Las Centrales Hidroeléctricas en el río Biobio de Chile y la Lucha del Pueblo Indígena Pehuenche
Por Dario Jaña
Junto a las milenarias Araucarias que cubren los suelos de la cordillera de Los Andes, habitan desde tiempos precolombinos el pueblo indígena "pehuenche" que en lengua occidental quiere decir "gente de la Araucaria" (Pehuen=fruto de la Araucaria araucana y Che=gente). Los pehuenche vivieron antiguamente desde la VII hasta la X Región especializándose en la caza de animales y la recolección de vegetales entre la Pre-cordillera y Cordillera de Los Andes. Exterminados en el transcurso del siglo XIX por los conflictos preparados por los gobiernos de Argentina y Chile debido a que eran "una oposición al establecimiento fronterizo", fueron arrastrados y despojados de sus ancestrales tierras concentrándose en la Región del Biobío junto al río del mismo nombre. Hoy sólo existen alrededor de 10.000 pehuenches con tantos problemas como en el pasado.

El río Biobío es uno de los ríos mas importantes de Chile. Con 400 km de largo y una cuenca de 25 millones de hectáreas, es el segundo más caudaloso. Tiene su origen en las Lagunas de Icalma y Galletué de la IX Región y desemboca cercano a la ciudad de Concepción, al Golfo de Arauco. Su curso es dividido en dos sectores: uno llamado "Alto Biobío" que circula por intrincados y estrechos cajones de la Cordillera de los Andes y el "Bajo Biobío" que recorre el valle central mas ancho y caudaloso y claramente contaminado por desechos de Industrias químicas, madereras, petroquímicas y pesqueras, además de las aguas sin tratamiento alguno de un centenar de pueblos y ciudades. De las aguas del Biobío dependen 1 millón de personas y casi 500.000 beben de ellas. Más aún, el área del Golfo de Arauco ha sido considerada como "Zona de Catástrofe Ecológica" transformada en una "cloaca de desechos". Pese a todo, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) construye en el Alto Biobío, hogar de 7 comunidades Pehuenche, la llamada "Serie Hidráulica del Biobío" compuesta por 7 megacentrales de generación eléctrica diseñadas en forma escalonada y relacionadas de forma tal que una necesite a la otra.

* Orígenes de los Proyectos en el río Biobío
A partir del Golpe militar de 1973 se aplica en Chile la economía de libre mercado con énfasis en la privatización de empresas del Estado con un modelo exportador que privilegia la extracción de recursos naturales. Con esta situación aparecen grupos "enriquecidos" que toman el poder económico de Chile, concentrándose en actividades como: comunicaciones, minería, industria forestal, construcción, energía, entre otros. Paralelo a este proceso, grandes sectores se vieron "empobrecidos" en el transcurso de los últimos 10 anos agudizándose además la migración rural-urbana. Con esta nueva situación económica el sector energético pasó a ser considerado "prioritario" para el gobierno, obligándose a desarrollar grandes inversiones como por ejemplo: la construcción de Centrales Hidroeléctricas. Pero con el actual ritmo de inversión el recurso hidroeléctrico se nos acabará hacia el ano 2020. En este sentido la VIII región del Biobío ha sido una de las regiones que más ha aportado con sus recursos naturales a la economía nacional, pero "paradojalmente" es la segunda región con los más altos índices de pobreza alcanzando casi el "50%" de la población regional.

ENDESA se terminó de privatizar el ano 1988 (Dictadura militar de Pinochet) siendo sus accionistas mayoritarios personal de las Fuerzas Armadas y de los grupos económicos conformados en el período. Según la Contraloría General de la República, la operación dejó pérdidas al país estimadas en mil millones de dólares y deudas al estado por casi 600 millones de dólares. La empresa actualmente se concentra en manos de ENERSIS (grupo eléctrico) que a su vez controla "Chilectra" una de las mayores distribuidoras de electricidad para chile, seguido de varias Asociaciones de Previsión. El Director de ENERSIS es José Yuraszeck Troncoso que a la vez es Presidente de ENDESA y de Pangue S.A., creándose de esta forma, el "monopolio" de la empresa que controla el 80% de la electricidad en Chile y que es dueña además, de toda la red de transmisión eléctrica del país (Sistema Interconectado Central, SIC) que concentra el 85% de la energía generada en un territorio ocupado por el 93% de la población.

A fines de 1989 ENDESA creó filiales "hijas de la propia compania" para aparentar un menor poderío eléctrico. Pangue S.A. es una de ellas orientada a materializar las centrales hidroeléctricas en el Alto Biobío. Los 7 proyectos inundan en conjunto cerca de 26 mil hectáreas del río afectando el territorio ocupado por los Pehuenche, transformándose así, en uno de los proyectos de mayor cuestionamiento dadas sus implicancias sociales y ambientales. Sin embargo hoy no es sólo la central Pangue. ENDESA y su "filial" Pangue S.A. junto al gobierno, deciden la construcción de la segunda central "Ralco" pieza clave de la serie hidráulica sin consultar nuevamente al pueblo de Chile, a la comunidad regional y a los propios pehuenches afectados, existiendo recientemente una Ley de Medio Ambiente y Ley Indígena que lo "exige".

* La Central Hidroeléctrica Pangue
Desde 1950 ENDESA ha estudiado el río Biobío, antecedentes que le permitieron afirmar que represar sus aguas es la mejor opción para no detener el desarrollo de Chile. La energía generada por los proyectos será consumida mayoritariamente por las ciudades de Valparaíso y Santiago ubicadas aproximadamente 500 km. al norte, contemplándose además, la venta de electricidad a Argentina. La primera de las centrales es Pangue (luego Ralco, Huequecura y Aguas Blancas; en estudio se encuentran Quintramán, Ranquil y Queuco) cuál inunda 500 ha. ocupadas (hasta hace pocos meses) por las comunidades indígenas de Callaqui y parte de Quepuca-Ralco que suman alrededor de 75 personas. Las consecuencias ambientales y sociales provocadas por el embalse son serias, las que comienzan con una desregulación del flujo natural del Biobio, alterando la calidad de sus aguas tanto al interior de la presa como aguas abajo de ésta. Además, su funcionamiento "exige" cortes diarios del río, es decir, secarlo en tramos que van de 5 a 15 km. por 3 horas, sumando 917 horas/año (10% del año) cuyo objetivo es nada mas que llenar el embalse, para luego someterlo a golpes de agua en lo que se denomina "energía de punta". Pangue retendrá el 87% de los sólidos en suspensión que acarrea el río, material importante porque constituye uno de los principales aportes nutricios al Golfo de Arauco que es una de las zonas pesqueras mas importantes del país. Adicionalmente está el daño a la biota que se forma a las orillas del río, a la situación climática de la cuenca y sobre toda la actividad biológica (macro y micro) es decir, la extinción de 6 especies endémicas de peces (exclusivas de la zona) que difícilmente se adaptarán a las nuevas condiciones. Estudios de impacto ambiental independientes de los realizados por Pangue S.A., señalan que existen 192 especies de flora con problemas de conservación, 86 especies de ave, 24 mamíferos, 9 anfibios y 8 reptiles a los cuáles se les degradará sus cadenas tróficas con impactos negativos impredecibles. Del mismo modo, los "golpes de agua" provocarán graves danos erosivos afectando las obras de riego aguas abajo, al abastecimiento de agua potable y a las zonas de balseo (cruce de riberas por medio de botes). A todo este cuadro se asocian las impredecibles erupciones de 5 volcanes de los cuáles 3 son activos, uno a 10 km. de Pangue llamado "Callaquén", otro ubicado 60 km. de la presa denominado "Lonquimay" del cuál se conoce su última erupción en 1991 y el "Copahue" que entró en actividad el año 1992 ubicándose en la frontera Chileno-Argentina cercano a la comunidad indígena de Ralco-Lepoy afectada por la potencial construcción de la central Ralco. Los informes de Pangue S.A. señalan que no existe peligro, los diseños de las presas han considerado posibles erupciones y que los impactos son mitigables. El embalse Pangue tiene un espejo de agua de 175 millones de metros cúbicos (equivalente a 14 km.) con una potencia instalada de 450 mw. El costo de la central asciende a los US$ 470 millones, un aporte lo entrega ENDESA estimado en US$190 millones, un crédito del IFC del Banco Mundial con US$150 millones (pagados cuando Pangue entre en funcionamiento esperando ganancias aproximadas de US$47 millones anuales) y otro aporte de los gobiernos de Suecia y Noruega estimado en US$ 35 millones. Suecia también entrega fondos a la compania sueco-noruega "Kvaerner Turbin" para construir las turbinas de la central, violando su propia moratoria para la construcción de represas en su territorio (moratoria establecida en Suecia hace ya 10 anos).

Uno de los impactos sociales mas críticos que Pangue y Ralco provocan es sin lugar a dudas la lenta "destrucción de la cultura Pehuenche" asociada a la construcción de los caminos asfaltados destinados al transporte de materiales para la presa, los que han servido además como "puente" para la penetración de empresas forestales que están arrasando con el escaso bosque nativo que queda. Aún más y con la construcción de obras preliminares como puentes, tendidos eléctricos y alambradas cuyo objeto es "proteger" los campamentos, solo han provocado la muerte a los escasos animales que poseen y en más de una vez accidentes a algún integrante de la familia. Se suma ha este hecho el aumento de población ajena a la zona (obreros) considerado por los propios pehuenche como una "intromisión indeseada" que no respeta sus autoridades tradicionales. El desalojamiento y reubicación de la población, entre otros impactos no perceptibles, han generado grandes confusiones sobre el futuro de las comunidades. La pérdida de los lugares de "invernada" (a las orillas del Biobío) y "veranada" (en la alta cordillera) lo que constituía su ciclo económico anual, los cementerios, sus lugares de oración y bosques de Araucaria, ha significado la "pérdida de su identidad", sumando otros efectos indirectos a las 7 comunidades como rivalidades por plazas de trabajo, beneficios de la compania eléctrica por indemnización, etc.

Sobre las mitigaciones propuestas por Pangue S.A podemos mencionar la contratación de 1.200 obreros pehuenche requiriendo más a medida que avanza el proyecto los cuáles sencillamente, serán despedidos finalizadas las obras de construcción y la creación en febrero de 1992 de la "Estación Ecológica" que tiene por misión rescatar los impactos ambientales generados por Pangue y la "Fundación Pehuén" cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los pehuenche y reforzar su identidad cultural, organismo que ha provocado dudas por su forma de actuar en las comunidades. La Fundación esta conformada por un directorio de 7 personas (3 representantes Pehuenche y 4 representantes de la empresa), más un director ejecutivo, un asistente de las comunidades y un arqueólogo. La elección de los representantes pehuenche es impuesto por la empresa y no representa al total de las familias afectadas. Al respecto, los propios Lonkos de la zona han manifestado su desconfianza hacia la Fundación Pehuén argumentando que Pangue S.A. la creó solamente para "comprar" el apoyo de las comunidades imponiendo sus programas asistencialistas. El trabajo de la Fundación ha consistido en subsidiar entre un 60% y un 80% la compra de productos de necesidad los que son entregados a cada familia con solo una firma transformándolos en "socios". Es interesante comentar que listas con "adherentes" fueron presentadas a la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (IFC) como el "respaldo de la población Pehuenche a la construcción de Pangue". Aún más y frente a las mismas comunidades, la Fundación Pehuén desconoce la existencia del proyecto "Ralco" que afecta a 555 personas de Quepuca-Ralco y Ralco-Lepoy con un embalse que les inunda "3.395 hectáreas", señalando además "no recibir financiamiento de Pangue S.A." lo que es falso: de la empresa recibe US$ 120.000 anuales hasta 1997 (0.1%) prometiendo luego un 0.3% de los beneficios generados por Pangue. En la misma línea la empresa ha difundido el slogan "represas o pobreza" imponiendo la idea de que sin la construcción de las represas no existen otras alternativas económicas para la zona y para los propios pehuenche.

El Autor ha estudiado Ecología y Paisajismo en Santiago de Chile y actualmente realiza un Post-grado en Ciencias Ambientales en la ciudad de Berlín, Alemania. Ha vivido largo tiempo con las comunidades indígenas Pehuenche del Alto Biobío y además se ha desempeñado activamente en el Grupo de Acción por el Biobío (GABB). E-mail: h0847csk@rz.hu-berlin.de