La rosella.
( Platycercus eximius )
La rosella es uno de los periquitos australianos preferidos por los criadores y es que tiene una serie de características muy apreciadas. Es resistente, dócil, tiene un plumaje que enamora, cría fácilmente y, porque no decirlo, tiene un precio asequible a todos los bolsillos.
Si se desea tenerlo como pájaro de compañía, el macho es más recomendable pues se domestica más rápido, acostumbrándose a subirse a nuestra mano o a nuestro hombro, según le enseñemos, en muy poco tiempo. Además es capaz de entonar alguna melodía que le silbemos repetidamente. Puede llegar a pronunciar algunas palabras aunque sea atropelladamente.
Se alimenta de girasol, mijo, cañamón, avena, manzanas, zanahorias y otros alimentos habituales para estas cotorras. Durante la cría se añadirá a su dieta alguna pasta que contenga huevo o bizcocho.
Los adultos alcanzan una longitud de unos 30 cm. Los machos se diferencian de las hembras por el color. Los machos tienen los colores más definidos, un rojo más intenso en la cabeza y las manchas blancas más extendidas. Los jóvenes tienen el plumaje menos brillante y la cabeza y el cuello son verdosos. Alcanzan la madurez al segundo año de vida.
Si se dispone de una pareja se puede intentar la cría. Para ello se debe disponer de un recinto de, al menos, 2 metros de longitud. En el dispondremos de un nidal de 40x25x25 cm, con un agujero de entrada de 8 cm de diámetro. En el fondo del nidal colocaremos un poco de serrín o turba a fin de que no rueden los huevos. La puesta consta de entre 3 y 7 huevos que incuban durante 21 días. Las crías permanecen en el nido un mes aproximadamente. Con un poco de suerte puede que saquen dos nidadas en una temporada.
Este periquito procede de Australia en donde es bastante común. Vive por todo el continente e islas de los alrededores repartida en varias subespecies.