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in italiano
" Nací en el primero tercio del siglo XIX, en una época en que la
sociedad española aún estaba unida a las antiguas tradiciones de
inmovilismo, y recuerdo la honda impresión experimentada cuando, todavía muy joven, vi
por primera vez, en Barcelona, la aplicación del vapor a las máquinas industriales. En
realidad lo que me había impresionado fue la vista de aquellos largos trenes que
transportaban, antes en una dirección y despyés en la otra, una gran cantidad de
viajeros, de clases sociales, edad y sexo diferentes, que hacía pensar en poblaciones
enteras que iban de un lugar a otro, que cambiaban rápidamente de domicilio. Este
espectaculo, siempre grande y nuevo para mi, después de la sorpresa que me causó,
levantó mi humor a las
más altas consideraciones de nivel social, sobre todo cuando noté la dificultad con la
cual todo este número de invitados inesperados
entraba a través de las estrechas puertas de la ciudad, se vertía por caminos estrechos
y tortuosos y buscaba refugio en las pobres casas de los viejos barrios. ...no tengo
ninguna duda sobre cuál será el resultado.
La época que está naciendo generará una civilización generosa y fértil, que
transformará radicalmente la manera de ser y el funcionamiento de la sociedad...
...Después de haber echado una rápida ojeada sobre los grandes centros urbanos, me
convencí de que estos con sus estructuras producidas por civilizaciones casi inmovibiles,
oponen muchos obstáculos a la nueva civilización que requiere espacios más vastos, una
mayor libertad de movimiento, ofreciendo una intensa actividad.
Obstáculos parecidos tendrán que ser removidos..." |