SAGA (GEMINI): Es el caballero de las dos caras, la cara buena y la cara maligna. Se dice que el caballero de Géminis es el más inestable de los doce caballeros dorados. Caridad y egoísmo, altruísmo y ambición, sensibilidad y fuerza, todo ello en un precario equilibrio simbolizado en la máscara de la justicia, la máscara de los gemelos.
En el caso de Saga, la ambición y el egoísmo vencieron y por esto se atrevío a planear la manera de apoderarse del santuario y del mundo.
Despiadadamente Saga sorprende al maestro Arles en Stargil (torre sagrada en la cual en Gran Maestro predica el destino de las estrellas y el lugar de la Tierra más cercano al cielo) y lo asesina tomando su lugar en el Santuario, sin que los demás Caballeros Dorados lo perciban.
Al tomar el lugar de su Ilustrísima Santidad, intenta asesinar a Atena, siendo ésta sólo un bebé, no obstante, es descubierto por Ayoros, Caballero de Sagitario, que constantemente vigilaba a Atena.
Al ver que Ayoros escapaba con Atena, Arles se aprovecha de la situación y avisa al resto de los Caballeros del Santuario haciéndoles creer que Ayoros intentó matar a Atena y que al ser sorprendido por él se había escapado, y decide enviar al Caballero de Capricornio a eliminar al traidor. Luego se entera mediante sus súbditos que Capricornio ha logrado su misión y que el maestro de Libra se ha marchado sorpresivamente del Santuario hacia los Cinco Picos Antiguos, además del fracaso en la búsqueda de la Armadura dorada de Sagitario.
Trece años después, recibe noticias de que la preciada Armadura de Sagitario se encuentra en poder de Saori Kido, heredera de un magnate en Oriente.
Ahora Saga envía a Fénix a recuperar la armadura a cualquier precio. Sin embargo, Seiya, con la ayuda del espíritu de Ayoros logra vencer a Ikki y lo convence de unírseles en su lucha contra el maestro diabólico.
Tras fracasar en el primer intento, Saga confirma la existencia de Athena y decide enviar uno a uno a los guerreros de plata a terminar con la vida de Seiya y de sus compañeros, así como también ordena a Máscara de Muerte a eliiminar al Antiguo maestro de Libra. Luego, encarga a Milo, el Escorpión acabar con Albyore y destruir completamente las Islas Andrómeda, ya que Albyore le había ocultado el viaje realizado por Shun a oriente.
Aunque la maldad impera en la persona de Saga, aún quedan restos de aquel caballero que alguna vez fuera leal a Athena, quizás este conflicto espiritual haya sido la causa principal de su derrota definitiva.
Después de la batalla en las doce casas del zodíaco Saga es sorprendido por el rayo de Athena, quién era escoltada por los Caballeros Dorados.
Saga intenta convencer a los protectores de que sólo él es el indicado para gobernar el mundo, sin embargo, no logra nada en absoluto.
Al ver la reacción de los demás Caballeros, Saga decide atacar a Athena, pero Shiryu, Yoga y Shon, los cuales estaban muy débiles, deciden atacar unidos al demoniaco maestro, sin embargo, el enorme poder de Gémini logra dominar el ataque de los caballeros; que extenuados por el esfuerzo caen al suelo.
Seguidamente, Athena intenta convencer a Saga de su equivocación, haciéndole ver que un mundo sin amor y amistad debe ser destruído, porque no valdría la pena mantener semejante caos y anarquía en el universo.
No obstante, despierta en Saga un odio cada vez mayor hacia Athena y los Caballeros y decide atacarlos con todo su poder, pero se percata de Seiya, quién intentaba ponerse de pie para combatir. Aldebarán intenta ayudarlo, pero Leo se lo impide alegando que Seiya podrá lograrlo ya que su voluntad es inquebrantable.
Es entonces cuando sucede algo impresionante: al ver el gran esfuerzo de Seiya por combatir a pesar de estar desprovisto de todo sentido y sangrar constantemente; Shon, Shiryu, Yoga e Ikki intentan levantarse y expandir su cosmos para brindarle ayuda a su compañero. Géminis impresionado por la acción de los caballeros, duda por un instante, momento que aprovecho Seiya para coordinar el golpe final. Fue así como los poderes del Ave Fénix, la Tormenta Nebular de Andrómeda, el Dragón Naciente y el Rayo de Aurora, guiados por el Meteoro de Pegaso desequilibraron la mente de Saga; después del crucial golpe, sólo un movimiento de Niké, la diosa de la victoria, hizo falta para acabar con la vida del espíritu maligno que residía en el Caballero Dorado de Gémini.
Instantes antes de morir, Saga vuelve a ser el mismo caballero noble de antes y pide perdón a Athena, que lo abrazaba lamentándo su pérdida.