SEIYA (PEGASO): Joven noble, valiente, idealista y de voluntad inquebrantable. Su mente y alma se exigen constantemente en espera del triunfo.

Respaldado por el poder de la constelación de Pegaso y la propia Atena, sabe que nunca será capaz de traicionar la confianza que le otorgan sus compañeros y que su misión  principal es defender a Atena a cualquier costo, incluso su propia vida.

Después de  enfrentar  a  numerosos  Caballeros de  Bronce y de  Plata,  Seiya, al ver a Shiryu totalmente ciego, arriesga su vida para tratar de conseguir el Agua de la Vida en el Templo de Mu, situado en los Volcanes Antiguos.

Habiendo conseguido el Agua de la Vida,  Seiya sufre graves lesiones durante la ausencia del Dragón,  recibiendo las más graves  durante el  combate  contra el  Caballero de los  Cuervos; quién había raptado a Saori del Coliseo de La Fundación.

Seiya,  al verse  rodeado por  Sheena y el Caballero de los Cuervos en los rocosos picos de las montañas, decide  lanzarse al  fondo del  abismo  para tener   mayor  posibilidad  de  salvar  a Atena. Como resultado de su hazaña,  Seiya logra salvar a Atena dando tiempo a que llegaran Yoga y Shon a la batalla,  pero  destruyéndo  casi  por  completo  su armadura debido al gran impacto de la caída.

Tiempo  después,  Seiya  enfrenta  a  Aldebarán,  derrotándolo,  permitiéndole  discernir   la verdadera fuerza de su Cosmos y elevar su espíritu hacia el dominio del Séptimo Sentido.

Horas después Seiya se enfrenta contra Ayora nuevamente, pero sin entender que éste ultimo se  encuentra  bajo  el  dominio  del  Gran  Maestro.  Durante el combate se fractura la pierna derecha y su Armadura de Bronce se quiebra en varias partes del cuerpo.

Cuando ya estaba a punto de morir, es ayudado por Cazioz quien ofrece su vida para salvarlo y para liberar al Caballero de Leo de su hechizo.

Seiya,  entristecido por la muerte de Cazioz,  enciende su cosmos a un nivel tan alto como el de los Caballeros Dorados y derriba a Ayora logrando que retornara a su estado mental normal.

Seiya continúa su viaje junto con sus compañeros, pero al ver desaparecer los Cosmos de Ikki en la  Casa de Virgo,  de  Shiryu en la  Casa de Capricornio  y de Yoga en la  Casa de Acuario, comprende que ahora más que nunca debe exigirse al máximo para no dejar que la muerte de sus amigos sea en vano.

Más adelante,  cuando  Shon  le pide  que lo deje  pelear en la  Casa de Piscis  y que se dirija rápidamente al Salón del Maestro, Seiya entiende de que todas las esperanzas de Atena y sus compañeros han sido puestas sobre sus hombros..

Después  de  muchos  obstáculos  Seiya  logra  entrar  en  la  Sala  del  Maestro  a quien ataca inmediatamente intentando obligarlo a retirar la flecha maligna del pecho de Saori.

Al ver que el Maestro de rehusaba a combatir y que sus poderes no le hacían daño, empieza a dudar y permanece atento al mensaje de Arles.

Este, llorando le dice que no puede retirar la flecha, que únicamente el Escudo de Zeus puede liberarla de la muerte y que él debe cruzar el  Salón hasta llegar al  Templo Sagrado de Atena, tomar el Escudo y reflejar la luz de Apolo en dirección a Atena.

En ese instante,  el Mal empieza a  surgir del corazón de Gémini  y  ataca a Seiya con todo su poder diciéndole que nunca permitiría que llegase al Escudo.

El  verdadero  Arles  trata  de  intervenir,  pero  Gémini  logra  ignorarlo  y  arremete contra el debilitado  Seiya  eliminando  sus  cinco  sentidos.  No  obstante,  Pegaso logra  recuperarse y presiona  cada  vez  más  con el  Meteoro de Pegaso y luego,  estrella  a  Arles  contra el suelo usando el Rayo de Pegaso.

El  maligno  guerrero  se  reincorpora  nuevamente,  enfureciéndose  al  ver que la máscara de Gémini  lloraba  recriminándole  su  maldad.  Cuando  está  a  punto  de  darle  fin a Seiya,  es sorprendido por Fenix, el cual regresaba de la Casa de Virgo.

Protegido  por  Ikki,  Seiya logra  ponerse de pie e intenta llegar a la estatua de Atena,  pero al llegar  a los  últimos  peldaños  tropieza  y cae hasta el pie de la escalera.  Es entonces cuando escucha las voces de Shiryu, Yoga y Shon quienes le animan a continuar.

Al  llegar por fin al  monumento de la diosa, Seiya toma el Escudo de Zeus y lo eleva hacia el Sol  intentando  reflejarlo en dirección a la Casa de Aries,  pero es  sorprendido por Arles que furioso golpea al valiente caballero.

Finalmente,  el  Caballero  Pegaso  logra  mantenerse en pie por  momentos logrando dirigir a Saori la luz del Sol por pocos segundos, para luego caer de rodillas ante el malvado Arles.