HomeHermandades

La Fervorosa Hermandad de Ntra. Señora del Rocío de Manzanilla, la Benjamin de las Hermandades rocieras, pone su broche de oro el sábado de Pentecostés.

Manzanilla esparce su perfume de vino afrutado en el ambiente marismeño. Su devoción hecha solera en noble roble, va calando el alma rociera de los manzanilleros y le ofrecen a su Patrona la Virgen del Valle, el compartido con la Reina de las Marismas.

Las campanas de la vieja Parroquia, anuncian con alegría que la Hermandad emprende su Romería hacia la aldea almonteña. Al ruido del cohete, Manzanilla se pone en marcha, y el ruido del tamboril y flauta se hacen música celestial.

Con que ilusión esperaron después de muchos años de nostalgias, y la llegada de la Blanca Paloma a su Simpecado. Lagrimas de emoción rondan las mejillas de los manzanilleros, porque sus sueños y sus ilusiones se hicieron realidad.

Ya todo el Condado es rociero oficialmente.

La Virgen desde su trono bendice a la Hermandad y a todo el pueblo de Manzanilla y le fortalece para que ese incipiente caminar se haga centenario.

Cuando la hermandad va llegando a la Aldea Prometida, todos los rocieros que la acompañan entonan esta vieja sevillana de Muñoz y Pavón. 

Ayunando y "escarza"
"calla" y andando
la Ermita del Rocío
"vi" divisando.

¡Mare del "arma"
que chaparrón de "sarves"
el que te aguarda!.

La Hermandad de Manzanilla, erigida en lo canónico en 1994, vive este año una peregrinación inolvidable hacia el Rocío. El camino comienza el jueves. A las diez de la mañana los romeros se dirigen a la ermita de la Victoria para rezar una salve. La Misa de Campaña, en la iglesia parroquial, será una hora después. Tras la eucaristía, la caravana atraviesa el pueblo, en un acto francamente emotivo, al son de la flauta y el tamboril, el estruendo de los cohetes y el relincho de los caballos.

La caravana efectúa una parada breve en El Pico, continuando la marcha hasta llegar a la finca El Paraíso es el lugar elegido para el almuerzo, donde se reponen fuerzas y se da descanso a las bestias. La alegría se desborda, los corazones laten con fuerza pues se acerca el momento de volver a presenciar el bello rostro de la Blanca Paloma.

Se reemprende el camino en dirección a Hinojos. Allí la Hermandad de Hinojos recibe con los brazos abiertos a Manzanilla viviéndose nuevas emociones.

La pernocta se hará en las cercanías de Hinojos. Entre un cielo tachonado de estrellas suceden nuevos momentos de sana convivencia rociera, sin que falte el Santo Rosario.

La Misa de Romeros, a las nueve de la mañana, marca el inicio de una nueva jornada. La Hermandad de Manzanilla, tras una breve parada en la finca La Calera, efectúa el almuerzo en la finca La Encantada, en un paraje precios, cuajado de pinos y arena. La corporación cruza el mítico puente de Ajolí hacia las ocho de la tarde, entrando en la aldea almonteña.