol ambos estabamos solos.
Caminamos sin cesar, buscándonos al principio, sin esperanza de encontrarnos al final, y al caminar encontráronse nuestras manos con otras manos las cuales tomamos en las nuestras, al principio buscando comprensión y al final buscando compañía.
Al pasar de los días volvió a unirse nuestro camino, y cada uno iba de la mano de otro ser, ella dio la vuelta para regresar y yo seguí mi camino hacia el frente. No tuvimos valor para unirnos nuevamente y seguimos, cada uno en otra dirección mientras nuestras miradas se perdían en el vacío de horizontes opuestos. |
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Muchos hermanos y hermanas reciben un premio en algun momento de su vida. Sin embargo, desafortuna- damente, algunos no estan preparados para triunfar.
Tal vez sea que el éxito nos llega muchas veces de manera súbita, casi sorpresiva; sin darnos tiempo a reflexionar en la gran trascendencia que puede constituir el hecho de que estemos preparados para aceptarlo.
Ignoramos muchas veces la gran oportunidad que constituye el poder servir de ejemplo a nuestros seme- jantes. De ser molde para la formación de otros, quienes pueden iluminarse en nuestro ejemplo y tomar formas nuevas de vida que forjen su futuro.
Ignoramos al recibir, que es menester, en cambio, que demos algo de nosotros mismos. Algo que recuerde el hermano que esta presente cuando recibimos de su mano el trofeo del éxito.
Es tan necesario que dejemos de triunfar por mero accidente. Es parte integral de la creación la preparación espiritual para recibir el éxito de manera humilde, sencilla y trascendente.
Es determinante saber decir "gracias" para sentir que en realidad hemos triunfado. |
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Es realmente bella quien contempla su alma y al mirar el reflejo... no teme en las mañanas abandonar la cama y mirarse al espejo. |
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No pasa el tiempo en vano a pesar de que es cierto que nos hace más viejos: sin embargo, nos brinda múltiples experiencias e imborrables momentos.
Cuántos hay que no tienen ni siquiera el recuerdo del calor de un abrazo y nosotros unidos sembramos esperanzas en medio del ocaso.
No pasa el tiempo en vano sólo mide la vida que nos hace más sabios tras cada despedida. No pasa el tiempo en vano sólo mide la vida, sólo borra recuerdos de esperanzas perdidas.
No pasa el tiempo en vano, su inmutable rutina nos promete mañanas y nuevas alegrías.
No pasa el tiempo en vano, porque te he conocido y al andar de tu mano se alumbran los caminos.
Haced que sean las horas sus mejores amigas. Vivid intensamente regalando sonrisas, rosas al enemigo, y al amigo una espiga, al hermano esperanzas y a quien amáis, cobija;
No pasa el tiempo en vano, sólo mide la vida. |
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Tocando al "Duendecillo" sigues "En un Mundo de Cuerdos" |
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